Secret Wars: La Épica Multiversal Final de Jonathan Hickman

Repasamos la importancia del multiverso y de las Secret Wars en Marvel, con ocasión de la recopilación en tomo del evento de Jonathan Hickman y Esad Ribic.

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Probablemente os estéis preguntando, queridos lectores, el por qué de este título. Y es que, si hasta ahora se han realizado reseñas de todos los tomos que recopilan la extensa labor de Hickman en Marvel (salvedad de la reedición de Ultimates que de momento no está planificada y la de sus Guerreros Secretos que llegará este año en Marvel Saga) ¿Por qué no hacerlo con Secret Wars?

En primer lugar, porque creo que se trata de un cómic que es mucho más que un evento Marvel al uso, y en segundo lugar, porque personalmente me encanta. Y Cuando algo te gusta tanto y tienes la oportunidad de escribir sobre ello, no puedes quedarte en una reseña habitual. Así pues, y sin más dilación, comenzamos el análisis de una de las obras Marvel más definitorias para la editorial y su universo del presente siglo.

El Cómic Superheroico y las Tierras Paralelas

Hablar de cómic de superhéroes es hablar a la vez de mundos alternativos, tierras paralelas donde los personajes con los que tratamos son casi los mismos, en entornos prácticamente iguales, pero a la vez, tan distintos a todo lo que venimos leyendo sobre ellos.

El primer cómic (no la primera obra culturar en usar este concepto, nacido en el Siglo XIX, pero sí el primer tebeo) en abrir este potente melón que hoy no es si no un elemento intrínseco del cómic superheroico como género de géneros que es, fue El Flash de Dos Mundos, publicado en Septiembre de 1961 por DC Comics y en el que Barry Allen, el Flash de la Edad de Plata conocía a Jay Garrick, el Flash de la Edad de Oro. El guionista, Gardner Fox fue el responsable de imaginar esta locura de historia, tan loca como aquellas en las que Superman se convertía en simio en un número para al siguiente seguir siendo el de siempre. Carmine Infantino la dibujó, y el resto ya lo conocéis todos, pues es historia.

¿Por qué esta idea caló tanto que hoy en día, sesenta años después se sigue utilizando y la asumimos como un elemento tan propio de este tipo de cómics como lo son las capas y el spandex? Quizás por su atractivo, por las posibilidades que ofrecía, o por otro millón de razones que no podemos conocer, pero sea como fuere, la existencia de otras tierras es algo que se da por sentado en el cómic superheroico que de no existir, sería muy distinto a como lo conocemos.

Otro hito muy importante en la existencia de los Universos paralelos es la llegada, con fecha de portada de Febrero de 1977, de What If…? #1, escrito por Roy Thomas y dibujado por Jim Craig, en el que se planteaba qué habría pasado si los Cuatro Fantásticos no hubiera rechazado la oferta de Spiderman de unirse al grupo, oferta que realizó en Amazing Spider-Man #1, primer número de la cabecera arácnida principal tras el debut del personaje en la moribunda Amazing Fantasy #15.

What if, que continuaría mensualmente con el bueno de Roy Thomas como guionista durante los meses venideros, presentando sus clásicos números con Uatu, el vigilante planteando la pregunta de qué habría pasado si un suceso conocido por los lectores Marvel se hubiera producido de otro modo, fue una cabecera muy importante no solo para Marvel Comics, si no para que el concepto de universos paralelos calase en la editorial. Cada vez que una pregunta se contestaba en el sentido contrario de lo ocurrido (Spiderman como miembro de los 4F, Hulk con el cerebro de Bruce Banner, antes, mucho antes, de que Bill Mantlo o Peter David jugaran con la idea, un Steve Rogers que no había desaparecido tras el final de la Segunda Guerra Mundial etc…) se abría una realidad paralela distinta con su propio número de Universo en el que los hechos se habían producido de esa manera.

