Box. Hay algo en la caja, de MOROHOSHI Daijirô

Hablamos de los misterios que oculta Box. Hay algo en la caja, la primera obra del maestro MOROHOSHI Daijirô publicada en nuestro país por Satori Ediciones

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Edición original: Box. Hako no Naka ni Nanika Iru Vol. 1-3 JAP (Monthly Morning Two / Kōdansha, 2015 – 2016).
Edición nacional/ España: Satori Ediciones (2020).
Guion: Daijirô Morohoshi.
Dibujo: Daijirô Morohoshi.
Traducción: Marc Bernabé.
Formato: 3 volúmenes rústica con sobrecubiertas de 192 páginas.
Precio: 17,00€/u.

«Es la propia caja la que os ha invitado a participar en el juego.»

El rompecabezas tiene un origen -por este orden- accidental, cartográfico y educativo. El grabador británico John Spilsbury creó el primer rompecabezas en 1760 utilizando un mapa del mundo en madera del que recortó cada país alrededor de sus fronteras. El invento se utilizó exclusivamente hasta 1820 para enseñar geografía a los niños y más tarde se convirtió en un pasatiempo muy apreciado en la alta sociedad. Ya entrado el siglo XX la mejora en los medios de producción facilitó que este tipo de juego llegase a las clases más populares. Por lo tanto, los rompecabezas son algo muy serio. En esencia buscan revelarnos un conocimiento oculto a primera vista sobre nuestra misma realidad. En una interesante vuelta de tuerca, el maestro del terror japonés MOROHOSHI Daijirô plantea en Box. Hay algo dentro de la caja un misterio donde lo humano se convierte en una pieza más del rompecabezas a desentrañar.

El misterio MOROHOSHI

Morohoshi era autor inédito hasta la fecha en España. Ha sido Satori Ediciones la que ha apadrinado su desembarco reciente en España. En ese sentido, esta editorial lleva ya un tiempo realizando un trabajo encomiable en su recuperación de obras clásicas de titanes del cómic japonés como TATSUMI Yoshihiro, MAKI Miyako y UMEZZ Kazuo. Este último, junto al no menos conocido señor de los yōkai MIZUKI Shigeru, son figuras claves para entender la trayectoria de Morohoshi. Un autor que en sus obras construye una interesante amalgama de géneros con influencias del folclore tradicional japonés y la mitología cthulhiana de Lovecraft. Por ello, en sus historias sus personajes frecuentemente son asediados por terrores sobrenaturales, pero al mismo tiempo muy reales, físicos y crudamente cotidianos.

La carrera de Morohoshi despegó durante la explosión gegika que a mediados de los años sesenta facilitó la llegada las primeras publicaciones de manga para adultos. Una de ellas era la revista COM fundada en 1967 por el Dios del Manga en persona; TEZUKA Osamu -a regañadientes- se adaptaba así a los nuevos tiempos creando un espacio experimental que buscaba rivalizar con la popular Garo. En 1970, Morohoshi debuta profesionalmente en la revista COM con una historia titulada Junko Kyōkatsu. La publicación, en la que también se daría a conocer HINO Hideshi, y en la que el propio Tezuka editaría las primeras historias de Fénix, cerraría solo un par de años después.

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En 1974, Morohoshi comienza a publicar en la revista Weekly Shōnen Jump de Shūeisha su obra más conocida: Yōkai Hunter. Una antología de historias autoconclusivas que tienen como nexo común la figura de Reijirō Hieda, un profesor de arqueología y experto en cuestiones sobrenaturales que defiende la existencia de yōkai, fantasmas y otras criaturas del folclore nipón. Para probar su teoría, Hieda viaja a lo largo y ancho de Japón a la caza de anomalías paranormales. El personaje ha sido recuperado por el autor a lo largo de su carrera. Otros trabajos suyos son Mud Men, El mito oscuro, La princesa del melón y el demonio Amanjaku, El rey mono y otras leyendas chinas, con el que ganó en el año 2000 el Premio Cultural Osamu tezuka, y Shiori y Shimiko, reconocida con un Premio de excelencia en la 12ª edición del Festival de Arte de Japón.

Es a través de estos trabajos que podemos reconocer en Morohoshi el eslabón perdido que hace de puente entre el maestro Umezz y la posterior generación de mangakas ligados al género de terror. El creador de Yōkai Hunter, ha quedado relegado a un segundo plano que le ha conferido ese aura de autor de culto cuya influencia ha viajado más allá del manga. El cineasta MIYAZAKI Hayao se inspiró en su obra Mud Men para el desarrollo de La Princesa Mononoke. También ANNO Hideaki parece haber recibido alguna influencia de este creador a la hora de definir la realización de Evangelion. Y si echamos un ojo a alguna de las imágenes que acompañan este artículo parece clara la influencia de Morohoshi a nivel conceptual en autores más modernos como OKU Hiroya y HANAZAWA Kengo.

¿Qué hay dentro de la caja?

Todo esto nos pone en antecedentes antes de intentar aventurarnos a descubrir que hay dentro de la caja de Morohoshi. Box fue serializado originalmente entre 2015 y 2016 en la revista Monthly Morning Two de Kōdansha. Satori ha publicado en nuestro país dos de los tres volúmenes que componen la obra y el último de ellos llegará a las librerías antes de finales de este mes. El argumento es tan sencillo como lo son las mejores historias del género. Todo comienza cuando siete desconocidos reciben unos misteriosos rompecabezas que les llevan a reunirse frente a una misteriosa construcción en forma de cubo. Al quedar atrapados en ella no tendrán más remedio que intentar colaborar para sortear los peligros y los rompecabezas cada vez más complejos que encontrarán a su paso.

