Desde que tengo uso de razón he sido lector de cómics. Lo que empezó como un pasatiempo esporádico, como un mero divertimento, poco a poco evolucionó en una afición consolidada, una constante en mi vida que se fue diversificando y enriqueciendo con obras de distinta procedencia y trabajos de divulgación, que la consolidaron como una auténtica pasión. En el progresivo desarrollo de esta pasión por el medio, ha habido una constante que me ha acompañado, y es que bien fuera en publicaciones escritas o digitales, surgió en mí el interés por leer acerca de los cómics por los que sentía tanta atracción. En este aspecto, desde su creación,
Seguro que en aquel lejano
Es un orgullo formar parte de
Cuando se me propuso que escribiese un artículo para este aniversario, no tardé en dilucidar qué cómic sería adecuado para una efeméride tan especial. A pesar de considerarme un lector abierto a obras de cualquier época y procedencia y participar en este proyecto reseñando cómics de origen japonés, siento especial afinidad por el cómic europeo, ya que sus grandes clásicos supusieron mi primer acercamiento al mundo del cómic siendo muy pequeño, y desde entonces me ha acompañado a lo largo de mi vida. Una vez que acoté la procedencia de la obra, decidí elegir una que es muy especial para mí, que es el canto del cisne de sus dos autores y que creo que no ha recibido tanto reconocimiento como merece.
Comentaba anteriormente que
Su primer volumen fue publicado en Francia en marzo de 2006 por la editorial
Dos autores y un estudio
Tras las páginas de esta obra se esconden los nombres de
A diferencia de lo que ocurre en muchas ocasiones, la relación artística de estos autores no consistió en el reparto de guión y dibujo para cada uno de ellos, sino que ambos participan activamente tanto en el desarrollo del argumento y la escritura del guión como en el dibujo de las páginas, por lo que se produce un maravilloso efecto sinergia, aparcando los egos individuales, en el que las habilidades del uno se ven potenciadas por las del otro.
Como podemos observar en la imagen, Loisel realizaba la primera versión de cada página, caracterizada por el vertiginoso trazo de su lápiz, fácilmente reconocible para sus aficionados, y una rica variedad de planos y perspectivas que se adecuan a la narración de la historia en cada ocasión y que contribuyen a transmitir un amplio registro de emociones sin la necesidad de escribir una sola palabra. Posteriormente, Tripp se encargaba de sobredimensionar el trabajo de su compañero, dotando a las viñetas de una mayor sensibilidad y profundidad gracias a una multitud de detalles, enriqueciendo a las figuras que las componen de volúmenes y sombreados e ideando juegos de luz que nos hacen advertir el paso de los días y las estaciones.
El contexto
Quebec es una región canadiense con profundas raíces europeas, se podría decir que resulta un apéndice de Francia en Norteamérica, por su arquitectura, idioma, tradiciones, etc. Volcada al Océano Atlántico, siempre atenta al viejo continente, con una población mayoritariamente francófona y en permanente conexión con su pasado, resulta comprensible su elección como escenario de la historia, puesto que el público europeo puede reconocerse fácilmente en los personajes de la serie, así como en sus actitudes y costumbres.
La búsqueda, el diseño y la delimitación de este contexto reflejan su importancia, ya que se acaba constituyendo en un elemento indisoluble de la narración costumbrista y, una vez finalizada la lectura de los 9 álbumes, se experimenta la sensación de haber visitado cada uno de los recovecos del pueblo, de haber sido partícipe de su evolución y de haber estado involucrado en las vidas de sus habitantes.
Notre-Dame-des-Lacs es una bucólica villa quebequense, con una gran presencia de la abrupta vegetación que la rodea, calles sin asfaltar, sin una red eléctrica ni sistema de alcantarillado, escasamente poblada por pequeñas cabañas de madera diseminadas dentro de sus límites geográficos. Más allá de ellos se extiende el espeso bosque oceánico que proporciona sustento a las familias de la aldea y los aísla de los avances de la civilización. La imponente presencia de la vegetación, la pausada existencia de sus habitantes, la ruptura producida por ciertos acontecimientos y la forma de reflejarlos poseen remembranzas del realismo mágico hispanoamericano de autores como
Los habitantes del pueblo
Al igual que ocurre con otras grandes obras del medio,
Félix Ducharme. Propietario del almacén de Notre-Dame-des-Lacs, que abastece a toda su población. Fallece en los primeros compases de la historia y es el narrador de la misma desde el más allá.
