Con toda probabilidad esta es una de las reseñas más difíciles que haya hecho y que, seguramente, haré nunca.
En primer lugar porque es imposible desligar mis sentimientos, mi propia confusión, del análisis objetivo de la obra; en segundo lugar porque mi opinión se sustenta en diferentes momentos de la trama que pueden ser considerados spoilers, algo que en todo momento he querido evitar.
El primer aspecto no lo he esquivado – ni ganas – ya que he sucumbido en el personalismo con todo convencimiento. Era lo más honesto. El segundo peligro creo que lo he sorteado con cierta solvencia, pero perdónenme si en algún momento les chafo “la diversión” de leer esta obra con mis argumentos. No habrá sido en absoluto mi intención.
Vamos allá…
En un pequeño pueblo francés llamado Giverny coexisten tres mujeres que están envueltas en un brutal asesinato. El pueblo es un entorno bucólico, casi artificial, que explota turísticamente el hecho de haber alojado al pintor impresionista Claude Monet y que en este paisaje pintó, entre otras obras, su famosa serie de cuadros dedicados a los nenúfares.
El crimen es investigado por el inspector Laurenç Sérenac junto a su ayudante Silvio Bénavides y en seguida sospechan del marido celoso de la bella maestra del pueblo Stephanie Dupain. Pero la trama se complica y entran en juego un crimen cometido hace más de 25 años, un cuadro misterioso de nenúfares negros y la amenaza de otro crimen por cometer. La presencia de las otras dos mujeres, la adolescente Fanette Morelle y sobre todo de la anciana que vive en un viejo caserón llamado el molino de Chennevières, planea sobre el asesinato de una manera misteriosa.
La adaptación al medio de las viñetas se produjo en 2019 y corrió a cargo del guionista
No he leído la novela pero por las crónicas consultadas, la adaptación es fiel al libro original. Porque el pecado de esta obra está en el origen. ¿Y cuál es este pecado? Se preguntarán. Las trampas. La historia es profundamente deshonesta. Desde el inicio los autores nos engañan y van profundizando en el embuste hasta las revelaciones finales. Allí se intenta justificar el fraude intelectual con unas explicaciones poco convincentes o incluso mentirosas que hacen que de la confusión pasemos a la indignación.
La dificultad que comentaba al principio consiste en poder argumentar esta afirmación tan categórica sin caer en revelaciones trascendentales de la trama.
La historia se desplaza en tres líneas temporales distintas en 1935, en 1963 y en el presente. Los autores saltan de una época a otra de manera ágil y alegórica y componen un argumento en el que el pasado influye decisivamente en el presente pero no respetan ciertas reglas que son fundamentales en el género policíaco. La primera norma es no engañar al lector, no aportarle datos o sucesos falsos que desvirtúen la posibilidad de que resuelva el enigma. La segunda es que todos los elementos han de estar presentes en la historia, el autor no puede guardarse un as en la manga para el final, un dato nuevo que justifique sus trucos o los errores cometidos durante el relato. En su novela, Bussi incumple de cabo a rabo estas dos normas y el guionista Duval tiene que apechugar con los pecados originales del escritor.
En Nenúfares negros, el escritor Michel Bussi juega con el tiempo, con las escenas, con ciertos moradores del pueblo y con sus nombres para confundirnos, desorientarnos y en cierta medida “chulearnos” para llegar así a una conclusión inesperada que no sólo es insatisfactoria sino que resulta indignante. Al final, tras los fuegos de artificio, no queda más que una historia banal.
Parece ser que la novela contiene algunas escenas donde el engaño se presenta de manera mucho más escandalosa, algo que en la BD no encontramos y que habla de cierta decencia en la postura de Duval y Cassegrain. El delicado trabajo de orfebrería narrativa y artística que el guionista y el dibujante de la adaptación realizan para disimular la falacia contenida en la trama es considerable pero no justifica su error de escoger esta obra para trasladarla al cómic, a menos que sea un encargo editorial irrechazable. Algo que desconozco.
