Mundo Independiente: Novedades USA #37

Hablamos de las novedades más interesantes en el mercado independiente americano. Esta semana, That Texas Blood y Dead Body Road: Bad Blood.

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Poco a poco el mundo vuelve a la normalidad o lo más parecido a ello. Las editoriales indie acumulan un buen número de novedades aplazadas desde que la distribuidora Diamond cerró sus puertas temporalmente en marzo, y va siendo hora de publicarlas. Por lo tanto, también es hora de retomar esta sección siempre que el tiempo y la presencia de novedades en las tiendas americanas lo permitan.

That Texas Blood #1, de Chris Condon y Jacob Phillips

Edición original: Image Comics.
Guion: Chris Condon.
Dibujo y Color: Jacob Phillips.
Formato: Grapa, 30 páginas.
Precio: $4.99.

En Mundo Independiente estamos acostumbrados a leer storyboards de películas y series de televisión que los autores quieren vender a acaudalados productores del mundo del entretenimiento. Por una vez, nos encontramos con un caso opuesto. That Texas Blood nace del intento frustrado de Chris Condon y Jacob Phillips por llevar a la gran pantalla la historia de un sheriff texano. En vez de resignarse al fracaso, decidieron reconvertir su idea en un cómic, ampliando la historia, con más personajes y situaciones.

No esperéis un vistazo realista a Texas. Condon es nativo de New Jersey, un estado en el nordeste de los Estados Unidos de América, y Phillips es inglés. Ninguno de ellos vive en Texas. Sus conocimientos de ese territorio y de su gente, son más bien limitados.

Sin embargo, eso no supone un problema para su serie. En ningún momento ocultan Condon y Phillips sus pretensiones. That Texas Blood es un retrato idealizado de ese estado, el hogar de miles de historias de crimen, suspense y westerns. Una carta de amor a todos los héroes y villanos ficticios de Texas, esos cowboys y sheriffs imposibles de matar que luchan por la justicia, esos forajidos despreciables y despiadados.

En el primer número de la serie conocemos al sheriff Joe Bob Coates. El día de su septuagésimo aniversario, un suceso violento pondrá patas arriba a la comunidad que protege. Hemos leído muchas veces una historia similar, pero debo que reconocer que sus autores supieron ganarse mi interés. Pese a estar influenciado por una imagen ficticia de Texas, el guion consigue darle suficiente verosimilitud a los personajes y situaciones para que podamos sumergirnos en la lectura sin distraernos con cualquier inexactitud o exageración. Es cierto, a veces se excede en sus esfuerzos por imitar la jerga texana, pero en general resulta convincente. Lentamente, construye una imagen de cotidianidad que empieza a desvanecerse a base de malos presagios en la segunda mitad del cómic y termina saltando por los aires en el momento justo.

De nada sirve un buen guion sin un buen colaborador que, en sintonía con el guionista, sepa hacer realidad las ideas en él. Jacob Phillips es esa clase de colaborador. La influencia de su padre, el gran Sean Phillips, es muy muy evidente en la composición de página, en ciertas muecas que hacen los personajes, en la forma de dibujar ropa, en los escenarios de fondo… Ha aprendido mucho del maestro, y no se me ocurre mayor elogio. Asimismo, se nota la intención de seguir una senda diferente; persigue un estilo más espontáneo y suelto. Donde no le hace falta más práctica y recorrido es en su faceta como colorista. Su trabajo es sencillamente excelente, sin nada que envidiarle a los coloristas más famosos de la industria, haciéndonos sentir parte de esos áridos desiertos bañados por la luz crepuscular y de un condado americano digno del mejor neo-western.

En definitiva, el debut de That Texas Blood me ha convencido. Lo tiene todo para ser una de las series revelación de este año y la recomendaría a cualquier fan de los neo-western o las series de Ed Brubaker y Sean Phillips.

Dead Body Road: Bad Blood, de Justin Jordan y Benjamin Tiesma

Edición original: Image Comics.
Guion: Justin Jordan.
Dibujo: Benjamin Tiesma.
Color: Matt Lopes.
Formato: Grapa.
Precio: $3.99.

¿Recordáis Dead Body Road? Publicada en 2014, año en el que Image seguía expandiendo su presencia en el mercado americano gracias al éxito de Saga y The Walking Dead, supuso el primer trabajo de Matteo Scalera tras destacar en los Vengadores Secretos de Rick Remender. El guionista y cocreador de aquella serie, Justin Jordan, aún se acuerda de ella. Y no me extraña. Si bien ha sabido hacerse un hueco en la industria americana, es justo decir que Dead Body Road sigue siendo una de sus series más exitosas. Ningún otro proyecto suyo ha alcanzo el mismo impacto, que tampoco era tanto. Eso explica por qué publicar una secuela, sin la participación de Scalera, que bien podría haber sido una miniserie diferente dado que no tiene ninguna conexión con su predecesora.

Por usar una comparación, That Texas Blood toma referencias de Cormac McCarthy y el dúo formado por Ed Brubaker y Sean Phillips. Dead Body Road: Bad Blood toma referencias en los mismo géneros, neo-western y noir, pero seguramente de una fuente completamente distinta. Me puedo imaginar a Jordan viendo películas de acción producidas en los años 80. Continuando con las comparaciones, el guion de Chris Condon se esfuerza en construir personajes creíbles y un mundo ficticio en el que la violencia se sienta impactante e incómoda. En cambio, Jordan abraza clichés y estereotipos, convenciones que ya conocemos y somos capaces de producir, y crea personajes cuyo único propósito es molar o morir a balazos.

Admito que no es una comparación justa. Las dos series persiguen una meta diferente. No hay nada malo en querer ofrecer entretenimiento sencillo, sin tramas profundas ni violencia realista. Mark Millar ha triunfado con cómics como Kick-Ass y mentiría si dijese que no me divierto con sus cómics. Pero no es lo mismo entretenimiento de calidad como The Ultimates (me van a llover críticas por decir esto) que una obra facilona como esta Dead Body Road. Haciendo una última comparación, en un cómic como That Texas Blood uno percibe que el guionista se está esforzando en ofrecer el mejor guion que sus fuerzas, tiempo y talento pueden conseguir. Con Dead Body Road, me da la impresión de que Justin Jordan solo tiene interés en regurgitar sus influencias sin mucho esmero ni creatividad.

Eso sí, el dibujo de Benjamin Tiesma no está nada mal. Debe ganar seguridad en su trazo y mejorar su narrativa, especialmente con pequeños detalles, deficiencias que a veces dificultan la lectura, pero apunta maneras. Tiene un buen futuro si es capaz de crecer como dibujante. Cuenta además en esta serie con los colores de Matt Lopes, todo un profesional que sabe hacer más convincente cada escena. Me atrevería a decir que sin él, los lectores jamás tendríamos la sensación de estar leyendo unas páginas que transcurren en baretos mal iluminados o en un descampado.

Francamente, creo que le he dedicado más tiempo a esta reseña del que debería. Le estoy agradecido a Jordan que me haya hecho descubrir a Tiesma, pero la próxima vez ya podría redactar una guion que sea algo más que una mediocre curiosidad.

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