Marie Ducharme. Ella es la protagonista de la historia, una mujer que a sus cuarenta años queda viuda y hereda el negocio de su marido. Pronto verá perturbada su existencia por la llegada de Serge y, a partir de ese momento, comenzará a evolucionar como persona, desarrollando una fuerte personalidad.
Serge Brouillard. Se trata de un hombre oriundo de Montreal, veterano de la Gran Guerra, residente durante una temporada en París, donde adquirió nociones de cocina francesa. Tiene gustos refinados que chocan con las costumbres de los habitantes de Notre-Dame-des-Lacs.
Jacinthe Tremblay. Es la mejor amiga de Marie, su gran apoyo. Es una chica joven que vive con su abuela, ya que sus padres fallecieron y es la única familia que tiene. Es tierna, bondadosa y comprensiva. Defiende a Gaëtan y lo ayuda a dar lo mejor de sí mismo.
Gaëtan Payette. Hijo del alcalde y discapacitado. Su existencia discurría sin nada que destacar hasta que Marie lo contrata como ayudante del almacén. A partir de la llegada de Serge, muestra un gran interés por la cocina, destapando una gran habilidad en las artes culinarias. Es el alma del pueblo.
Rejean Beauregard. Acaba de llegar al pueblo para sustituir al padre Gagnon. Es un joven párroco, procedente de Montreal, que a veces se ve superado por las exigencias de su congregación. Se convierte en un gran amigo de Noël Poulin.
Noël Poulin. Es un hombre anciano, que llegó al pueblo de niño junto a su padre. A pesar de ser un ateo convencido, establece una relación de amistad con Rejean, el nuevo cura, quien lo ayudará a llevar a cabo la construcción de una embarcación, su gran sueño.
Las cuñadas Gladu. Aunque en un principio puede pensarse que son hermanas, en realidad son cuñadas. En su juventud, se casaron el mismo día con los tres hermanos Gladu, quienes acabarían pereciendo en el incendio del burdel que frecuentaban, dejándolas viudas y llenas de un odio eterno hacia todos los hombres.
Además de estos personajes, poco a poco iremos conociendo a los miembros de las familias Massicotte, Roberge, Allaire, Archambault, Côté, Bérubé, Bernier, Ouelette o Godbout, entre otros.
El desarrollo argumental
El planteamiento narrativo de
Aunque se me hace difícil no desvelar detalles de la trama, debido al embargo de la emoción por esta obra y la necesidad de hablar largo y tendido sobre ella, a continuación relato una breve sinopsis de cada uno de los álbumes sin estropear su lectura, para que los lectores de este artículo puedan hacerse una idea del devenir de los personajes y la elegante narración de sus autores.
Marie
El primer álbum comienza con el fallecimiento de Félix Ducharme, dueño y regente del almacén que abastece de víveres y bienes esenciales a los habitantes de Notre-Dame-des-Lacs, el pueblo donde se sitúa la acción. Su viuda, Marie Ducharme, decide hacerse cargo del negocio, a pesar de que sus vecinos dudan de que una mujer pueda llevar a cabo esta tarea, ya que debe conducir la camioneta hasta un núcleo urbano de mayor tamaño para reponer las existencias de la tienda. Aunque se esfuerza en asimilar sus nuevas responsabilidades, Marie se desmorona en ocasiones, pero encontrará el apoyo de su amiga Jacinthe, una joven huérfana que vive con su abuela.
A lo largo de las páginas de este primer álbum iremos conociendo a algunos de los habitantes del pueblo, como Ti-Guy Bernier, el herrero; Joseph Payette, el alcalde, y su hijo Gaëtan; Noël Poulin, que planea construir una embarcación; Rejean Beauregard, el nuevo sacerdote; las cuñadas Gladu, tres ancianas ultracatólicas; Alice Côté, la institutriz de la escuela; Mathurin y Ernest Latulippe, dos hermanos leñadores; Alcide Choquette, el zapatero; etc.
Serge
Marie da cobijo en su casa a Serge, un viajero cuya moto se ha averiado a su paso por Notre-Dame-des-Lacs. Se trata de un hombre afable, oriundo de Montreal y veterano de la I Guerra Mundial, que poco a poco se va ganando a los habitantes del pueblo y entabla una amistad con algunos de ellos, como Isaac, Noël, Gaëtan o Rejean. Sus habilidades como veterinario y su estimable compañía y ayuda lo irán convirtiendo progresivamente en una persona imprescindible para todos los vecinos y, especialmente, para Marie.
Serge queda encandilado por el estilo de vida del pueblo y no muestra signos de querer abandonarlo, ya que incluso abre un restaurante de comida francesa en las dependencias del almacen, al que irá invitando a todos los vecinos del pueblo para agradecerles su aceptación y cobijo, introduciendo en sus vidas nuevos aromas y sabores.