Sin duda, lo mejor de esta BD es su apartado gráfico. Didier Cassegrain realiza un trabajo muy atractivo que combina cierto naturalismo con un tratamiento del color excelente. El artista divide sus páginas en un esquema de cuatro tiras de dos o tres viñetas cada una. A menudo una de estas tiras está ocupada una sola viñeta panorámica y esporádicamente une dos cuadros de diferentes tiras para formar una viñeta más vertical.
Su tratamiento de los personajes es correcto y destaca la belleza de sus retratos femeninos. Cassegrain domina la anatomía humana, la descripción de los sentimientos de los personajes mediante las expresiones faciales y peca de cierto estatismo en el movimiento de sus figuras.
Hay un aspecto muy sutil, casi intangible, del arte de dibujar la figura humana que se podría definir como la capacidad de expresar el peso exacto de los cuerpos; es el talento de capturar la postura precisa de una persona cuando está de pie o sentada sobre una mesa, por ejemplo. Es una de las facetas más difíciles del dibujo figurativo y en la historia del cómic podemos encontrar auténticos maestros como Jean Giraud/Moebius, Alex Toth, Jaime Hernandez, Noel Sickles o Ivo Milazzo. En cambio, Cassegrain no acaba de encontrarle el punto preciso, sus personajes parecen flotar en el aire y en ningún momento sentimos la fuerza de la gravedad sobre sus cuerpos. La narrativa, en cambio, es clara, precisa, atractiva y ágil.
El color es el apartado más sobresaliente de este álbum. El artista usa una técnica de “color directo al acrílico” que acentúa el estilo pictórico de las páginas y capta atmósferas fascinantes. Cassegrain separa con maestría los diversos planos que componen la historia y adjudica paletas diferenciadas a situaciones y localizaciones distintas. Quizás el único defecto en el cromatismo de la obra sea la poca profundidad de los negros que le da a todo el conjunto un aspecto difuminado, casi nebuloso. En general, su estilo se asemeja poderosamente al arte de Miquelanxo Prado en la obra Trazo de tiza.
El guionista Fred Duval nació en 1965 en Rouen. Es diplomado en Historia y un guitarrista excelente. Se foguea en diversos fanzines de cómics hasta que en 1995 publica su primera obra titulada Wayne Redlake. 500 fusils, una historia escrita en colaboración con Thierry Cailleteau, dibujada por Fabrice Lamy y publicada por Delcourt. El mismo año empieza su serie de ciencia ficción Carmen Mc Callum (1995-2017) de la que ha publicado diecisiete tomos. Los ocho primeros los dibuja Gess (Stéphane Girard), Emem (Mathieu Ménage) los ocho siguientes, el arte del último corre a cargo de Louis (Stéphane Louis) y toda la serie la publica, también, Delcourt.
Travis (1997-2019) es su otra gran saga fantacientífica. Consta de quince álbumes, divididos en cinco ciclos, que dibuja Christophe Quet con la única excepción del sexto tomo del que existen dos versiones, la segunda dibujada por Ludwing Alizon. La editorial es Delcourt.
Su primera colaboración con Didier Cassegrain se produce en la serie de relatos cortos Carmen+Travis (2003-2005) que se recopilan en dos tomos. A continuación emprenden Code Mc Callum una serie derivada de Carmen Mc Callum que constará de cinco volúmenes. Ambas son de Delcourt, como también Hauteville House (2004-2019) que es una serie de diecisiete álbumes de temática steampunk, dibujada por Thierry Goux. Meteors (2008-2010) es su otra serie fantástica que publica para esta editorial. Consta de tres álbumes que dibuja Philippe Ogaki.
En 2008 emprende la adaptación en tres volúmenes del Tartufo de Molière. Los dibuja Zanzim (Frédéric Leutelier) y los publica – como no – Éditions Delcourt.
Junto al dibujante Fred Berthet crea Nico (2010-2012), una serie de tres álbumes que publica Dargaud. Se integra en el proyecto dirigido por Fred Blanchard llamado Jour J, que imagina realidades alternativas a diversos hechos históricos. Duval escribe, además, tres tomos de la serie colectiva L’homme de l’année… (2013-2020) correspondientes a los años 1917, 1894 y 1666 que dibujan Mr Fab (¿?), Florent Calvez y Stevan Subic, respectivamente.
