#ZNSeries – The Mandalorian (Segunda Temporada). La Redacción Opina

En la redacción sabemos cual es el camino, por eso nos liamos la manta a la cabeza para hablar de la segunda temporada de esta serie protagonizada por Pedro Pascal

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Aviso de Spoilers: La siguiente entrada contiene algunos spoilers de la primera y segunda temporada de The Mandalorian. Puedes pasar pero será bajo tu propia responsabilidad, pero si no has visto esta produccción te avisamos: ¡este no es el camino! ¡Estás avisado!
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Género: Ciencia Ficción, Comedia, Acción, Aventuras
Creador: Jon Favreau
Reparto: Pedro Pascal, Gina Carano, Carl Weathers, Werner Herzog, Nick Nolte, Giancarlo Esposito, Emily Swallow, Omid Abtahi, Kyle Pacek, Brendan Wayne, Bernard Bullen, Taika Waititi, Natalia Tena, Alexandra Manea, Luis Richard Gomez, Mark Boone Junior, Jamal Antar, Tait Fletcher, Tony Taboada, Bill Burr, Julia Jones, Dominic Pace, Gary Sievers, Ming-Na Wen, Michael Biehn, Rosario Dawson, Katee Sackhoff, Timothy Olyphant, Michael Biehn, Rosario Dawson, Temuera Morrison, Katee Sackhoff, Mercedes Varnado, Simon Kassianides, Mark Hamill.
Producción: Lucasfilm / Walt Disney Pictures. Distribuida por Disney+
Canal: Disney +

“No estoy dispuesto a dejar mi destino al azar.”

Durante el pasado año, plataformas como Netflix, Amazon Prime y Disney Plus han supuesto una tabla de salvación para muchos espectadores que han visto en las producciones de estas compañías un respiro a las ansiedades del mundo moderno. Este es un papel que siempre ha jugado la ficción, pero que quizás hoy podemos valorar algo mejor. En 2019, Disney Plus estrenó la primera temporada de The Mandalorian que a España no llegó hasta marzo de 2020. Todavía no éramos del todo conscientes de lo que se nos venía encima, pero con el estreno de la segunda temporada este mismo año pasado el regreso de The Mandalorian había adquirido un significado algo diferente. Era la propuesta de evasión más adecuada dadas las circunstancias, sobre todo para los aficionados por ley al universo de Star Wars.

En esta segunda temporada Jon Favreau vuelve a asumir el cargo de guionista y showrunner principal de la serie, y Dave Filoni recupera su rol de productor ejecutivo. En el reparto vuelve Pedro Pascal para calzarse el casco de Din Djarin y repiten Carl Weathers, Gina Carano y Giancarlo Esposito, entre otros. La historia se ve reforzada con la incorporación de Rosario Dawson como Ahsoka Tano, Katee Sackhoff como Bo-Katan Kryze, Temuera Morrison que regresa a su papel de Boba Fett que ya asumió en la primera y un inesperado Mark Hamill que mediante efectos especiales recupera el aspecto que tenía como Luke Skylwalker en El Retorno del Jedi. Toda una serie de sorpresas que no han dejado indiferentes a los seguidores.

En Zona Negativa ya somos un buen grupúsculo de redactores el que ha disfrutado con esta producción. ¿Pero hay unanimidad al hablar y valorar esta producción? Eso es algo en lo que saldremos de dudas en un momento. En esta entrada, Jordi T. Pardo, Juanjo Carrascón, Luis Javier Capote Pérez, Nacho Teso, Nacho Pena, Raúl Gutierrez, Víctor José Rodriguez y Samuel Secades nos ofrecen sus impresiones sobre lo que ha significado para ellos esta segunda temporada de The Mandalorian. Si quereís disfrutar de una valoración más sosegada y en profundidad nuestro compañero Sergio Fernández ya nos ofreció sus primeras impresiones de esta segunda temporada hace unas semanas. ¿Vosotros ya la habéis catado? ¿Qué os ha parecido?

El único camino posible, por Jordi T. Pardo

El que esto escribe nunca ha sido especialmente aficionado a la saga Star Wars. He acabado viendo todas las películas principales y los spin-offs, pero sin la pasión del aficionado más acérrimo. Para mí son producciones simplemente para pasar el rato con una mitología a la que -en mi opinión- no siempre se le ha sabido sacar provecho y cuya evolución a lo largo del tiempo -y en algunos aspectos concretos- ha sido realmente nula. Por ello, The Mandalorian me ha sorprendido gratamente porque para mí sintetiza -desde su sencillez- lo que debería ser la saga sin realmente inventar la rueda. The Mandalorian nos lleva de viaje por esa galaxia muy, muy lejana, visitando localizaciones ya conocidas de la saga y recuperando algún personaje clásico de la saga (o de su universo expandido), pero también los lleva a lugares inéditos y nos presenta a nuevos héroes, villanos y criaturas fascinantes. Todo ello con un sentido de la maravilla y unos efectos especiales a la altura de la mejor de las entregas cinematográficas de la saga.

