Hoy en día es muy difícil dedicarse al mundo del cómic. Aún más difícil lo es en el mercado del cómic patrio, donde sin el buen apoyo de una editorial resulta casi imposible poder producir una obra fuera del infierno que supone la autoedición. Dentro de este panorama tan desolador siempre hay autores que por una razón u otra consiguen despuntar, consiguen que el mundo les deje enseñarles su arte, en este mundo tan rico y tan propio a la hora de contar historias que es el cómic.
Pues bien, de esta forma, casi pasando desapercibido llega
La editorial encargada de dar a conocer al mundo Invierno Índigo, no es otra que
Pero ¿Qué nos cuenta Invierno Índigo? Invierno Índigo es la historia de Lucas, un chaval aparentemente normal, que desde pequeño ha sentido la presencia de extraños series, cuya existencia atribuye a simples pesadillas. Sin embargo, pronto descubrirá que los monstruos que le acosan desde su más tierna niñez son reales, muy reales y que forman parte de unas extrañas fuerzas que amenazan su entorno y quizás, todo lo que existe.
Dentro de este cosmos de incipiente creación, aparece otra fuerza, la de los extraños niños índigo, que trataran de alguna manera de guiar al protagonista en este inusual viaje cargado de acción pero sobre todo de una tierna emotividad que devuelve al lector sea cual sea la edad de éste, a esa infancia más cercana o lejana en la que los sueños, las pesadillas y los anhelos parecían tan verdaderos como la vida misma, por mucho que los adultos insistieran en lo contrario.
Es inevitable leer Invierno Índigo y no pensar en uno de los fenómenos televisivos más actuales como Stranger Things, que a su vez rescataba del olvido a obras cinematográficas como E.T. o Los Goonies, productos todos ellos en los que la fantasía o la ciencia ficción, así como los niños como protagonistas, estaban siempre presentes, resultando el elemento diferenciador de aquellas obras frente a otras.
Sin embargo, dicha comparación no es realizada por este redactor como exponente de un defecto de la obra (máxime cuando César Herce, su escritor, afirma que todavía tiene pendiente el visionado de la conocida serie de Netflix), si no todo lo contrario, al saber Invierno Índigo recoger perfectamente el testigo nostálgico que ahora vuelve a poner de moda ese tipo de historias pero aportando algo nuevo al mismo, y demostrándonos, una vez más que la infancia y la niñez no son sinónimos de estupidez o de historias anodinas, y que la inocencia y las ganas de descubrir son quizás el campo de juego más fértil para todo aquel artista que quiera explotarlo.
En cuanto al dibujo, éste es realizado por Adrián Rodríguez, uno de esos ilustradores profesionales que sabe perfectamente plasmar el dramatismo de la historia cuando es necesario, e incluso regalarnos algún momento humorístico con un estilo personal, repleto de líneas suaves y tendentes a la curva que hacen de Invierno Índigo una de las obras revelación de este 2019 que se aproxima inexorablemente a su ecuador.
La simbiosis entre Guionista y Dibujante es perfecta, palpándose en cada página, notándose como la comunión entre ambos profesionales se ha producido desde el principio de la obra, una obra que Sally Books tiene a bien poner a la venta a un precio reducido que evita todo tipo de excusas para su compra, la cual os recomiendo desde ya.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Obra Revelación
César Herce y Adrián Rodríguez sorprender al noveno arte patrio con este cómic que nos devuelvo a los más oscuros terrores de nuestra infancia
César Herce, guionista de Invierno Índigo es uno de esos autores que encarnan una figura muy común en el cómic español y europeo, pero no tan usual en el mercado americano, la de autor completo, aquel que se encarga tanto de guionizar como de ilustrar sus historias, si bien, y como hemos visto, en Invierno Índigo se encarga de los guiones, dejando el dibujo al buen hacer de Adrián Rodríguez.
He tenido la oportunidad de charlar con él sobre esta obra y sobre otros de sus muchos e interesantes trabajos en el mundo del cómic, por lo que entre risas, cervezas, y algún que otro grito propio de ese fervor riojano que nos caracteriza a ambos, hablamos sobre cómics y vivencias personales.
