… O mis sueños son una película metafísica de James Bond.
Es difícil escribir a estas alturas algo sobre Origen que no parezca un refrito de cualquier otra cosa dicha anteriormente. Film orgullosamente comercial, abiertamente espectacular, más ingenioso que inteligente, más manufactura que genialidad, narrado con limpieza pese a su potencial farragoso. El trabajo de un geómetra cinematográfico que agita la cámara un poco más de la cuenta. Superthriller de la escuela de Michael Mann, noir fantacientífico al borde de la saturación de ínfulas e importancia pero haciéndoles un regate elegante de mediapunta con clase. Atronadora, absorbente, referencial, sofisticada. Brillante como un truco verdadero al que se le intuye una trampa que no se puede explicar bien. Un juego finalmente y solo un juego.
Originalidad y autoría en la edad de lo postmoderno
Lo cierto es que los protagonistas de Origen no sueñan sueños, sino películas. Sus sueños son de cine, rediseños de un imaginario popular. Están dirigidos, escritos y controlados por unos terceros (y por el autor mismo en última instancia, claro), y lo onírico está desterrado o más bien presentado de una manera tan integrada que se convierte en un detalle anómalo dentro de la recreación ideal y pulida de un contexto real y ya visto. Reconocible, acogedor para un espectador/sujeto que detecta sin esfuerzo los diversos elementos familiares de la ficción/realidad. Unas imágenes genéricas (por comunes y por “de género”) y unos códigos por los que dejarse guiar. La prueba más sencilla que Cobb le realiza a los sujetos de dentro del sueño para que estos se den cuenta de que están en ese espacio inventado es preguntarles cómo han llegado al lugar en el que se está produciendo esa conversación. Ninguno es capaz de contestar. Si mientras vemos una película pudiéramos parar y preguntarle a uno de los personajes eso mismo dudo que ninguno supiera darnos respuesta. El cine es una sucesión de “ahoras” separados por elipsis que el espectador rellena a partir de una información aprendida por la experiencia. No concibo una manera más sencilla y elegante de hacernos notar estos huecos que esa pregunta.
Las películas, al igual que los sueños presentados aquí, son un simulacro de lo real puesto en escena. Los distintos niveles de profundidad de la psique convertidos en estilosas arquitecturas racionalistas –una decisión formal paradójica que, amén de redundar en el gusto del director por las ciudades y los interiores despersonalizados, intercambiables, subraya esta característica de la propia trama de tener, necesariamente, los sueños bajo control y presentarlos como plausibles para el sujeto- y los diversos episodios que se desarrollan allí corresponden a distintos géneros. Desde las películas de robos y timos perfectos con algo de las alambicadas tramas de engaños de David Mamet, hasta el actioner contemporáneo cámara en mano, pasando por el homenaje a los filmes de James Bond -tanto la secuencia de apertura como toda la parte nevada-, a Misión: Imposible y sus variantes -el grupo de variopintos profesionales con habilidades específicas- o incluso al terror en la planificación e iluminación de la visita de Ellen Page (Ariadne, la tejedora) a lo profundo del sueño de Di Caprio.
Hasta Nolan, convertido ya en autor reconocible e instalado (y por tanto listo para el exploit) se cita a sí mismo -por cierto, un rasgo muy poco comentado en torno a sus protagonistas es la manera en la que maneja su tipología: de un modo u otro la mayoría se le parecen y se parecen entre sí (trajes, peinado, poses), como si quisiera establecer una conexión cercana a la autoficción que por ejemplo manejan Grant Morrison o Mike Allred en el terreno de los cómics– a través de una reinterpretación de elementos ya presentes en su inaugural y austeriana Following (1998). No solo el nombre de uno de los protagonistas, Cobb, sino su misma profesión: un ladrón que irrumpe en la casa ajenas (ahora las mentes) para coger/extraer algo muy específico, algo especial. Incluso la escena en la que este personaje pasea a su discípulo enseñándole las fascinantes oportunidades de su oficio encuentra aquí su réplica en la larga y extraordinariamente plástica secuencia del paseo parisino. Hasta puede verse este film como un reverso de aquel Insomnia, rescatable aunque no especialmente memorable intento de introducirse en la industria que desnaturalizaba bastante su discurso anterior, don de un insufrible Al Pacino que comenzaba a mezclar lo real y lo imaginado por la ausencia de sueño. Del mismo modo recoge, parcialmente de la misma Insomnio (2002) y principalmente de la ya clásica Memento (aunque también de sus dos Batman), la idea del autoengaño y la pérdida como motor psicológico del personaje principal: al igual que en ese título de hace ya una década, la muerte de su esposa, causada de manera involuntaria e irresponsable, provoca en el protagonista la desvinculación de la realidad y la creación de una paralela, presidida por la paranoia y la incertidumbre alrededor de la propia personalidad.
Al igual que Jim Jarmusch o Quentin Tarantino (Scorsese incluso, aunque de un modo más orgánico) afirma su autoría desde la referencialidad (incluida la auto): el material a partir del cual construye su ficción es el de las películas y las series vistas, los cómics y los libros leídos, en una amalgama diversa que es el hummus desde el que medra una interpretación personal de todo lo visto, leído y asimilado (al igual que los sueños preparados en forman de detalles múltiples pero no de recuerdos exactos). No oscurece sus robos, tampoco los exhibe, simplemente los utiliza como materia prima natural para él y para los de su generación. Origen es el film metatextual de Nolan, una obra abracadabrante que habla de la creación de la ficción desde la creación de la ficción, del engaño desde el engaño, en un juego de espejos interminable, en una estructura de niveles narrativos virtuosa, al borde mismo del alarde.
Orígenes Secretos
Muchos de los antecedentes que se han señalado sobre este Origen se lanzan de cabeza al lugar común: Blade Runner (Ridley Scott, 1982); 2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968) en descabelladísimo paralelismo que busca más engordar intelectualmente una cinta que no lo necesita porque no juega en esa liga ni lo pretende tampoco; y por supuesto no podían faltar Matrix (Larry y Andy Wachowski, 1999) o Dark City (Alex Proyas), pese a que la idea de la ciudad-móvil de ésta ya fuera robada directamente de The Crimson Permanent Assurance, antológico corto de Terry Gilliam que prologaba El sentido de la vida (Terry Jones, 1983). Y es que, a veces, lo exégetas hacen más daño que otra cosa al provocar malas interpretaciones, esperanzas desmedidas y odios tan encendidos como injustos. Los paralelismos con esos filmes son, en el hipotético caso de haberlos, circunstanciales –la pelea (maravillosamente bien rodada pelea, raro en Nolan) en ingravidez, por ejemplo, no tiene nada que ver, ni en intenciones ni en resolución formal, con el hipertiempo detenido/alterado de los Wachowski– y sin ir muy lejos aquí mismo he leído juicios más agudos que señalaban con buen tino a la espléndida Paprika de Satoshi Kon como una influencia palpable que hago extensiva al autor en general, creador fuera de serie que comparte con Nolan no pocas características sobre el cuestionamiento de lo real, la disolución de la identidad y los mecanismos de la ficción.
Pero no todo son tiros al aire: es cierto que algo hay del Neuromante (1984) de William Gibson y sus corporaciones abstractas, bastante de la narrativa paranoica de Philip K. Dick, retazos de un David Cronenberg con presupuesto disparado o guiños a la entrañable La gran huida (1984) de Joseph Ruben; y Solaris (libro y películas) está presente a través del obsesivo personaje de la turbadora Marion Cotillard, esposa muerta de Cobb que se manifiesta, una y otra vez, pesadilla recurrente simultáneamente melancólica y terrorífica, al tiempo que supone, en muchos aspectos, la archivillana despiadada y sexy, inaccesible y herida en el pasado por el héroe, de tantos y tantos relatos frisando lo pulp.
Personalmente aquí coloco las verdaderas fuentes de esta película y del autor por extensión: en la ficción escapista a la que, por desgracia, suele dar una pátina de solemnidad un tanto excesiva. Acoge por igual herencias del Dr. Mabuse langiano, presentes en sus aproximaciones a Batman (donde también estaban los robos perfectos y los planes elaboradísimos), préstamos comiqueros del Sleeper de Ed Brubaker y Sean Philips (material potencialmente nolaniano de primer orden), de la disociación de personalidades de Peter Milligan o inclusive de Los Invisibles morrisonianos o los anti-héroes del fumetti. Influencias (robos u homenajes) ya mencionadas de la eterna saga Bond (ya presentes en El caballero oscuro, por cierto) y en especial la de no pocos elementos de la ficción catódica británica y estadounidense de los 60/70, principalmente de esa virguería que fue Los Vengadores y del cráneo preclaro del gran Brian Clemens, quien convirtió el show en una reflexión pop alrededor de la apariencia, del “juego” como razón vital y de las múltiples formas posibles de una misma ficción.
