ECC Ediciones encontró en ITO Junji al superventas de su línea manga y a una figura alrededor de la cual articular la misma. Desde que iniciaran la publicación de sus obras hace ya más de seis años, hemos visto publicados una gran número de trabajos de este gran autor, heredero de UMEZZ Kazuo o MOROHOSHI Daijirô, autores en los que siempre se ha fijado y de los que conserva grandes influencias hasta el día de hoy, en el que es considerado como el gran maestro del manga de terror en la actualidad.
La confianza que la editorial deposita en la publicación de cualquier obra de este autor nos ha permitido a los aficionados la oportunidad de cerrar el año con un buen surtido de material relacionado con este mangaka. Además del título que reseñamos en esta entrada, en el último trimestre de este nefasto año 2020 podremos leer la conclusión de Rasputín, el patriota, la historia protagonizada por un influyente analista informativo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón caído en desgracia. Por otra parte, podemos disfrutar de dos fabulosos libros, que repasan y desgranan las claves de la carrera de este autor y permiten disfrutar de su fabuloso arte. Estudio desde el abismo del terror es un fantástico libro publicado para celebrar el trigésimo aniversario profesional del autor, que incluye interesantes entrevistas y relatos inéditos. Mundo grotesco es un fabuloso libro de ilustraciones que abarca la práctica totalidad de su carrera y que es muy esperado por sus lectores y un mercado en el que, desgraciadamente, no abundan este tipo de productos.
Sensor es una de las obras más recientes de sensei Ito, habiéndose publicado en las páginas de la revista Nemuki+, de la editorial Asahi Shimbunsha, en 2018. Su historia pivota sobre dos personajes principales, que protagonizan los distintos relatos, cruzando sus caminos fugazmente. La primera de ellos es Kyôko Byakuya, una joven que camina sin un rumbo fijo por los alrededores del monte Sengoku, un volcán que expulsa unos finos hilos de magma al exterior, viéndose atraída hacia él inexplicablemente. De esta manera llega al pueblo de Kiyokami, cuyas casas y calles se encuentra completamente cubiertas por las finas hebras doradas, llamadas cabellos celestiales por los lugareños, confiriéndole un majestuoso aspecto. Allí, los lugareños la reciben como a una elegida esperada durante largo tiempo y la ponen al corriente del pasado de un suceso del pasado que condicionó la historia de la pequeña localidad, cuando en el período Edo las autoridades del shogunato perseguían y castigaban la práctica del cristianismo, por lo que ejecutaron a Miguel, un misionero extranjero perseguido, y a los habitantes del pueblo, que le habían dado cobijo, arrojándolos al interior del cráter del volcán.
Los habitantes del pueblo mantienen la creencia de que Miguel escapó del interior del volcán hacia los confines del universo, dejando los cabellos celestiales tras él, Byakuya asiste a una nueva erupción del volcán, tras 60 años de inactividad, que los habitantes del pueblo advierten como el regreso de Miguel. Sin embargo, un extraño fenómeno en el cielo desemboca en la aparición de un dios oscuro que lo cubre todo con sus cabellos azabache, arrasando con todo rastro de vida en el pueblo, siendo Byakuya la única superviviente, y cuyo cabello adquiere un resplandeciente color dorado.
El otro personaje principal es Wataru Tsuchiyado, un periodista desconocido que, tras ver una extraña nube negra, acude al lugar donde tuvieron lugar los acontecimientos anteriores. Allí encuentra a Kyôko Byakuya, pero ambos son capturados por el grupo Indigo Shadow, una secta dirigida por el siniestro Kagerô Aido, obsesionado por encontrar los registros akhásicos, una biblioteca perdida en algún punto del espacio, para lo que debe meditar a través de Byakuya. Sin embargo, la energía del trance se traduce en grandes bolas de fuego que arrasan con los alrededores y la nube se precipita sobre el culto del dios oscuro, acabando con la vida de todos los presentes, salvo los dos protagonistas, que consiguen escapar.
