ULTIMATE X-MEN: actualizando a “Los Hijos del Átomo”

Edición U.S.A.: Ultimate X-Men núms. 1 a 55 (febrero 2001 / marzo 2005) y Ultimate War núms. 1 a 4 (febrero / abril 2003); Marvel Comics.
Edición España: Ultimate X-Men núms. 1 a 30 (diciembre 2002 / octubre 2005); Planeta DeAgostini Cómics y Panini Cómics.
Guión: Mark Millar, Brian Michael Bendis y Brian K. Vaughan.
Dibujos: Adam y Andy Kubert, Kaare Andrews, Tom Raney, David Finch, Chris Bachalo, Brandon Peterson y Stuart Immonen.
Entintado y color: VV.AA.
Formato: Revista; Serie regular mensual/bimestral; 48 págs.
Precio: 3 €.

El cómic que hoy comentamos no es ninguna obra maestra, ni pasará a la historia del noveno arte, pero en mi opinión se trata de uno de los tebeos más divertidos y entretenidos de los últimos años.

Ultimate X-Men surgió como el enésimo intento por parte de Marvel de revitalizar la franquicia mutante, con la intención de acercar los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby al público actual. Como el resto de la línea Ultimate, subyacía la idea de contar las mismas historias, pero desde un enfoque moderno, contemporáneo y espectacular, para captar nuevos lectores que de otro modo difícilmente se engancharían a colecciones con numeraciones cuanto menos disuasorias. Esta nueva serie fue todo un éxito, siguiendo la estela del Ultimate Spiderman de Brian Michael Bendis y Mark Bagley, al lograr ocupar las primeras plazas de las listas de ventas U.S.A. Las claves: planteamientos modernos para historias clásicas, y equipos creativos de lo más solvente, encabezados inicialmente por Mark Millar y Adam Kubert.

Una de las notas características de esta colección su eclecticismo, pues por ella han pasado un sinfín de autores en sus distintas etapas. En España se han publicado hasta la fecha 30 números dobles, que contienen 55 cómics de la edición americana, dibujados por multitud de artistas. Tanta variedad ocasiona ciertos altibajos en determinados momentos de la colección, derivados de una aparente (y más que probable) falta de planificación editorial. Pero al mismo tiempo, este hecho es una de las virtudes de la serie, pues reúne a un auténtico elenco de estrellas al frente de la misma.

Analicemos en primer lugar la etapa realizada por Mark Millar y Adam Kubert. Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, la colección se estructura en forma de arcos argumentales, para facilitar la posterior comercialización de tomos recopilatorios. Una breve descripción de los mismos sería la siguiente:

– Los Hombres del Mañana (núms. 1 a 4): historia introductoria en la que asistimos como espectadores de excepción al proceso de reclutamiento de los X-Men. En esta versión actualizada de La Patrulla-X, el “equipo de campo” está formado por Cíclope, Chica Maravillosa, Bestia, Hombre de Hielo, Tormenta y Coloso, comandados por el Profesor Xavier.
Millar sienta las bases de los distintos subargumentos que irá desarrollando en números sucesivos, presentando a Los Centinelas, La Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto, y por supuesto, aLobezno, quien acaparará grandes dosis de protagonismo.
En el apartado gráfico, Adam Kubert recibe la ayuda de su hermano Andy en un par de números.

– Retorno a Arma-X (núms. 4 a 7): ejemplificando el comentario anterior, la trama gira en torno a un episodio de vital importancia en el pasado de Logan: el Proyecto Arma-X. Por otra parte, podemos apreciar la intensificación de las relaciones entre los personajes, así como la aparición especial de la versión ultimate de Nick Furia, capitaneando a la agencia S.H.I.E.L.D., de Dientes de Sable, eterno némesis de Logan, y de cierto mutante alemán de aspecto demoníaco.
Mención destacada merece el nº 6, donde un Adam Kubert a buen seguro influenciado por su padre, retrata retazos del pasado de Lobezno en un contexto bélico. Lejos está de la maestría de Joe Kubert, pero no por ello es menos meritorio. El único problema de Adam parece ser su lentitud, razón por la cual recibe la ayuda de Tom Raney y Tom Derenick en los núms. 6 y 7, respectivamente.

– Ladrón en la Noche (núms. 7 y 8 ): Millar se toma un respiro, cediéndole el testigo a Chuck Austen. La historia, protagonizada por Gambito, sirve como carta de presentación del cajún, y pese a carecer de trascendencia, supera con creces a cualquiera de las delirantes historias firmadas por este guionista para Uncanny X-Men.
Los lápices corren a cargo de Essad Ribic, que pese a estar lejos del nivel alcanzado en la serie limitada Loki, realiza un trabajo más que correcto.

– No tiene por qué ser así (nº 8 ): número de transición, en el que el Profesor Xavier pasa revista a la actualidad del “asunto mutante”, en forma de carta dirigida a los lectores de una conocida revista.