Esa idea central que ya cité al principio y a la que vuelvo a recurrir ahora, la de “el juego”, se me antoja como la naturaleza última del cine de Nolan, una idea central que acoge por igual el engaño (y el auto-engaño donde también actúa la fragilidad del tejido de los recuerdos), el fingimiento, la disolución de lo real, la desaparición o el cuestionamiento de la propia identidad y la misma narrativa de triple salto mortal. En el cine del director británico los personajes juegan los unos con los otros, él juega con esos personajes y el resultado final juega con el mismo espectador. La ya famosa introducción que recitaba Michael Caine al principio de la extraordinaria El prestigio (hasta el momento su mejor y más complejo trabajo) resume a la perfección qué es el cine de Nolan y qué no.
Perpetuum Mobile
Si hay una característica narrativa que defina el cine nolaniano (y a sus héroes por extensión) esa es el movimiento. Escorado definitivamente a la acción, esto ya estaba, no obstante, en sus películas anteriores. Sus personajes viven en constante movimiento porque en realidad (quizás a excepción de los magos de El prestigio) carecen de espesor dramático, su psicología se define en la narración, en la acción y no en la reflexión. Necesitan moverse para ser. Los personajes y las historias de Nolan están, por tanto, en constante avance (aunque la forma en la que estas le son presentadas al espectador es, por lo general, desordenada; con las consecuencias antes que las acciones) y esta necesidad que nace a partir de la escritura, más que de la planificación de los encuadres, se corporeiza en unos protagonistas que se mueven constantemente -todos los personajes principales de su cine son activos, existe siempre un objetivo contrarreloj que los convierte en frenéticos buscadores- tanto físicamente dentro del mismo encuadre como dramáticamente en la túrmix en la que, progresivamente, se ha convertido la ficción del inglés.
Del mismo modo y producto de esto, sus filmes no son excesivamente memorables desde un punto de vista estético debido a que están siempre subordinados a la narración y al vértigo que provocan. Sí existen fogonazos, detalles irrefutablemente hermosos o hipnóticos en su ejecución y en este sentido Origen presenta novedades, deteniéndose más en la contemplación. De hecho todo el segmento parisino ya mencionado se centra en esto y durante él se exhibe, a la vez, el poder del sueño y el poder de la imagen cinematográfica, dejando momentos sublimes como ese confeti en el que se convierte el escenario o la fascinante imagen de la ciudad plegándose sobre sí misma, resuelto además con un movimiento de cámara envolvente que sigue la mirada de forma natural. Otro rasgo de que la preocupación plástica sí existe pero no se pone en primer plano es un manejo de la luz y los colores más elaborado de lo aparente que entronca, nuevamente, con sus realizaciones anteriores. Inception oscila entre la luz natural preferida por Nolan para esconder los bordes de su trampantojo, los marrones cálidos que envolvían Batman Begins y los azules metalizados preponderantes en The Dark Knight (algo palpable con solo mirar los carteles publicitarios de ambas cintas) y que estaban tomados del mencionado Michael Mann.
La preeminencia de la historia sobre la resolución visual de la misma -lo que, reitero, no quiere decir que la puesta en escena sea descuidada; al contrario, es un director elegante pero prefiere lo funcional, lo útil antes que lo pinturero, algo que le convierte en un espécimen raro en medio de un cine de gran presupuesto dominado por la seducción deslumbrante del impacto-, de la cinemática frente a la meditación, provoca que sus películas hayan comenzado a ser una sucesión de momentos cumbre que no dan tregua a la atención del espectador, un elemento centuplicado por las características de las últimas bandas sonoras de Hans Zimmer, probablemente inaudibles por sí mismas pero maquinarias de precisión sobre las imágenes. Cada momento, cada acción y cada detalle de lo que está pasando en pantalla tiene su importancia en la trama general. Es de esta exigencia de atención, siempre moderada o más bien normal pero parece que excepcional en nuestros tiempos, de la que ha nacido la imagen de Nolan como autor complicado o incluso experimental (sic). Nada más lejos de la realidad: lo que busca es, más bien, recordar fechas en las cuales este cine comercial era la norma y no la excepción.
Esta estructura de avance perpetuo y set pieces de idéntica importancia en el conjunto le acercó, en Batman Begins primero y en The Dark Knight con total claridad, a una estructura de clímax en sucesión (algo ya presente, aunque de otra manera, en Memento), una serie de minirrelatos insertos en un relato superior en donde cada uno de ellos expone idéntica ecuación de “presentación/dudo/desenlace”. Una organización que aquí se vuelve paroxística al poner a funcionar simultáneamente varios de estos minirrelatos en lo que podríamos llamar un hiperclímax que ocupa prácticamente la última hora completa del metraje. En este sentido, el de la narración pura y la consecución de una geografía singular, kinestésica (consciente no solo del movimiento general sino del de cada miembro), Origen es su título más perfecto. Resulta bellamente simbólico que el tótem de Di Caprio (aunque sobre este particular trate una de las más curiosas ambigüedades del film: ¿es suyo?) sea una peonza. Una peonza que en un momento de la película es echada a rodar y no se detiene. Eso es lo que pretende Christopher Nolan: un cine que no se detenga. La consecución de la inercia narrativa.
Esbilla cinematográfica popular
Me ha gustado mucho la crítica y el enfoque desde el punto de vista narrativo. La película, desde luego, tiene cosas en común con Paprika, habiéndome gustado bastante más que ésta.
Un favor al cine comercial o de mucho presupuesto, que por estos rasgos ya soportan las críticas de muchos, sin justificacióna mi parecer.
Reflexionando sobre lo que ayer comentábamos y después de leer tu crítica me «cuadra» más la frialdad de la película.
Me falta un comentario sobre el trabajo de los actores, :).
Muchas gracias por el aporte, me levanté esperándolo!
Te ha faltado señalar una referencia que a mi me parece fundamental: Nivel 13. Durante la película hubo muchos momentos que me la recordó, sobre todo en la cuestión de sueños dentro de sueños.
Coincido. Yo no dejé de pensar en Nivel 13, peli que me gusta todavía más que la de Nolan, que me encantó.
Gran crítica Zape… Leyendola me he acordado de una de frase: «Intenta recordar, es sólo un juego«
Analizando en este plan hasta «Los bingueros» es metatextual y autorrefencial del cine de los 70. Un director de películas blockbuster, ¿homenajea y autoreferencia o simplemente usa los elementos que mas masticaditos vé para que el público no se lo coma vivo?
«Los Bingueros» ha dejado más poso del que dejará Origen. Y si no, al tiempo.
“Los Bingueros” ha dejado más poso del que dejará Origen. Y si no, al tiempo.
Eso es indudable.
Grande Zape, de mayor quiero escribir sobre cine como él, eso sí, comparto practicamente todo lo que planteas, menos lo de The Prestige como la mejor obra de Nolan y eso que me parece excelente, mucho mejor que su coetanea aburrida y tramposa El Ilusionista de Neil Burger, el director con apeilldo de comida rápida.
Dario no sólo tienes razón sino que además, olvidas que «Los Bingueros», a parte de ser cine metatextual, es un cin tan mental que termina siendo autoconsciente de si mismo, alcanzando la singularidad. Es una película orgánica que al igual que el Código Secreto De La Biblia, será estudiado por las próximas generaciones en pos de traducir el plan secreto de Dios, de hecho un claro referente del culto que será promovido por esta cinta se deja entrever en «La Lola nos lleva al huerto».
Lo de que es una película orgánica lo dices porque los personajes se tocaban los órganos, fijo.
No, Los Bingueros ni es metatextual ni pijadas de ese pelaje… pero cualquier pelícual merece el mismo análisis y sin duda Los Bingueros (y otras) serán comenzadas a estudiar seriamente y a no mucho tardar como piezas sociológicas brutales, radiografías a lo bestia de la mentalidad del españolito post-franquista y reflejo histórico desvergonzado y ridículo de su España contemporánea. Ahí tendrá interés, como películas son escombro.
Homenajear, autorreferenciar o usar vienen a ser practicamente lo mismo, aquí lo digo: «No oscurece sus robos, tampoco los exhibe, simplemente los utiliza como materia prima natural para él y para los de su generación.»
Tema Nivel-13… efectivamente aquí muchos habeis hablado (y bien) de esta peli, pero su ausencia no es un olvido sino absolutamente deliberada. La razón es, sencillamente, que no la he visto.
Igualmente el no extenderme sobre el trabajo de los actores, resonde a que Juan Peña ya había cubierto ese flanco en su reseña y que esta, pues… va por otros caminos.
