Don’t deal with the Devil
Hay proyectos que son puros actos de fe. Corría el ya lejano año 2010 cuando los hermanos Jared y Chad Moldenhauer decidieron fundar una compañía familiar, Studio MDHR, en la que desarrollar un videojuego diferente a lo que había en el mercado. Una apuesta bella pero descabellada en la que sus creadores depositaron tantas ganas y tantas esperanzas que lo convirtieron en su meta absoluta, incluso hipotecando sus casas para lograr sacar adelante a su bebé. El sueño podría haber terminado como tantos otros, con un gran palmo de narices y una triste despedida, pero por supuesto ese no es nuestro caso. Aquel juego llamado Cuphead se estrenó finalmente en septiembre de 2017, y su éxito fue tan extraordinario como merecido.
Para los que no les suene, Cuphead es uno de los juegos más bellos creados en la última década. Encuadrado en el llamado género run and gun, el juego de los Moldenhauer se hizo diferenciar gracias a dos elementos principales. Primero, a su diseño artístico: basado en la animación estadounidense de los años 30, con referencias como la Walt Disney de Steam Boat Willie o el estudio Fleischer de Betty Boop o Popeye. Y en segundo lugar, por su infernal dificultad. Cuphead es uno de esos juegos que frustran profundamente al jugador, pero que resultan tan divertidos y adictivos que te obligan a seguir intentándolo una y otra vez, maravillados por los preciosos diseños de sus monstruos y sumergidos en la incomparable banda sonora de jazz brillantemente compuesta por Kristopher Maddigan.
Sus ventas fueron descomunales, y gracias a ello la creación de los Moldenhauer se ha hecho famosa en todo el mundo. Tras conseguir que Cuphead y Mugman (los protagonistas del juego con cabeza de taza) se volvieran icónicos, sus tentáculos comenzaron a extenderse por distintos mercados hasta asaltar, entre otros, el mundo del cómic. Studio MDHR alcanzó un acuerdo con Dark Horse Comics, y a partir de 2020 comenzó a publicar material de la franquicia de las dos tazas, una franquicia que en nuestro país ha adquirido Norma Editorial y a la que dio el pistoletazo de salida a finales del pasado año. Desde diciembre, los grandes fans del juego pueden hacerse con el magnífico El arte de Cuphead, un gran libro de arte que repasa los trabajos de Jake Clark para el videojuego. Sin embargo, hoy hablaremos de la serie que la editorial de Mike Richardson ha empezado a publicar y que disfrutarán sobre todo los más pequeños.
Cuphead: Lances Cómicos y Desatinos es el primer volumen de una cabecera compuesta por pequeñas historias que giran alrededor de las aventuras y travesuras de Cuphead y Mugman. Su guion corre a cargo de Zack Keller, director y escritor que ya trabajara en Dark Horse en la serie Death Head y con experiencia en el mundo del videojuego guionizando distintas historias de Telltale Games como Batman, Minecraft: Story Mode o The Walking Dead: Michonne. En el apartado artístico encontramos a Shawn Dickinson, artista cartoon que realiza aquí su primer gran trabajo junto al color de Kristina Luu.
Como comentábamos, Cuphead: Lances Cómicos y Desatinos es un cómic orientado especialmente al público infantil. Su estructura es la de pequeñas historias de unas 4 a 6 páginas, al estilo de las clásicas recopilaciones de tiras cómicas de Rompetechos o demás cabeceras de humor. Es un producto muy ligero y sencillo, indicado para niños que disfrutarán de su lectura independientemente de si conocen o no el videojuego en el que se basa (aunque si lo conocen disfrutarán de las apariciones de los distintos villanos del título). Por contra, no es un producto que vaya a encontrar mucho público entre los adultos, más allá de su interés coleccionista para los seguidores más acérrimos del título de Studio MDHR. Su punto más fuerte, sin duda, es el arte de Dickinson. El artista estadounidense consigue fundirse por completo con el estilo original del juego y hacer que cada página respire ese toque vintage tan característico de la obra, y gracias al buen trabajo de Kristina Luu en el color las páginas del tomo respiran vida. El tomo cuenta además con pequeños anuncios ficticios, ilustraciones y gags de una sola página para separar las historias que resultan curiosos y refrescantes. Su gran pega es sin duda su precio: sus 10 euros podrían parecer una suma reducida, pero teniendo en cuenta tanto que su formato es reducido como que no pasa de las 80 páginas, se antoja algo excesivo y contraproducente para que alcance al mayor número de lectores infantiles posible.
En definitiva, Cuphead: Lances Cómicos y Desatinos es una obra simpática y refrescante para el público infantil. Su precioso y fiel dibujo podrá atraer a los seguidores más incansables de la licencia, pero sin lugar a dudas serán los más pequeños los que la disfruten.
Lo mejor
• El precioso y colorido arte de Dickinson y Luu.
• Sus originales anuncios e ilustraciones entre episodios.
Lo peor
• Un precio algo elevado.
• Poco interés para el público adulto.
Guion - 6.3
Dibujo - 8.6
Interés - 6
7
Cartoon
Los personajes del famoso videojuego Cuphead expanden sus horizontes en un cómic infantil con un gran dibujo que será perfecto para los más pequeños.