Wonderball (2014-2018) que coescribe con Jean Pierre Pécau y Fred Blanchard y que dibuja Colin Wilson es su gran thriller que publica en Francia Delcourt. Con la misma editorial publica Mousquetaire (2016-2019) y Nom de code: Martin, dibujadas (2016-2017) por Florent Calvez y Stéphane Créty, respectivamente.
En 2018 empieza a publicar una nueva serie de ciencia ficción titulada Renaissance, con el arte de Emem que editca Dargaud y finalmente en 2019 se encarga de la adaptación al cómic de la novela Nymphéas noirs de Michele Bussi que dibuja Didier Cassegrain y publica Dupuis. En la actualidad está preparando la versión de otra novela de Bussi que se titula Ne lâche pas ma main que dibujará también Cassegrain.
Didier Cassegrain nació en 1966. Su formación artística se remonta a la Ecole de l’mage Gobelins, una academia de comunicación audiovisual y arte dependiente de la Cámara de Comercio de París. Sus primeros pasos profesionales se encaminan hacia el cine de animación donde trabaja para France Animation, la factoría Disney en Montreuil y el sello Story.
En 1999, Cassegrain estrena su primera BD; el primer tomo de un díptico titulado Tao Bang que culmina en 2005. Es una miniserie de fantasía heroica que escriben Daniel Pecqueur y Olivier Vatine, en la que colabora con el dibujante Fred Branchard en el primer volumen. Esta editada por Delcourt.
En 2005, el artista empieza su colaboración con el guionista Fred Duval dibujando uno de los relatos cortos de una serie titulada genéricamente Carmen+Travis. Un complemento de las dos series regulares escritas por Duval; Travis y Carmen Mc Callun. Son relatos de ciencia ficción que se recopilarán en dos tomos entre 2003 y 2005.
Tras este primer contacto, Cassegrain se encargará del arte del spin-off de la serie Carmen Mc Callum, titulado Code Mc Callum (2006-2009). Es una serie de cinco álbumes, ambientados en un entorno futurista que publicará la editorial Delcourt.
Dibuja L’heure de la Gargouille (2011) con guion de Scotch Arleston, publicado por Soleil y que perenece al universo de las Leyendas de Troy. Sus siguientes trabajos son Larh-Don (2012) con guion de Olivier Vatine, editado por Soleil y la serie Piège sur Zarkass (2013-2014) que consta de tres álbumes escritos por Yann (Yann Le Pennetier) y que publica Ankama Éditions.
Se encarga del séptimo tomo de los nueve que componen, hasta la fecha, la serie europea de las aventuras de Conan el bárbaro, este tomo titulado Les clous rouges (2019) tiene un guion de Régis Hautière y lo edita Glénat. El mismo año se encarga del arte de la adaptación de la novela de Michel Bussi titulada Nymphéas noirs, con guion de Fred Duval y editada por Dupuis.
Didier Cassegrain vive en Avignon.
La edición de esta obra a cargo de Norma Editorial es excelente. El libro tiene tapa dura, está bien impreso y cuenta con un buen papel. La traducción es ajustada, fiel al original y no participa de la confusión. El precio es algo elevado.
Nenúfares negros es una historia tramposa que me ha indignado profundamente.
Para ser justos, he de señalar que mi opinión no es unánime, ni tan solo mayoritaria. Tanto la novela como su adaptación a la BD han recibido muchas críticas excelentes y el respaldo de un público numeroso. Sin embargo no estoy solo. Existe una corriente de opinión considerable y nada despreciable que no ha comulgado con la propuesta de los autores y que ha criticado con vehemencia la obra por razones similares a las mías.