Tal es la importancia de esta cabecera, que a día de hoy, se siguen dedicando especiales con su nombre, de vez en cuando, que plantean otras preguntas y respuestas en la Marvel moderna (por ejemplo What If…? Civil War #1, en el que Ed Brubaker contestaba a la pregunta de qué habría pasado si el Capitán América hubiera ganado la Guerra Civil Superheroica en lugar de Iron Man entre otros muchos cómics.

El cariño por esta colección, y por las enormes posibilidades que ha ofrecido durante años en Marvel es tal, que como todos conocemos, este año llegará a Disney+ una serie animada en la que este concepto se llevará a los personajes Marvel nacidos según la continuidad ofrecida por el Universo Cinematográfico Marvel.

Siguiendo en nuestro breve viaje por los hitos multiversales del cómic, debemos acudir al año 1985, en el que Marv Wolfman y George Pérez decidieron poner orden y concierto en el Universo DC, en el que por aquel entonces existían montones de tierras y universos y continuidades dispares entre sí que hacían muy difícil seguir el día a día de las publicaciones de la compañía de Burbank. A aquella limpieza se le tituló Crisis en Tierras Infinitas, sin duda el mejor cómic de su año, y una de los mejores de todos los tiempos, que aún a día de hoy sirve como referencia para montones de obras no solo en cómic si no también en cine, literatura, videojuegos y todo tipo de expresión artística.

Un cómic que ha influenciado no solo a las Secret Wars de 2015, objeto de nuestro análisis, si no a cómics tan recientes y aparentemente tan distintos a Crisis como Universo Spiderman, uno de los puntos álgidos de la etapa arácnida de Dan slott (curiosamente coetáneo a Los Vengadores de Jonathan Hickman, y sus incursiones multiversales a las que hace no pocas y necesarias referencias). Por supuesto, no son estos los únicos eventos o cómics multiversales de Marvel, pero si algunos de los más representativos de cara a este artículo, y por ello se mencionan aquí.

Sin embargo, un poco antes de Crisis en Tierras Infinitas, en 1984 Marvel Comics comenzó la publicación de un cómic parecido a Crisis, pero muy distinto y del que el tomo objeto de nuestro análisis tan solo toma el título y algún que otro concepto aislado. Hablamos por supuesto de…

… Secret Wars o el Poder del Nombre

Secret Wars. Una maxi serie de doce número en la que Jim Shooter, guionista de la misma y en aquel momento el editor jefe de Marvel Cómics que entendía a la Casa de las Ideas como una máquina de hacer dinero que debía explotarse a toda costa, llevó a los héroes más famosos del Universo Marvel (y a sus villanos) a un enfrentamiento en un mundo distante y desconocido al que habían sido llevado por el capricho del Todopoderoso que jugaba al ajedrez con nuestros personajes favoritos, pero con quien al final jugó el Doctor Muerte, que además utilizó a Galactus para el Jaque Mate final.

Secret Wars, como por todos es sabido a día de hoy, no se llevó a cabo porque Marvel quisiera hacer una historia en un universo alternativo o porque quisiera explorar nuevas posibilidades narrativas, si no porque Jim Shooter había llegado a un acuerdo con la juguetera Mattel para vender muñecos de los personajes de Marvel y la condición clave de dicho acuerdo era que dichos muñecos tal cual habían sido diseñados como juguetes, protagonizaran un cómic superventas. De hecho, en Secret Wars no se plantea la existencia de ningún universo alternativo (salvo el abierto por el What If Vol 2. #114 con fecha de portada de Noviembre de 1998 (muy posterior por tanto al evento en sí) con guión de Gregg Schigiel y dibujo de José Marzán Jr., que planteaba que habría pasado si algunos de los héroes protagonistas de Secret Wars no hubieran abandonado Mundo de Batalla, llegando a tener hijos allí y a desarrollar una vida en dicho lugar, estando la historia protagonizada por dichos vástagos). Sin embargo, aunque las Secret Wars originales no constituyan por sí mismas ni un Universo Alternativo, ni un What If…?, son muy importantes porque de dicho evento, así como de la existencia del (o los) Todopoderoso(s) y de Mundo de Batalla parte el evento que Jonathan Hickman construyó en el año 2015 y que analizamos en este artículo.