Zona Negativa: De esta pregunta estarás bastante hastiado pero ahí va. ¿Cuál es el primer cómic que recuerdas leer? ¿Cuál es el que te hace ver que quieres dedicarte a esto? Cuáles son tus influencias? Qué autores te marcaron?
César Herce: No voy a ser muy original en la respuesta… Los primeros cómics que llegaron a caer en mis manos, fueron los habituales en mi generación: Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, Pepe Gotera y Otilio… me podía pasar horas entre sus páginas. Fue a posteriori, covaleciente de unas paperas cuando mi abuelo, para que se me hiciese más llevadero, me regaló dos enormes bolsas con revistas como Cairo y clásicos del cómic italiano (que sigo sin saber de dónde sacó), que me mostraron todo un mundo de ideas y posibilidades nuevas. Por entonces no las aprecié en su justa medida, es cierto, ya que eran en blanco y negro y con una temática demasiado fuerte para mi edad. Hoy sigue doliéndome que perdiera su rastro, porque no sé qué ocurrió con ellas.
A partir de ahí, los superhéroes de Marvel terminaron por destruir mi frágil mente. Siempre he culpado de mi afición a un cómic de la guerra Kree-Skrull dibujado por Neal Adams que leí durante la consulta de un cardiólogo ¿A qué niño no le hubiese podido descolocar algo semejante?. Desde entonces no he dejado de leer cómics de todo tipo y condición. Como dibujante siempre me influyeron los Buscema, Kirby, Ditko, George Pérez, Bob Layton y el grandioso Neal Adams. Como guionistas, Stan Lee, Roy Thomas, Steve Englehart o Claremont. Ellos marcaron mi rumbo, pero a día de hoy sigo aprendiendo de todo autor que cae en mis manos…
ZN: Como tantos otros autores españoles tus comienzos se dan en el terreno underground. Fanzines, revistas auspiciadas por el gobierno local… ¿Qué puedes decirnos de
esa época?
CH: Que fue una época complicada. Por aquel entonces no encontraba camino alguno por el cual dar rienda suelta a mis inquietudes, pese a los muchos intentos, y vivir en una pequeña ciudad casi aislada y con nula actividad en el mundo de las viñetas, no ayudaba demasiado. Por fortuna, en aquel entonces nació el modesto fanzine BIPOLAR en la capital Logroñesa, donde a lo largo de tres números de vida, pude publicar alguna historia propia y aprender cómo se trabajaba realmente el cómic. Fue un primer contacto que trajo consigo la llegada de otros: Novelas ilustradas, revistas, colaboraciones…Todo lo demás, es historia.
ZN: Hablemos de tus andanzas, todavía presentes, en la revista Chuthullu, una de las pocas publicaciones que quedan en nuestro país sobre cómic de autor. ¿Cómo surge la inicativa? ¿Cómo comienzas a colaborar en el proyecto?
CH: Comencé a colaborar en la revista gracias al guionista Roberto Corroto, que contactó conmigo para hacer unas historia corta como dibujante para un especial sobre Bram Stoker. Una adaptación muy libre de «La guarida del gusano blanco». La historia gustó, y nuestra colaboración prosiguió en un segundo trabajo para la revista y el especial doble de Ray Bradbury.
Pero mi falta de tiempo para dedicarme al dibujo (Por otros proyectos más extensos que requerían el 100% de mi tiempo entre papeles) y mi necesidad de seguir vinculado al mundo del cómic, me llevaron a proseguir mi trabajo en ella solo como guionista. De este proceso hay un par de historias cortas junto a Santi Guillem y Taco Silveira para los números dedicados a Arthur Machen y Sheridan Le Fanu, respectivamente. Posteriormente tuve la oportunidad de introducir el personaje del Conjurador de Tormentas, y desde entonces no he dejado de escribir sobre el mismo para Cthulhu.
ZN: Como muchos autores en España tienes la característica de ser un autor completo, puesto que guionizas y dibujas. En ese sentido, habiendo hecho ambas cosas y en ocasiones, como en Invierno Índigo, solo una de ellas… Dirías que un buen dibujo compensa por un mal guión o viceversa?