La segunda temporada de The Mandalorian ha seguido esta tendencia: trama directa, rápida y sencilla, combinada con un gustoso sentido de la aventura y personajes caracterizados con mimo en cada uno de sus capítulos. El trabajo de Jon Favreau y Dave Filoni reivindica una franquicia que parecía muerta después de su última entrega cinematográfica. Lo hace con una historia que siguen teniendo un gran eco del western y el cine de samuráis clásico. Lo hace también profundizando en la relación de sus dos personajes principales: el parco Din Djarin y su protegido Grogu. Es su conexión el alma de esta serie y lo que nos permite conectar a nivel emocional con toda la acción y la épica que esta nueva tanda de capítulos nos propone.

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Por otro lado, esta segunda temporada nos guarda más de una sorpresa con la recuperación de algunos personajes clásicos de la saga como Boba Fett y Luke Skywalker y la incorporación en carne y hueso de otros que conocíamos del universo expandido de la saga como Bo-Katan y Ashoka. Todos ellos tienen su espacio en la historia, siendo introducidos en la trama de una manera orgánica y evitando cameos vacíos de cara a la galería. El carisma que derrochan nos hace esperar con impaciencia algunas de las producciones que recientemente se ha anunciado para Disney Plus como las centradas en Boba Fett y Ashoka. Puede que este sea el camino por ahora más interesante, la expansión del universo de Star Wars mediante esta estrategia de miniseries interconectadas que también se aplicará al universo de Marvel Studios.

Hay pocos peros que ponerle a esta serie cuyas única pretensión es entretenernos en cada uno de sus capítulos. Es una propuesta realmente equilibrada que destaca por sus escenas de acción, su humor bien entendido y sus tridimensionales personajes. Su final nos deja con ganas de más y eso es lo mejor que podemos decir de una serie de este tipo. El apartado visual es una pequeña delicia que en ningún caso nos hace sentir que estemos ante un producto de segunda categoría. Solo hay que echar un vistazo a los créditos finales de cada capítulo para apreciar el cariño y el trabajo que sus responsables han depositado en la serie. Este claramente es el camino y espero que Disney tome nota de ello de cara al futuro. Este es el único camino posible.

Lo mejor – El sentido de la maravilla que siempre debería acompañar a una saga como Star Wars.
Lo peor – Los efectos visuales para rejuvenecer a Mark Hamill
El personaje – Din Djarin. Es el alma de la serie y mientras el foco siga puesto en él y en su evolución esta serie todavía tiene mucho recorrido.
El momento – Din quitándose el casco ante Grogu.
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – Estoy deseando ver Ashoka para ver como Jon Favreau y Dave Filoni aplican la filosofía de The Mandalorian a la mitología jedi.

 

“Nadie será libre hasta que las viejas costumbres hayan desaparecido.”, por Juanjo Carrascón

Mandaloriano es lo que desde el Retorno del Jedi he deseado para la franquicia de Star Wars. Nada de CGI ni de excesivos efectos especiales. Nada de tramas complejas, o más bien enrevesadas, y más aventura. Estamos ante una serie sencilla, sin grandes tramas y con capítulos lineales que son en muchos casos partidas de rol. Los fans de Star Wars queremos eso.

Un capítulo donde un terminal imprescindible para llegar al objetivo está en una cantina de un puesto del Imperio es lo más tonto del mundo, pero narices, eso queremos al ver una película de Star Wars. Claro está que esta simpleza no es la estupidez que supone colocar la mayor flota de la historia dependiendo de una porquería de antena. Simple no es sinónimo de estupidez.

Por otro lado, crecen los secundarios. Ver a Ashoka ha sido un placer, Rosario Dawson es la elección perfecta. Las esperanzas son fuertes en cuanto a este personaje y su futura serie, máxime cuando veo claro en el horizonte a Thrawn. Por otro lado, el “fondón” de Bobba me ha dejado un poco frío, pero en cierta medida casi ha sido mejor para no eclipsar al verdadero protagonista: Mando. Esa aparición estelar final también ha hecho las delicias del que suscribe y cuando lo ví aparecer no podía creer lo que parecía ser verdad. Por cierto, se trata de una disculpa en toda regla al personaje tras verlo beber de la teta de un bicho horrible.

Llegado a este punto toca hablar de John Wayne. Perdón, me refiero a Mando. Tenemos delante un personaje enmascarado el 97% de la serie, y tras el casco consigue transmitir sentimientos, sensaciones e incluso me atrevo a decir que podemos ver su rostro con cada actuación. Su manera de andar, su pose, su manera de coger el blaster, en fin, tenemos un verdadero vaquero que hace las delicias de cualquier seguidor de esta franquicia.