El prestigio es mi preferida suya, y me parece la mejor, precisamente por la claridad con la que enseña que es el cine de Nolan. Su estructura (muy similar a la de esta Inceptio) de trucos superpuestos y todos ellos dentro de un gran truco que es la misma película, es la «estructura tipo» de su cine depurada.
Bonita crítica. Un pelín pedante en ciertos momentos, pero si no,lo fuera, no sería una crítica de cine.
En primer lugar: gracias a Zape por una crítica tan currada.
En segundo lugar: como ya se ha apuntado, el exhustivo análisis de estructura, fuentes y demás que hace la crítica puede aplicarse prácticamente a cualquier peli, ya se buena o mala, cara o barata, simple o complicada. El problema es que, a primera vista, un análisis tan completo puede dar a entender a quién no ha visto la peli que se trata de una obra profunda y llena de matices y complejidades, cuando a mi me parece que más bien es lo contrario: la estructura
sueños dentro de sueños
no me parece especialmente compleja ni meritoria, el valor de los sueños como representanción del subconsciente no se explora más que en su vertiente más superficial, el espectador no empatiza con las emociones de los protagonistas…
(Y, cuidado, que en realidad esta es la parte más importante y el motor de la historia: la relación entre el prota y su mujer. Es más, la idea de dos amantes que crean juntos un mundo para ellos solos me parece la más bonita de la peli… y se pierde entre tanto artificio.
Al final nos queda una película de acción que huye de idioyez que, por desgracia, es frecuente en el género. Pero un tanto fría: ni siquiera llega a divertir como hacen otras pelis de tiros más simples. Pelín fallida, en mi opinión, no es ni mucho menos un desastre, pero sí me da la impresión de que Nolan se lo ha creído un poco.
A mi, como a Zape, la peli de Nolan que más me gusta es El Truco Final. Con fallos sin duda, jugando a una sorpresa final más bien poco interesante, pero que contiene algunas ideas fascinantes
A mi el rollo de que Hugh Jakcman matara a uno de sus «yoes» cada vez que se duplicaba me parece más sobrecogedor que todo lo que ofrece Origen junto.
Estoy de acuerdo qeu pueda dar esa impresión, yo tampoco creo que Origen sea un film profundo, es un film ingenioso y elaborado. Cine comercial con clase, qeu no es poco.
Para mi lo más fascinante de El prestigio es la dicotomía entre el «mago falso», cuyo truco es auténtico y el «mago verdadero» cuyo truco es falso.
Lo primero es lo primero: agradecer a Zape el aceptar mi invitación para hablar aquí -en mi (antiguo) horario- de una película a la que le tenía muchas ganas y cuya crítica -nada pedante por cierto, sólo fundamentada y bien escrita- apalabramos hace unos meses.
Más allá de eso poco tengo que decir porque coincido casi punto por punto en lo que atañe a la disección del filme… simplemente apuntar que Nivel 13 la encuadraría dentro de las primeras referencias citadas: las que provienen de lugares comunes. Y es que quitando la premisa y la excepcional presencia de Gretchen Mol, Nivel 13 me parece una cinta del montón, dirigida y rodada sin personalidad, con personajes sin cuerpo profundidad y muy distinta en desarrollo a Origen, básicamente por su propia adscripción: whodonnit con retruécano argumental y pinceladas de ciencia ficción, variante simulación virtual. Retazos, premisas, lugares comunes de una ciencia ficción que puede contarse de muchas maneras y puede hacerse girar en ejes muy distintos.
Por lo demás, totalmente de acuerdo con Paprika, Gibson y Dick como principales referencias, y menos con un Cronenberg al que le veo demasiado apego a los imaginarios más carnales y físicos (en oposición a la asepsia tecnológica que vemos aquí). Sí que añadiría en cierta medida Primer, si bien menos conceptualmente y más por la gestión de distintas líneas narrativas simultáneas, y ouede que Cypher… una peli que ya sé que no te gusta, Zape, pero que incorporaba a mi juicio gran parte de la temática corporativa en un entorno de ciencia ficción (muy marcado también por la arquitectura) bastante Dickiano. Todo ello, empero, comentado con argumentitis aguda superpuesta a guionitis crónica (propia de los que tienen, como yo, deficiencias técnicas a la hora de enjuiciar el cine), puesto que como desarrollas después perfectamente, el estilo visual y incluso referencial de Nolan discurre a su aire, alejado de la mayor parte de referentes que se le encasquetan.
Decir también que me ha encantado la base conceptual del texto (Origen según Nolan, Nolan según Origen; de ahí que el trabajo actoral quede para otras aproximaciones) y que coincido en el gusto por El Prestigio, si bien la considero por debajo de esta Origen, principalmente por no estar a la altura del original de Priest, por apoyarse excesivamente en la pirueta final, por unas secundarias nada inspiradas y por subrayar excesivamente la metatextualidad cinematográfica (con lo bien que quedaba la disertación teórica de Caine van y cuelan el discurso final de Jackman).
En fin… un texto realmente maravilloso. Y sí: ojalá Sleeper (o Sleeper, ya puestos) cayera en manos de Nolan. Cruzo dedos.
Sleeper (o Los Invisibles), quería decir… ¡Ah! Y aprovecho para comentar que el extra que con más expectación aguardo de cara al DVD es el del montaje: parece sencillo, pero articular un hiperclimax cuádruple, simultáneo e interconectado y que aún así se exponga de forma tan clara al espectador (que tiene que estar atento pero no devanarse los sesos) ha tenido que ser pura precisión. Como diría Zape, obra de un auténtico geómetra.
Encantado de aceptar, hombre y un honor ocupar tú horario.
Cypher si que tiene orígens comúnes con esta, es verdad y si que me gusta (o más bien no me disgusta) pero me parece muy menor. Con Croneneberg comparte la idea obsesiva de la disolución de al personalidad, aunque en el canadiensa esta se encuentra en fase de mutación, sus personajes siempre son otros diferentes de lo que parecen, comparten cierta idea del fingimiento ambos.
En cualquier caso lo que me interesaba no era señalar lo qeu Nolan comparte con otros (algunas influencias adjudicadas con razón, otras sin mayor fundamento que la superficialidad o el lugar común) sino lo que le diferencia, que para mi es al manera en la que se acarca a la ficción popular y sus recurrente plantamiento del juego.
Y si, ese montaje del «hipeclimax» es una virguería, principalmente porque no se le ven las costuras.
Hablando de Cypher y Cronenberg. En Splice Natali ha dejado claro algo que era un secreto a voces, que en más de un sentido su discurso le debe mucho a la imaginería del director de Videodrome, esa cinta tiene mucho del Cronenberg de los inicios.
A mi me ha parecido un rollo de tres pares, larga, lenta , sin gancho, parece mentira que este sea el director del Caballero Oscuro, para mi una pelicula fallida con una buena idea mal llevada.
«A mi me ha parecido un rollo de tres pares, larga, lenta , sin gancho, parece mentira que este sea el director del Caballero Oscuro, para mi una pelicula fallida con una buena idea mal llevada.»
Pues….cualquiera que no respetase la opinión de los demás podría decir que no tienes ni put@ idea…menos mal que no es el caso…
Pues a mí me parece una gran película a la que sólo encuentro dos fallos destacables: la debilidad del mcguffin principal (¿por qué un rico empresario es mejor que otro y ha de cambiar su parecer, qué lo hace mejor para así presentárnoslo en el film?), y el montaje en algunas ocasiones (como en los casos de la cámara lenta y la caída de la furgoneta o los cambios de gravedad, que se hace realmente repetitivo, y es que ya cogimos la idea desde el principio, no hacía falta «explicar» más la influencia que causa en un sueño las circunstancias del inmediatamente superior).
Hasta los cojones de leer comentarios sin spoiler,luego hablamos de falta de respeto y nos echamos las manos a la cabeza por 4 ironias mal entendidas.
No creo que tenga mucho sentido no ya que se lea la crítica, sino que además se lean los comentarios si no has visto la película… Así que JAVIE, deja de buscar el enfrentamiento, si algo hay que decir, que sean los moderadores, tú puees, si quieres, edicarte a seguir hablando de la película, es más interesante que cualquiera de tus «ironías mal entendidas».
Leer las criticas antes de ver la pelicula es lo mas normal del mundo y teniendo en cuenta que aqui comenta gente con grandes conocimientos sobre cine,leer los comentarios es algo igual de normal,si te fijas por un momento en los comentarios de los habituales por aqui,te daras cuenta como todos hablan en terminos generales,nunca se desvela un giro o una escena,y si es asi,se usa el boton del spoiler para que los demas no lo lean.
Espero que aprendas a comentar en foros publicos donde no todos lo que escriben han visto lo mismo que tu,nada de enfrentamientos ni malos rollos,solo un poco de respeto y educación.