Lo más sensato, lo mejor que se puede hacer en estos casos es que tú, querido lector, te formes tu propia opinión leyendo la obra. Yo sólo he querido orientarte desde mi particular punto de vista y con total honestidad. Desgraciadamente creo que Michel Bussi y muchos otros no han actuado de la misma manera. En cierta medida es un ejemplo más del signo de los tiempos que corren, de esta modernidad líquida que impera a sus anchas…
Salut!
Guion - 5
Dibujo - 8.5
Interés - 4
5.8
Tramposo
Un thriller deshonesto con un tratamiento gráfico muy atractivo
Notable reseña.
Mi opinión se encuentra en las antípodas de la tuya.
Donde tú ves trampas que te acaban indignando, yo las disfruté como un enano, en tanto en cuanto las explicaciones ofrecidas por sus autores me parecieron coherentes y casando con lo leído (gusten más o menos).
Quizás una relectura te ayude a mejorar tu opinión sobre la obra.
Winch Thorgal
Te entiendo, pero me lo pensé mucho antes de escribir la reseña y releí la obra, evidentemente, incluso en francés para comprobar que no era un problema de traducción.
No, a mí no me ha parecido coherente ni honesta pero es lógico que la obra suscite opiniones diversas.
Gracias por comentar.
Salut!
A mí la verdad es que me gustó mucho el álbum, tanto por el dibujo (que es espectacular) como por el guión. Me gustan este tipo de historias de crímenes que hay que averiguar quién lo hizo y por qué. No considero que se hagan trampas ni trucos, más allá de los habituales en este género.
Sí que es cierto que al publicitarlo como el final más sorprendente de los últimos tiempos te da qué pensar, y eso hizo que sospechase del final antes de llegar a ello; lo que fue una pena, porque perdí así el factor sorpresa.
De todas formas me pareció una lectura muy interesante, quitando el tema del precio, que me parece muy inflado (23-24 euros me hubiese parecido un precio más ajustado). Gracias por la reseña…
Primero de todo me gustaría felicitarle por la labor que hacéis y por las cuidadas reseñas que comparte con nosotros en Zona Negativa. Soy un lector de comics más o menos de su quinta con una larga trayectoria leyendo todo tipo de comics y con varias estanterías curvadas por el peso de miles de comics. También me considero un gran seguidor de sus reseñas y comparto la mayoría de las opiniones que transmite a través de sus artículos. Sin embargo no puedo estar más en desacuerdo con las opiniones completamente subjetivas que ha transmitido en el artículo de NENUFARES NEGROS que parecen más producto de una “vendetta personal” o una indignación desproporcionada más que de una lectura objetiva de la obra. Es la primera vez que escribo una opinión para criticar una reseña ya que insisto, creo que la faena que hacéis los articulistas merece todos los aplausos, pero querría expresar mi desacuerdo con su criterio a la hora de valorar esta obra.
Las obras, o el arte en general , ya sea en forma de cuadros, libros, películas o comics puede gustar o no gustar, pero el análisis profesional de una obra en una plataforma como Zona Negativa, que en estos confusos y globales tiempos que vivimos leen miles de lectores tendría que ser, en mi opinión, más objetiva que una opinión que parece el resultado de una rabieta desproporcionada de una lectura que no le ha gustado y que, por otra parte, alguna cosa habrá hecho bien si le ha afectado de esa manera.
Me sorprende y en cierto modo, también me indigna, que un articulista sean cuales sean sus gustos personales, haya puesto una puntuación de 5 al guion de Duval y un interés de 4 al conjunto de la obra, poniéndolo a la misma altura que cientos de obras sin duda infinitamente menores, y que además no tenga en cuenta de que las opiniones de los articulistas de Zona Negativa, a veces, de hecho muchas veces, son referencia para los lectores a la hora de comprar o no un comic.
Afortunadamente, leí el comic antes de leer su artículo. Sino quizás hubiera perdido la que a mi entender ha sido una de las mejores lecturas, al lado de Karmen de Guillem March, que he tenido el placer de leer este año. Y créame cuando le digo que como lector veterano leo mucho, entre 600 y 700 cómics al año.
