En un rayo de sol

Edición original: On a Sunbeam, First Second Books.
Edición nacional/ España: Ediciones La Cúpula (pt 1, pt. 2).
Guion y dibujo: Tillie Walden.
Formato: Rústica con solapas.
Precio: 27,90 € por tomo.

¿Alguna vez has considerado que lo que para ti es una tontería puede significar… tantísimo para otra persona?

¿Qué es el amor? ¿Una reacción química en el cerebro? ¿Un mero constructo social creado por el ser humano? ¿O quizás es algo más? Algo más fuerte, más indómito, una fuerza de la naturaleza caprichosa que puede ser volátil como una pluma o eterna como una roca hundida en el mar, pero que siempre es atronadora. Una fuerza gravitacional que nos cuesta valorar cuando la observamos actuar sobre los demás, pero que nos resulta evidente y grandiosa cuando actúa sobre nosotros. Decía el personaje interpretado por Anne Hathaway en Interstellar que el amor es la única fuerza que se siente más allá del tiempo y el espacio, como una radiación que trasciende la realidad misma. Y tanto lo es, que incluso es capaz de empujarnos a gastar cualquier tiempo, a atravesar cualquier espacio, con el único fin de volver a ver a la persona que amamos.

Continuamos con nuestra cobertura de la obra de Tillie Walden, autora estadounidense que vuelve a estar bajo los focos una vez más, por un lado en nuestro país, tras el lanzamiento de su nueva obra ¿Me estás escuchando?, y por el otro en el suyo, tras la publicación de las nominaciones a los Premios Eisner 2020, de las que la artista de Austin acumula hasta un total de tres (Mejor Álbum Gráfico, Mejor autor completo, Mejor rotulista) gracias a su nuevo título. Podéis tener por seguro que le dedicaremos el artículo que merece a este último estreno, pero antes vamos a hacer el check que tenemos pendiente reseñando su obra anterior, un relato de ciencia-ficción muy particular publicado en dos tomos por Ediciones La Cúpula el pasado año 2019. Hablemos de En un rayo de sol.

En un rayo de sol es un cómic compuesto por dos relatos ubicados en distintas líneas temporales que se entrelazan para dejarnos conocer la historia de su protagonista, Mia. En una de ellas seguimos a una joven Mia en su incorporación a la tripulación de la nave “Rayo de sol”, un equipo de restauración encargado de viajar por distintos puntos de la galaxia reconstruyendo y arreglando antiguos edificios y monumentos. En otra, retrocedemos varios años hasta el curso escolar en el que una preadolescente Mia conoció a Grace, una introvertida compañera nueva de clase que se convertiría en su gran amor. Un amor que nunca deja de latir en su pecho y que la empujará a emprender un viaje a lo largo del cosmos junto a las nuevas compañeras a las que quizás pueda llamar amigas.

Tras el rotundo éxito de Piruetas, la obra que le valió a su autora convertirse en la ganadora del Eisner más joven de la historia del galardón, lo que nos encontramos en esta obra es un cambio de registro cuanto menos rompedor, pero que a su vez expira su personalidad por cada poro de su historia y su arte. Tillie Walden pasa de la autobiografía a un relato de ciencia-ficción que, sin embargo, no tiene especial intención en delimitarse por los códigos del género. De hecho, la creadora de Piruetas se declara poco seguidora de la sci-fi, pero de algún modo se encontró realizando una historia en la que el género se amoldara a lo que ella quisiera, sin encorsetarse a ningún parámetro preestablecido.

Para empezar, En un rayo de sol presenta un universo formado exclusivamente por mujeres en el que las relaciones amorosas son también homosexuales. Lo atractivo de este planteamiento es que no se trata de un mundo en el que se explique la ausencia de hombres, sino que simplemente esa realidad es el canon en ese universo. Esto le confiere a la historia una identidad muy particular en la interacción de sus personajes, ya que de algún modo elimina el género de la narración al hacerlo único. Walden consigue así desarrollar una historia sobre sentimientos contada desde su identidad como mujer homosexual sin que dicha homosexualidad forme parte de la trama, normalizándola hasta el punto de que la naturaleza de esos sentimientos trascienda a los individuos que los manifiestan. Así, En un rayo de sol habla sobre el amor y su incontrolable impulso, pero habla sobre todo sobre la importancia del entendimiento y la empatía. A través de las compañeras de equipo de Mia, la autora personifica lo vital que resulta para el crecimiento y la plenitud de una persona el contar con la comprensión de sus iguales. Las tripulantes de la “Rayo de sol” son muy distintas entre ellas y se dan cera sin contemplaciones, pero saben respetar aquellas cosas que saben que son importantes para las demás. Por si fuera poco, Walden extiende el abanico y deja lugar en su segunda mitad incluso para cierta dosis de acción e intriga, aumentando los matices del cómic.

Desde el punto de vista de diseño de su universo, Walden vuela libre y construye un mundo que, lejos del prototipo de historia futurista intergaláctica, está poblado de una estética más cercana a la fantasía. Desde sus naves con forma de pez a sus bosques mágicos, En un rayo de sol mezcla la irrealidad más colorida con los elementos más cotidianos de la vida de una estudiante en un colegio, recordando en cierto modo al estilo de Fiona Staples y Brian K. Vaughan en Saga, que lo mismo te muestran a una foca parlante con hacha que a un escritor de novelas románticas y a una compañeras de trabajo que te pasa droga. La historia de Mia es una historia humana y real, el hecho de que tenga lugar en Texas o en La Escalinata no es más que una mera nota a pie de página.

El arte de Tillie Walden tiene a su vez un estilo poco habitual para este tipo de historias, por lo que la personalidad que desprende es total. Todos reconoceréis las características más destacables del dibujo con el que deslumbró en Piruetas, con viñetas minimalistas donde los fondos carecen de importancia y el reducido número de tonos utilizados se van superponiendo para crear juegos de contrastes y siluetas que hacen de sus páginas una vez más algo más parecido a un poema visual. El color a su vez vuelve a tener una presencia esencial, y del morado, blanco y amarillo de Piruetas pasamos a un entintado negro acompañado por una gama reducida de colores. Mientras que de inicio Walden distingue la línea temporal pasada de la presente mediante el azul y el violeta respectivamente, según la historia va avanzando el naranja y el amarillo comienzan a sumarse y los dos colores iniciales se empiezan a intercalar, a imagen de cómo las dos tramas se van entrelazando.

En esta ocasión, sin embargo, se me cuela algún pero para la obra. Frente a un primer tomo que me parece soberbio, en la segunda parte siento cierta precipitación a la hora de concluir la historia, dejando una sensación un poco amarga por el contraste. No es un mal final, pero frente al pausado y delicado desarrollo que sigue la trama durante la mayor parte de la obra, el clímax final resulta demasiado abrupto, especialmente tras introducir nuevos detalles a su universo. En el aspecto artístico también se podría señalar que la autora no domina tan bien la narrativa de las escenas de acción, eso y que los caballos se le dan fatal. Para la recta final es cuando se intuye más agotamiento en su dibujo, y es quizás fruto de la misma precipitación de la historia que comentaba antes ¿Quizás tuvo prisa por finalizarla?. A pesar de todo, en una obra tan experimental para su autora como es esta me han resultado pegas asumibles que quedan maquilladas en el cómputo global de la obra.

En un rayo de sol es una relato de amor y amistad intergaláctico que resulta mucho más cercano de lo que sugieren sus extraordinarios mundos. Un trabajo disruptivo en la carrera de una autora que está claro que tiene muchísimo que ofrecernos a los lectores para los próximos años.