Prefiero no seguir desviando el tema, la película Origen, y no contestaré a lo de «solo un poco de respeto y educación», ya que no comento mucho, pero sí que leo muchos de los posts de ZN, y los comentarios. Creo que sabes a qué me refiero.
Respeto y educación tengo, sólo ha sido un pequeño desliz, ya que creí que aquí se podía hablar abiertamente de la peli, ya que incluso el propio zape lo hace de algunas de sus frases o escenas («a prueba más sencilla que Cobb le realiza a los sujetos de dentro del sueño para que estos se den cuenta de que están en ese espacio inventado es preguntarles cómo han llegado al lugar en el que se está produciendo esa conversación»), y no creo haber soltado ningún spoiler, ni jodido a nadie la película. Lo que sí me parece es que saltas muy rápido a la gente, para ser una entrada en la que además ni siquiera has participado.
Pero como digo, dejo aquí el offtopic. Lo siento muchísimo, zape, por estropear tu buen artículo.
Nada, no pasa nada. Lo de los spoilers es una vieja batalla. Personalmente no coincibo el análisis de una obra sin desmenuzar también sus giros y su final. Para eso son partes vitales de la misma. En este caso y al ser una película muy reciente los he limitado al máximo (pese a que esto es, evidentemente, para leer a posteriori, porque sino no te vas a enterar de nada) también porque la naturaleza del artículo de marras no lo demandaba. En cualquier caso advierto que es peligroso leerme. No me ando con miramientos.
Primero de todo, buen artículo sobre Inception, el segundo que leo en esta web sobre la película.
Me rechina, por otra parte, esa fijacion por intentar disculpar el cine comercial… hay películas comerciales muy buenas, y por supuesto pueden ser inteligentes. Otra cosa es que queda poco cool para todo crítico decir que existen buenas películas para el gran público , algunos prefieren hablar de películas de los años 20 hechas en tres días o películas coreanas o rumanas… pero bueno, es un mal que aflige a casi todo crítico de cine, no se puede hacer nada y lo digo sin mala intención, que conste. Es como lo de criticar a todos los actores que son el terror de las nenas, aunque tengan una capacidad interpretativa de la talla de Leonardo Dicaprio o Brad Pitt, siempre te saldrá alguien diciendo que no saben actuar. Por ese punto, alabo que te hayas abstenido de entrar a valorar actuaciones, porque no suele llevar a nada, y más en esta película donde para pocos lucimientos estaban los actores(un reparto principal alucinante, desde Infiltrados no veía tanto talento junto, pero desaprovechado en pos del ritmo frenético del film). Dicaprio tiene una legión de detractores, bajo mi punto de vista sin mucha idea en este tema, pero es el fetiche de Scorsese como lo fue Deniro, le llueven nominaciones todos los años haga lo que haga por parte de crítica especializada y sus propios compañeros, selecciona muy bien sus papeles… algo bueno tendrá digo yo. Para muchos es el mejor actor de su generación, así que aviso a navegantes, antes de criticarle desmesuradamente, pensar que a muchos nos puede parecer una burrada lo que se diga del chaval.
Creo sinceramente, que Memento es la mejor película de Nolan, pero hay que reconocer el mérito de hacer una superproducción de esta calidad siendo además tan personal, como pasó con The Prestige en Inception se demuestra que hay directores que saben hacer cine excelente y saben venderlo, y que se ganan el respeto de tal manera que los productores les dejan tranquilitos. Igual que hay que reconocer a Nolan que adaptar Batman y hacer dos peliculones que producen que te lluevan alabanzas solo significa que le sobra talento(poner a una crítica de acuerdo es difícil, pero si tiene que ver con un icono como Batman lo es mucho más).
Respecto a la originalidad de la película… el cine es un arte que lleva mucho tiempo, todo está inventado, creo que se deben tener en cuenta otros aspectos más importantes actualmente a la hora de valorar una película. Con muchos años a las espaldas todas las películas estarán referenciando, homenajeando o tomando algo de otras pasadas, pero eso no significa que no pueda ser original o personal.
Cierto que Nolan hace un cine muy frío, que el montaje y la fotografía se pasan de sobrios en sus últimas películas, pero sigue siendo un gran director. Encuadrado en la actualidad, de los mejores.
samanosuke, tranquilo, no creo que nadie haya spoilerado la película para nada.
Pues tienes razón, creo que lo comercial hay que dejarlo en un segundo plano. Esta película es estupenda y además se vende de maravilla. No se si he insistido en eso, no lo se, no creo que disculpe al film por ser comercial sino que lo aplaudo por no ser comercialoide.
Por cierto, Di Caprio me parece un actor sobresaliente no hay más que verlo aquí mismo, en Infiltrados o en Atrápame si puedes, más cine comercial inteligente y de calidad.
En los tiempos que estamos yo creo que no tenemos tanto problemas con que una pelicula sea comercial como los que tenemos con las adaptaciones,estamos saturados de adaptaciones de todo tipo,libros,comic,secuelas de peliculas que ya existen….Esta situación hace que hasta los mas exigentes queden satisfecho con peliculas que,por muy comerciales que sean,ofrecen al espectador una historia nueva proveniente de un guion original.
Si ademas de nueva,esta bien rodada,con un buen reparto y demas, la verdad que es digno de reseñar hasta la saciedad.
Lo cierto es que los protagonistas de Origen no sueñan sueños, sino películas
Creo que este es el primer fallo de una pelicula muy buena como «Origen». A Nolan le falta imaginación, y le sobra anclas al mundo real. Le falta cierto picante a lo Burton, a lo Tarantino, a lo Guillermo del Toro, para que, peliculas como estas, donde los sueños tienen gran importancia, acaben de ser obras maestras.
La frialdad de lo real.
Cierto que Nolan hace un cine muy frío, que el montaje y la fotografía se pasan de sobrios en sus últimas películas, pero sigue siendo un gran director. Encuadrado en la actualidad, de los mejores.
Una cosa no quita a la otra, e igual que alabamos la pelicula, hay que saber sacarle sus fallos.
Y uno de ellos es su falta de originalidad… Miento, no es que beba de cien mil peliculas (modo exagerado-andaluz on), sino que los criticos la tachan de original. Eso no quita que la pelicula esté genial y Nolan tenga un futuro muy prometedor conforme vaya madurando, claro.
Y, sí, es muy frio, y eso o lo va dejando de lado, o al final acabará costandole más de un pestiño.
ya que no comento mucho, pero sí que leo muchos de los posts de ZN, y los comentarios. Creo que sabes a qué me refiero
Todos lo sabemos, pero… ¿Y lo bonito que es mirar hacia los demás y no verse uno mismo? 😛
Y ahora, varios puntos concretos:
1-Gran articulo-reseña. Me ha encantado, zape. Felicidades, enhorabuena y gracias por ofrecernoslo.
2-Mis peliculas favoritas de Nolan son «Memento» y «El Truco Final», sobre todo, ésta ultima que me arrepiento MUCHISIMO de no verla en el cine en su día. Me encantó y, salvo el detalle de pasar de los juegos de manos a la ciencia-ficcion, me encanta el resto del film. Es practicamente perfecto. ¿Ls demás de Nolan? Curiosamente, aunque las ultimas que ha hecho me gustan, cada vez veo que alarga más innecesariamente las tramas, y eso hace que caiga en más fallos notables.
3-Sobre la pelicula ya comenté mucho en su momento, tanto las cosas buenas, como las malas. ¿De lo mejor? Que fusiona el entretenimiento puro y duro con ese algo más, mientras que la mayoria del cine de entretenimiento de hoy, se queda en eso, en el entretenimiento puro y duro. ¿Cosas malas? Fria, poco original, carente de alma en muchos puntos, alargada, sobran muchas cosas, agujeros aqui y allá (por ejemplo, el de las defensas del subconsciente) y que es MUY predecible. ¿El final? Para ambiguop el de «Old Boy». El de esta me parece que le das 30 segundos más y te enteras claramente de lo que pasa 😛
4-Tema spoilers:
Personalmente no coincibo el análisis de una obra sin desmenuzar también sus giros y su final. Para eso son partes vitales de la misma.
Bravo por zape. Es como hacer una mesa redonda sobre la pelicula con 15 personas y que dos de ellas no la hayan visto y mermen el caracter del debate.
En resumen, pelicula genial, de las mejores del año, con sus más y sus menos. Nolan vuelve a demostrar que hace buen cine, que sabe cómo hacerlo, aunque caiga en ciertos errores que no me gustan nada, al menos, en esta.
Bueno… Nolan juega con un concepto muy científico a la hora de encarar los sueños. En primer lugar salvo ciertas capacidades físicas anómalas en el sueño rara vez se viven situaciones propias del fantástico a menos que se hayan incorporado mediante películas o libros, pero en general se sueña con entornos bastante atados a la realidad. En segundo, Nolan no escoge sueños al uso, sino los llamados sueños lúcidos, en los que el soñador es consciente de que sueña y altera la realidad del sueño a placer (si no los habéis experimentado nunca no sabéis lo que es bueno).