Los hombres
Termina el largo y duro invierno canadiense, dando paso a la primavera, y los hombres del pueblo regresan del bosque a sus casas, junto a su familia, como vienen haciendo toda su vida. Sin embargo, advierten que algo ha cambiado en el pueblo, que ya nada es como antes. Serge ha introducido novedades que no son de su agrado y producen un choque cultural, entre sus costumbres refinadas y la rudeza de los leñadores y cazadores. En poco tiempo irá aumentando una tensión entre ellos, que acabará explotando y requerirá de la intervención de las mujeres del pueblo para que las aguas vuelvan a su cauce.
Confesiones
Toda vez que Serge ha sido admitido formalmente como un habitante más de Notre-Dame-des-Lacs, comienzan a crecer los rumores de una boda con Marie. Sin embargo, él no está dispuesto y rehúsa tal posibilidad, lo que sumirá a la dueña del almacén en un gran pesar.
Marie, que ha recuperado su deseo sexual, tras el prudencial tiempo de luto por el fallecimiento de su marido, parece dispuesta a saciar su apetito con otro hombre, si Serge no está dispuesto a complacerla…
Montreal
Los habitantes de Notre-Dame-des-Lacs juzgan severamente las acciones de Marie, dándole la espalda y reprendiéndola públicamente, ejerciendo una gran presión sobre ella y viéndose obligada a cerrar el almacén indefinidamente. Al mismo tiempo, la abuela de su amiga Jacinthe fallece, quedando sola en el mundo, hecho que ambas aprovechan para escapar a Montreal, dejando atrás sus rutinarias vidas y asqueadas por la actitud de sus vecinos. Allí conocerán un nuevo mundo y vivirán nuevas experiencias.
Mientras Gaëtan reprende a sus vecinos, Serge permanece a cargo del almacén, viéndose desbordado por esta responsabilidad. Ante la falta de víveres y materiales, los habitantes del pueblo se ven obligados a organizarse para solventar la problemática y se preguntan si no traspasaron fronteras que nunca deberían haber cruzado.
Ernest Latulippe
Marie sigue exiliada en Montreal, ya que se ha dado cuenta de que sus libertades estaban muy restringidas en el pueblo, donde perdura la escasez de suministros y, a pesar de ello, nadie plantea una propuesta que le dé solución. A pesar de ello, la añoranza que Jacinthe siente por su hogar las llevará a regresar a Notre-Dame-des-Lacs, donde será recibidas con gran alegría por la mayoría de la población.
Ernest Latulippe regresa al pueblo desde las profundides del bosque en busca de ayuda, ya que su hermano, Mathurin, ha sido atacado por un oso y necesita trasladarlo urgentemente para que reciba cuidados sanitarios.
Charlestón
Los hermanos Latulippe siguen recuperándose en casa de una Marie que no está dispuesta a renunciar a las mieles redescubiertas en su escapada a Montreal. Mientras tanto, en el pueblo se celebran reuniones para elegir al nuevo alcalde, pero acaban convertidas en fiestas donde los ciudadanos bailan el charlestón. La música invade las calles y llena de alegría el corazón de todos los vecinos de Notre-Dame-des-Lacs, mientras que las mujeres del pueblo sienten interés por los nuevos vestidos de Marie y Jacinthe y comienzan a confeccionar unos similares para sí mismas.
Las mujeres
El charlestón causa furor e interrumpe la monotonía de Notre-Dame-des-Lac, cuyos habitantes se encuentran exultantes. Sin embargo, esta inusitada alegría se verá interrumpida por Rejean Beauregard, el párroco del pueblo, que atraviesa una crisis existencial y de fe que lleva a abandonar sus labores como diácono, por lo que intentarán animarlo y convencerlo de que las retome. Además, Marie esconde un secreto que cambiará su vida para siempre y sorprenderá a todos sus amigos…
Notre-Dame-des-lacs
Ya nada es igual para los habitantes de Notre-Dame-des-Lacs. Los hechos acaecidos a los largo de la historia han cambiado su forma de ver el mundo, de actuar y de relacionarse con sus familiares y amigos. Los hemos acompañado durante un período de varios años que ha resultado ser de vital importancia para ellos, hemos sido parte de esta comunidad y ahora llega el momento de despedirnos. El optimismo que los autores imprimen a estas páginas finales y el álbum de fotos de Jacinthe, que nos muestra el devenir de unos personajes que a estas alturas serán muy queridos por los lectores, dejan un sabor de boca inmejorable y suponen un cierre perfecto.