Finalmente, tengo que hablar del capítulo que para mí ha supuesto un punto y aparte. Se trata de la entrega donde en un duelo de samurais Ashoka se bate con Elsbeth mientras Mando en un duelo bajo el sol se bate con Kyle Reese, digo con Lang. Perdonad tanta confusión, pero son tantos guiños y tanto amor por esta franquicia que pierdo la noción de lo que tengo delante.

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La única pega que voy a sacar, pero que puede convertirse en el filón de Star Wars es que se han abierto demasiadas líneas que van a ser completadas con sus respectivas series. Puede que sea un buen sistema y al final case en algún especial o serie donde confluyan todos los argumentos, al modo y manera del Universo Marvel cinematográfico. Lo que queda claro es que una buena serie es mucho mejor que los bodrios de películas que hemos tenido en estos años. Mando es lo mejor que le ha ocurrido a la franquicia desde los años 80: “este es el camino”.

Lo mejor – Capítulo 13: La Jedi.
Lo peor – Excesivas líneas de argumento abiertas.
El personaje – Mando y Ashoka.
El momento – Ashoka vs. Elsbeth
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – Ashoka.

 

Rimas familiares en el amanecer de un universo compartido, por Luis Javier Capote Pérez

Por lo que a mí respecta, la llegada de El Mandaloriano fue una de las pocas cosas buenas que se pueden colocar en el haber del recientemente finiquitado año 2020. Durante su primera temporada, el encuentro semanal con Mando solitario y su cachorro verde se convirtió en una pausa para dejar temporalmente de lado las preocupaciones derivadas de la incierta situación que vivíamos y vivimos. Por otra parte, venía a suponer la demostración de que podía haber vida en la franquicia, después de una trilogía de secuelas que, por sus vaivenes extra-artísticos, ha quedado, o así parece, como un producto malogrado.

Cuando Disney anunció la adquisición del emporio construido por George Lucas, todo el mundo tenía clara la idea de que no había desembolsado una enorme cantidad de dinero para explotar el material preexistente. Tendríamos nuevos productos derivados de todas las franquicias que eran parte del patrimonio de su nueva adquisición. Ahora bien, la duda se planteaba en torno a las intenciones de la empresa titular y, a casi diez años vista de la compra, se puede hacer un balance en el que El Mandaloriano compensa las decepciones que ha dejado la agridulce sucesión de películas y derivados.

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Mucho se ha hablado del papel de Dave Filoni y John Favreau en el éxito de esta serie y mucho más de su labor en la franquicia. Ocioso sería repetirlo aquí, pero, no obstante, no puedo resistirme a mencionar el hecho de que ambos han capitaneado un nutrido equipo de profesionales fílmicos en los que se dan la mano el cariño a unas historias con las que crecieron con la profesionalidad para dar a la afición, a la audiencia ocasional y a quienes pasaban por allí un producto que se disfruta de forma independiente. Quien desconozca todo el universo de la popular guerra galáctica se lo pasará bien con las historias de Din y Grogu, pero quien conozca algo sobre Star Wars recibirá adicionalmente un disfrute proporcional al nivel de conocimiento que tenga en su haber. Esta combinación, que permite pasar un buen rato a propios y extraños, se ve coronada por la comprensión de una obra profundamente vinculada a su creador: George Lucas decía que en Star Wars todo rimaba y los señores Filoni y Favreau han logrado llevar a cabo una sucesión de versos visuales que van más allá del mero ripio mécanico.

Otro de los aciertos que vuelvo a mencionar es el hecho de que las aventuras de Mando y su hijo adoptivo se mantienen lejos de la acción principal que ha caracterizado a las trilogías cinematográficas. La tercera temporada apunta a que, quizá, el cazarrecompensas se vea implicado en tramas más próximas a ese hilo argumental que hace de eje y pilar. Está unido familiarmente a un ser poderoso en la Fuerza y empieza a saber de los manejos para conseguir el trono del planeta Mandalore. No hay dos sin tres y veremos si la tercera temporada estará a la altura de las anteriores. Mientras tanto, queda la prueba de que hay vida en la franquicia.

Lo mejor – Haber superado el desafío de mantener nivel y expectativas altas en la segunda temporada.
Lo peor – No se me ocurre, sinceramente, nada.
El personaje – Bo-Katan Kryze, por todo lo que puede prometer y promete para la tercera temporada.
El momento – Sí, precisamente ese momento
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – la dedicada a Obi Wan Kenobi, porque me ha sorprendido y para bien el cariño con el que un sector de la afición, que creció con las precuelas, ha recibido el retorno de Christiansen a la franquicia.