Por otra parte casi odo lo que se explica en la película tiene su consistencia neurofisiológica: en un sueño ligero los estímulos sensoriales circundantes afectan al sueño, pero en un sueño profundo no tanto. Además, el uso de hipnóticos y otras drogas inductoras del sueño impide el despertar ante estímulos que usualmente despertarían al sujeto. Un ejemplo lo tenéis en los fármacos usados en anestesiología general… por regla general si a un paciente le abrieran con un bisturí el abdomen en ausencia de propofol o similares se despertaría sí o sí.
Por supuesto hay detalles relativos a la sci-fi, con la misteriosa máquina y los sueños compartidos a la cabeza; pero Nolan establece claramente las reglas de su ficción/sueño/película. Y respecto a las defensas del subconsciente supongo que forman parte de esas reglas ficcionales, pero también supongo que no hará falta preguntar si habéis tenido sueños en los que os persiguen o en los que os estáis orinando. ¿Alguna vez os han cogido? ¿Alguna vez os habéis orinado de adultos en la cama? No. Os despertáis antes 😉
Dicho lo cual Nolan tal vez no tenga el imaginario de un Burton o un Del Toro, o que no participe del surrealismo ininteligible de un Lynch. Pero yo no diría de esto que sea un defecto: simplemente él va a sus cosas, alejándose del fantástico y el onírico para caer en en la ciencia ficción intelectualizada (ojo, no necesariamente inteligente o «más inteligente»), que a veces peca de fría (y ahí están Neuromante o Mona Lisa Acelerada para demostrarlo).
Y respecto a la «originalidad» del filme y que se esté vendiendo así… volvemos a lo que decía de argumentitis aguda y guionitis crónica. La película tiene muchos referentes conceptuales, pero lo original no sólo afecta a premisas argumentales sino también a la forma en que se cuentan. Y en este sentido Nolan hace suyos unos conceptos que, no por repetidos en la ciencia ficción, están lo suficientemente explorados como para abandonarse. Primer o 12 Monos son películas sobre viajes en el tiempo, pero no por ello una película que contenga viajes en el tiempo y paradojas temporales ha de ser forzosamente un refrito. Y en los tiempos que corren, donde lo posmoderno y lo hiperreal están a la orden del día y donde Eco o Beadrillard se citan por doquier, el simulacro es nuestro nuevo viaje en el tiempo de la ficción. De todos es, sin ser de nadie.
Pues yo creo que Los bingueros, el director hacía claros autohomenajes de otras películas suyas, elaborando un discurso que en su multiplicidad de referencias ofrecía un interesante juego de espejos conceptual capaz incluso de adelantarse a su tiempo y referencializar obras que todavía no se habían realizado. Además, no podemos olvidar que los deseos e inquietudes de sus personajes no respondían a psicologías reales, sino a elaboraciones narrativas surgidas de la industria que la película reformaba de manera autoconsciente.
El tópico convertido en retorica internauta. Un articulo tan correcto como banal.
Venga, desarrollemos el «los hace suyos» más allá de que, como han dicho en otros lados, en Origen «visten mejor».
Gracias a los dioses que Nolan no es Burton. Pensad en Batman.
Recordemos qué se decía del Batman de Burton hasta hace unos seis años. Lo que se dice de Nolan hoy se queda corto.
Siento que te haya resultado banal Mt, yo creo que intenta darle un vistazo a una serie de ángulos poco visitados con respecto a cine de Nolan. Algo que, incluso puede llegar a tener un peregrino interés fuera de que te guste o no Origen.
>Pues tienes razón, creo que lo comercial hay que dejarlo en un segundo plano. Esta película es estupenda y además se vende de maravilla. No se si he insistido en eso, no lo se, no creo que disculpe al film por ser comercial sino que lo aplaudo por no ser comercialoide. Por cierto, Di Caprio me parece un actor sobresaliente no hay más que verlo aquí mismo, en Infiltrados o en Atrápame si puedes, más cine comercial inteligente y de calidad.
Claro, si ejemplos de buen cine comercial los hay a montones, como citas, las últimas de Scorsese, o por citar al mejor en el ámbito comercialidad-calidad, y casi siempre indisolublemente unidas, Spielberg. Toda película ha de ser (o quiere ser) comercial, por aquello de querer llegar al mayor número de personas con tu trabajo.
A mí la crítica me parece excelente de cabo a rabo (como todo lo que hace Zape, aunque a veces no concuerde con sus gustos) documentada, acertada y lúcida. De la película yo ya he hablado de sus virtudes que son muchas, el problema es que cuando una película pone tan de acuerdo a prensa especializada y público parece que por un motivo u otro hay que derribarla como sea.
Pd. Shutter Island me pareció al decepción más grande del año, una obra que lo tenía TODO se va a tomar por culo por un final tramposo indigno de un autor como Scorsese, por mucho que esté en la novela de Dennis Lehane.
Tranquilo, Zape… Mt como siempre que se genera cualquier contenido analítico intenta echarlo abajo usando terminología aplicada al vacío para intentar demostrar que toda reflexión elaborada se basa en palabrería hueca. Curiosamente su objetivo es el mismo que pretende «denunciar»: dejar clara de forma no exenta de chulería su supuesta superioridad intelectual, sin mojarse y a base de preguntas retóricas. O en otras palabras: decir siempre que el emperador está desnudo para, por si acaso lo está, no sentirse idiota. O para intentar llamar idiotas al resto y charlatanes a unos pocos. Pero ¡ay! sus métodos son falaces: puede por vago, puede que por carencias, su discurso nunca es directo, y lo que él cree una demostración nunca lo es.
¿Que desarrolle cómo Nolan hace suyo el concepto genérico de simulacro? Pues bueno, he obviado esos detalles porque están en el artículo, pero tienes varios indicios aquí y allá: la adaptación a un subtexto metatextual que nos habla del cine desde dentro del cine, la supeditación de secundarios al concepto de la película, el tratamiento sobrio de la ciencia ficción, el uso de un único mecanismo tecnológico inverosímil en la película, las preferencias por romper la continuidad narrativa, el usar a un único personaje como protagonista de cada una de esas continuidades (un soñador por sueño, nuevamente metatexto), la asepsia de su ficción…
Y ahora haré lo que deberías haber hecho tú si pretendías demostrar lo vacuo demun discurso. Tú dices que en Los Bingueros «no podemos olvidar que los deseos e inquietudes de sus personajes no respondían a psicologías reales, sino a elaboraciones narrativas surgidas de la industria que la película reformaba de manera autoconsciente». En realidad no las reformaba, sino que al encuadrarse en la época (y la industria) del destape las usaba directamente de forma autoconsciente para retratar a un supuesto español medio tipológico de mucho éxito comercial en el cine. Evidentemente sus protagonistas no se basaban en psicologías reales, porque lo interesante de la aproxmación tipológica para un guionista es que aún sin perfilarla permite la empatía del espectador.
Además comentas que «en los bingueros, el director hacía claros autohomenajes de otras películas suyas, elaborando un discurso que en su multiplicidad de referencias ofrecía un interesante juego de espejos conceptual capaz incluso de adelantarse a su tiempo y referencializar obras que todavía no se habían realizado». Yo es que no veo el autohomenaje, el juego o el interés. Sólo veo a un Ozores rodando cuatro películas al año de forma funcional y sin apenas elaboración, aunque muy inteligente en la aplicación de los códigos del destape postfranquista mezclados con el landismo para crear una obra que respondiera al gusto del español medio: picaresca, sexo y apuntes sociales, vehiculizados en unos Pajares y Esteso que lo comprendieron a la perfección. Así pues, Ozores no se autohomenajea, sino que se reitera; no tiene interés por reflejar problemáticas sociales, sino que recoge pizcas de lo social para ubicar al espectador en un entorno inmediatamente familiar; no tiene interés en elaborar un retrato psicológico del español medio o un relato rigurosamente costumbrista (como hiciera Bodegas en Los nuevos españoles en 1975), sino que ofrece un retrato de personajes en su armazón para hacer comedia de consumo rápido y fácil.
Y ahora venga, desarrollemos un poco más lo de «artículo tan correcto como banal» (¿hablamos de terminología tópica? ¿lo de artículo «correcto» te lo han enseñado en un seminario de crítica literaria?) más allá del «voy a usar sin lógica idéntica terminología para Los Bingueros», como comentaba un lector un poco más arriba.