– Gira Mundial (núms. 9 y 10): la acción se traslada a Europa, aprovechando como justificación la gira de promoción de un libro escrito por el Prof. Xavier, en el que por supuesto, aboga por la coexistencia pacífica entre humanos y mutantes. El grueso de los hombres-x se dirigen hacia Escocia para recrear la Saga de Proteus. Ante la amenaza que supone su hijo David, se produce el reencuentro entre Xavier y Moira McTaggert (¿es cosa mía o Kubert la dibuja a imagen y semejanza de la Dra. Weaver de la serie de T.V. Urgencias?).
Por otra parte, Cíclope y la Chica Maravillosa viajan a Rusia con la intención de convencer a un dubitativo Coloso de que regrese a la Patrulla-X.
Este arco argumental tendrá importantes consecuencias en el desarrollo de la serie.

– Dimisión (nº 11): creo que el título de este número de transición es bastante indicativo. Prefiero no dar pistar al respecto. Sólo comentar lo paradójico (y acertado) que resulta su desarrollo y conclusión.

– Fuego Infernal y Azufre (núms. 11 a 13): a lo largo de estos números, la acción se diversifica en distintas tramas paralelas: conocemos a una joven de Chicago con problemas para mantener su tangibilidad que parece interesada en ingresar en la Escuela (¿adivináis de quién se trata?); por otra parte, la dificultad de Jean para controlar sus poderes insinúa que podemos estar ante una recreación de la Saga de Fénix Oscura, pero Millar no entra de lleno en el asunto; las relaciones entre Cíclope y Lobezno pasan por su peor momento, así que Xavier decide enviarlos a la Tierra Salvaje en misión de rescate, para que de esta forma limen asperezas; mientras, Xavier acude con algunos de sus alumnos a una cena que sirve de presentación a los benefactores / patrocinadores de la Escuela; La Hermandad de Mutantes intensifica su actividad; y la indiscreción de la Bestia puede pasarle factura a sus compañeros.
En el apartado gráfico, destacar la originalidad de Kaare Andrews, quien se encarga de un par de números.

– Ultimate War (núms. 14 y 15): originalmente publicada como una miniserie, se trata del primer cross-over de la línea ultimate, en la que Los Ultimates se enfrentan a los hombres-x, con uno de los más míticos villanos del universo marvel como causa del conflicto. Los dibujos corren a cargo del canadiense Chris Bachalo.

– El Retorno del Rey (núms.16 a 19): traca final de la etapa Millar-Kubert. El guionista escocés indaga de forma más exhaustiva en el pasado común de Magneto y Xavier. Lamentablemente, la mayoría de los números son dibujados por un monótono y uniforme David Finch, quien en mi opinión (y reconozco que es una opinión muy personal) nunca ha hecho méritos para merecer el cartel de dibujante estrella que parece ostentar. Por fortuna, Adam Kubert regresa a tiempo para retratar el final de esta etapa, en un último número en el que se narra la conversación entre dos viejos amigos / enemigos de forma brillante.

Como valoración final decir que la tónica general de la etapa capitaneada por estos dos monstruos del cómic americano puede resumirse con una palabra: espectacular. Sobre todo en el apartado gráfico, con un Kubert en estado de gracia, luciendo sus múltiples cualidades y consiguiendo dejar atónito al lector con impresionantes escenas recreadas como sólo él sabe hacer: Los Centinelas surcando el cielo de Manhattan, Lobezno en estado feral, secuencias de acción dignas de la mejor supeproducción de Hollywood, etc… Lo único que se le puede achacar es, como comenté con anterioridad, su lentitud en el tablero de dibujo, lo que ha provocado más de un fill-in, a cargo de distintos dibujantes.

En cuanto a los guiones, Millar cumple su cometido, sin más. Entretiene, divierte y en un par de ocasiones sorprende, pero también podemos apreciar su habitual tono socarrón, provocador y chulesco, que tan a menudo luce en sus cómics.

El siguiente equipo creativo está formado por Brian Michael Bendis y David Finch. A lo largo de 6 números, el guionista de Cleveland desarrollaría 2 arcos argumentales:

– Blockbuster (núms. 20 a 22): Da la sensación de que Bendis pretendía apostar sobre seguro cuando decidió centrar esta primera historia en personajes que conoce sobradamente: Lobezno, Spiderman y Daredevil protagonizan una violenta trama en la que Logan se reencuentra con una oscura parte de su pasado. Para salir airoso de una situación más que complicada, contará con la ayuda de Peter Parker, y del misterioso protector de La Cocina del Infierno.

– Nuevos Mutantes (núms. 23 a 25): Mientras el Profesor Xavier visita la mansión de los Worthington ante la posibilidad de reclutar a un nuevo mutante, envía a Cíclope, Coloso y Gatasombra tras la pista de Alison Blaire, alias Dazzler, quien al parecer también posee el gen-x. Paralelamente, y ante el cariz que está tomando la “cuestión mutante”, altas instancias del Gobierno norteamericano barajan la posibilidad de reclutar a su propio grupo de mutantes, asesorados por la Profesora Emma Frost. Nick Furia, en un intento por evitar males mayores, decide dar la voz de alarma a los hombres-x.
Las consecuencias de esta saga serán dramáticas.

