Este mundo está lleno de formidables sorpresas
La Gigantomaquia es un evento que narran los antiguos mitos griegos durante el cual Gea, para vengarse por cómo los Dioses Olímpicos, liderados por Zeus, habían derrotado y encerrado a los titanes en el Tártaro, engendra a un gigante por cada dios, de manera que sea su contrapartida perfecta para derrotarle y consumar la venganza de Gea. Los gigantes fueron derrotados por los dioses, especialmente por Zeus y Atenea, y por un semidios como es Heracles, que jugó un papel fundamental.
Un episodio importante de los mitos griegos, que sirvió de referencia a
La historia comienza con la presentación de una pareja, un hombre llamado Delos, y una mujer llamada Prome, que están vagando por el desierto hacia un destino desconocido, cuando se topan con unos extraños soldados que les llevan presos a su ciudad, que está habitada por una curiosa sociedad estilo colmena que convive con los insectos, en concreto con los escarabajos, y que adoran a un Dios también insecto que les provee de alimentos y cultivo. No hay mucho más que contar sobre el argumento, que es bastante simple y sencillo, pero no obstante no vamos a desvelar más para no destripar lo poco que hay que descubrir en este aspecto.
Lo más destacable, a parte de la excelente ambientación, son los dos personajes principales, que, con una idiosincrasia bastante particular y diferente, sin embargo consiguen tener una química sorprendente y envidiable que funciona durante toda la historia. Lástima que, todos esos conceptos, razas y contexto político y religioso que apunta Miura durante la obra, se queden simplemente en eso, en un apunte superficial del que no tenemos ni seguramente nunca más vamos a tener un desarrollo que seguramente merecería una historia como ésta, que demuestra tener un potencial. Por lo tanto, si bien podemos decir sin miedo a equivocarnos que el guion es sencillo y simple, tampoco podemos establecer un juicio especialmente rígido sobre el mismo, porque sencillamente en apenas 200 páginas no da tiempo a desarrollar un mundo rico en mitología y conceptos como éste. No obstante, es la opción que elige Miura para presentarnos una historia, que más que otra cosa es una simple fotografía, un capítulo de la vida dos personajes que están viviendo una aventura de la cual no conocemos su objetivo ni sus motivaciones hasta prácticamente el final, para después acabar de forma brusca y repentina, cerrando eso sí, la breve historia que nos ha contado.
Gigantomachia es una parte suelta de una historia épica, como una pieza de un puzle, que no sabemos si alguna vez veremos en su totalidad, y que en realidad no sabemos si el propio Miura siquiera tiene construido un trasfondo como tal, y de si tiene intención de contárnoslo algún día. Quién sabe, quizás cuando se libere de las ataduras de Berserk y le de un final después de treinta años de historia, sepamos algo más sobre Prome, Delos y sus aventuras.
El apartado artístico corre a cargo por supuesto del propio Kentaro Miura, como autor completo que es. El dibujo de Miura ha ido evolucionando bastante desde que empezó a publicar Berserk allá por el año 89, cuando los diseños de Guts, y posteriormente de Griffith y la Banda del Halcón tenían ese característico estilo ancho y achatado, que iría perfeccionando el autor hasta alcanzar el tono esbelto y elegante que ahora mismo lucen sus personajes, y que sin embargo, no lo hacen tanto los protagonistas de Gigantomachia, en donde el autor parece que ha preferido recuperar un poco el tono más tosco que tenía en sus inicios, aunque evidentemente mucho más perfilado. Y es todo un acierto, ya que una obra de estas características, y con el contexto que tiene, encaja bastante bien con el tono que lleva.
Donde desde luego siempre destacó Miura es en los combates, así como en los diseños de monstruos. Ambos aspectos están muy presentes en la obra, y no defraudan en absoluto. Es asombrosa la capacidad de Miura para narrar durante páginas y páginas un combate con técnicas de lucha libre perfectamente delineadas y ejecutadas. Y no decepcionan los gigantes, especialmente uno de ellos, que ya quisiera ilustrar tan bien otro conocido mangaka, Hajime Isayama, en su obra Ataque a los Titanes. El apartado artístico es, sin duda alguna, el punto fuerte de esta obra autoconclusiva y sencilla que nos deleita en cada página y hace que la lectura sea ágil, sencilla y muy entretenida.
Guión - 6.7
Dibujo - 9
Interés - 7
7.6
Espectacular
Una obra muy sencilla en su argumento aunque atractiva y original en algunos de sus conceptos, que destaca especialmente por su brillante apartado artístico. Un pequeño respiro entre tanto Berserk que seguramente gustará a los lectores más fieles del autor.