Como historia, Secret Wars no es gran cosa. Como fenómeno editorial supuso un verdadero punto de inflexión. El crossover masivo como tal había nacido, y atrás quedaban los team ups superheroicos en los que dos, o como mucho tres personajes de distintas colecciones se veían las caras en uno o dos números de la colección del personaje que les invitaba suponían la máxima expresión de universo compartido. A partir de aquí, el crossover sería a poder ser, de enormes proporciones, y el evento editorial, el camino más apropiado para llevarlo a cabo.

Por otro lado, Secret Wars realizó otra maniobra editorial que en su día fue muy inteligente, y de la que nace la verdadera riqueza del evento (dejando a parte las enormes ganancias de Marvel y Mattel en cuanto al mismo) y era el hecho de que la serie principal comenzaba tras abandonar sus héroes protagonistas el planeta Tierra en una misteriosa nave en cada una de sus colecciones… para aparecer en el siguiente número de las mismas con cambios importantes pero sin que supiéramos donde habían estado.

Así, y éste es el ejemplo más recordado y claro, Spiderman se marchaba en la extraña nave, y volvía al número siguiente con un traje negro que le hacía más fuerte y rápido y del que todavía no sospechábamos que años más tarde nacería Venom y el concepto de los simbiontes de Marvel como tal. Pero si queríamos saber cómo Spiderman había conseguido dicho traje, teníamos que comprar y leer Secret Wars. Así se aseguraba Marvel las ventas del gargantuesco crossover. Y en dicha idea estaba la auténtica maniobra editorial.

Por ello, desde entonces, y también en el año 2015, cuando tuvieron lugar estas Secret Wars (las terceras, pues hubo unas segundas continuación directa de las primeras e incluso una Secret War en singular guionizada por Brian Michael Bendis y dibujada por Gabrielle del Otto que se trataba de una historia mucho más terrenal y en absoluto cósmica, si bien por ello no menos interesante) el nombre del evento tiene mucha fuerza en Marvel, siendo prueba de que se avecina algo grande, algo que dará mucho que hablar en Marvel como universo y como empresa.

Así pues, todos sabíamos, cuando se anunció esta serie, sobre todo habiendo leído ese coitus interruptus que suponía el final de su larga etapa en Vengadores, que Jonathan Hickman iba a parir un evento multiversal de proporciones hercúleas, pues tan solo con leer el nombre del evento, ya nos entraban sudores fríos. Sin embargo, para entender la importancia de esta historia, debemos ir un poco al principio de todo…

Los Cuatro Fantásticos, Principio y Fin del Universo Marvel… y de Jonathan Hickman

Cuando decimos que Los Cuatro Fantásticos son La Primera Familia, no lo hacemos porque éste sea un sobrenombre ganado al azar, o que tan solo haga referencia al vínculo fraternal y matrimonial que une a tres de sus miembros (siendo la relación con el sobrino favorito de la Tía Petunia de una fraternidad que está más allá de toda duda), sino porque Los Cuatro Fantásticos son la génesis del Universo Marvel. Ellos son el primer cómic de Marvel Comics como tal, que llegó el 1961 de la mano de Stan Lee y Jack Kirby, pues todo lo anterior pertenecía a las pretéritas Atlas y Timely Comics, aunque algunas de las publicaciones de aquellas compañías premarvelitas se rescataran para la futura Marvel Comics (La Antorcha Humana Original, Namor, el Capitán América).

Siendo así, en un evento que como las Secret Wars de 2015, iba a narrar el fin del multiverso Marvel tal y como lo conocíamos, y de la Tierra 616 en la que habían nacido la mayoría de los personajes que tanto amábamos, resultaba lógico y normal que dicha historia echara la llave del Universo Marvel con Los Cuatro Fantásticos, los mismos que lo habían empezado todo.