Una historia de empoderamiento femenino
A pesar de tratarse de una obra coral a lo largo de sus nueve volúmenes, desde un principio la base de todo el proyecto era la historia de Marie, que estaba planeada para tres álbumes, pero ante el carisma de sus vecinos y la posibilidad de realizar un trabajo más exhaustivo y ambicioso, sus autores optaron por aumentar la cantidad de páginas, tomos y años de elaboración. Aun así, es inevitable identificar el cambio que Marie experimenta a lo largo de toda la obra como su núcleo argumental.
Conocemos a Marie siendo “la mujer de”, una persona escondida tras el nombre y el trabajo de su marido, que asumía el rol de ama de casa y mano de obra en el negocio familiar, pero que, al quedar viuda, se ve obligada a realizar funciones que hasta entonces le estaban vetadas por su condición de mujer, como conducir la camioneta, comprar mercancías o regentar el almacén. Poco a poco, Marie dejará atrás el luto por el fallecimiento de su marido y volverá a experimentar la atracción por los hombres y el deseo sexual, acogerá a Serge bajo su techo a pesar de las habladurías, exigirá a sus vecinos el derecho a vivir su propia vida sin ser juzgada por sus decisiones y acciones, escapará a Montreal para disfrutar de la moda urbana, de la música y el baile y tomará decisiones controvertidas y avanzadas a su época.
En definitiva, Marie sufrirá una evolución constante en toda la obra a partir de una progresiva conquista de sus derechos y libertades, resultando un ejemplo para sus vecinas y las posteriores generaciones de habitantes del pueblo y representando a las mujeres que, aún hoy en día, en muchas partes del planeta no pueden ejercer sus derechos como deberían.
Un abanico de valores sociales
Además de la igualdad entre sexos,
Así, la homosexualidad tendrá cabida dentro de los límites del poblado quebequés. Sin embargo, no penséis que me refiero a la aceptación social de la misma, sino a la propia aceptación personal de quienes pertenecen a este colectivo, que es la más importante y precede a la anterior. A lo largo de sus páginas, seremos testigos de la reflexión, identificación, la aceptación y la experimentación de la homosexualidad por parte de alguno de los habitantes de la villa.
También hay cabida para la inclusión de personas con discapacidad, a través de la figura de Gaëtan Payette, personaje con una discapacidad intelectual del que nadie esperaba nada, pero que, como Marie, realiza una progresiva conquista de logros que le llevan a ganarse el respeto de sus vecinos. Al principio de la historia, no es más que una persona dependiente de su padre, que se relaciona principalmente con los niños del pueblo, sin que nadie lo trate como a un igual. A partir de ahí, comenzará una escalada personal y social, que lo llevará a trabajar como ayudante en el almacén, donde termina encontrando su elemento en la cocina, llegando a superar a su maestro, Serge. Además, demuestra tener un gran corazón, adoptando a un pequeño osezno y siendo quien más lamenta la marcha de Marie y Jacinthe, demostrando su lealtad incondicional hacia las mismas y reprochando a sus vecinos que las presionaran a abandonar el pueblo.
El trasfondo de la historia emana una enseñanza de aceptación de la diversidad, de la superación de la cómoda homogeneidad y de los supremacismos. Es una celebración de las diferencias, de un cambio de paradigma en el que las personas no tengan que reprimir su identidad personal y así desarrollen también su identidad colectiva. Pero además, esta exigencia de respeto a la heterogeneidad la realiza desde un profundo respeto y comprensión a los valores tradicionales y a quienes los enarbolan, puesto que en todo momento los autores se esfuerzan por que los personajes se muestren comprensivos con quienes no aprueban los cambios sociales, como las hermanas Gladu, que a pesar de ser unas fanáticas religiosas que desprecia a quienes no son, piensan y actúan como dicta su moral, no son reprendidas en ningún momento, sino que se las intenta atraer y seducir mediante la bondad y la comprensión. También a través de la relación de amistad que surge entre Noël, ateo convencido, y Rejean, el joven párroco, se muestra que, a pesar de las diferencias, se puede vivir en perfecta armonía.
Conclusiones
Se trata de un trabajo intimista, a la vez que abierto a quienes se quieran aproximar a él, gracias a su cercanía, su fluida narrativa y el humor que subyace tras cada suceso de los habitantes del pueblo. No es el cómic más grandilocuente del que se podía escribir para este vigésimo aniversario, pero sí es el cómic que esta celebración merecía. ¡Larga vida a Zona Negativa!