Si les hablo de Gregory Gallant, posiblemente no les suene de nada, pero si les menciono el nombre de Seth, la cosa cambia radicalmente. En realidad, son la misma persona, ya que Gregory Gallant decidió, allá por los 80, utilizar el nombre artístico de Seth, asociándose con su figura de forma indisoluble; algo que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera hasta hoy en día. No hace mucho, decidí personalmente que había que rescatar a este autor nacido en Clinton, Ontario, del injusto olvido en el que había caído en Zona Negativa.
Seth, el autor que convierte la nostalgia en algo auténtico y verdadero, y en última instancia, en arte, da rienda suelta a su inagotable imaginación para desarrollar, no solo una historia, sino unos personajes, unas publicaciones y unos artistas sacados directamente de su torrente creativo (algo que ya hizo en La vida es buena si no te rindes; posiblemente su obra más reconocida). Esta sátira sobre el mundo del noveno arte, que abre una nueva vía: la de los coleccionistas de cómics, se convierte finalmente en algo íntimo y personal, aunque a priori, no lo pueda parecer. Ésta es precisamente la grandeza de los artistas en mayúsculas; la de impregnar a cualquier historia, por rocambolesca que sea, de la personalidad del autor. Más de uno dirá que es obvio que este tebeo tenga mucho, a priori, de Seth, ya que está ambientado en el mundo de los cómics y hay toneladas de nostalgia en el mismo, pero, realmente, donde Seth lo lleva a su terreno y lo hace personal es que esa nostalgia no es exactamente la misma que desarrolla en el resto de su obra, sino que se refiere al recuerdo infantil de leer y dibujar cómics; al recuerdo de los años felices que pasó con su madre, que sufrió un deterioro de vejez y de salud, al igual que la madre del protagonista del cómic. Lo que empezó como una broma sobre este mundillo, acabó siendo algo cercano y dramático para el artista. Así es cómo una obra tiene vida y funciona de verdad; cuando el autor pone un pedacito de él dentro de ella; así se siente sincera, personal y única. Así es como trabaja Seth en sus obras.
Tanto
Hayan leído o no este tebeo, muchos de ustedes podrían preguntarse, pero ¿quién es realmente Wimbledon Green? El protagonista no es más que un macguffin hitchcockiano que sirve para dar rienda suelta a las filias y fobias que tiene Seth como artista. Es digno de mención que, en un universo creado íntegramente por este autor, sea capaz de salir él mismo en la historia (con otro seudónimo, Jonah), en la que fiel a su estilo, se expone personalmente, se fustiga a sí mismo, y sale muy mal parado. Todo esto aderezado con una buena dosis de sentido del humor. Asimismo, los cómics inventados por Seth que aparecen dentro de
Pese a que en la introducción no se muestra muy contento Seth con el diseño y el dibujo de los personajes, a mí, particularmente, me encanta. Tiene razón Seth en que el diseño es muy, muy básico, pero casa perfectamente con ese tono de farsa y sátira que desprende el cómic. Lo nostálgico y retro, una vez más, recae en los edificios, aunque éstos tienen menos protagonismo aquí que en otras obras del mismo artista. Hay algo mágico en el diseño de las maquetas de edificios que crea Seth, y que suele acompañar a la mayor parte de su bibliografía. Seth dota a los edificios de vida; son como un personaje más en sus historias. Hay algo que me atrae poderosamente sobre esto. Esa soledad y belleza a través de los edificios no me lo suele transmitir el resto de autores. Las calles, el skyline… son únicos en Seth.
Hace escasos días, Salamandra Graphic publicó, por fin, en nuestro país, la edición definitiva de Ventiladores Clyde. Por este motivo, Seth comienza hoy mismo una gira por España. Hoy y mañana estará en Madrid; el 3 de junio en Bilbao, y el 4 en Barcelona. Desde Zona Negativa cubriremos tal acontecimiento. Podría decirles que ahora es un buen momento para leer a Seth, pero sería mentirles. Siempre es un buen momento para leer a uno de los grandes autores contemporáneos del noveno arte. Un nostálgico amante de las tiras de prensa, ¿recuerdan que les dije que diseñaba sus propias publicaciones? Pues él mismo, también, se encargó de diseñar The Complete Peanuts, la publicación de Fantagraphics Books que recoge todas las strips que creó el maestro Charles M. Schulz, y que le valió en 2005 sendos premios al diseño en los Harvey y los Eisner. Ya lo saben, si aman los cómics, Seth siempre es una respuesta.
Guion - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 9
8.5
Macguffin
Seth, un artista dotado de una excelente narrativa, hace gala una vez más de su infinito talento en esta obra sobre el mundo de los cómics que todo aficionado debería leer.
Maravilloso. Sleepers como este son los que expanden el medio y difundirlos me parece importantísimo. Yo personalmente conocía al autor pero no esta obra y me entusiasma descubrir cosas así; te lo agradezco.
Y me ha parecido muy injusto que esta gran reseña quede vacía de comentarios, así que aquí estamos.
¡Gracias!
¡Gracias por sus palabras, Matches_Malone! Uno hace lo que puede ante una obra tan buena y un artista tan grande como lo es Seth.
Llevo días dándole vueltas a este cómic. Y ya igual ni llegas a ver el comentario, compañero. Esta es una de esas obras que me llaman la atención por el argumento pero que el dibujo me echa para atrás. No sé si por estar demasiado acostumbrado a otros estilos, por la escuela superheroica o por qué, soy un ignorante de este tipo de arte. Pero me he decidido a comprarlo próximamente después de leer la reseña varias veces.
¡Buenas, Víctor! Haces muy bien en comprar este cómic por varias razones:
1. La innegable calidad del tebeo.
2. Lo divertido que es.
3. Por lo que has mencionado antes, con esta compra abrirías un poco tus estilos, y eso siempre es bueno. Todo suma.
4. Con respecto al dibujo. Sí que es muy simple, pero está muy bien y es muy acorde con la obra. Seth es un gran dibujante. El principal problema que yo le veo es que es hay mucho texto y mucha viñeta en un espacio muy reducido, por lo que la lectura se hace un poco pesada para la vista (por lo menos a mí me ocurre, aunque esto es algo muy personal).
5. Y solo por el mini relato de The Green Ghost, ya merece la pena. Seth podría hacer historias de superhéroes cojonudas si quisiera…