La insorportable levedad del ninja
«Por fin los tiempos se acoplan a mi nivel…
El problema es que estoy pelado…»
Los ninjas son junto a los samuráis, los mechas, los karaokes, el sushi y Godzilla, parte de esa visión mítica que tenemos los aficionados de Japón. Pero, como sucede en estos casos, nuestro reduccionismo, y nuestro escaso conocimiento sobre las particularidades culturales más allá de nuestras fronteras, no nos permiten entender en plenitud la complejidad de estos referentes. De esta manera, las hazañas y habilidades de los ninjas, y en gran parte su parafernalia, no solo han sido exageradas por la cultura popular, sino también distorsionadas hasta resultar casi irreconciliables con su llamada realidad histórica. Han contribuido a ello décadas enteras de películas, series, animes y mangas que han hecho de los ninja un arquetipo prácticamente sobrenatural despojado de toda posible humanidad.
El espectador y/o lector japonés puede realizar una cierta abstracción y lectura entre líneas respecto a estas interpretaciones que la cultura popular nos ha ofrecido del ninja, pero para nosotros puede ser algo más difícil por la ausencia de familiaridad con sus raíces históricas. De esta manera, desde la visión magnificada del ninja vista en la indispensable Hanzô: el camino del asesino de KOIKE Kazuo y KOJIMA Goseki, a la fantástica y popular Naruto de KISHIMOTO Masashi, no hay realmente un gran salto, como tampoco lo hay entre el acercamiento a esta figura que nos ofrece un anime como el Ninja Scroll de KAWAJARI Yoshiaki, el del entrañable Ninja Hattori creado por FUJIKO FUJIO y el de una película estadounidense como Ninja Assassin producida en 2009 por las hermanas Wachowski.
Ninguna de ellas acaba de acercarse a la realidad, algo que parece ya una batalla perdida a estas alturas. Tampoco lo intenta propiamente Under Ninja, la obra más actual de un HANAZAWA Kengo que hasta hace poco nos había estado aterrorizando con su reinterpretación del subgénero zombi en la excelente I am a hero. Aunque lo que si hace Hanazawa es devolverle parte de esa humanidad perdida de los ninja, planteando una historia que como su anterior trabajo satiriza en cierta manera la idiosincrasia de la sociedad japonesa. Esto sin renunciar a la fuerza de la mitología de los ninja ni a la visión mitificada que tradicionalmente ha dado la ficción de ellos. Además, Hanazawa pone en relieve algunas de las particularidades más cercanas al ninja histórico como son su relación con el espionaje y su origen “moralmente” contrapuesto al del samurái en términos de honor, clase y método.
Under Ninja comenzó su serialización en 2018 en las páginas de la revista Young Magazine de Kōdansha. En Japón ya han aparecido cinco volúmenes recopilatorios de la serie, de los cuáles tres ya han sido editados por Norma Editorial en nuestro país. Hanazawa está volcado en esta serie en la actualidad, aunque tiene otra historia abierta en Shogakukan titulada Takaga Tasogare protagonizada por una joven que debe lidiar con un mundo donde todos los hombres han desaparecido. Un punto de partida que nos recuerda poderosamente a la estadounidense Y, el último hombre de Brian K. Vaughan y Pia Guerra. Esperemos que la comparativa sea tan interesante como a la que nos dio pie en su momento a analizar el universo de I am a hero en contraste al visto en The Walking Dead de Robert Kirkman.
En este punto cabe hacer un inciso pues Takaga Tasogare es un título -también licenciado en España por Norma Editorial– que a pesar de iniciarse en fechas similares a Under Ninja solo lleva un volumen en el mercado japonés. Esto puede ser debido a que Hanazawa parece haber roto relaciones con la editorial Shogakukan. Hay poca información al respecto por ahora, pero la compañía japonesa ha dejado de publicar I am a hero a principios de este mismo año. Esto lo sabemos porque hace poco la compañía Kana que editada la serie en Francia anunció que esta obra se caía de su catálogo debido a que Shogakukan había perdido los derechos sobre ella. No sabemos cómoc podría afectar esto a la edición española de Norma Editorial, pero podría conllevar una renegociación de derechos de por medio.
Mientras esperamos buenas nuevas al respecto, nos toca disfrutar del presente y ese está en Under Ninja. En esta historia Hanazawa nos presenta a los ninja como una poderosa y ancestral organización cuyos miembros viven en la actualidad infiltrados entre la población civil y las élites políticas, llevando a cabo misiones quirúrgicas enfocadas a controlar el devenir de los acontecimientos y la historia de Japón. La policía y otros cuerpos de seguridad conocen de sus existencia y colaboran con ellos. Según algunas estimaciones podría haber cerca de 200.000 ninja que viven en secreto en Japon. Esta organización es realmente amplia y tiene una férrea jerarquización, contando con ninjas encargados de las tareas más delicadas, mientras otros pertenecientes al escalafón más bajo apenas reciben encargos.
En esta situación se encuentra el protagonista de la historia, un Kurō Kumogakure que lleva una vida modesta y aburrida hasta que uno de sus superiores se pone en contacto con él para una atípica misión: infiltrarse en el instituto Kōdan. Para ello primero tendrá que aprobar los exámenes de acceso de lengua, matemáticas e inglés. Pero todo se complica cuando un misterioso extranjero llega a la ciudad seccionando penes ajenos para así llamar la atención de los ninja, ganarse su confianza y así poder infiltrarse en su organización. Los superiores de Kumogakure se verán inmersos en una lucha de la que dependerá el futuro de los ninja que cuentan con numerosos enemigos fuera y dentro del país.
