Bajo la premisa de la línea de comics de Wonder Comics, llegó esta nueva encarnación del Dial H, ese extraño objeto cargado con el poder de mostrar la verdadera naturaleza de todos aquellos que tientan a la suerte al deletrear la palabra HÉROE. El Dial es un espejo del alma de su portador, una puerta al ser que oculta su poseedor y que debe saber doblegar cuando la transformación de completa.
En la anterior reseña hicimos un breve recorrido por las anteriores series dedicadas a explorar tan peculiar objeto y ya se pudo atisbar que la propuesta de Sam Humphries no iba a ser menos que sus predecesoras. En sus acertadas manos el Dial se moderniza, evoluciona y crece exponencialmente para mostrar nuevos matices, nuevas aristas, nuevos ángulos y dobleces con las que seguir sorprendiendo a la legión de lectores adictos a lo desconocido, a lo imprevisible y a lo imposible.
Lo que se pudo intuir en el primero tomo, se confirma con letras de bronce bruñido en esta segunda entrega. Dial H de Héroe es una serie por descubrir y a disfrutar por su extraordinaria propuesta, llena de imaginación desenfrenada.
El escritor de Green Lanterns construye sobre los sólidos cimientos el pasado y para ello mira a la serie original para rescatar ideas de la serie de los años 60, despojarse de las limitaciones impuestas en aquellos días e imponer nuevas con las que poder configurar el nuevo escenario. Y una de esas grandes aportaciones es el heroeverso, una idea tan loca como fascinante, con la que expandir la idea del Dial de forma que no quede bloqueada en sí misma, sino que sea capaz de formar parte de un todo más grande, más profundo, con el que añadir capas de reflexión sobre el concepto del héroe.
La obra comienza a lanzar preguntas serias al lector para que no vea la serie, ni la historia, como algo plano sin apenas dobleces, sin virtudes a la que poder sujetarse, cuando en realidad es un trabajo de escritura muy fino y elegante. ¿Y dónde se encuentra la brillantez? En su puesta de largo al plantear no solo las posibilidades del Dial, sino en como ese Dial puede cambiar la vida de la gente a muchos niveles. Una vida que se ve violentamente trastocada y que necesita de guía, de inspiración, para saber encontrar el camino anhelado.
Es en este punto donde el trabajo del escritor se viene muy arriba, con un paseo por el heroeverso que analiza a la perfección la idea del héroe, de lo que lo hace y lo que lo define, para acabar para encontrar una inspiración que despierte la chispa que marca la diferencia. El momento culmen de este número sin duda alguna.
Sin embargo, nada de todo lo expuesto anteriormente no serviría de nada sin la acertada intervención de Quinones y toda una legión de dibujantes, que son capaces de dar forma a toda esta orgia de ideas, y conceptos y plasmarlos de manera legible, elegante y espectacular.
Analizar las propuestas de estos artistas resulta un ejercicio muy interesante, puesto que cada estilo se ajusta al personaje que han de tratar, elevando el impacto visual de estas mini historias. Lo más peculiar de todas ellas es como el guionista logra que se inserten en la trama de manera que no rompan la dinámica y el fluir natural de la historia, llegando a ser imprescindibles para la comprensión global de lo que se quiere contar. Un momento que se deja llevar por el homenaje nada velado, con la aparición de muchos personajes que el ojo entregado del lector curtido reconocerá sin muchos problemas. Un juego adicional a la lectura de este número que se agradece y disfruta a partes iguales.
Sin duda esta nueva incursión de la ideal de Dial H no es una propuesta tan arriesgada y disfuncional como la que pudo leerse en los Nuevos 52, siendo un producto mucho más digerible por el lector en general, pero sin perder la frescura y ese punto de locura que caracteriza a toda historia en la que el Dial H aparezca.
En definitiva, un entramado bien desarrollado, capaz de asentar de forma clara a sus nuevos protagonistas, que sabe exprimir las cualidades del Dial H para construir un entorno mucho más grande, más complejo, pero mucho más jugosos, con el que poder explorar ideas tan representativas como el legado, la inspiración y lo que hace al héroe ser un héroe. Un libro que se disfruta en lo visual y se muestra abierto al debate, demostrando que su propuesta es sólida, meditada y profundamente interesante.
Un clásico moderno.
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 9
8.3
La versatilidad del Dial H puesta a prueba. El resultado, satisfactorio, elegante, atrevido, distinto, cautivador. Un trabajo que rompe con la dinámica estándar del género con un resultado final fresco.
Tengo ya los dos tomos y tiene una pinta estupenda. La etapa de Mieville que me volvi a leer no hace mucho (y siendo uno fan del escritor) es bastante farragosa de leer con sus altibajos. Se nota que o bien el escritor no trato mucho con el dibujante o como guionista de comics esta muy verde. En cambio esta se ve mas fluida aunque no quiera ser una amalgama morrisionana