Por mi parte le puedo decir que yo si he leído la obra de Michel Bussi, al que por cierto también dedica unas líneas gratuitas a desprestigiar una novela que no ha leído. Lo hice después de leer el comic y creo, después de leerla, que en lo que ha engaños se refiere la adaptación al comic se queda corta, ¿Eso la hace una mala novela?. No. Simplemente no te gusta. Punto.
A mí me ha parecido una novela cojonuda, una adaptación al comic por parte de Duval fiel, infinitamente complicada a la hora de mantener la trama, el interés, el suspense y la capacidad de sorpresa , un dibujo prodigioso y desde luego, no merecedora de un cinco de guion o de un cuatro en interés global de la Obra.
Dicho esto, voy a seguir leyendo sus artículos y no me cansaré de felicitarles por el trabajo que hacéis y por acercar a la gente que como yo, amamos el comic, pero por favor… tengan en cuenta que lo que escriben lo lee mucha gente y que sus opiniones pueden ser decisivas a la hora de comprar una obra u otra, con la avalancha de comics que se publican actualmente.
Salut y hasta pronto.
raul1973,
Gracias por comentar, de verdad.
Por supuesto que es mi opinión personal, por esto nuestras reseñas están firmadas y por esto nos la jugamos cada vez que la expresamos.
Por supuesto que mi reseña NO está motivada por ninguna vendetta personal. No conozco a los autores ni tampoco a los editores, ni usaría nunca esta plataforma para dirimir mis conflictos. Ni los compañeros me lo permitirían.
Ya expresé en su momento que fue una reseña complicada de escribir y publicar. Creo que fui honesto al explicar que mi opinión no era coincidente ni con la mayoría, ni siquiera con una parte significativa de la crítica o los lectores; pero también es verdad que no soy el único que piensa así y por las mismas razones.
Por supuesto que expresar indignación por algo como un cómic puede parecer pueril, con los conflictos y problemas que estamos viviendo en mayor o menor medida todos. Pero yo los cómic los amo, los vivo y cuando considero que se hacen trampas, cuando creo que no se juega limpio con nosotros los lectores con los argumentos, con el precio, con el tipo de edición… Creo que es mi deber explicarlo aquí y creo que es lo que nos demandáis los que nos leéis.
A partir de aquí cada uno ha de tener su opinión sobre las obras que lee y nosotros expresarlas, más que de una manera objetiva, que es del todo imposible; de una manera documentada, razonada y honesta que es lo que he intentado hacer yo con ‘Nenúfares negros’. Siempre con el cuidado – y en este caso muy especialmente – de no desvelar las claves del argumento a los lectores, con lo que dificulta la precisa expresión de mis argumentos. Sería interesante hacer una sesión de club de lectura de esta obra, con todas las posiciones presentes y con la tranquilidad de que todo el mundo la ha leído… Pero me voy por las ramas.
Para acabar y perdona el tocho. Lamento si te ha molestado el tono de «indignación desproporcionada» de la crítica pero está escrita desde la honestidad y con el propósito de ser útil a los lectores. Seguramente no habré acertado, pero lo seguiré intentando.
Gracias por leernos.
Salut!
TR.
De acuerdo Tristán,….
Disculpa tú también por el tono del correo anterior. ¡ Ya ves! Realmente el tema de la indignación entre los que adoramos el cómic o cualquier otra disciplina artística daría para un estudio o una tesis doctoral. En caliente (y a veces en frío) creemos que nuestra opinión es la única valida y todo lo que se salga de ella está mal. Y está claro y por supuesto, hay que respetar, que todo el mundo tiene su punto de vista.
Una vez más, mi enhorabuena por el trabajo que hacéis, por los artículos y opiniones ( que no debe ser fácil evitando los spoilers y de manera objetiva) y por dar la cara y acercarnos por otra puerta al maravilloso mundo de las viñetas.
Aun así,… ¡por Crom! un 4 por el interés global de los Nenúfares Negros,…
Jajajaja!, ¡mejor lo dejamos!
Gracias por todo, salut, molta força y un abrazo des del el Vendrell!
Un abrazo y bon any!!!