A partir de aquí, sus caminos se bifurcan, por lo que el periodista se dedica a seguir el rastro de la joven de cabellos dorados, entrando en contacto con otros personajes clave en el desarrollo de la historia, como un reputado profesor universitario especializado en psicodiagnósis, que guarda relación con los hechos vividos por los personajes, o una mujer que acosa a Tsuchiyado desde hace tiempo y se ve envuelta en una ola de extraños accidentes.
Como ya hemos podido ver en obras anteriores, Ito desarrolla una estructura en forma de episodios aislados, de manera que cada uno de ellos tiene un comienzo y un final, pero que a su vez forman parte de un todo, componiendo la historia principal a través de breves relatos de acontecimientos. Resulta interesante ver cómo el autor maneja conceptos propios del horror cósmico lovecraftiano, el esoterismo, la jerarquía y las formas de actuación de las sectas y crea una mitología propia alrededor de un pequeño poblado, como ya hizo en Uzumaki. Sin embargo, comete errores de peso en el desarrollo del guion, fruto de constantes cambios respecto a la planificación y dificultades para explicar los acontecimientos relevantes, como consecuencia de dar espacio a otros que no lo son tanto.
En el aspecto gráfico, sigue siendo absolutamente reconocible y sólido, reiterando su buen hacer en el dibujo y conservando la capacidad de provocar cierta repulsión, gracias a su sello personal. Ito mantiene su consabido diseño de personajes, de los que podemos encontrar antecedentes con un gran parecido en sus anteriores trabajos. Pero sin duda, la mayor habilidad de este maestro del terror es la de la creación de atmósferas asfixiantes, que generan desasosiego en los lectores, así como la capacidad para introducir imágenes perturbadoras en ciertos pasajes de la historia, como la forma de grandes cerebros que adquiere una amenazadora nube, los ojos salidos de las órbitas, un vello nasal hiperbólica y una lengua henchida saliendo de la cara de un hombre que se autoinduce a la hipnosis o la forma de pequeños rostros que adquieren los restos de unos molestos insectos al ser pisoteados y convertidos en puré.
En conclusión, nos encontramos ante una obra irregular, que sabe mejor como un pequeño extra para quienes ya hemos disfrutado con anterioridad de las grandes obras de Ito que para nuevos lectores que se acerquen por primera vez a este autor, ya que, a pesar de que su desempeño artístico resulta fácilmente identificable y utiliza conceptos interesantes y novedosos, comete importantes errores a lo largo del desarrollo de todo el guion, dando lugar a una obra llena de altibajos, que deja la sensación de que podría estar mejor ejecutada.
La totalidad de capítulos que integran Sensor están recopilados en un único volumen que ECC Ediciones ha publicado recientemente, siguiendo el patrón establecido para la primera edición de las obras de este autor, que una vez agotadas se están reeditando en formato flexibook y tamaño A5. Por tanto, se trata de un tomo de tamaño B6 (130×180 mm), con encuadernación rústica con sobrecubiertas a un precio de 9,95 euros. Se trata de una edición más que correcta, a pesar de que no se incluyen páginas originales a color, con un papel de buena calidad, que no da lugar a molestas transparencias, una buena traducción y una adecuada reproducción de los originales. Al final del volumen se incluye un epílogo firmado por el propio Ito, en el que explica las dificultades a las que se fue encontrando a medida que avanzaba en la realización de la obra
Guión - 6.8
Dibujo - 7.7
Interés - 7
7.2
Cabellos de ángel
Estamos ante una obra de un nivel discreto en la producción de este autor, que a pesar de no dejar un recuerdo imborrable, sí que proporciona una agradable lectura y se adentra en terrenos que no había explorado hasta la fecha, lo cual supone una novedad y un aspecto a tener en cuenta si alguien se siente cansado de los trabajos de este maestro del terror.