CH: En realidad, no. Creo que un buen cómic es un buen trabajo de guión y dibujo al unísono. Una buena historia bien ilustrada y bien narrada es un buen cómic. Cuando un equipo de trabajo funciona, hay entendimiento entre las partes, libertad creativa y pasión por lo que se quiere contar, se nota. Esos son los cómics que perduran. Una mala historia no la salva nadie. Incluso con un buen dibujo. Puede tener su interés visualmente, pero si no cuenta nada, o es aburrido o absurdo, no es un buen cómic. A la contra pasa lo mismo, una buena historia con un nefasto dibujo, no es un buen trabajo. Como todas las cosas en la vida, la virtud está en el equilibrio.
ZN: Uno de tus trabajos más conocidos, así como personaje fetiche es el Conjurador de Tormentas. ¿Cómo surge esta idea? ¿Tendremos más aventuras de este misterioso personaje en el futuro?
CH: El personaje nació durante el proceso de documentación para otra historia, que a la postre ha quedado en un segundo plano. Por mera casualidad, dí con la existencia de este oficio tan singular y extravagante de los siglos XVI y XVII, y su singularidad a caballo entre lo pagano y lo religioso me pareció una excusa perfecta para poder contar historias sobre leyendas y mitos de nuestro entorno. El personaje tuvo y conserva una gran acogida de público y crítica, así que seguimos agrandando su particular universo.
Este mismo año, el Conjurador tendrá una nueva historia dentro de la revista, y será más especial que ninguna otra ya que tendrá el doble de páginas. Será un trabajo a cuatro manos, con el guionista Juan Alcudia, y los dibujantes Oscar Pérez y Paco Zarco. El resultado está siendo espectacular, y llevamos al Conjurador a las tierras siempre mágicas de Asturias, donde daremos un repaso a su extensa mitología…
ZN: Siguiendo con el Conjurador, hoy en día está muy de moda el apostar por el cómic de autor para proyectos televisivos y cinematográficos, ¿Te gustaría ver al Conjurador en la gran o pequeña pantalla? ¿Lo ves posible?
CH: Totalmente. De hecho, han sido varios autores y amigos quienes me han sugerido mover al personaje en otros formatos ante sus múltiples posibilidades: Libros, juegos de rol, videojuegos… hay quien ha llegado a sugerir que hable con productoras para llevar a cabo una serie de Tv o un cortometraje, una posibilidad con la que he fantaseado muchas veces, lo admito,
¿Quién no querría ver una de sus creaciones en la pequeña o gran pantalla? De hecho, hasta he jugado con esa posibilidad en mi imaginación llegando a lo pragmático, dando nombre y apellidos a un posible equipo de trabajo: Paul Urkijo a los mandos (Creador de la pequeña joya que es Errementari) e interpretado por el actor Nacho Fresneda, que le daría una profundidad al personaje extraordinaria. Pero por el momento, todo esto son solo fantasías, y toca seguir afianzando los cimientos del personaje…
ZN: Otro de tus proyectos que ha obtenido mucho reconocimiento es Águila Coja, la parodia de la famosa serie de TVE. ¿Qué puedes decirnos de ese trabajo? ¿Te cuesta mucho cambiar de registro y pasar al humor desde la leyenda y la sobriedad del Conjurador? ¿Cuáles fueron tus influencias en este trabajo? ¿Necesitaste permiso de TVE o te acogiste al derecho a la parodia?
CH: Águila Coja era un proyecto que ideé por y para mi buen amigo Dani Zarzuelo, y todo surgió con mi afán de dar a conocer su enorme talento. Su estilo LittleToons es una verdadera delicia, pero por aquel entonces no era un trabajo muy conocido (Gracias a Dios, eso ha cambiado radicalmente). Así que le invité a crear algo que llamase la atención del público y poner el foco en su trabajo.