 

Este es el nombre, por Nacho Pena

Después del precedente de su gran primera temporada, uno no podía evitar estar expectante por el regreso de The Mandalorian. Afortunadamente, el valor de la producción es aún más elevado y siguen presentes grandes nombres como actores invitados en el reparto, tales como Timothy Olyphant, Richard Brake o Michael Biehn.

Sin embargo, aunque me ha gustado cómo ha ido desarrollándose la trama principal de la temporada, la de Mando y Baby Yoda, ahora con nombre, no puedo tampoco evitar pensar que gran parte de la temporada se ha ido derivando a la construcción del universo televisivo Star Wars, lo cual no está de más pero creo que también le ha quitado tiempo para desarrollar un poco más la relación entre el protagonista y su retoño. Claramente me refiero a la aparición de Rosario Dawson como Ahsoka Tano, lo cual no me ha desagradado pero daba la sensación de ser el capítulo más de relleno y el peor de toda la temporada, o sobretodo la inclusión de Temuera Morrison como Bobba Fett y Katee Sackoff como Bo-Katan Kryze bastante más atinados. Pese a esto me ha parecido una temporada notable con algunos capítulos memorables como el primero de los dos que dirige Peyton Reed.

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También se ha podido ver algo más al Moff Gideon de Giancarlo Esposito, el cual debería plantearse hacer un personaje de héroe o bondadoso porque entre esta serie, Better Call Saul y la segunda temporada de The Boys le va a acabar pasando como a Christoph Waltz versión TV a nivel de encasillamiento. Pascal sigue en su salsa así como Gina Carano. No se puede decir lo mismo de Ming-Na Wen, que poco comienza a diferenciarse su personaje del de Agentes de S.H.I.E.L.D. Pero un año más The Mandalorian es una de las series más destacables de su año y espero que con el rumbo que tome la serie cuando regrese en 2022 siga manteniendo su frescura.

Lo mejor – La evolución del Mandaloriano como personaje.
Lo peor – Quizá tramas demasiado abiertas o el poco esfuerzo de Ludwig Göransson en la BSO de esta temporada.
El personaje – Grogu, por supuesto.
El momento – Ahsoka Tano, sin duda.
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – Obi Wan, el esperado reencuentro.

 

La historia de Din y Grogu, por Nacho Teso

Para entender The Mandalorian nos podemos acercar por muchas vías. Por un lado, como campo de cultivo para nuevos aficionados a la franquicia. Un punto cero que requiere de poco conocimiento de la saga para entrar en ella. La historia de un padre y un hijo enfrentándose al día a día. Fórmula imbatible. Por otro lado, se puede considerar de forma expansiva. Un nexo de unión de todo lo que Star Wars ha sido y es, bebiendo de todas las vertientes sin importar su origen. Desde las pelis hasta los libros, pasando por las series animadas y los cómics. Star Wars es, simplemente, Star Wars. Finalmente, podemos observar The Mandalorian con la misma fascinación con la que observábamos en 2008 Iron Man, como el inicio de algo nuevo que aún no alcanzamos a vislumbrar. Un nuevo punto de partida, la fase 2 de la era Disney. Star Wars siendo lo que va a ser en adelante, en gran parte motivada por la necesidad de dotar a Disney Plus de contenido.

Lo verdaderamente asombroso es que la serie funciona a todos los niveles. Da igual el motivo por el que te acerques a ella o lo que desees descubrir al verla. Si estás por lo adorable que es Grogu es tan válido como si estás por ver cómo se empieza a desarrollar aquí la futura versión canon de Heredero del Imperio. Todo el mundo es bienvenido y esa es gran parte de la magia que hace que Star Wars sea tan popular en todo el planeta. A nivel personal, poder ver a Ahsoka Tano en live-action, mi personaje favorito de toda la franquicia, me llenó de emoción hasta el absurdo. Un regalo que no podía imaginar hace unos meses que demuestra que todo es posible aquí.

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Si nos alejamos del apartado más friki/simbólico y pasamos a observar la serie como producto narrativo, seguimos ante algo increíblemente sólido. El saber hacer detrás de las cámaras por parte de todos los directores involucrados se ve acompañado de más nervio general y consistencia a la hora de plasmar las aventuras de Mando. La temporada 1 no es que fuera floja aquí, es simplemente que la temporada 2 es mejor. Todo se expande, y eso se nota en una trama general mejor llevada e hilada a lo largo de todos los capítulos. Es una jugada ya clásica: el primer paso establece el núcleo, el segundo nos lleva más allá usando lo que ya hay.

Lograr sentir en todo momento lo que pasa por la cabeza y el corazón de un tío que nunca muestra su cara y una pequeña marioneta verde debería ser suficiente para entender lo bien que funcionan todos los personajes. Con esa relación como pilar indiscutible, el resto orbita en torno a ello. Quizá los dos mandalorianos que no son Bo Katan son los que pasan más desapercibidos en una temporada en la que todos brillan.

