El tesoro oculto de Len Wein, Ron Marz y Berni Wrightson

Batman: Hidden treasures es lo nuevo del Hombre Murciélago. O lo viejo. O lo nuevo de Len Wein y Ron Marz, pero escrito hace tiempo. Bueno, lo que sí que podemos asegurar es que es lo que nos cuenta el título: un tesoro oculto. Y un especial que DC pone a la venta en octubre.

El número contiene lo que indica: dos historias que, a día de hoy, constituyen sendos tesoros ocultos, ambos dibujados por Bernie Wrightson, y protagonizados por su Batman con orejas altas.

La primera historia es una reimpresión del clásico La Cosa del Pantano número 7. Un número cuya autoría corre a cargo de los artistas que lo crearon, Len Wein y el propio Wrightson. Una historia, además, con el morbo añadido de tener visos de futuro, ya que es de los tiempos en los que Alec Holland (o su trasunto) todavía se paseaba por el Universo DC. Además, recoloreada (ya que las ilustraciones de la época no tenían brillitos ni efectos de esos…) para la ocasión por Alex Sinclair.

La otra joya es de hace 15 años, inédita hasta la fecha. Ron Marz, su guionista, nos cuenta su génesis para la ya extinta colección Leyendas de Batman: “es una historia que Archie Goodwin había mantenido inédita, de reserva. Goodwin enfermó y, en última instancia, terminó muriendo, por lo que las páginas acabaron en algún cajón de las oficinas de DC. Llevaban tiempo queriéndola publicar, pero siempre pensaron que era demasiada especial para hacerlo en una colección regular, por eso lo han terminado haciendo de esta forma.”

La historia de Marz tiene además un elemento narrativo inusual en estos días: está contada por el narrador a través de un espacio en blanco fuera de la viñeta. Un recurso que se sale un poco de lo típico de los cómics. Aún así, Marz se defiende con un argumento bastante sólido: “Si tengo a Bernie dibujando a Batman y a Solomon Grundy en un pantano, intentaré dejar al artista todo el espacio que pueda”.

La historia se completó con las tintas de Kevin Nowlan, nada más y nada menos, y luego… al limbo de las historias sin publicar. Hubo intentos por parte de diversos editores de hacer una especia de antología, para que pudiese ver la luz, pero que no funcionó hasta ahora por diversas razones.

“Pasó por un montón de manos: desde Archie Goodwin hasta Bob Shreck. Yo sabía que Mike Marts la tenía porque me llamó para preguntarme qué hacía una historia de Berni Wrightson en su cajón. Pero, desgraciadamente, nunca encontramos el lugar en que publicarla, aunque me consta que el guardián de la historieta siempre fue Mark Chiarello, quien la cuidó e intentó publicarla todos estos años. Y parece que lo consiguió…”.

Y es que, según Wein y Marz, es algo común en el mundillo que, cuando un editor deja el negocio, algunas de sus historias se queden sin ver la luz. “Algunas de ellas finalmente llegan a la imprenta. Otras nunca lo hacen. Yo mismo tengo una docena o más de historias sin publicar.”

En cuanto a la reimpresión que incluye el volumen, una de las primeras historias de la Cosa del Pantano, el clásico La noche del murciélago, Wein defiende su inclusión diciendo que es una de las más queridas por la inclusión de Batman en ella. “Es parte de la continuidad de las primeras historias de la Cosa del Pantano. El personaje emprendió una búsqueda a lo largo del país para encontrar a los que asesinaron a su esposa. Ese periplo le lleva a Gotham City, donde se encuentra con su protector”.

Ambas historias comparten el dibujo de Wrightson, un artista que siempre dio a sus retratos de Batman de una impronta espcial: hacía las orejas de la capucha de Batman más largas de lo normal.

Marz, además, recuerda que cuando se escribió y dibujó la historia, “Bernie vivía a apenas un kilómetro de mi casa. Así que, mirando las páginas desde la perspectiva de hoy, constituyen un bonito recuerdo. Me he mudado, Bernie también, todos estamos en un lugar diferente ahora. Es por lo que la historia supone una cápsula del tiempo para mí, y para una época en la que los tebeos se hacían de forma diferente…”