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Este disfuncional equipo está formado por el atlético Kōichi Kakuta, el voluntarioso Megumi Masuda, un extraña chica llamada Chieko Jingū que asegura tener percepción espiritual, el arquitecto Shin’chirō Kōda, el profesor de secundaria Makoto Yamauchi y una pareja de entrañables ancianos, Kan’ichi y Yaeko Tani. A ellos se sumará una misteriosa joven llamada Kyōko, un personaje creado previamente por Morohoshi para un recopilatorio literario de historias cortas publicado en 2004 bajo el nombre de Kyōko no Kyō wa Kyōfu no Kyō (La Kyōko de hoy es el miedo del terror). Este personaje se siente atraído por sucesos extraordinarios y su autor la describe como «extremadamente irresponsable, metomentodo y fisgona».

Posiblemente, la naturaleza cambiante de Kyōko sea la pista del verdadero enigma que encierra Box. Porque si algo queda claro después de leer la obra de Morohoshi es que las apariencias -por sencillas que parezcan- son siempre engañosas. El autor imprime un ritmo endiablado a la acción, incluso sobreponiéndose al terror metafísico que nos plantea en su punto de partida. La adrenalina no impide que Box tenga un interesante «background social» que aborda cuestiones tan candentes como la identidad de género, la gerontofobia y el conflicto generacional. Aunque la idea central que mueve la historia es el cambio. Empezando por unos personajes moldeables que deben seguir las reglas -interpretables pero estrictas- de la caja. El resolver un rompecabezas implica una pérdida, una cesión al “ente” que mora en las profundidades de la caja a la espera de ser alimentado.

El survival horror que vemos en la superficie de Box está ligado a nivel argumental y gráfico a la deconstrucción de los espacios. Es un ejercicio que nos puede recordar en alguna de sus ideas al magnífico libro de La casa de hojas de Mark Z. Danielewski. El misterio da lugar a laberintos, crucigramas, pasatiempos, ilusiones ópticas, escaleras de Escher… Morohoshi utiliza todos los recursos a su alcance. Box juega con los personajes, pero también con el lector y lo implica a través de algunos rompecabezas en las portadillas de cada capítulo “agónicamente pensados por el propio autor”. Esto supone un descanso en el camino para seguir inmediatamente deambulando por extrañas habitaciones llenas de criaturas dantescas, alianzas inestables y una paladina del caos con forma de repelente niña diabólica.

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El dibujo de Morohoshi se reviste de una personalidad underground realmente magnética que hace de sus posibles carencias una virtud por su natural tendencia a lo macabro y lo sombrío. Box desprende una atmósfera particularmente enrarecida, tremendamente acorde con las ansiedades expresadas por sus personajes. El apartado gráfico nos puede parecer demasiado tosco y duro, sobre todo a la hora de abordar juegos de perspectivas e ilusiones ópticas. Pero a nivel narrativo su trazo fluye con gran fuerza y alienta una lectura verdaderamente absorbente. La edición de Satori mantiene las cotas de calidad que nos ha mostrado en anteriores publicaciones dándole una dimensión extra a la obra. Todos los aspectos de la misma están realmente cuidados y la traducción de Marc Bernabé supone un sello de calidad para la publicación.

Conclusión

En definitiva, adentrarse en Box es hacerlo en la mente de un autor con una producción perturbadora y fascinante. En sus líneas expresa una manera embriagadora de concebir el terror y el misterio que rinde tributo a la rica tradición japonesa, pero también se atreve a mirar hacia delante. Las historias de terror, a menudo, intentan asustarnos a través del miedo, la duda y la ignorancia. Pero Morohoshi -como buen acólito de cthulhiano- nos inquieta con un terror que apela al conocimiento y cuyas revelaciones atentan contra nuestra propia naturaleza. La pregunta con la que nos interpela Box es una trampa en sí misma que deberemos sortear. ¿Qué hay dentro de la caja? Tendrás que resolver el rompecabezas y descubrirlo por ti mismo. Pero descuida, puedes estar seguro que disfrutarás intentándolo.

(1) Al resolver los puzles recibidos, se van abriendo compuertas que conducen a la salida.

(2) No obstante, cuando uno resuelve un rompecabezas, sufre una pérdida: puede ser una parte del cuerpo, alguien de la familia o algo relacionado.

(3) Si uno finge no haber resuelto su puzle, la caja monta en cólera.

(4) Hay que ceder algo que uno considere innecesario al «ente» que mora en la parte más profunda.

Edición original: Box. Hako no Naka ni Nanika Iru Vol. 1-3 JAP (Monthly Morning Two / Kōdansha, 2015 - 2016). Edición nacional/ España: Satori Ediciones (2020). Guion: Daijirô Morohoshi. Dibujo: Daijirô Morohoshi. Traducción: Marc Bernabé. Formato: 3 volúmenes rústica con sobrecubiertas de 192 páginas. Precio: 17,00€/u. "Es la propia caja…
Guión - 7.5
Dibujo - 7
Interés - 8.5

7.7

Diabólico

'Box. Hay algo en la caja' resulta una estimulante primera toma de contacto con la obra de Morohoshi. Un survival horror de ritmo endiablado en el cual el elemento humano es la pieza clave del rompecabezas a resolver. Tan entretenido como ingenioso y perturbador.

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