Y, en verdad, así con todo. Puedes dividir The Mandalorian en sus piezas más básicas, coger una al azar y comprobar que esa pieza está muy bien. Si repites ese proceso hasta el infinito, será imposible escoger una pieza mala. Una serie hecha con mucho mimo, ganas, acierto y solidez. Un regalo que, a finales de 2020, aportó alegría semana a semana. Una reivindicación del formato semanal que nos recuerda que en un tapiz tan inmenso como lo es esta galaxia muy, muy lejana… el amor sigue siendo la clave de todo.

Lo mejor – Ahsoka Tano.
Lo peor – Que todavía no haya más Ahsoka Tano.
El personaje – Ahsoka Tano.
El momento – Cualquiera en el que aparezca Ahsoka Tano.
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – Ahsoka.

 

This is still the Way, por Raúl Gutiérrez

Seré sincero. Tenía mucho, muchísimo miedo a esta temporada de The Mandalorian. La primera entrega de esta serie, la primera en imagen real del Universo Star Wars fue tan perfecta, tan genial y tan de autor, o mejor dicho, de autores, que temía mucho que la concepción filoniana del Universo Star Wars que se sabía llegaría en esta segunda entrega terminara por acabar con lo que había sido sin duda, el mejor producto galáctico de este siglo.

Y es que, y ya lo decía yo en mis impresiones relativas a la primera temporada de esta serie, hay dos forma de ver Star Wars. La de Lawrence Kasdan, Rian Johnson y la de servidor, según la cual estamos ante un universo muy muy grande en el que se debería de innovar y dejar de lado las tramas y los personajes de siempre, así como la ultra relación de todo lo contado hasta ahora, y la de George Lucas, Dave Filoni y JJ Abrans, que es justo la contraria. El Episodio IX de Star Wars nos enseñó que había triunfado la última de las dos concepciones, que supuestamente, el grueso de los fans querían eso, en detrimento de grandes obras iconoclastas como Los Últimos Jedi que le daban a este universo la savia nueva que necesitaba.

Pero al final, y durante este año he decidido hacer las paces conmigo mismo y con todas las formas de conceptuar Star Wars. Cada uno que tenga la visión de este universo que más le guste, porque la segunda temporada de The Mandalorian, comandada como la primera, por Jon Favreau, ha venido a tender puentes entre todas ellas y ha conseguido contentar a todo el mundo (o eso espero). Y es que, haciendo todas las cosas que temía que iba a hacer, el resultado no ha podido ser más maravilloso. Sin perder el norte en ningún momento, sin olvidar en pro de relacionar la trama anterior con el resto del Universo Star Wars, estamos ante un producto que sabe ser original y rompedor a la vez que hijo directo de la visión que Lucas tenía para sus precuelas, en las que todo estaba relacionado. La diferencia es que aquí (no como en los tres horribles episodios I, II y III), desde Bo Katan hasta Bobba Fett, pasando por Ahsoka, nada de lo que se introduce o se relaciona se hace de manera forzada o postiza, si no que con un genial trabajo de guión y de construcción de personajes detrás.

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No hace falta haber visto Clone Wars o Rebels para conocer aquí a Ahsoka. Ni tampoco conocer la historia del Sable Negro de Darth Vyzla para entender su importancia en la trama. Ni siquiera resulta necesario recordar al Bobba Fett de la trilogía clásica, del cual nunca entenderé que gustara tanto, al resultar en un personaje bastante anodino y que apenas tenía minutos en pantalla, ninguno de ellos glorioso.

La trama fluye por sí sola en la segunda temporada de The Mandalorian y se explica por sí misma bastando para sumergirse en ella solo con haber visto la primera temporada de esta serie. Humor, drama, acción, todo cabe en The Mandalorian, y si éste va a ser de ahora en adelante el Universo Star Wars, al que unimos las series y películas que vendrán en adelante… la fuerza ya me ha acompañado.

Lo mejor – La evolución de Mando como personaje, y como padre.
Lo peor – ¿Francamente? Nada.
El personaje – Moff Gideon y, quien me lo iba a decir a mí, Bobba Fett.
El momento – La aparición de Luke Skywalker.
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – cualquiera de las planeadas. Estoy tan a full con la visión de Disney de este universo que todo me vale.

