Qué semana. Qué semana. ¡Pero qué semana! ¿Es tarde para renunciar a escribir esta sección? Como tenga que leer otro cómic de Rob Liefeld…
Snake Eyes: Deadgame #1, de Rob Liefeld y Chad Bowers
¿Qué puedo decir de ese genio llamado
Desde que alcanzó el estrellato en la Marvel de los 90, el bueno de Rob cuenta con una legión de fanáticos y otra de detractores, unos coleccionando todo lo que dibuja y los otros criticando que en más de tres décadas dibujando aún no sepa dibujar pies. Las críticas no hacen mella en Rob; él sabe lo que sus fans quieren y gana dinero con ello. Si alguien esperaba que hubiese recapacitado con esta miniserie de G.I. Joe, estaba profundamente equivocado.
No falta nada de lo que hace especial al creador de Masacere, es decir, composiciones de página sin sentido, perspectivas imposibles, anatomías irrealistas, pistolas y espadazos y mandíbulas apretadas. ¿Qué os gusta la X-Force de los 90 y tenéis ganas de más? Este es vuestro cómic. De todos los cómics de Rob de los últimos años, este es uno de los que mejor recrean la experiencia de ser un lector en aquellos años.
Rob cuenta con la ayuda del escritor
En definitiva, este es el estreno más fácil de valorar que he leído desde que comencé la sección de Novedades USA. Si no os mola la obra del hombre que popularizó las armas gigantes y las cartucheras en los cómics de superhéroes, alejaros de esta serie.
Sacred Six #1, de Christopher Priest, Gabriel Ibarra y Jae Lee
Los mandamaeses de Dynamite Entertainment están muy contentos con la labor de
Priest es famoso por su narrative no lineal, su experta planificación de cada número, en el que nos da un poco más de información pero siempre exige máxima atención por parte del lector. Esta no es una excepción, pero creo que se le ha ido la mano. El primer número de Sacred Six es confuso y escueto, un simple recopilatorio de pequeñas viñetas que dicen más bien poco. Por increíble que parezca, la página de créditos contiene una pequeña introducción explicándole al lector la trama de la serie y sin ella, nada tendría sentido. Igual de cuestionable es la decisión de entrelazar parte de la historia con la de la serie de Vampirella. Dynamite y Priest quiere venderle la serie a los fans de la vampiresa, no hay duda de ello; no obstante, deberían pensar en lectores potenciales, que atraídos por la presencia del guionista o los dibujos de
Asumamos por un momento que la serie empezará a cobrar sentido en los siguientes números, que las referencias a la serie de Vampirella resultarán inconsecuentes. Entonces, ¿qué tendríamos? Una serie interesante, en mi opinión. Priest juega con temas tan relevantes como el extremismo religioso y el odio a las personas ajenas con la inteligencia que le caracteriza (ojo a la escena de las hermanas evangélicas). La ciudad en la que se desarrolla la serie tiene un trasfondo muy curioso, inspirado en las crónicas de la antigua Asia. Sin embargo, ¿qué me puede garantizar que el guion mejore en los siguientes números, que este sea un simple bache en el camino?
Respecto al dibujo, tanto Jae Lee como
En resumen, el debut de Sacred Six me ha decepcionado. Si bien sus tres autores tienen mucho talento, este no es su mejor momento. El guion no termina de despegar y la narrativa de los dibujantes solo complica más las cosas. No descarto que la serie mejor en los siguientes. Sin embargo, como comenté en otras entregas de esta sección, no puedo predecir el futuro, solo dar una recomendación sobre si leer el segundo número. Mi recomendación es un no para la mayoría de lectores. Solo recomendaría seguir la serie si os gusta la actual etapa de Vampirella.