Y la parodia de una serie o película conocida, era la mejor baza para llevar a cabo esta idea. Pero el mercado se encontraba saturado de parodias de series o películas norteamericanas, así que buscamos algo más original que nadie hubiese llegado a tocar todavía sobre el fantasioso español. Nos inclinamos por Águila Roja de RTVE, por las enormes posibilidades que nos ofrecía, cambiando toda referencia real con la serie (Ningún nombre es similar al de la serie original), pero evidenciando la base que le servía de cimiento. A partir de ahí, comenzamos a crear nuestras propias historias (no se trataba de una parodiar argumentos de la serie, sino de crear algo diferente) incluyendo en cada una todo tipo de homenajes posibles a la cultura friki, con una linea muy marcada a los cómics Bruguera de siempre.
Por sus páginas han pasado todo tipo de superhéroes y personajes de ficción de series o películas… la verdad, era un ejercicio muy divertido, que me ayudaba a descongestiornarme de la labor de guiones más duros o complejos. Hacer Águila Coja era un soplo de aire fresco.
ZN: Recuerdo que hace algunos años me hablaste de seguir con la estela humorística de Águila Coja pero parodiando a otra famosa serie de televisión. ¿Sigue Monasterio del Tiempo barruntando por tu cabeza?
CH: Siempre. Dani Zarzuelo, Ester Salguero y yo, éramos grandes fans de la serie del Ministerio del Tiempo cuando se emitía por RTVE. Ministéricos totales. Podíamos pasarnos horas hablando de ella en el chat creado para Águila Coja. Sacamos un cameo en la propia serie de Águila Coja de los personajes del Ministerio, e incluso llegué a escribir algunos borradores sobre un posible crossover de gran extensión con nuestra parodia, e hicimos algunas páginas, pero nunca se llevó a cabo. Cuando Ester dejó Águila Coja por sus enormes compromisos laborales, y la cancelación de la serie tras nueve temporadas, Dani y yo decidimos dejar Águila Coja e intentarlo de nuevo con el Ministerio del Tiempo, cuyo mundo fan era mucho más diverso.
Decidimos hacer las cosas bien desde el principio con la parodia del Ministerio. Contactamos con Aleta y Panini, que conservan los derechos del cómic de la serie original. Hablamos con Javier Olivares, creador de la serie y Javier Lara, guionista de algunos episodios. Escribí un cómic de 50 páginas donde sentábamos las bases de un trabajo muy denso y complejo. Dani dibujó un buen montón de páginas… pero la serie se canceló. Y todo se fue enfriando hasta quedar guardado en un cajón. Ahora, aunque la serie parece que volverá con una cuarta temporada, Dani y yo estamos metidos en demasiados trabajos profesionales y personales… pero si existiese un verdadero afán por hacerla viable, yo siempre estaría dispuesto a retomar lo que quedó pendiente.
ZN: Pasando ya a hablar sobre Invierno Índigo. ¿Qué tal ha sido encargarte solo del guión? ¿Has tenido química con Adrián Rodríguez? ¿Cómo es ser dibujado por otro cuándo tú también eres dibujante? ¿Te ha costado mucho dejar volar a Adrián o ha sido más fácil de lo que pensabas?
CH: Uno de los grandes beneficios de escribir y dibujar cómics, es que en ambas facetas aprendo muchísimo. Como guionista, es increíble ver cómo otros dibujantes son capaces de enfocar e interpretar tus propias ideas (A veces tan lejanas a tu apreciación personal como dibujante). Y como dibujante, es fabuloso ver como otros guionistas son capaces de encarar una idea o una forma de contar una historia que, probablemente, tú jamás hubieses acometido. En ese sentido, aprendo cosas nuevas con todos y cada uno de mis trabajos, lo que es maravilloso.
Trabajar con Adrián ha sido muy fácil y estimulante. Ha sido muy sencillo dejarle hacer y escribir para él, ya que no me tenía que preocupar demasiado por su interpretación de cómo hacer las cosas. En todo momento ha encontrado el tono en escenas en las que incluso yo dudaba de cómo podrían quedar. De hecho, escribí el cómic enfocado al estilo que él quería acometer en esta obra, intentando potenciar al máximo sus habilidades como paisajista (Tenéis que ver su instagram). La única pega, es que la enorme carga de trabajo que Adrián ha tenido durante la elaboración del cómic era tal, que a veces el diálogo no era tan fluido como me hubiese gustado (Suelo implicarme todo lo posible con mis dibujantes). Pero creo que el resultado final en cuanto a lo gráfico, es sobresaliente.
