Fernando Blanco nos habla de Marvel Zombies 5 #5

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El invitado de hoy en esta sección en la que los autores nos hablan de sus últimos trabajos es Fernando Blanco. Este autor natural de Zaragoza comenzó su carrera en el fanzine 451º y de ahí al que sería su primer trabajo como profesional en España, la miniserie el Fabricante publicada por Camaleon Ediciones.

Poco después daría el salto entintando el trabajo de Jesus Saiz tanto para Dark Horse como para DC Comics. Ya como dibujante lo veríamos en un par de números de la serie The Phantom para Moonstone y para el mercado francés la obra Strangers también de género superheroico. Tras estos trabajos como dibujante volvería a las tintas trabajando en series como Fallen Angel o Manhunter donde acompañaría a Javier Pina y David López.

Poco tardaría en volver a encargarse de los lápices esta vez con un contrato de exclusividad con la editorial Dynamite Entertainment en la que se encargaría de la obra Army of Darkness y de ahí al que sería probablemente su trabajo más famoso hasta la fecha, los números 122 al 125 de Thunderbolts relacionados con el evento de Invasión Secreta. Posteriormente se ha encargado del especial Captain America: Theater of War (To Soldier On), Uncanny X-Men: First class #8 donde se encargaría de lápiz, tinta y color, los dos últimos episodios de Fall of the Hulks: Red Hulk así como X-Men Forever #23 y el correspondiente Giant Size de dicha colección.

Su próximo proyecto será anunciado en breve tras su aportación en Marvel Zombies v5 que aquí os enseñamos.

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Fernando Blanco nos habla de Marvel Zombies 5 #5

Normalmente cuando te encargan un fill-in no tienes demasiadas opciones de dejar tu impronta personal en el trabajo, ya sea porque sueles ir apretado de fechas o porque la serie ya va discurriendo por los caminos marcados por el dibujante principal, y no sería coherente con la linea editorial ni con el lector alejarse en exceso. Sin embargo, en este caso la estructura argumental de la serie, en la que cada episodio se desarrolla en una dimensión diferente, permitía un acercamiento desde cero. Además ya había realizado 6 páginas del número anterior, y por si fuera poco, el guión en concreto de este número 5 funciona como un one-shot, pudiéndose leer por separado y además es el último de la miniserie, con lo que todos los cabos queda atados. El resultado ha sido una de mis mejores experiencias como dibujante, gracias a un guión ingenioso y divertido y muy agradecido de dibujar. No es una historia de superheroes… ni siquiera una historia de terror. A mí, personalmente, me recuerda a esas historias macabras, pero llenas de humor de la EC, en las que el humor surge, no tanto del elemento escatologico, como de la trágica situación del protagonista, cuanto más desesperada y patética es su situación más cómica resulta.

La verdad es que no andaba sobrado de tiempo, poco más de 5 semanas para dibujar y entintar 22 páginas; pero prácticamente toda la historia se desarrolla en uníco escenario y con un solo personaje, lo que aligera mucho la carga de trabajo comparado con hacer el clásico tebeo de “supergrupo”.

En seguida me percaté de que era un guión atípico y que requería por tanto de un planteamiento narrativo diferente. El ser un único personaje y escenario y carecer prácticamente de acción me obligaba a poner todo el enfasis en la iluminación, los encuadres y el ritmo. No existían apenas las clásicas viñetas espectaculares donde lucirse, pero la parte buena de esto, es que no tuve que supeditar el ritmo narrativo o la composición para hacer “hueco” temporal y físicamente a estas. Prácticamente todo el comicbook superheroico, rinde vasallaje a esta estética de la espectacularidad, y esto que en principio implicaría un gran espacio de lucimiento para los dibujantes, acaba por ser una gran losa para la narrativa.

En la página 1, Fred proponía en el guión dividir la página en 6 viñetas iguales lo cual me pareció perfecto. Y dado que en el resto de la historia, tiene un ritmo narrativo similar en el que o bien se desarrollan acciones cotidianas e intrascendentes, o no existen demasiado momentos que rompan la rutina ni secuencias de acción; esto me permitía utilizar rejillas de viñetas de idéntico tamaño, que permiten dar a la historia un ritmo muy constante y acompasado. Pero por otra parte, támpoco quería atarme a una estructura demasiado rígida. A menudo vemos en el cómic independiente que se abusa de estas composiciones. La gente piensa: ¿si a Moore o Lapham le funciona porque a mi no? Y la cosa no es tan simple… Y en vez de comics nos encontramos monotonos storyboards sin ritmo en los que la voz del narrador de tan presente que está acaba siendo insoportable. Por tanto, decidí que utilizaría una estructura más flexible, que esta rejilla podría variar de disposición, siendo de 2-2-2, 3-3-3, 2-3, etc., según el número de viñetas por página, los cambios de ritmo o momentos algidos de la historia. Lo importante era regresar a la rejilla, siempre que la historia lo permitiera, pero sin restar agilidad a la historia permitiendo enfatizar la narración en un momento dado con una viñeta más grande o más vertical u horizontal o lo que me diera la gana.