Esta premisa no alcanza a describir -ni de lejos- la experiencia tan surrealista que se desprende de la lectura de la propuesta que Hanazawa exhibe en Under Ninja. El autor realiza un ejercicio de lo más interesante al asumir la parte más sobrenatural que hemos visto asociada en muchas otras historias anteriores de ninjas, pero en un contexto muy urbano y costumbrista que recupera -como ya habíamos avanzado- un aspecto más humano de estos personajes. En ese sentido, las habilidades y recursos de estos ninja dan pie a escenas que son capaces de aunar en una misma página espectacularidad y vulgaridad. La psicología de sus protagonistas no deja espacio para los convencionalismos y nos sorprenden con todo tipo de reflexiones que de tan absurdas y curiosas resultan realmente brillantes.
No estamos ante una obra marcada por la acción y la épica. Hay una trama de espionaje que parece vehicular la historia, pero avanza tan lentamente que no tendremos una visión general de ella hasta el tercer volumen de la serie. Este es un punto que puede desconectar al lector, el hecho de que la serie no siga un desarrollo convencional y el ritmo de los acontecimientos sea pausado en extremo. La lectura es muy órganica y fluída, pero Hanazawa no tiene prisa por jugar su partida. Esto afecta incluso a su manera de interpretar la acción que -cuando hace acto de presencia- su autor tampoco administra según los cauces habituales. Además, Hanazawa da la misma importancia a escenas tan dialmetralmente opuestas como una lucha encarnizada entre varios rivales y la de un personaje enfrentándose a un examen de lengua inglesa.
La misión de Under Ninja no deja de ser la de ofrecernos una mirada íntima y profunda de la sociedad japonesa vehiculizada mediante la figura del ninja. Esta mirada no es exactamente realista, aunque aborda distintas cuestiones candentes relacionadas con la desconfianza hacía los gobiernos, la conspiranoia creciente de la sociedad y el empobrecimiento de una parte de la ciudadanía. Esto lo hace de manera sigilosa y, principalmente, a través de la caracterización de sus personajes. También hay espacio para hablar de modas, tecnología y redes sociales, ofreciendo una puerta abierta a esa mentalidad japonesa menos tangible en la mayoría de historias que nos llegan del país nipón. Es difícil conectar con los personajes a nivel emocional, pero la historia nos permite hacerlo a otros niveles al asistir a una sucesión de momentos hilarantes bañados en un desmitificador patetismo.
El mejor ejemplo de todo esto que hablamos es su protagonista, un hikikomori que pese a tener unas habilidades sobrehumanas se ve «obligado» a malvivir gorroneando a su vecino y eludiendo cualquier contacto social que no sea imprescindible. Una metáfora sobre ese alto índice de personal sobrecualificado que se ve incapaz de aspirar a un trabajo y una vivienda digna. El personaje se rodea así mismo de un grupo de personajes secundarios que pasan el rato bebiendo cerveza, divagando sobre cuestiones insustanciales y viviendo como un gran acontecimiento el compartir unas castañas o descubrir a un ladrón de ropa interior. El universo de Hanazawa está lleno de personajes que dan la espalda a las convenciones sociales pese a reconocerlas, obsesionándose con los pequeños detalles. Esto se traduce en una reivindicación del inadaptado y el marginado social, como ya ocurría en I am a hero.
En el apartado gráfico Hazawaza realiza un trabajo asombroso con una propuesta muy cuidada tanto a nivel de construcción y diseño de personajes, como en su manera de recrear el entorno y los espacios por los que transitamos. Es una continuación de lo ya expuesto en I am a hero, pero en un contexto si cabe más cotidiano ya que no se trata de una obra de corte postapocalíptico. La narrativa es tan fluída como cualquiera de sus ninja, dando lugar a una lectura ágil y rápida a la que contribuyen unos diálogos realmente coloquiales, absurdos y divertidos. El trazo de Hanazawa nos puede parecer en exceso contemplativo y estático en las escenas de acción, pero uno puede imaginar esos momentos como una especie de cámara lenta que viene a remarcar el aspecto cinematográfico y autoconsciente de este manga.
Under Ninja es ese manga que tiene que leer si buscas una lectura que te saque de esa de zona confort en la que solemos caer como lectores por simple y llana rutina. La obra de Hanazawa no es convencional y no sigue las pautas marcadas, resulta simple en su exposición y un espectáculo innegable para la vista, pero exige el esfuerzo por nuestra parte de situarnos en la misma onda que sus atípicos y sigilosos personajes. Porque hay autores que siguen la tendencia, pero Hanawaza no es ese tipo de autor y esto queda muy claro con Under Ninja. Una historia que nos ofrece una visión inédita del arquetipo ninja llena de situaciones y diálogos sin parangón, personajes excéntricos en grado sumo y una épica que se mueve entre lo maravilloso y el absurdo. ¿Cómo podría pasar desapercibida?
Lo mejor
• Lo imprevisible de su historia.
• El enfoque escogido por su autor.
• La potente propuesta a nivel gráfico.
Lo peor
• La lentitud de los acontecimientos.
• La ausencia de un vínculo más emocional con los personajes.
Guión - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 8
8.5
Sigilosa
Under Ninja es una propuesta atípica que sigue la línea del anterior trabajo del creador de I am a hero planteando un universo donde lo sobrehumano convive con lo cotidiano y con las singularidades de la sociedad japonesa. Hanazawa construye una historia de lectura fluída, pero de avance lento que nos ofrece una aproximación inédita a la mitología de los ninja.