Pero es que no solo suponían el principio del Universo Marvel. Si no que también lo eran de Jonathan Hickman. Y es que, Los Cuatro Fantásticos de Jonathan Hickman (así como Fundación Futuro, la serie hermana de ésta que también guionizó Hickman en paralelo), recopilados ya al completo en tomo en formato Marvel Saga por Panini Cómics, suponen la primera gran etapa larga en un cómic Marvel del escritor (con el permiso de sus Guerreros Secretos realizados al mismo tiempo que el comienzo de su etapa en La Primera Familia, y que fueron coguionizados con Brian Michael Bendis).

Una etapa en la que introdujo conceptos como El Puente, o el Consejo de los Reed, así como el gran papel del Doctor Muerte o de Valeria Richards en el gran esquema del multiverso, ideas todas ellas que por fuerza, si habían estado ahí para el origen del escritor en Marvel, lo iban a estar igualmente para su despedida (aunque luego volviera con los X-Men y aunque los inicios de Hickman en Marvel se produjeran con las Astonishing Tales de Bala de Cañón y de Mancha Solar en el Mojoverso y con su Shang Chi, ambos dos simples one shots que no suponían prácticamente nada para lo que el escritor llegaría a hacer después en la Casa de las Ideas y que también datan de 2009, año en el que vieron la luz el primer número de Los Cuatro Fantásticos de Hickman, conceptuado como un especial de Reinado Oscuro, y sus Guerreros Secretos con Bendis).

Pero para llegar a Secret Wars, Hickman no solo tuvo que sembrar la semilla en Los Cuatro Fantásticos, si no que tuvo que hacerla crecer en…

… Los Vengadores, según Jonathan Hickman

Intentaré ser breve. Más que nada porque las reseñas sobre Los Vengadores de Jonathan Hickman son muy recientes y en su mayoría realizadas por quien suscribe, por lo que me remito a las mismas para ahondar en la profundidad que merecen estas historias.

Los Vengadores de Jonathan Hickman partían de la idea de Tony Stark en colaboración con Steve Rogers de crear un Mundo de Vengadores, algo así como un sistema de respuesta planetaria superheroica a todo tipo de amenazas de dentro o fuera de nuestro mundo.

Sin embargo, todos sabemos que aquello se entremezclaba con las incursiones que estaban a punto dar al traste con el multiverso conocido, y que de hecho, lo finiquitaban en un desolador último número de la etapa en el que Hickman nos dejaba claro que la lucha de nuestros héroes no había servido para nada.

Igualmente, en las páginas de Los Vengadores de Hickman se aludía al Puente, como sistema a través del cual observar otros multiversos, se desarrollaba al Reed Richards que el escritor había dejado en sus Cuatro Fantásticos, y se recuperaba al Doctor Muerte como solución final a la crisis a la que se enfrentaba el multiverso (solución jamás hayada por los inteligentes Iluminati), pues él era Rabum Alal, el fin y el principio de todo. Todo encajaba a la perfección, pero seamos serios, no nos lo habíamos imaginado ni por asomo.

Igualmente, en las páginas finales de Vengadores llegaban los Todopoderosos que, según Hickman eran una raza preuniversal que jugaba con los universos como base de experimentación y que igual que un día decidió crear, otro día decidía destruir, cansada de su juego habitual. Hickman nos explicaba que el de las primeras (y segundas) Secret Wars era un todopoderoso más, una versión inmadura de la raza que nos presentaba que había decidido jugar con los personajes de Marvel a un demencial juego en su mundo de batalla.

