La muerte y lo que hay más allá, el destino, la reencarnación, el karma,… son conceptos universales que han preocupado a la humanidad desde tiempo inmemorial. Miles de obras han tratado el tema desde todas las perspectivas posibles y, como no podía ser de otra forma, también lo ha hecho el cómic. Muchos autores han abordado historias donde la muerte y el destino eran temas principales e incluso personajes protagonistas. Con Karmen, el mallorquín Guillem March aporta su granito de arena sobre el tema.
Guillem March nos presenta en Karmen su obra como autor completo más ambiciosa hasta la fecha. Una monumental novela gráfica de 176 páginas en las que el artista ha invertido más de cinco años de trabajo y cuyo resultado es un prodigioso despliegue gráfico y narrativo además de un canto a la vida y una carta de amor a su ciudad natal: Palma de Mallorca.
La carrera de Guillem March (Palma de Mallorca, 1979) se ha desarrollado a ambos lados del Atlántico con notable éxito allí donde ha trabajado. Sus primeros trabajos los encontramos relacionados con la escena del cómic mallorquín donde colaboró con el Diario de Mallorca y publicó con Dolmen Editorial obras como Fan Fight Force o la serie formada por los álbumes Sofía, Ana, Victoria y Laura. En los USA su carrera se ha desarrollado sobre todo en DC donde ha colaborado en series como Catwoman, Gotham City Sirens, Catwoman y más recientemente en el título insignia de la editorial, Batman. En Europa ha publicado para el mercado francés obras como Monika , junto a Thilde Barboni ,(2015, Diábolo ), The Dream, junto a Jean Dufaux, (2018, Norma Editorial) o la presente Karmen (Norma Editorial).
Karmen es una agente del Karma. Su labor consiste en acompañar las almas de los recién fallecidos a encontrar su destino y elaborar un informe sobre sus vidas. Se supone que no ha de interactuar con ellos ni influir en su destino, pero Karmen es especial y cree que las personas pueden cambiar incluso muertas. Su siguiente encargo es Catalina, una joven que se ha suicidado por culpa de un desengaño amoroso. Karmen le ofrecerá a Catalina una perspectiva única sobre su vida y las posibilidades en su muerte.
March nos propone una variante de la historia de seres espirituales que interceden por un alma desdichada al estilo de la película ¡Qué bello es vivir! (Frank Capra, 1946), el Cuento de Navidad de Charles Dickens o las miniserie de Muerte escritas por Neil Gaiman. El autor va lanzando a lo largo de la historia reflexiones sobre la vida y la muerte, el suicidio, los errores que comete la gente, las malas decisiones y las ocasiones perdidas, el karma y la reencarnación. Muchas ideas que no siempre acaba de desarrollar o que a veces presenta de forma un tanto confusa. El resultado es una obra irregular con momentos bien resueltos pero con otros que no acaban de encajar.
Se aprecia en la obra la gran implicación del artista y se intuyen aspectos muy personales del autor que se reflejan en el tratamiento de algunos personajes y en el cariño que ha puesto en retratar su ciudad natal, Palma de Mallorca, casi como un personaje más de la obra. La obra contiene una carta de amor a esa ciudad que no se limita a recorrer sus espacios más conocidos sino también rincones particulares que muestran el alma de sus habitantes.
El apartado visual de la obra es tan espectacular como discutible en algunos aspectos. Es indiscutible el talento del artista y en Karmen lo desarrolla hasta una cotas increíbles. Me atrevería a asegurar que se trata del mejor trabajo de su carrera. Cada página es impactante y está cuidada hasta el más mínimo detalle. March juega con la narrativa y la perspectiva para brindarnos composiciones y viñetas sobresalientes. Hay auténticas joyas como el plano de las dos protagonistas recorriendo el edificio donde vive Catalina a la vez que muestra lo que sucede en las otras estancias que es para enmarcar. Y aunque en algunos casos puedan parecer excesos visuales, también cumplen una función narrativa para transmitir la sensación de ensueño y de alucinación surrealista que experimenta la protagonista en su tránsito entre la vida y la muerte.
Ahora bien, alguna de las decisiones visuales del artista puede parecer poco afortunada. En concreto me refiero al hecho de presentar al personaje de Catalina desnudo en casi el 80% de los planos en los que aparece (y desde todos los ángulos concebibles). Puede que esa desnudez cumpla una función narrativa en la obra, mostrando la desnudez del alma del personaje en ese momento en que se ha desprendido de las capas de engaños que había desarrollado durante su vida, pero es un recurso del que el autor abusa y da pie a los críticos que le acusan de la hipersexualización de su estilo.
La edición de Norma es excelente, con un buen tamaño, buena reproducción y buen papel para poder disfrutar del arte de Guillem March. El álbum incluye una serie de extras en los que podremos ver el desarrollo gráfico de algunas páginas que nos permitirán apreciar el enorme trabajo del artista.
Karmen es una historia optimista con tintes dramáticos, uno de esos relatos feel good que invitan a la esperanza que llama la atención por su apartado visual deslumbrante e impactante. Una obra que consagra a Guillem March como autor completo, que no agradará a sus detractores, pero lo sitúa como uno de los artistas más llamativos del panorama del cómic español.
Guión - 6
Dibujo - 9
Interés - 6
7
Optimista
Guillem March nos propone su obra más ambiciosa, una historia optimista de tintes dramáticos donde sobresale su talento como dibujante y con la que brinda un hermoso homenaje a su ciudad natal
<3