 

Un nuevo universo, por Samuel Secades

Es curioso lo que ha conseguido The Mandalorian con apenas 16 capítulos: no sólo impulsar el nacimiento de Disney+, sino revitalizar toda una franquicia herida de gravedad por una trilogía cinematográfica que consiguió el efecto contrario al deseado con una propiedad tan valiosa como Star Wars: el hartazgo de la audiencia con unas propuestas que no llegaron a cuajar en el fan y que en el espectador casual dejaron un poso de indiferencia, algo que nunca ha sido el sello de una franquicia destinada a la trascendencia. Con The Mandalorian, Disney ha tenido al fin esa trascendencia, una relevancia semanal de estar en boca de todo el mundo y, esta vez, con comentarios positivos; por eso, ahora mismo Jon Favreau y Dave Filoni son reverenciados dentro y fuera de la compañía por haber remontado una montaña que parecía imposible de escalar, la de devolver la fe al siempre difícil credo de la Fuerza. Esta segunda temporada, eso sí, ha transitado por caminos menos arriesgados que la primera y más destinados a expandir el “nuevo” universo Star Wars que planteó la primera tanda de episodios; y es que aunque los compañeros aficionados al universo extendido, con ejemplos maravillosos como The Clone Wars, están acostumbrados a disfrutar del lore de Star Wars más allá de las películas, el espectador casual del que antes hablábamos apenas había vislumbrado el potencial de la saga más allá de la nostalgia o algunas propuestas más rompedoras como la del injustamente vapuleado Rian Johnson, que sacó de la manga la mejor película de la nueva trilogía intentando precisamente lo mismo que Favreau y Filoni pero constreñido a una sola película y condenado a la inmediatez del blockbuster.

Esta segunda temporada del Mandaloriano pierde, eso sí, el efecto sorpresa de la primera, y quizás se ve en ella una hoja de ruta más marcada que en la primera tanda de episodios. Eso no quita para que estemos ante una serie al máximo nivel creativo y presupuestario, llevando a Mando y a Grogu a recorrer nuevos y fantásticos escenarios (como aracnófobo lo pasé fatal con el planeta helado), pero quizás con episodios demasiado formulaicos y deudores de la primera temporada, repitiendo el esquema algo repetitivo de llegada a un lugar, exposición, condiciones para llegar al siguiente nivel, consecución de la misión y camino al siguiente objetivo. Narrativamente, The Mandalorian sigue el sencillo camino de las películas originales, aventuras sencillas a las que le ha sentado muy bien el carácter semanal y procedimental de sus propuestas, variando tramas, escenarios y personajes para darnos siempre algo diferente, y esta segunda temporada no ha sido una excepción. Uno tiene la sensación, eso sí, de que la fórmula no daba para más una vez planteada la relación paternofilial entre Mando y Grogu, algo que no podía alargarse en exceso una vez entraron en el juego los Jedis y la mitología de la raza de Baby Yoda. La propia sombra de Star Wars sobrepasaba la sencillez del western mandaloriano, y pedía cada vez con más ganas un enlace directo con los aspectos más conocidos de la saga: sí, perdiendo por el camino parte de la originalidad de la propuesta, pero era un peaje que sabíamos tarde o temprano se tendría que pagar. De todos modos, Favreau y Filoni han sido fieles a su propuesta, conformando su propia nueva mitología y creando a un personaje para la posteridad.

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Ah, sí, el final. “Parte del viaje es el final”, que decía Tony Stark en los avances de Endgame en otra de las interminables propiedades de la compañía del ratón. Veréis, hay un problema: releyendo la primera parte de esta crítica, no paro de encontrarme con términos como “propiedad”, “sello”, «producto» “franquicia” o, resumiendo todo, “Disney”, un lenguaje más propio de un memorando empresarial. Creo que todos tenemos una edad para reconocer que la nostalgia y las emociones han sido, en muchos casos, precintadas, embaladas y listas para su distribución en masa para ser analizadas en posteriores reuniones de ejecutivos; siempre ha sido así en realidad (y de hecho ya denominan a los eventos donde se anuncian títulos con nombres tan distópicos como “Investor Day”, en modo fuera caretas). Pero uno que, a pesar de saberse ateo, quiere conservar algo de fe, ve a figuras como Favreau o Filoni, creadores que trabajan para un gigante sin alma y que, cual Mago de Oz, le subarrendan precisamente lo que el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León querían pedir como deseo: cerebro, corazón y valor. Y todo ello para conseguir algo tan sencillo como aparentemente inalcanzable: alcanzar el corazón de aquellos que se maravillaron con la primera trilogía y seguían buscando esa emoción del juguete abierto el día de Navidad y ese volver a hablar sobre la familia, el gran tema de la trilogía original, sobre padres e hijos, mostrando a unos con ese vínculo de verdad en pantalla. Cuando terminé el episodio final de esta segunda temporada de The Mandalorian, tengo que reconocer que fui directo a Youtube a ver reacciones de la gente con esa aparición final, y allí, en las lágrimas del fan rendido a sus pies, se aunaba la emoción de ver a Luke y R2D2 con la de la despedida de Mando y Grogu; una despedida sin palabras que aunaba todo el corazón de Lucas y Spielberg, como esa química inmediata entre el robot y el pequeño a través de absurdos sonidos que sólo tienen sentido para un habitante de nuestros tiempos. Un puente, al fin, entre dos generaciones: porque ese ha sido, creo, el gran error de plantear que Star Wars pertenece a una generación o a otra. El poso que me queda tras esta segunda temporada llena de nuevo de western y ciencia ficción es que, precisamente, el cabronazo de George Lucas creó algo más allá de generaciones y que no le pertenece a ninguna y a todas ellas a la vez: una puerta al Universo, a la aventura, a la ligereza y la trascendencia, a la mitología, al corazón, y al cine. Y, ahora también, a la televisión, en forma de unos juguetes que, al contrario que en el final de Toy Story 3, estamos destinados a quedarnos y seguir jugando con ellos para siempre. Dicho lo cual, no puedo más que retirarme para echar unas partidas al Fallen Order y seguir soñando. De eso ha ido siempre todo este jaleo. Porque, creyentes o profanos, con Star Wars todos hemos sido siempre un poco esas manos temblorosas de Adam Scott al comprobar que, al fin, Mark Hamill se ha presentado en su fiesta de cumpleaños.