Con todo esto en juego llegamos por fin a…

… Secret Wars o el final del multiverso Marvel conocido

Edición original:Secret Wars 0-9 y Secret Wars Too.
Edición nacional/ España:Panini Cómics.
Guion:Jonathan Hickman.
Dibujo:Esad Ribic, Paul Renaud y Brian Churilla.
Entintado:Esad Ribic, Paul Renaud y Brian Churilla..
Color:Paul Renaud, Ive Svorcina y Tamra Bonvillain.
Formato:Tomo en tapa dura, 352 páginas.
Precio:35 €.

Con este título ya dejo claro que los paralelismos de estas terceras (y por el momento, últimas) Secret Wars con Crisis en Tierras Infinitas son mayores que los que la serie tiene con el gran crossover del que toma el nombre, y es que si para algo sirvió Secret Wars fue para poner orden y concierto en el Universo Marvel, al igual que hiciera DC en 1985 con su primera gran crisis.

No obstante este hecho es tan debatible como subjetivo, habiendo suscitado no pocas discusiones y promesas de duelo a golpe de guante entre el genial Arturo Porras (gracias como siempre por tanto) y servidor, que buscó su opinión y ayuda a la hora de preparar esta entrada. Y es que, hay quien dice que aunque Secret Wars tenga tantísima influencia en el multiverso Marvel no es si no un What if…? en sí mismo, puesto que plantea qué habría pasado si el Doctor Muerte hubiera construído un universo a su imagen y semejanza, engañando a la casi totalidad de sus habitantes.

¿Es un What if…? Si realmente ha ocurrido? ¿Podemos considerar que Secret Wars nada tiene que ver con Crisis en Tierras Infinitas porque la existencia del evento Marvelita era más comercial que necesaria pues no era menester poner orden en el Universo Marvel? No sé si los mundos vivirán o morirán, pero ríos de tinta se escribirán al respecto y nunca llegaremos a una solución pacífica de este cósmico conflicto dialéctico.

Desde luego, y a pesar de la controvertida opinión de quien esto escribe, es evidente que existen muchas similitudes entre este evento y su homónimo de la década de los ochenta, ya que las Secret Wars de Hickman comienzan porque el Doctor Muerte pone en jaque a los Todopoderosos, robando su poder, al igual que utiliza en su mundo resultante, llamado no por accidente Mundo de Batalla, a Galactus como un instrumento. También quedaban las series de cada personaje paralizadas por el evento y reanudadas en su siguiente entrega con grandes cambios que no entendíamos, y que para comprender requerían la lectura de este evento.

Pero dichas referencias, son si me permite decirlo, paralelismos más comerciales que otra cosa, porque realmente por su significado editorial y para la ficción del Universo Marvel, tiene este evento mucho más que ver con Crisis en Tierras Infinitas de DC que con las Secret Wars originales. Y es que, Secret Wars sirvió, como Crisis treinta años antes para poner orden y concierto en el multiverso Marvel, aunque el contexto editorial e histórico fuera otro, y el desorden más aparente que real.

Pero, llegando a este punto ¿De qué trata Secret Wars de Jonathan Hickman? Para saberlo os aconsejo que acudáis a este gran artículo de varios de mis compañeros en Zona Negativa, realizado al tiempo de la publicación de la serie en España en grapa, o a este podcast que nos curramos durante el confinamiento.

Sin embargo, si tan solo queréis acudir a esta reseña, baste con decir que Secret Wars no es si no un evento, que aunque entendido por sí mismo sin necesidad de lecturas previas (no como Infinito) funciona mejor como fin y epílogo a Los Vengadores de Jonathan Hickman que como evento en sí mismo. Y es que, como hemos dicho antes, en el último número de sus Vengadores, Hickman terminaba con el multiverso, que era barrido de la existencia por la mano de unos apáticos Todopoderosos, siendo aparentemente salvado en el último momento por tres personajes: El Doctor Muerte, el Hombre Molécula y el Doctor Extraño.