En está página vemos la clásica conversación friki en una librería de cómic. Aparte de lo ya comentado, era muy importante la caracterización de los personajes, en particular de Wendel, el protagonista. En el guión, Wendell tenía que ser un tipo alto, delgaducho y desgarbado de unos 24 años, ni guapo ni feo, con gafas y el pelo rizado. Es un friki prepotente que se las da de erudito del cómic, cuando no es más que el típico inadaptado pringadillo, así que decidí que el personaje tenía que tener un punto “excentrico”. Le estaba dando vueltas al look del personaje, cuando viendo una carrera de motos me fijé en el pelucón “afro” del piloto Marco Simoncelli, que tiene un aire como de ”soy friki, pero… ¿a que molo?” y bueno, pues… vi la luz. También quedé muy satisfecho del dependiente de la tienda que tenía que ser el clásico, friki gordo, con gafas y una gorra de Spiderman; sin embargo, pensé que un dependiente de comic no es un friki cualquiera, es un “friki de elite” y por eso tiene que molar más, así que lo hice oriental y con piercings.

Al margen de esto, la tienda tenía que estar repleta de comics y merchandising de Marvel exclusivamente (lo mismo que el apartamento de Wendel que aparece en las siguientes páginas), así que aproveché para homenajear a mis autores Marvel favoritos.

En la página dos, podemos ver uno de los cambios de ritmo en la rejilla a los que aludía antes, en este caso usando una viñeta grande para mostrarnos el apartamento de Wendell en todo su esplendor friki. Como anecdota, en está página hay una pequeña aportación al guión de mi cosecha en forma de chiste visual. Cuando ví en el guión que tenia que dibujar un felpudo (“mat” en inglés), evidentemente tenía que ser un “spiderfelpudo“.

En la página 3 hay una splash page dibujada por Frank Brunner, por expreso deseo del guionista, con la portada del hipotético Marvel Team-Up del Hombre Maquina y Howard el Pato. Más adecuada la colaboración de Frank Brunner imposible, así que cedí los lápices gustoso.

En la página 4 vemos una secuencia de acciones cotidianas que cualquiera podemos hacer en un momento dado. Así que, en la medida de lo posible, utilice un punto de vista desde los ojos de Wendel, con lo que prácticamente solo vemos sus manos. De nuevo la rejilla de 2-2-2 resulta muy apropiada.

En la 5 comenzamos con un plano idéntico al último de la 4, salvo que la hora del despertador ha cambiado y Wendel está incorporado sobre la cama. La siguiente viñeta se mantiene la rejilla, sin embargo, el plano esta drásticamente angulado a la izda, señalando que algo no va bien. En las siguientes tres viñetas cambio la rejilla alargando verticalmente las viñetas y usando picados y contrapicados, muy exagerados y angulados… definitivamente algo no marcha bien con Wendell. Las masas de negro irrumpen con una iluminación mucho más tenebrista, ocultando el rostro de Wendell, preparándonos para la sorpresa de la siguiente página (una nueva splash-page). Aquí también, decidí utilizar unas tramas cruzadas lo Bernie Wrigthson, que le dan ese puntito de género a la atmosfera y que se repetirán a lo largo del resto del tebeo.

Los autores siempre tratamos de ver con amabilidad aquello en lo que trabajamos, pero igualmente cuando algo no nos gusta os aseguro que todos los adjetivos se nos quedan cortos para dar desahogo a nuestra frustración… aunque, por supuesto, “off the record”. Pero podeís estar tranquilos que este no es el caso, creo que merece la pena darle una oportunidad a esta historia y en general a Marvel Zombies 5. Por mi parte simplemente espero haber podido estar a la altura de este gran guión.

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frankie frank
frankie frank
26 julio, 2010 11:00

Estupendo trabajo Fernando! Me ha encantado este último número. De hecho, considero que vale más que el resto de la saga y, ciertamente, el acercamiento clásico lo ha clavado. Es una pena que no haya más comics de supers así.

Daniel Gavilán
26 julio, 2010 11:20

IMPRESIONANTES páginas Fernando. Aun no he podio leer ese número de Marvel Zombies V porque tenía pendientes los dos anteriores, pero lo que muestras me anima a poner fin a esto lo antes posible. A ver si esta tarde pillo un hueco y ya me expando al respecto pero desde luego tiene muy, muy buena pinta.

 

 

Tiegel
Tiegel
27 julio, 2010 13:17

En lo que a mí respecta, esto está 100.000 veces mejor que lo de los Thunderbolts

LARZER
LARZER
11 septiembre, 2010 1:12

MUY BUENO, HAS DADO COMPLETAMENTE EN EL CLAVO DE LA HECENCIA FRIKI
LO QUE ME DEJA CON LA INTERROGANTE QUE SURGE EN LA ULTIMA PAGINA
Y QUE PASO DESPUES?