No. Me sumo al comentario 13, que lo expresa con mucha mas educación que yo. No analizas la película, le aplicas estereotipos retóricos para justificarla. Que hayamos pasado de decir que es una película original a decir que su originalidad consiste en su entramado de referencias ya ejemplifica lo dicho. La reducción al absurdo de Los bingueros también. Os empeñáis en mencionar el «cómo», pero ese aspecto es precisamente el que escamoteáis. Empezáis diciendo que lo importante no es que mezcla, sino cómo mezcla, para acabar afirmando que mezcla mezclando.
Si, vale, habla del subconsciente, pero, ¿ofrece algo más que psicodramas trillados?
Sí, vale esos psicodramas trillados remiten a otras películas, pero… ¿ofrece algo enriquecedor su recurso, más allá de estar allí? ¿adquieren nuevas profundidades, o son casi una parodia del Rosebud wellesiano y una reducción de la culpabilidad de Memento?
¿Repite hasta la saciedad lo que le funcionó en la primera trilogía o tiene una «estructura musical»?
Hombre, Jose, si hubiera ido a un curso de semiología, hubiera comenzado mi comentario hablando de los orígenes de la teoría literaria, del formalismo ruso, el estructuralismo, la estética de la recepción y la deconstruccion derridiana. En la segunda parte hubiera glosado la biografía de Zape y en tercer lugar me hubiera limitado a resumir su articulo utilizando a veces palabras como «parábola» o «alegoría», dando a entender que digo mucho sobre el artículo sin decirbrealmente nada sobre él. Es lo que te enseñaron a ti, ¿no?
Palabra por palabra y sin olvidar la regla de oro: contradice y polemiza aunque no tengas fundamento para intentar dejar claro que eres un tipo con mayor criterio que el resto. Veo que asistimos al mismo curso.
Por lo demás… ¿en serio has visto en el artículo la reducción de los códigos autorales de Nolan a un simple «mezcla mezclando»? Escribo desde un smartphone y copiar y pegar todos se me hace cansino pero vaya, que hay por doquier información de las obsesiones conceptuales, estéticas y narrativas de Nolan. Y ya que hablamos de palabrería y justificación ¿qué distingue las nuevas «profundidades» de las viejas? ¿qué es una «profundidad»? ¿qué tiene que ver el Rosebud wellesiano (la pérdida de la infancia y de la inocencia, aquello que no puede poseer/recuperar el hombre que lo tiene todo) con esto? ¿No es una etiqueta como la de psicodrama -por cierto, no creo que esto sea uno- un nivel de análisis demasiado superficial para evaluar el subtexto de un filme?
Por cierto, a mí Shutter Island también me decepcionó enormemente, pero no sólo por su final sino también por su desarrollo: es todo artificio. Scorsese está tan preocupado por conseguir la atmósfera deseada que se le escapa la propia película y acaba construyendo un drama del montón, maravillosamente milimetrado pero sin alma ni garra. Y Di Caprio no me gusta en esa película por el mismo motivo que no me gusta en Revolutionary Road: como dice un chiste reciente que he leído a propósito de otro actor cuyo nombre no recuerdo, está tan intenso que se actúa encima. Aquí en Origen, a través de la sobriedad, me convence más, porque su principal defecto es estar demasiado pendiente de la técnica y no soltarse.
No, porque resume el carácter arquetípico de la propuesta «psicologista» del filme. Si defiendo que su planteamiento es superficial, es normal que utilice un termino que define esa naturaleza. Vosotros, cuando queréis descubrir las distintas capas de profundidad de la historia, sois los que tenéis que elaborar un discurso mas preciso.
¿Alguna vez os habéis orinado de adultos en la cama?
Tengo que contesar xD
Claro que uno ha tenido esa clase de sueños, pero que aparezcan tios con metralleta en vez de defensas de las «gordas» por decirlo a las bravas, hace que suene más a una necesidad argumental que a algo pensado detenidamente. Es decir, o el objetivo tenia una imaginacion y/o un subconsciente bastante soso o está hecho asi para que la pelicula no se «dispare». Mi subconsciente, lo ultimo que haria, sería enviar tios con metralletas.
Dicho lo cual Nolan tal vez no tenga el imaginario de un Burton o un Del Toro, o que no participe del surrealismo ininteligible de un Lynch. Pero yo no diría de esto que sea un defecto
Para mí es un defecto en cuanto la pelicula necesita cierto surrealismo, cierto toque de fantasía. El mejor ejemplo es… la Gotham de Nolan. Ese tipo de detalle se extienden demasiado por su filmografía. Creo que tiene que saber dejar volar su imaginacion cuando haga falta en una pelicula, en vez de recurrir tanto a la ciencia, etc, etc. De este modo, acabas convirtiendo a Batman en una especie de vigilante militar dejando de lado al superheroe.
Gracias a los dioses que Nolan no es Burton. Pensad en Batman.
Pues a mi me parece que «Batman» como adaptación, le da cien mil vueltas a «Batman Begins». Y no digamos las dos de Burton a «El Caballero Oscuro»…
Origen no puede ser un psicodrama porque está milimetrado al máximo y, que yo sepa, el psicodrama sólo es posible desde la espontaneidad o la catarsis actoral. He visto muy pocos psicodramas propiamente dichos en ni vida, la mayor parte de ellos en salas alternativas como La imperdible o la Cero, dedicadas al teatro experimental. The Wrestler, por ejemplo, sí que es un psicodrama. Cosa distinta es que ficcionalmente funcione como psicodrama, pero eso no lo convierte en psicodrama, de la misma forma que El caso Bourne es un thriller de espionaje pero no es un documental sobre espías.
Por lo demás… «Esa idea central que ya cité al principio y a la que vuelvo a recurrir ahora, la de “el juego”, se me antoja como la naturaleza última del cine de Nolan, una idea central que acoge por igual el engaño (y el auto-engaño donde también actúa la fragilidad del tejido de los recuerdos), el fingimiento, la disolución de lo real, la desaparición o el cuestionamiento de la propia identidad y la misma narrativa de triple salto mortal. En el cine del director británico los personajes juegan los unos con los otros, él juega con esos personajes y el resultado final juega con el mismo espectador». Yo creo que es bastante preciso.
Pero Zetchbell, te olvidas que el soñador habita un mundo creado por el arquitecto y que el sueño siempre es coherente consigo mismo. Puedes soñar con dragones y magos una noche, pero ahí raramente aparecerán tipos con metralletas y viceversa. Si el personaje de Page hubiera creado niveles en clave de fantasía heroica (mazmorras, arquitecturas medievales) probablemente el subconsciente reaccionara de otra manera, pero habría sido ponérselo muy difícil a ellos mismos y nada idóneo para con sus fines.
Respecto a que los Batman de Nolan se olvidan del superhéroe… tal vez sea cierto. Pero de la misma forma en que los Batmans góticos de Burton olvidaban al detective y los de Schumacher participaban excesivamente del vengador popero. Y es que… ¿de qué Batman hablamos? Porque ha habido muchos y no caben todos en la misma película 😉
Respecto a que los Batman de Nolan se olvidan del superhéroe… tal vez sea cierto. Pero de la misma forma en que los Batmans góticos de Burton olvidaban al detective y los de Schumacher participaban excesivamente del vengador popero. Y es que…
Mini punto para ti.
>>>Respecto a que los Batman de Nolan se olvidan del superhéroe… tal vez sea cierto. Pero de la misma forma en que los Batmans góticos de Burton olvidaban al detective>>>
Nolan también olvida al detective, al personaje de terror, al personaje de ciencia ficción…
Con Begins se encontro el equilibrio perfecto,lo he dicho muchas veces,a mi en el caballero oscuro me sobran 40 minuto de tiros.
En la tercera parte me encantaria que Nolan explotara toda la mitologia que existe tras la ciudad gotica y dejara a un lado su parte mas «S.W.A.T»
Nolan también olvida al detective, al personaje de terror, al personaje de ciencia ficción…
Batman tiene muchas caras. Y no se ven nunca al mismo tiempo. Para mí en lo básico la versión de Nolan es la mejor, fuera de los cómics y de las series de Timm y Dini.
De todas formas también pienso que Batman Begins tenía algo difícil de expresar. Alma? Que le falta a The Dark Knight.
Desde luego no sentí lo mismo viéndolas (y eso que Batman Begins no la vi en el cine) la primera vez, ni en revisionados posteriores.
>>>Batman tiene muchas caras. Y no se ven nunca al mismo tiempo.>>>
Batman de Englenhart. Con penique gigante y dinosaurio robot en la batcueva. Con Batman siguiendo pistas e interrogando a la gente de a pie. Con fantasmas que se levantan de la tumba para vengarse.
Nolan también olvida al detective, al personaje de terror, al personaje de ciencia ficción…
Bingo.
Burton olvidaba el superheroe… y es algo matizable. Nolan se lo pasa por el forro. Yo veo las Batman de Nolan y a Bruce Wayne se lo hacen todo. Él solo paga los cacharritos y voila.
