Aunque fue durante la etapa primigenia, compartida con el tristemente fallecido dibujante Steve Ditko, cuando nuestro homenajeado de hoy, Stan Lee, asentó las bases narrativas y estilísticas de su rico y extenso microcosmos las mejores y más destacadas aventuras de Spider-Man llegarían junto a John Romita Sr y su longeva etapa dentro de la serie señera del arácnido dejando una huella indeleble en ella que llega hasta nuestros días. Habiendo debutado por todo lo alto en The Amazing Spider-Man #39 desenmascarando al Duende Verde el prolífico tandem Lee/Romita tardó poco en demostrar su brillantez a la hora de ejercer como equipo creativo con nuevas aventuras convertidas con el paso de los años en verdaderos clásicos atemporales para los fans del Hombre Araña. Sólo once números después de esa primera colaboración conjunta la pareja dio forma a una de las historias más icónicas del alter ego superheróico del estudiante Peter Parker con un arco de tres entregas, abarcando desde la grapa 50 a la 52 de la serie, titulado Spider-Man No More! en el que asistíamos a una de las primeras y más importantes crisis existenciales de nuestro amistosos vecino.
Cuando Marvel Comics dio sus primeros pasos lo hizo con la idea de crear superhéroes cuya psicología se sustentara en unas identidades civiles apegadas a cierto realismo con el que los lectores pudieran identificarse. Spider-Man era la muestra quintaesencial de esa tipología de personaje al haber sido diseñado por Stan Lee y Steve Ditko desde su primera aparición en Amazing Fantasy #15 como un estudiante de intelecto superdotado, pero con dificultades para relacionarse socialmente con las personas de su entorno más cercano. De esta manera la identificación con distinto tipo de lectores se convertía en uno de los mejores aliados de la colección y sustentar toda la idiosincrasia de su protagonista sobre un sistema de valores establecido tras el, evitable, asesinato de su propio tío y la idea inamovible de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Teniendo muy en cuenta esa máxima Stan Lee y John Romita Sr construyen Spider-Man No More! sobre la excusa narrativa de un Peter Parker abandonando su vida superheróica al pensar que la misma le impide cuidar de sus familiares y allegados, tanteando así la posibilidad de llegar a perder a alguno de ellos en el proceso, como su anciana tía May Parker.
Esta decisión por parte de guionista e ilustrador es el argumento perfecto no sólo para ahondar en la psicología y vulnerabilidad de su personaje, un joven de fuerza sobrehumana viéndose sobrepasado por la parte más mundana de su existencia ajena a su lucha contra el crimen, sino para utilizarlo como excusa narrativa y así desarrollar una historia centrada en los bajos fondos de la ciudad de New York, el submundo del hampa, sirviendo de terreno fértil para presentar por primera vez a uno de los villanos más importantes de Marvel Comics. Wilson Fisk, alias Kingpin, debuta en la Casa de las Ideas como un corpulento capo mafioso de enorme fuerza y velocidad, aunque su apariencia denote un excesivo sobrepeso su anatomía es puro músculo, cuya ambición y sagacidad lo convierten en un rival a la altura de un personaje como Spider-Man aunque, como todos sabemos, en años posteriores se enfrentaría a muchos otros de los encapuchados de la editorial llegando a convertirse en la némesis predilecta de Daredevil. Al abogado Matt Murdock le ha hecho la vida imposible en centenares de ocasiones, siendo una de las más memorables, o puede que la que más, la narrada en ese clásico del medio llamado Born Again (1986), escrito por Frank Miller y dibujado por David Mazzucchelli y en el que Fisk estuvo a punto de conseguir su sueño de derrotar al demonio de la Cocina del Infierno.