ZN: ¿Cómo surge el proyecto de Invierno Índigo? Cómo contactáis con Sally Books?
CH: El proyecto de Invierno Índigo nació hace muchos años, gracias a un programa de radio nocturno, al que era asiduo durante mis jornadas de trabajo en el turno de noche. Cierto día, hablaron en un especial sobre los niños índigo y las fascinantes teorías y mitología creadas a su alrededor, y me dije que ahí había potencial para escribir una buena historia. Así que me apunté un esbozo de argumento y unas nociones básicas de lo que quería contar, y lo guardé en un cajón…. Tiempo después abrí ese cajón, limpiando la idea original y aderezando el argumento con la evolución de las teorías New Age que dieron germen a los niños índigo, y le ofrecí la idea a Sallybooks, que vieron potencial en el argumento.
Desde que me descubrí el trabajo editorial de Sallybooks, he querido trabajar con ellos. Creo que es una editorial con las ideas muy claras, que trabaja formidablemente los formatos, cuida muy bien cada una de sus obras y además exporta el talento local a los mercados extranjeros. Algo que creo es de vital importancia actualmente. Así que ofrecí a su editor varias propuestas, hasta que hubo una que encajó con lo que buscaban. Soy muy afortunado de poder trabajar con ellos.
ZN: Cuando uno visita la web de Sally Books o tiene entre sus manos uno de sus libros, ve que promulgan el apoyo a autores todavía poco conocidos. En ese sentido, ¿cómo ha sido el trato por parte de la editorial? ¿Te ha dado la promoción necesitada? ¿Os ha dejado hacer lo que queríais con vuestra historia?
CH: Trabajar con Sallybooks ha sido una experiencia muy gratificante. Manu Gutierrez es un EDITOR con mayúsculas. Ha sabido darnos libertad creativa total para trabajar, sugiriendo detalles o cambios que simplemente enriquecían el conjunto (Nunca modificaban la historia o el mensaje), y nos ha tutelado con enorme diligencia. En lo personal, me ha ayudado enormemente en mi trabajo como guionista, dándome consejos para profesionalizar mis guiones y hacerlos más técnicos y competentes. Podría decirse que entré en Sallybooks como alguien que escribía cómics, y gracias a Sallybooks ahora soy un guionista de cómics. Por desgracia, llegamos justos con la publicación de Invierno Índigo para el Comic Barcelona, así que mucha promoción no ha habido posibilidad de hacer, pero me consta que Sallybooks pelea por todas sus obras, así que estoy muy tranquilo a ese respecto.
ZN: Cuando leo Invierno Índigo no puedo evitar pensar en Stranger Things y en todo ese revival cultural que vivimos ahora sobre las aventuras de niños que esconden una madurez mucho mayor. ¿Hay algo de eso en la obra?
CH: En parte sí y en parte no… soy uno de los pocos que todavía no ha visto Stranger Things, y no lo menciono con orgullo, al contrario, es una espinita clavada en mi pecho que tengo que extirpar lo antes posible. Pero a veces la vida no da para todo cuando ejerces un oficio, escribes, dibujas, y tienes una familia a la que darle parte de tu tiempo. Pero es comprensible la comparativa ya que Stranger Things bebe de toda esa nostalgia ochentera que arrastra toda mi generación, aquella que creció con los Goonies, El vuelo del navegante, It (La original) y tantas otras películas sobre niños aventureros y círculos de amistad, así que si, en parte ambos compartimos los mismos mimbres. El inicio de Invierno Índigo es casi un homenaje a esas películas , pero luego la historia crece y se convierte en otra cosa. Me gusta caminar por senderos conocidos e ideas familiares. El lector se siente cómodo. Reconoce el paisaje y la empatía es directa. Luego les cojo de la mano y los llevo por otros caminos que no esperaban, o que no habían explorado antes, y entonces ya esa tarde para cerrar el cómic (…o eso espero).
ZN: ¿Cómo ha sido la experiencia en el Salón del Cómic de Barcelona? Qué se siente cuando eres tú el que firmas y no el que guarda fila?