Pues bien, al comienzo de Secret Wars vivimos las últimas horas del Universo principal (616) y del Ultimate (1610) los dos únicos que quedaban en pie, para seguidamente saltar de golpe y porrazo a Mundo de Batalla, un mundo de mundos, construido con lo que quedaba de cada tierra paralela en la que el Dios Muerte gobierna con mano de hierro, con los Thors como fuerza policial, Stephen Strange como sheriff, Susan Storm como su amada esposa, y Valeria y Franklin Richards como sus hijos.

Reed Richards no existe en este mundo aparentemente seguro en el que las conspiraciones palaciegas al más puro estilo Juego de Tronos están a la orden del día, Johnny Storm fue barrido de la existencia para convertirse en el sol, y Ben Grimm ha quedado relegado a ser el muro que impide que todo se descalabre.

Sí, Mundo de Batalla tiene unas leyes rígidas impuestas por Muerte, pero éste a su vez da a cada territorio bastante libertad para comportarse según sus costumbres, interviniendo en muy pocas ocasiones y solo cuando se producen grandes agravios que muy a su pesar, debe solucionar.

Estaba claro que ésta era la mejor forma de salvar un multiverso que se moría, pero que en su último acto heroico Muerte robe la vida de Reed Richards nos deja claro que aunque cambiado por las circunstancias, y teniendo buena intención, siempre será un villano megalómano que se ha preocupado de ser el poder absoluto reinante en su nueva creación, desprovista de su mayor némesis, que ya no existe.

Sin embargo, no todo murió, como anunciaba Reed Richards muchas veces. Puesto que una nave en la que viajaban el ya mencionado Mr. Fantástico, Miles Morales, Peter Parker, Star Lord y Thor (Jane Foster) termina por llegar a Mundo de Batalla, al igual que otra en la que viajan el último Cisne Negro, Terrax, Próxima Medianoche, Corvus Glaive, el amo de estos dos últimos, Thanos, Maximus y el Hacedor (el malvado Reed Richards de la Tierra Ultimate).

La llegada de estas dos naves pondrá en peligro todo lo que Víctor ha construido, y desatara el caos en un mundo que aparentemente llevaba siglos siendo así, puesto que jamás hubo otro, si no solo lo que Muerte construyó.

Pero ojo, que no todo lo que aparece en este evento es idea de Hickman, o más bien quién aparece. Y es que, como ya hemos comentado a lo largo de este artículo, Secret Wars era además de la gran final de Jonathan Hickman en el Universo Marvel, la gran final de dicho universo como tal, un evento llamado a ser superventas, y por eso mismo, en él intervienen con papeles capitales personajes como Star Lord, la mencionada Thor y Miles Morales, personajes a los que Hickman había prestado nula atención en sus cómics vengativos, pero que tenían que estar en este evento por mandato editorial, y es que eran los más populares en 2015, los que protagonizaban las series a las que la editorial quería dar más empuje para potenciar la diversidad y, sobre todo, las sinergias con el celuloide (al menos en el caso de Star Lord).

De esta forma comienza y se desarrolla una gran historia en la que cada pieza puesta por Hickman en las distintas series que ha guionizado encaja a la perfección, y en la que Esad Ribic realiza un dibujo que solo puedo analizar como indescriptible.

Los héroes de Ribic parecen salidos de retablos renacentistas, y sus páginas cuadros preciosistas que nos dejan en no pocas ocasiones con la boca abierta.
De este evento nacieron varios tie ins, que como la serie principal, trataban de contar historias desconocidas en mundos Marvel que nos eran muy conocidos. Me refiero a X-Men ’92 (que recuperaba la serie animada), El Viejo Logan, 1602, Años del Futuro Pasado, Armor Wars y un largo etcétera. La calidad de estas series varía en función de las mismas y de su equipo creativo, pero en general, se tratan de tie ins bastante ramplones que no pasan de entretenidos si se es muy fan del momento concreto Marvel al que rinden tributo.