Aunque Stan Lee y John Romita Sr saben que centrar su atención en los dilemas morales de su protagonista supone la gran baza en la que sustentar el planteamiento de su relato gracias al talento del guionista el mismo es iniciado, desarrollado y casi finiquitado en el primer número del arco. De esta manera Lee no sólo demuestra su enorme capacidad para ejecutar con pericia una historia autocontenida dentro de otra de mayor envergadura, también es capaz de llevarlo a cabo desarrollando un ritmo narrativo vibrante, unos diálogos frescos y ágiles moviéndose entre el dramatismo cuando están centrados en Peter Parker y la complicada situación a la que se enfrenta y la comicidad cuando la historia pone sus ojos en el J. Jonah Jameson y los personajes satélite orbitando a su alrededor con el fin de acentuar el carácter avaro, huraño, hipócrita y paternalista del editor del Daily Bugle. Esa adecuada y rápida resolución de la lucha interna de Peter sobre si recuperar o no su identidad secreta para luchar contra los criminales permite a Lee centrar los dos siguientes actos del arco argumental en una acción que se apoderará de la trama y con la que entra en escena un titán como John Romita Sr.
Pocos hubieran pensado durante la segunda mitad de aquellos años 60 que un ilustrador curtido en cómics románticos iba a convertirse en el autor que marcaría a fuego con su impronta la iconografía más característica de Spider-Man, llegando en ocasiones a dejar su influencia más impregnada en el personaje que su co creador y diseñador, Steve Ditko. Si ya en su primera incursión en The Amazing Spider-Man demostró ser un profundo conocedor del acabado estilístico del microcosmos adscrito al personaje y lo hizo suyo desde su primera toma de contacto con él, más de una decena de números después, cuando tiene lugar esta historia, había mimetizado su trazo de manera cristalina con la prosa de Stan Lee. La labor de John Romita Sr en Spider-Man No More! es brillante, demostrando unas aptitudes inigualables a la hora de alternar con una pericia fuera de toda duda los pasajes más localizados en las emociones, concentrados en el primer episodio focalizado en los problemas personales del protagonista, con la acción en la que sacaba lo mejor de sí mismo a la hora de coreografiar pasajes dinámicos magistrales haciendo un uso, aparentemente, sencillo de la secuencialidad que quedaría grabado en la memoria tanto de los lectores de a pie como la de los futuros autores del medio que lo tomarían como inspiración.
Abordada a día de hoy la historia narrada en Spider-Man No More! puede parecer mil veces vista para el lector neófito, profano en la vertiente más clásica del cómic superheróico, ya que tras ella y hasta hoy se han escrito e ilustrado cientos de historias, protagonizadas por el mismo Hombre Araña u otros personajes de la Casa de las Ideas, en las que el empijamado de turno se planteaba colgar la capa en favor de su vida civil. Pero a finales de 1967 un arco argumental como el planteado por dos de los autores más importantes de la historia del noveno arte no sólo era rompedor en numerosos aspectos, también confirmaba el compromiso autoimpuesto por Marvel Comics a la hora de construir criaturas a las que, a pesar de sus dones especiales que los convertían en héroes, podíamos mirar directamente a la cara para ver no poco de nuestra propia personalidad. Esto fue gracias a la enorme labor de artistas como John Romita Sr y a guionistas como Stan Lee, la persona homenajeada durante este día en Zona Negativa que, con sus luces y sombras, redefinió el mundo del cómic y llevó a Marvel a la liga de las grandes editoriales gracias a su dedicación, esfuerzo y talento que unidos a la de sus compañeros a los lápices podían crear pura magia como esta Spider-Man No More! justamente considerada una de las mejores aventuras del trepamuros.
Guión - 9.5
Dibujo - 9.5
Interés - 10
9.7
Spider-Man No More! es un clásico con todas las letras. Una de las historias más icónicas del personaje a manos de unos Stan Lee y John Romita Sr ejecutando un trabajo magistral de escritura e ilustración.
El AS #50 es con diferencia mi cómic favorito de Spiderman. La verosimilitud que impregna el argumento, ese ¿y si Spiderman existiera de verdad? Es una ideal totalmente adelantada a su tiempo, y que siempre estará de actualidad: eso es un clásico.
De hecho, como ya comento en la reseña, es un planteamiento argumental que después se explotó en cientos de cómics, dentro y fuera de Marvel, y que nunca pasará de moda porque va unido a la idiosincrasia de la filosofía superheróica. Pero la manera en la que la abordaron aquí Lee y Romita Sr fue revolucionaria para la época.
¡Un saludo y gracias por comentar!