CH: Ya había asistido otras veces como autor gracias a Águila Coja o los Eurocorps (Aftercomic), pero no al nivel que representa Sallybooks, eso es cierto. Es un cambio sustancial, desde luego. Y una sensación maravillosa de haber llegado a donde siempre se ha querido llegar. Estar en el sitio que soñabas …algo parecido. Los editores te miran de otra manera cuando tienes un material sensible como este entre manos. La pena es que apenas pude visitar el salón como un aficionado más, y perdí la opción de conseguir algunas firmas o asistir a algunas charlas, pero ha merecido la pena.
ZN: ¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo ahora mismo o es demasiado pronto para hablar? ¿Puedes adelantarnos algo?
CH: ¡Por supuesto! Como te he comentado antes, estamos ultimando la historia del Conjurador de Tormentas que saldrá en revista Cthulhu antes de que acabe el año. También, a mediados de Octubre aparecerá «Viaje a Xambala» con editorial Grafito. Un cómic juvenil en el que nos hemos reunido una treintena de autores para dar vida a las aventuras de un par de hermanos muy especiales, Mik y Sue, que se han extraviado en el mundo mágico llamado Xambala.
Es un trabajo en el que participo con una historia corta junto a Carmen Cantero, codeándonos con gente como El Torres, Raule, Daniel Storach, Ricardo Vilbor, Damián Campanario, David Braña, Roberto Corroto, Manuel Gutierrez… y un larguísimo etcétera que quita el sentido. Una pasada de cómic, palabra. También estoy trabajando en un guión histórico para Cascaborra ediciones, que espero llegue a publicarse el año que viene y además, como dibujante, tengo por acabar «Los Mundos de Akalanna» de David Braña, para Nowevolution, con lo que apenas tengo tiempo para aburrirme…
ZN: ¿Cómo crees que está afectando la era digital al cómic? Invierno Indigo se ofrece a un precio más económico en este formato, ¿está respondiendo la gente con la compra digital o sigue superando por mucho el papel?
CH: Como la salida del cómic ha sido muy reciente, no tengo aún datos acerca de su versión digital, pero no creo que sean muy notables. Vengo de la experiencia digital con Águila Coja, y se a lo que atenerme. La experiencia me dice que el lector español de cómic sigue siendo analógico. Le gusta el papel y el coleccionismo, y aunque es evidente que el cómic digital ha llegado para quedarse, al menos en España, este todavía es minoritario.
ZN: Finalmente, ¿cómo ves el mundo del cómic actualmente? ¿Crees que la sobreproducción de películas y series le afecta positivamente o negativamente? ¿Crees que ya por fin tiene el estatus cultural que merece o todavía queda un largo camino por delante?
CH: Soy optimista. Actualmente, los autores españoles son de los más respetados dentro de la industria mundial de cómic. Tenemos autores copando el mercado americano dentro de las majors o como cómic independiente (Con nominaciones a los Eisner incluidas). En el mercado Francobelga cada vez somos más numerosos. Hemos conseguido entrar en el férrero mercado japonés. Se venden licencias de obra de autor (Autoeditadas) a lo largo de todo el mundo, traducidas a todo tipo de idiomas. Se agotan ejemplares de tiradas importantes en horas, y no hacen mas que florecer adaptaciones de obras de autores españoles a cine o Tv (Películas, cortometrajes, animación…), lo que siempre es positivo (Siempre y cuando las adaptaciones sean buenas, por supuesto).
Es cierto que seguimos siendo una industria muy precaria. Difícilmente se puede vivir del cómic en nuestro país, y habrá que ahondar en ello tarde o temprano, pero viniendo de donde venimos, creo que se ha conseguido mucho, y el cómic ha ganado bastante prestigio. Es el momento de no bajar la guardia, y seguir en esta linea. Seguir dignificando esta profesión como vehículo de entretenimiento, información e incluso educación.
ZN: Muchísimas gracias por estas palabras y por tu tiempo César. Ha sido un placer charlar contigo, ¡sobre todo con cerveza de por medio!
CH: Un abrazo y ¡gracias por todo!, nos volvemos a juntar cuando quieras.
Interesante. Si me lo encuentro en la tienda, me lo pillo.