De cada una de estas series nacieron elementos interesantes, algunos muy aprovechados a futuro (El Viejo Logan) y otros no, y si bien ninguna de ellas resultó destacable, lo que como experimento realizaron sí que lo fue, resultando la serie principal por sí misma algo muy innovador, y además como movimiento editorial un canto de cisne a la nostalgia de un Universo Marvel que se moría (y que por supuesto renació para quedarse prácticamente igual, pero eso era algo que ya sabíamos de ante mano, con esa Tierra Primordial actual y resultante casi idéntica a la 616 y que al menos se mantuvo en cuanto al Universo Ultimate que jamás volvió).

El resultado ya lo conocemos. Los héroes ganaban. Muerte fallaba. Los Cuatro Fantásticos volvían. Luego reaparecían. El Multiverso se salvaba (más o menos) dañado pero igual en lo importante. Una gran serie había tenido lugar, y este tomo la recoge íntegramente, en una compra que no deberíais dejar pasar.

Probablemente os estéis preguntando, queridos lectores, el por qué de este título. Y es que, si hasta ahora se han realizado reseñas de todos los tomos que recopilan la extensa labor de Hickman en Marvel (salvedad de la reedición de Ultimates que de momento no está planificada y la de…
Guión - 9.5
Dibujo - 9.5
Interés - 9.5

9.5

Imprescindible

Repasamos la importancia del multiverso y de las Secret Wars en Marvel, con ocasión de la recopilación en tomo del evento de Jonathan Hickman y Esad Ribic.

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kursal
kursal
Lector
19 enero, 2021 18:30

A favor, el primer episodio, que para mí es de lo mejorcito que se ha escrito y la elección de personajes. En contra, que cada uno de ellos después va a su bola, en una gran elipsis, y el estúpido papel que asigna al Hombre Molécula. Lo de la hamburguesa es de vergüenza ajena.

Ángel García-Tetuá
Autor
19 enero, 2021 18:43

Gran artículo, Raúl! Sin duda alguna, Secret Wars es uno de los mejores eventos en la historia de la Editorial. Recuerdo aquellos meses de publicación como un gran momento para mí como aficionado, con interés total por lo que podía pasar.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
19 enero, 2021 21:12

Más allá de que decís que funciona mejor como final de etapa, es disfrutable (y comprensible)sin haber leído 4F y Vengadores? Me gustaria verlo porque estoy disfrutando sus XMen, pero dificil que me lea todo lo previo…Creo que eso es lo que tiene la mayoría de los eventos DC, casi nunca son relevantes los crossovers y pueden leerse tranquilamente sin ellos. En el caso de Crisis, supongo que para el 99% de los que andan por acá fue la puerta de entrada, solitaria y sin crossovers, a lo enorme del Universo DC, con la ayuda de los informes de Zinco. Si se puede leer así, adentro.

Dr. No
Dr. No
Lector
En respuesta a  Dr Kadok
20 enero, 2021 14:29

Si, se puede. Pero te van a entrar ganazas de leer lo previo…

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Dr. No
20 enero, 2021 14:47

Jeje dale gracias

Lord_Pengallan
Lord_Pengallan
Lector
19 enero, 2021 21:29

Bastante mala. Hay que decirlo más. Y recomiendo al autor de esto que se pasee más por los museos para ver retablos renacentistas y cuadros preciosistas de verdad.

Dr. No
Dr. No
Lector
20 enero, 2021 14:19

Hola amigos de Zona negativa!! Hace años que los leo, pero primera vez que comento.
Coincido plenamente con las apreciaciones de Kursal respecto al primer episodio del evento: mantiene un ritma vertiginoso y, para quienes veníamos leyendo los Vengadores de Hickman, una continuación directa del ENORME cliffhanger que suponía su último número.
A mi colega (y compatriota) Dr.Kadok le recomiendo muy mucho estas guerras secretas, no te van a decepcionar en lo mas mínimo, aún no siendo un lector marvelita habitual. Por eso mismo te recomiendo también el run de Hickman en vengadores y nuevos vengadores: no es necesario tener conocimiento previo de estos personajes, ya que el autor (muy en su estilo) construye su historia usando a los pesonajes sin tener mucho en cuenta su historia previa (sobre todo la reciente).
En sintesis: un viaje absolutamente disfrutable.

