2020 es el año de los aniversarios en DC. Concretamente de los 80 años de algunos de sus personajes más relevantes, como son Robin, Joker, Green Lantern y Catwoman, a los que además se han unido a la fiesta los especiales #750 de Wonder Woman (de aniversario el año que viene) y Flash (también de aniversario en el 2021). A lo largo de estos meses han ido llegando a las tiendas números de 100 páginas con historias cortas con una excelente selección de autores, con los que se ha hecho un recorrido a lo largo de la historia de tan insignes personajes. En Zona Negativa se han ido reseñando todos de forma regular, quedando pendiente el de Catwoman, que debido al cambio de distribuidora por parte de DC y la crisis de la COVID, apenas han llegado ejemplares a las tiendas españolas.
Vamos a subsanar esta situación y comentar que se puede encontrar en este especial dedicado a la gata de DC, donde el primer pero que se le puede poner está en las portadas variantes que han acompañado a esta edición. Entre los distintos diseños hay un abuso de una Catwoman hipersexualizada, dejando al lado la sutilidad y la elegancia, para apostarlo todo por un aspecto realmente alejado de lo que este personaje es y representa. Si entramos en gustos personales tan solo se salvan las portadas de los años 80 y 90, pero por supuesto es algo subjetivo por mi parte. Fin de aporte personal.
El especial sigue la misma línea que los de Robin, Joker y Green Lantern, las comentadas historias cortas en las que se desarrolla una microtrama que recupera a alguna de las versiones del personaje. Hay, sin embargo, una novedad en este punto y que hace que este especial difiera de sus homólogos, al ser el único que rescata para dos de sus historias a una Catwoman que no se vio en las viñetas, sino en la serie de los años 60 de Batman para la televisión, interpretada por Julie Newmar y la espectacular caracterización de Michelle Pfeiffer de Batman Vuelve.
Diez historias en las que se hace un recorrido por la historia de Selina Kyle, a través de sus distintas encarnaciones, con mayor o menor acierto, con énfasis en su faceta de ladrona y su particular visión del mundo.
El especial abre con la historia de Paul Dini, La piel del gato, en la que Selina investiga la desaparición de varios felinos del zoo de Gotham. Un trabajo que la lleva a enfrentarse a un villano exótico y que pone a prueba esa fina línea que separa a Selina de ser una villana y una heroína. Un relato simple, sin florituras, sin apenas pretensiones, que refleja bien esa dualidad y que está lustrosamente ilustrado por Emanuela Lupacchino, donde se recupera el aspecto que lució el personaje en una de sus etapas más importantes y representativas, escrita por Ed Brubaker.
La siguiente historia, titulada Ahora me ves, escrita por Ann Nocenti, y dibujada por Robson Rocha, pone el foco en la Catwoman cinematográfica de Tim Burton (también se podría haber optado por la visión de Nolan), donde la escritora de Daredevil se marca una historia con un desarrollo algo confuso, con el que quiere mostrar a una Selina que trabaja sola y no sucumbe a peticiones absurdas de colaboración. Un relato intrascendente que no acaba de exprimir bien la profunda caracterización de esta encarnación vista en el cine en la piel de una soberbia Pfeiffer.
Para el tercer relato, escrito por Tom King y dibujado por un excelente Mikel Janin, como ya viene siendo habitual en todos sus trabajos, y bajo el título de Helena, se deja bien claro que es lo que King persigue con esta historia. Aquí se habla de la maternidad, de cómo cambia a las personas, de cómo la vida da un vuelco y como ese cambio siempre acaba siendo a mejor. Un relato divertido, tierno, entrañable y muy emotivo que no defrauda.
Cuarta historia y le llega el turno a la Catwoman televisiva, la de la serie de Batman de finales de los 60, encarnada por Julie Newmar, que traslada toda la psicodelia de la serie de televisión a las viñetas gracias al trabajo de Jeff Parker y las ilustraciones de Jonathan Case. Una historia en la que Catwoman muestra todo su potencial como mujer libre, dispuesta a romper moldes, siendo una aventura loca muy disfrutable.
Liam Sharp se convierte en el artífice completo de la siguiente aventura titulada, Una gata de nueve historias, en una clara alusión a las nueve vidas que se les atribuyen a los gatos. El trabajo del dibujante resulta distinto a lo que se plantea en las anteriores propuestas y muestra a una Selina segura de sí misma, intimidante, poderosa, hasta el punto de ser capaz de ganar una batalla tan solo insinuando distintos escenarios.
Mindy Newell toma en control de la historia titulada Pajarita, en la que realiza un ejercicio muy interesante sobre el pasado y el presente, el legado y la herencia, a través de un objeto vinculado a Selina a través del tiempo. Ilustrado por Lee Garbett, se convierte en la historia más larga y profunda de todo el especial, con una Selina especialmente bien caracterizada.
Para la siguiente historia llega el turno a Chuck Dixon que realiza un trabajo anodino, bajo el título de Nacida para hornear, que ni se puede catalogar como alimenticio, en total y absoluto piloto automático, donde el dibujo de Kelly Jones, no acaba de funcionar y todo queda en un pastiche insulso y olvidable. Una lástima para el equipo creativo que luce. Un enfrentamiento soso con Clayface que no aporta nada nuevo y mucho menos logra plasmar algo relevante de Catwoman en la historia.
Y le llega el turno a una de las mejores historias, la que escribe Will Pfeifer y dibuja Pia Guerra, en la que ponen contra las cuerdas al lector con una propuesta diferente, cargada de metalenguaje que les permite poder explorar distintas encarnaciones de Catwoman en una misma historia y cuyo final es simplemente glorioso.
Para la siguiente historia, titulada, Adicta a los problemas, Ram V y Fernando Blanco, engalanan un relato de corte muy potente que sirve de puente con el Catwoman #25 y que da ya pistas del tono que va a tener la serie regular de la Selina a partir del desembarco de este equipo creativo en la serie regular.
Y para cerrar el especial, con la historia titulada El arte de cerrar una cerradura, llega Ed Brubaker, el que le diera a la gata una de sus mejores y más importantes etapas, con una historia que recupera el tono y estilo de la serie, con dibujos de Cameron Stewart, donde Selina emprende una búsqueda contra reloj con un objetivo que no se desvela hasta las páginas finales. Puro Brubaker, sin más florituras, que funciona y hace añorar aquellos días en los que la gata era más noir que nunca.
Un especial que en esencia se muestra algo irregular y que convence a medias, pero que si logra plasmar la esencia de un personaje profundamente ambiguo.
Irregular.
Guion - 6.5
Dibujo - 8
Interés - 6.5
7
Un especial poco equilibrado, con trabajos muy interesantes, pero que también se ve lastrado por historias anodinas y poco trabajadas.