Lo mejor – Din Djarin. Mando. Pedro Pascal. Necesitamos más protagonistas con esa fuerza y ese corazón sin recurrir a los personajes clásicos.
Lo peor – El cgi cantoso de Luke. Lo desvaído y desaprovechado del personaje de Moff Gideon. Lo excesivamente procedimental de los capítulos.
El personaje – Mando, un Pedro Pascal que sólo con su voz y su rostro desencajado al final hace grande a la serie.
El momento – La despedida sin palabras.
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – Ahsoka Tano, por el potencia que tiene para ampliar la mitología.

 

El camino de un padre, por Víctor José Rodríguez

Veo esta serie desde dos puntos de vista. El del fan entusiasta que, sin ser un gran conocedor de todo el inmenso universo Star Wars disfruta con sus películas (excepto con el episodio VIII) y series (sobre todo Rebels) y el del padre. Como fan disfruto mucho con las aventuras autoconclusivas y entretenidas episodio a episodio, pero con esa historia río que ha sido la de llevar a Grogu ante el cuidado de uno de los suyos. Y como padre encuentro matices en el comportamiento de Din Djarin, Mando, que me encantan y hacen que disfrute enormemente de la serie.

Me encanta ver de vuelta a Boba Fett, ese personaje tan popular desde hace tanto tiempo. Fama que nunca me he explicado, pues no es tanto el papel que juega en la saga original, ni en las precuelas, pero al parecer fuera de las películas ha resultado ser un personaje más que complejo. Me ha gustado ver también cómo el Mandaloriano protagonista se cruza con otros de los suyos, con ideologías diferentes a la suya, pues no todos los habitantes de un planeta han de pensar igual. Bo Katan puede convertirse en un personaje clave en la siguiente temporada y ya estoy deseando verla. Ashoka Tano coprotagoniza uno de esos relatos que bien podría dar para un película, incluso otra serie. Lo mismo pasa con Migs Mayfeld, su historia da para un spin off. Y Moff Gideon ha sido un villano más que digno, que también me hubiera gustado ver con más presencia en pantalla y un papel más largo.

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En el apartado paterno filial debo pararme. Soy de los que piensan que el pequeño ser de la misma raza que Yoda fue un mcguffin en la primera temporada. En esta segunda no ha tenido tampoco grandes actuaciones, como sí las tuvo en la primera, curando heridos o tumbando monstruos con su uso de la fuerza. Pero ha sido el motor de la serie. Sobre todo el motivo que mueve todas las acciones de Mando. Desde la frialdad de su personaje, a pesar de las limitaciones que conlleva interpretar un personaje al que no se le ve cara (salvo dos contadas y maravillosas excepciones), Pedro Pascal hace un trabajo soberbio. Calculador pero llevado por la pasión, honesto consigo mismo y sus creencias. Entregado en su causa, que acaba siendo algo que va más allá del credo de los mandalorianos.

Cuando se quita el casco en el penúltimo episodio, titulado The Believer, demuestra e nivel de desesperación al que llega por cuidar a Grogu. Una acción que cualquier padre acabaría haciendo. El amor que transmite, sin decir nada, casi sin variar el gesto, en la última escena de la temporada es conmovedor. Y totalmente natural con la evolución de un personaje que al principio de su camino es un cazarrecompensas, un mercenario. Un asesino. Tengo muchas ganas de ver qué pasa ahora con él. Y con Grogu. Pero sobretodo de ver cómo hilan ahora el camino de los dos, porque separar este clan de dos ha sido una gran apuesta.

Lo mejor – La entrega al límite y la dedicación paternal del Mandaloriano hacia Grogu.
Lo peor – Que solo dure ocho episodios.
El personaje – Din Djarin, Mando, el Mandaloriano.
El momento – El mensaje de Mando a Moff Gideon, cargado de ira.
La serie del universo Star Wars que espero con más ganas es… – El Mandaloriano.