alienigena100
alienigena100
Lector
20 enero, 2021 19:46

Excelente artículo, como siempre. Enhorabuena.
Por lo demás, reseñar que sí hubo unas Secret Wars III previas. Se trataba de una saga de Los 4 Fantásticos de Steve Englehart donde recuperaban el personaje de El Todopoderoso. Allí también salían una raza de Todopoderosos como en la saga de Hickman pero no tenían nada que ver. Además, resultaba que el Todopoderoso nació de un cúmulo de energías del experimento que creó al Hombre Molécula. Es más, resultaba que se fusionaba con este para formar un nuevo cubo cósmico. Pero me imagino que Hickman no debió leer nada de esto y nadie de Marvel se dio cuenta..

Duma
Duma
Lector
En respuesta a  alienigena100
20 enero, 2021 23:34

Pues yo creo que Hickman fue de los pocos que se la leyó. Y pasó de lo hecho por Bendis posteriormente.

Recupera la raza de Todopoderosos. Recupera la relación del Hombre Molécula con esa especie de entidades, relación que antes de eso y después de eso no se había explorado. Es cierto que transformó a unos en algo distinto (especialmente cutre su apariencia en el enfrentamiento con Thor e Hiperion) aunque igualmente poderosos. También alteró que el «accidente» de Owen fue en realidad intencionado como parte de un experimento fruto de la curiosidad de esos seres, aunque esto no discute nada conocido anteriormente.

Sobre la fusión en un cubo cósmico ya fue deshecho no recuerdo donde. O quizá simplemente fuera mencionado, pero el Hombre Molécula volvía a ser él mismo antes de que Hickman llegara.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
21 enero, 2021 16:18

En cuanto a eventos creo que es el más potable de los últimos tiempos y un bien colofón a la etapa de Hickman.

Aunque aún está en cuestión su efecto en la continuidad. Se suponía que al final de Secret Wars todo volvía al punto de partida al comienzo de la etapa como si las incursiones nunca hubieran pasado. Pero hace poco, creo que ha sido en un número de Empyre, alguien hizo mención a la guerra contra los Constructores.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
21 enero, 2021 22:55

Ya leyendo, #3. Los dibujos una belleza. Y el guión la verdad que no me parece por ahora muy críptico sin haber leído lo previo, empieza parecido a Crisis pero como si se hubiera saltado todos los números hasta que quedan Tierra 1 y 2. Vuela todo al chori, pero nos salva el Espectro…digo mascarín Doom, que lo rehace a su antojo. Eh, entretenido por ahora, no le veo lo compliqueti (como si es X Men). Y veo cierto influencia en Death Metal, corríjanme si me equivoco.

marcus
marcus
Lector
29 enero, 2021 15:46

Para mí ahora que me la he leído entera la etapa de Hickman en Los Vengadores es una de las mejores de su historia pero con tres peros para nada menores: esta miniserie final -nunca vi a un Víctor Von Muerte tan acomplejado por Reed Ruchards-, el embrollo de las incursiones parece que al final se le va de las manos al autor -muere una tierra, una tierra y todo su universo o en qué quedamos?- y las escalas de poder: si los todopodeross son capaces de cargarse al Tribunal Viviente la expedición de Thor, Hiperión y demás debería haberles aguantado media viñeta. Dicho lo cual, siendo tan larga la etapa mantiene en su mayoría un muy buen nivel. Para mí entre un 7 y un 8 que englobando más de 60 números no está nada mal.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
En respuesta a  Staple
20 enero, 2021 20:53

Bueno, pero que las series del All-New All-Different fueran una chusta no es culpa del evento en sí.