Batman es un personaje de ficción, y por más caracteristicas realistas que tenga, debe mantenerse en ese punto. Nolan lo traslada al mundo real y funciona… a medias. Parece más un vigilante militar, un james bond, que un Batman. En mi opinión.
Es cierto que no todos los Batman caben en la misma pelicula, pero incluso el Batman más realista tiene un caracter fantastico. Y si no se ve en él, se hace ver en Gotham, gran secundaria de sus comics, en Arkham, en sus villanos, en la locura interna de la ciudad… En el Batman de Nolan no veo eso.
Minipunto para lo de que el sueño es coherente consigo mismo, pero… yo tenia entendido que las defensas subconscientes eran cosa del Objetivo. ¿Solo puede crear defensas segun el sueño en el que está?
No acabo de entender lo de que a los sueños les falta fantasía. Les faltaría si fueran sueños, pero no lo son, son simulacros de realidad creados para engaña a un sujeto. Este cree que está en la realidad pero esta a sido edificada en su subcosciente durante el sueño.
Christopher Nolan es ese alumno empollón que el primer día de clase cría buena falla entre los profesores, y, a partir de ahí, cualquier trabajo que venga de él es puntuado de notable para arriba, y se buscan matices y lecturas profundas aunque sea con calzador.
Que sí, que el chaval es buen artesano, que tiene oficio, personalidad, y le pone ganas (faltaría más: si no le dejarían 200 millones de presupuesto para «jugar»). Pero si a todos los «examinados» les trataran con la misma indulgencia que a él… la cartelera estaría llena de obras maestras.
La película es liosa, muy liosa y atropellada en su desarrollo, y lo es por esa ansia incontenible de Nolan por querer pasar por profundo, y ese lastre es para mí lo peor que se puede decir de una peli de acción-intriga (porque Origen no es otra cosa que intriga y acción: quien crea que la película es de arte y ensayo y que encierra algún mensaje oculto, debería hacérselo mirar). El Spielberg de los 80 también tenía oficio, estilo y ganas de sorprender con una cámara en la mano, pero era mucho menos trilero (entiéndase: liante) y ególatra que este chico.
¿Es entretenida Origen? Lo es, claro. Pero también son entretenidos los fuegos artificiales que se pueden ver estos días en las fiestas de cualquier pueblo. Uno se puede pasar un cuarto de hora extasiado mirando las lucecitas de los cohetes y bengalas que estallan en el cielo. A veces incluso van unas encerradas dentro de otras y nos sorprenden en un complejo juego de ‘matrioskas’ (¡talmente como los sueños de Origen ;-P !). Sin embargo, a nadie se le ocurre decir que los fuegos artificiales que acaba de ver son una obra maestra. Qué injusto para los pobres pirotécnicos…
Christopher Nolan es el Grant Morrison del séptimo arte (tenía que decirlo).
No acabo de entender lo de que a los sueños les falta fantasía. Les faltaría si fueran sueños, pero no lo son, son simulacros de realidad creados para engaña a un sujeto. Este cree que está en la realidad pero esta a sido edificada en su subcosciente durante el sueño
Entonces, a las edificaciones les falta imaginación por un tubo.
Es como el cuento de DiCaprio con su mujer, es decir, como se dijo en otro comentario, el sueño de Cobbs era pasar 50 años con su mujer, en una ciudad vacía, en una casa en mitad de un lago.
Como se ha dicho, es cierto que tanta frialdad, tanto «realismo», pega con la pelicula y su tono, pero no deja de chirriarme cosas como el paraiso de Cobbs, las pobres defensas (¿al final, funcionan?) y detalles que tienen que ver con los sueños, edificaciones y demás.
Es como lo de las proyecciones del subconsciente. Es decir, pongamos mis proyecciones personales de mi subconsciente… ¿Personas? ¿Siempre? ¿De verdad?
¿Y el unico que tiene problemas con un subconsciente que se mete en las misiones es… el personaje de DiCaprio? Y si son edificaciones… ¿Por qué no se crean coches voladores para llegar antes a sus destinos y tener las cosas más faciles, por ejemplo? El Objetivo no lo notaría porque, precisamente, está durmiendo.
A mi me daría más mal rollo soñar con cosas normales que con coches voladores y robots, la verdad. Y aun más mal rollo me daría en un mundo donde existe el espionaje onirico.
Hombre ,por dejar mi opinion dire que:
1)La pelicula me gusto ,una peli de ciencia ficcion y comercial bastante bien hecha y mas o menos sólida.
2)Los protagonistas sueñan con The Matrix vaya. Poquisimo hay de lo onírico en los plasticosos mundos de diseño de los sueños.Por no hablar de que no se explica para nada como el arquitecto crea el sueño en la mente del sujeto etc…no se es ciencia ficción pero les conectan ahí a una máquina que tiene una pelota de plástico en el centro ,les ponen una cosa en el brazo (ni siquiera en la cabeza) y todos se meten en el sueño del otro y uno lo «diseña» …en fin hay que hacer «suspensión de la incredulidad» pero esto está casi casi rozando el límite. Te puedes creer que metan a Neo o los suyos en Matrix conectandoles al cortex por el agujero ese en el cráneo en Matrix ,esto es bastante menos solido incluso..
3)Nolan no explica para nada ni de donde sale la tecnología ,ni desde cuando se opera en el mundo ,ni en qué época están los protagonistas ,ni los conflictos que generan en el mundo estas actividades ni prácticamente nada de nada. En esto es estéril. La hisotria de los protagonistas se desarrolla casi en el vacío más absoluto. Quizá algunos consideren que es innecesario ,pero a mi me parece que una de las pruebas de la buena ciencia ficción es la creación de universos coherentes consigo mismos ypor tanto con una historia,ramificaciones etc. Me parece un gran fallo de la película.
4)Al final y como todos los autores americanos es incapaz de salir de ls «historia personal» que de sentido emocional a la historia. Esto en muchisimos casos lleva a historias personales totlamente lamentables (2012 por ejemplo) que quitan metraje a lo que podrían ser reflexiones mas profundas sobre en este caso los sueños y la realidad ,las implicaciones de estas etc. La historia de Cobbs ,su mujer y los niños no es la peor que se ha visto ,más bien al revés ,pero la incapacidad de los autores americanos para superar esta estructura es cada vez mas enervante. En este caso se medio salva ,pero es que en otros es un cáncer que arrastra a películas enteras.
5)La escena de la nieve es un poco demasiado prolongada.
6)Hay un cierto fallo argumental bastante serio ,el japonés se acuerda perfectamente de los intrusos que se meten en el sueño. Sin embargo el otro tio al que hacen la jugada (no recuerdo el nombre) se despierta en la cabina de business rodeado de todos con los que ha soñado y que en el sueño ha llegado a saber que estaba siendo intervenido y no recuerda absolutamente nada?
Aun asi es buena ,y mejor que muchas de las pelis comerciales que venimos viendo los ultimos 7-8 años. Pero no redonda ,ni muchisimo menos.
En realida el japonés los conoce de antes, no los recuerda. Él los contrata para el trabajo y los prueba por eso cuando le hacen el asunto en el tren todos se van del vagón antes de que despierte. Pretenden dejarle con la duda de como lo han timado (porque este, en último término es un film de timos. Es «Casa de juegos» pasada de anabolizantes)
En lo que estoy de acuerdo es en que el film fuerza bastante los límites de la suspensión de la credulidad, demasiado en algunos aspectos. Aunque lo compensa con otras cosas.
Lo de la fantasía… ellos mismos explican que no pueden alterar el escenario preparado porque el sujeto lo notaría de inmediato. El sujeto no sabe que sueña, ese es el asunto, cree que está en el mundo real.
En cuanto a lo de no explicar de donde viene esa tecnología ni lo que ha provocado en la sociedad que la tiene, ni cual es su funcionamiento, creo, que es deliberado buscando una ambigüedad que también asoma en otras esquinas y que tiene que ver con la posibilidad de interpretar todo el film como una gran fantasía de fuga de si mismo por parte del protagonista.
Lo de la fantasía… ellos mismos explican que no pueden alterar el escenario preparado porque el sujeto lo notaría de inmediato.
Y ahi está la trampa para que a Nolan le salgan las cosas como quiere: fabricar sueños, sin que el Objetivo deba saber que son sueños, es decir, deben ser… reales.
Ahora, esto no se puede aplicar a cuando todos saben que están en un sueño. Ni cuando Cobbs se crea un paraiso que de paraiso tiene poco (recuerdo que alguien dijo eso de «No me extraña que se quisieran suicidar», je).