 

Aviso de Spoilers: La siguiente entrada contiene algunos spoilers de la primera y segunda temporada de The Mandalorian. Puedes pasar pero será bajo tu propia responsabilidad, pero si no has visto esta produccción te avisamos: ¡este no es el camino! ¡Estás avisado! Género: Ciencia Ficción, Comedia, Acción, Aventuras Creador: Jon…
Jordi T. Pardo - 7.5
Juanjo Carrascón - 8.5
Luis Javier Capote Pérez - 8
Nacho Pena - 8
Nacho Teso - 9
Raúl Gutiérrez - 9
Samuel Secades - 8.5
Víctor José Rodríguez - 10

8.6

Reconciliadora

La generosa nota con la que los redactores premian la segunda temporada de El Mandaloriano nos habla de su reconciliación -en términos generales- con la saga creada por George Lucas. Este es el camino a seguir, una producción que amplía el universo de Star Wars con personajes carismásticos y un sentido de la aventura espectacular. Nuestros redactores no piden más, pero tampoco menos.

Vosotros puntuáis: 9.52 ( 200 votos)
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ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
14 enero, 2021 13:29

No entiendo las quejas por el CGI de Luke, a mí me parece más que decente.

Por cierto, yo que soy un aficionado promedio de Star Wars he disfrutado un montón con esta serie, no quiero ni pensar lo que habrá sido para los fans acérrimos. Todavía se pueden hacer grandes cosas con la franquicia.

Carlitos
Carlitos
Lector
En respuesta a  ultron_ilimitado
14 enero, 2021 14:43

Yo tampoco lo entiendo, me parecía peor el de Tarkin en Rogue One.

Entendería las quejas si fuese algo muy cantoso como el afeitado cgi de Henry Cavill, pero yo lo vi bien.

Sith
Sith
Lector
16 enero, 2021 4:00

Todavía no puedo expresar en palabras toda la alegria que significa este serie para mi, es simplemente genial, se nota el cariño y respeto que tienen por la franquicia sus creadores, es increible pero hasta los episodios que supuestamente son de relleno logran emocionar, todo esta perfecto, actores, directores e incluso productores demuestran saber a la perfección que hacer.

Una vez más queda demostrado después de la horrenda trilogia que hizo Disney que si se ponen las pilas y traen a gente que se tome un poco de tiempo para analizar y trabajar como dios manda pueden salir productos de altisima calidad, que no hace falta nombres rutilantes o presupuestos increibles para hacer algo digno; tanto esta serie como Rogue One son el ejemplo a seguir.

No me molesta en absoluto el CGI empleado con Luke, sino que más bien me gusto tanto aquí como el que emplearon con Tarkin y Leia en su momento, y hablando de eso, la escena de luke es simplemente épica, en 5 minutos tiran abajo todo lo hecho por Ryan Johnson con la basura que hizo, incluso me causa gracia que hasta Mark Hamill en un video que circula por Youtube se burla del director echándole en cara como debió haber realizado las cosas.

Lo único que espero es que Disney no intente sabotear esta serie ya que hace quedar muy mal a todos los ejecutivos y productores que trabajaron en las últimas películas..

Knopfler
Knopfler
Lector
En respuesta a  Staple
14 enero, 2021 20:09

Firmo debajo.

Sith
Sith
Lector
En respuesta a  Staple
16 enero, 2021 4:01

No lo pude decir mejor.

Carlitos
Carlitos
Lector
En respuesta a  Staple
16 enero, 2021 13:31

Yo a Harrison si que le perdono. Si le perdoné Indiana Jones 4, puedo perdonarle El despertar de la Fuerza.

Y a Mark Hamill también, que fue el único que tuvo valor para reconocer que se habían cargado a su personaje, aunque luego se retractó porque para Darth Disney «su carencia de fe resulta molesta».

Carlitos
Carlitos
Lector
En respuesta a  Staple
16 enero, 2021 16:51

Aunque hay actores que son muy malos (Jon Boyega), yo creo que tenía un buen reparto: Adam Driver, Domhnall Gleeson, Oscar Isaac, Daisy Ridley, Laura Dern, Andy Serkis, Benicio del Toro, Harrison Ford… incluso Simon Pegg en un papel muy pequeño o Daniel Craig que hace un cameo.
Todos ellos han demostrado ser buenos interpretes en otros trabajos, el gran problema es lo mal escritos que están los personajes y la trama.

Mucho hace Adam Driver con el niñato histérico que es Kylo Ren y de los nuevos me parece el mejor personaje con diferencia, así que imagínate.

Hasta Carrie F que Dios la tenga en su gloria está espantosa y su Leia es una broma de mal gusto comparada con la original.

Totalmente.

Last edited 3 años atrás by Carlitos