Analizada en conjunto, la etapa de Ultimate X-Men realizada por Bendis y Finch resulta repetitiva, aburrida, cansina y muy, muy lenta en su desarrollo. Poco atrevimiento demuestra el guionista de Cleveland en Blockbuster, contando en 6 números (en su edición americana) lo que bien podía haber resuelto en 2, y cargando todo el peso de la historia en el personaje más popular de la franquicia mutante. En el arco argumental Nuevos Mutantes, además de obsequiarnos con un número que tiene el dudoso honor de poder leerse en un par de minutos, expone elementos interesantes, aunque finalmente desaprovechados. El acontecimiento dramático con el que finaliza esta etapa demuestra una vez más el poco acierto con el que Bendis se ha aproximado a estos personajes.
En el apartado gráfico, el nivel no mejora. Más bien todo lo contrario. Finch se empeña en mostrarnos a unos hombres-x con rasgos monocordes, apáticos, carentes de vida y de expresividad.
Sin lugar a dudas, se trata de la peor etapa de la colección.

Y en último lugar, y para finalizar, analicemos la etapa que actualmente se está publicando en España. Al frente de la misma: Brian K. Vaughan, uno de los mayores talentos de la industria que demuestra una vez más estar llamado a marcar una época en el cómic mainstream U.S.A. Hasta la fecha, se han publicado 3 arcos argumentales, cada uno realizado por un dibujante distinto:

– La Tempestad (núms. 26 y 27): Brandon Peterson se encarga de ilustrar esta historia en la que los estudiantes de Xavier intentarán dar caza a un asesino de mutantes que está sembrando el pánico en las calles. Contundente e implacable, Mister Siniestro (así se llama el asesino), parece obedecer las ordenes de un misterioso personaje.

– Grita Lobo (núms. 28 y 29): Lo que parecía una jornada de descanso, libre de sobresaltos, se convierte en una pesadilla. El mutante con acento francés más querido y odiado regresa las páginas de la colección para poner en apuros a Pícara. Pero no antes de un brutal enfrentamiento con Lobezno. Detrás de este turbio asunto parece estar Fenris Internacional, poderosa entidad empresarial con fines poco claros.
El dibujo, a cargo de un inspirado Andy Kubert, cumple las expectativas.

– El Juego más peligroso (nº 30): tan sólo se ha publicado un número de este argumental, pero ¿qué puedo decir? en mi opinión se trata del mejor número de la colección hasta la fecha. En esta ocasión prefiero no dar muchos detalles, para evitar que el lector pierda lo que hace especial este cómic: la capacidad de sorpresa. Sencillamente genial.

Haciendo un balance general de esta etapa, hay que concluir que se trata, a todas luces, de la mejor de la colección. Por fin un guionista toma las riendas de la serie y dota de profundidad a unos personajes apenas esbozados por sus colegas. Como comentaba en el artículo dedicado a Runaways (y perdonad que me autocine, que queda muy feo): “Vaughan no tarda en dejar su impronta. Le bastan un par de números para presentar adecuadamente a los personajes, dotarlos de matices anteriormente inexplorados, otorgarles credibilidad, cimentar las bases de futuras historias, desplegar su particular sentido del humor, dar una muestra de sus diálogos inteligentes y sarcásticos…y todo ello con una imaginación, frescura y agilidad narrativa envidiable.”

Estas afirmaciones, hechas desde la profunda admiración que siento por este guionista, también son aplicables a su trabajo en Ultimate X-Men. Su principal mérito: liberar a Lobezno del protagonismo que hasta entonces acaparaba, permitiendo de esta forma el crecimiento del resto de personajes. Leyendo los primeros números escritos por Vaughan, se advierte que cumple el objetivo (¡y con creces!), construyendo una serie interesante, divertida, trepidante, y por encima de todo, coherente.
Las continuas referencias culturales, a temas de candente actualidad, y a historias míticas de Uncanny X-Men hascen el resto, logrando de esta forma la complicidad del lector veterano.
Y en cuanto al apartado artístico: una gozada. Al eficaz trabajo de Peterson, y los inspirados trazos de Andy Kubert, hay que sumar el derroche de talento con el que nos obsequia Stuart Immonen, quien a partir del nº 30 se convierte en el dibujante regular de la colección.

En definitiva, y pese a sus altibajos, Ultimate X-Men es una serie muy recomendable, apta tanto para seguidores de la continuidad mutante como para los no iniciados. Con un pasado notable, y un presente sobresaliente, el futuro de este título es más que prometedor: finalizada la etapa de Brian K. Vaughan, Robert Kirkman se hará cargo de los guiones hasta que el director de cine Bryan Singer (Sospechosos Habituales, Verano de Corrupción, X-Men, X2 y Superman Returns) encuentre un hueco en su apretada agenda para narrar junto al dibujante Steve McNiven las aventuras de esta versión definitiva de los Hijos del Átomo.

Acción a raudales, aventuras, humor, y equipos creativos de auténtico lujo garantizan el disfrute de unos cómics de género superheróico adaptados a los tiempos que corren.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)