Por cierto, que el personaje de Cillian Murphy ve después a Cobbs y cia y apenas se extraña. Vale que pueda pensar eso de «Vaya, he soñado con mis compañeros de viaje», pero se supone que uno de sus compañeros de viaje, se hace pasar por la «ayuda de emergencia». Que apenas se extrañe… suena raro, aunque más bien es lo que comentais: mucha suspensión de la credulidad.
A mí la película no me parece liosa para nada: durante una parte del metraje se nos ofrecen cuatro, cinco, seis líneas narrativas y con un mínimo de atención se siguen todas sin ningún problema. Con lo que sí estoy de acuerdo es con el hecho de que Nolan no firma un filme trascendente… ahora bien ¿pretende hacerlo? Yo creo que no. No es lo mismo inteligencia (y el cine de Nolan la tiene) que trascendencia. El problema es que luego llega más de un currutaco y lo compara con Kubrick y claro, pasa lo que pasa: se juzga la película por lo que se piensa que es y no por lo que es.
Dicho lo cual ¿es Inception una obra maestra? Yo creo que no. Pero sí me parece notable y hasta sobresaliente en su género y voluntad: entretener. Una voluntad deslegitimada últimamente por el prejuicio de que el cine de entretenimiento no exige cabeza y oficio, y por la concepción de que sólo a través de la trascendencia se puede firmar cine perdurable. Irma la dulce sí es una obra maestra y no tiene ni un ápice de trascendencia… va a lo suyo y punto. Y ya para terminar con esto, comentar que a veces me maravilla más un espectáculo pirotécnico competente que veinte imposibilidades físicas de la muerte en la mente de algo vivo.
Por último, sigo diciendo que la explicación pseudocientífica de avances tecnológicos (leyes de Clarke, señores) me parece una necesidad que no comparto. ¿Te crees que a un personaje lo puedan meter en un mundo virtual sólo por pincharle una aguja gigante en el occipital? ¿Por qué? Base a la luz de la ciencia actual no tiene ninguna; te cargarías al sujeto en todos los casos. Así que, ¿para qué perder el tiempo explicándolo?
Finalmente… ¿coches voladores para llegar a qué destino? Todo se basa en operar con el sujeto… en ubicarlo en una ficción que lo ponga en situación de querer revelar sus secretos. Y he ahí por lo que Fischer (Cillian Murphy) aún si se acordara de su sueño y sospechara algo lo acabaría descartando: no le han «robado» nada. Le han introducido una idea… algo que en teoría no se puede hacer. Es como si en una película de robos de guante blanco la víctima al final fuese a su caja fuerte y no le faltara nada. Se iría a la cama a dormir. Y sí: centrar el filme en Di Caprio y no enseñarnos nada del mundo que habita no es un fallo. Simplemente avala la teoría de que
Al final, la peonza sigue girando.
O no.
Es casi lo de que si en el mundo real te calleses de un edificio y Superman te cogiera te mataría la frenada. No, lo que te mataría sería el suelo porque en el mundo real no ha extraterrestres voladores con los calzoncillos por fuera.
Ahora en serio, el film tiene lagunas (no todas involuntarias) y ambigüedades de todo tipo, no es ninguna obra maestra transcendente ni nada que se le parezca, pero está tan rematadamente bien facturada, te absorbe de tal que vas de la mano de Nolan sin rechistar y a la carrera.
Incluso podría ser que
el origen se lo estuviera haciendo a si mismo
Por cierto… Saito sí que se acuerda de ellos. De hecho el primer trabajo que vemos lo encarga la corporación Cobol (aliada de los Fischer), que es la que persigue a Di Caprio después del principio del filme por haber fallado con Saito. De hecho Di Caprio puede encontrar a Saito en el limbo porque ambos han compartido un espacio común (la película proporciona información en todo momento).
Asimismo, hay que tener claras las reglas ficcionales, que se explican a través de tres actores principales en cualquier robo onírico: el objetivo, el soñador y el arquitecto. El asunto es como sigue: el soñador sueña en el subconsciente del objetivo un sueño que tiene lugar en un mundo diseñado por el arquitecto. Las proyecciones son elementos del subconsciente de los durmientes que aparecen en el sueño. Las proyecciones del objetivo intentarán protegerlo de sueños que estén controlados por un soñador. Y los cambios raros (o una excesiva fantasía, ya puestos) las ponen en guardia. Es decir, no puedes crear un mundo fantástico porque entre otras cosas sería el mundo fantástico del soñador, y no del objetivo.
a mí me ha gustado la película. coincido con lo dicho en la reseña.
de los personajes secundarios; el de Joseph Gordon-Levitt mola cantidad, muy bien rodadas las escenas sin gravedad!. sobrio y profesional, solo le importa hacer su trabajo y ser leal con sus compañeros.
también me gustó el juego con el especialista en interpretar personajes dentro de los sueños.
agradecemos que el personajes de la señoríta ellen page fuera de amiga comprensiva y aprendiz del prota, y no su amante, porque no pegaban mucho como pareja.
por cierto; en la facultad donde fue reclutada ellen page, ¿qué se estudia, arquitectura o psicología?
me gustó también los momentos sueños dentro de otros sueños.
y por supuesto los segundos finales!
en fin, buena peli, entretenida y estupenda. Por cierto, por qué cada vez es más dificil decir que una peli es una obra maestra? ya no se hacen películas que puedan calificarse así?
en fin, saludooooos!!
A Saito le intentan hacer lo mismo que a Fischer y con un procedimiento muy parecido ,lo duermen ,estan de compañeros suyos de viaje ,le hacen la jugada ,les pilla y se despierta y se acuerda de ellos perfectamente. No creo que les conozca de antes o no se mete con ellos en el vagón ,nada indica que Cobbs conozca a Saito de antes de que le intenten robar las ideas. Con Fisher deberia pasar igual ,incluso mas pues está más entrenado.
Aunque no esté muy de acuero con algunas opiniones, tengo que dar la enhorabuena por el artículo. Se come con patatas a cualquier crítico supuestamente «guay» de medios escritos que van de serios. ¡¡¡¡Viva zona negativa!! (lo tenía que decir)
A mi la película me ha gustado. No es una obra maestra y sinceramente me da igual que no lo sea porque cumple su objetivo con creces: buena historia, bien narrada y la acción necesaria y justa. Tiene un aire a Cypher con sus luchas de coorporaciones, juegos, engaños, sueños…pero le añades más acción y algunas escenas muy impactantes. En cuanto a que no cuentan de donde sale esa tecnológía…bueno, me parece totalmente innecesaria conocer su origen; no era el objetivo de la película y para nada lastra su desarrollo. En cuanto al final:
¿quién nos dice que el personaje de Dicaprio vuelva al mundo real? Pienso que el rescate del japonés y el reencuentro con sus hijos ya forma parte de un sueño.
Eso es parte de lo que Nolan quiere hacer ver al espectador, alienígena, todo queda abierto a interpretaciones.
Mil gracias por la parte que me toca, alienigena. A la vista de la calidad que se estila por aquí había que ponerse a la altura.
Un pequeño OT. Hace años, cuando salía atontado del cine de ver Memento, lo primero que pensé fué: Si un aficionado echa un par de tardes en remontar la película para poner las escenas en orden cronológico ¿será para tanto?
No Ocioso, la gracia de Memento es el montaje. Con un montaje normal, sería una peli de intriga normalilla, en mi opinion.
Y no entiendo a la gente que dice que falta fantasía en los sueños, que se apegan a la realidad. Pues claro, la película juega constantemente con que ni los personajes ni los espectadores seamos capaces de diferenciar el mundo real del mundo soñado. Si lo soñado fuera fantasioso, seríamos perfectamente capaces de ver el truco, y la peli no tendría ninguna gracia, y tanto Cobbs como nosotros sabríamos en todo momento si sueña o esta en el mundo real.
muy buen planteamiento Juanman, estoy contigo!
por cierto, tampoco es por intentar justificar por narices fallos de guión ni nada por el estilo, pero puede que al despertar en el avión no reconozca a Cobbs y compañía por la simple razón que el tio parece flipado tras haberle implantado una idea en la mente, echa un sueñecito tonto en el avión y se despierta siendo un hombre totalmente nuevo. no sé… al menos así me parece al recordar la cara del actor en esas escenas, se comporta ensimismado! pero claro, puede que solo sea impresión mía. saludoos!
¡Qué bello análisis de una película sin duda absorvente!
Buenas tardes, Adrián:
En efecto, hay coincidencias entre nuestros comentarios. Tiene mucha gracia, porque no lo había leído hasta ahora, que lo has comentado en mi blog (http://www.elcineseguntfv.blogspot.com).
Un abrazo,
Tomás Fernández Valentí
Muchas gracias por comentar aquí Tomás, un honor. Ha sido toda una transposición de pensamientos. Pero no me extraña, el cine de Nolan gira constantemente sobre los mismso temas y el cine como construcción de un mundo con sus propias regals es uno de ellos.