Cuaderno de Bitácora.
Allá vamos otra vez. Cuatro entradas. Conceptos que parecen vacuos sin un contexto. Cuatro elementos que fueron necesarios para afrontar la
Seamos sinceros, Nova siempre fue un héroe con poca tirada por parte del fandom. Esto no significa, para nada, que se trate de un mal personaje. Más lejos de la verdad. Cierto es que su popularidad aumentó ostensiblemente dada su incorporación en los Nuevos Guerreros. Sin embargo, todo cambió hasta proporciones cósmicas, nunca mejor dicho, con Aniquilación: Prólogo. En dicha entrega contemplamos estupefactos la destrucción del Cuerpo Nova, siendo Richard Rider el único que sobrevive. Tenemos que ser conscientes de la enorme repercusión que tuvo este hecho. Además de lo trágico de sus consecuencias. La soledad, la impotencia, el miedo a un enemigo implacable hace que como contexto estemos ante las puertas de una aventura de tal magnitud, que pude ser considerada como cuando en Rivendel se decide el destino de la Tierra Media frente a un enemigo implacable y de poder inconmensurable.
Dan Abnett y Andy Lanning lidian con el genocidio y la venganza, dos aspectos tan humanos y actuales que transmiten sentimientos como el dolor y la pérdida de nuestra humanidad. A través de esta historia Richard Rider es más terrano que nunca. Sentimientos de pérdida, dolor, venganza, desorientación y poder es lo que podemos percibir. A pesar de lo expuesto el sentido del humor en una historia oscura es lo que consigue endulzar lo que de por sí es una tragedia a todas luces.
El gran gancho para lectores veteranos es la aparición de Quasar. Sin revelar absolutamente nada, decir que esta aparición supone el toque maestro del comienzo de esta saga. El Protector del Universo se torna como una figura necesaria en esta novela río y su destino es muy relevante de cara a futuras entregas.
Por otro lado, Simon Furman da un enfoque para Ronan que supone una vuelta a sus orígenes, examinando qué es y sus motivaciones. ¿Qué significa ser un Acusador?, implicaciones que el guionista nos proporciona: juez, jurado y verdugo. La naturaleza de Ronan es compleja. Su confianza en la infalibilidad de su propia lógica y existencia supone que nunca se cuestiona si tiene razón en sus acciones. Es interesante cómo Simon Furman hace que Ronan limpie su nombre cambiando el statu quo de este personaje.
Siguiendo con lo que nos ofrece Aniquilación, no podemos dejar de lado a Norrin Radd. Uno de los héroes cósmicos por antonomasia. Keith Giffen aquí tiene espacio para jugar con las relaciones entre los personajes que aparecen, infundiendo a cada uno su propio espíritu y atrayendo a los lectores a la historia. La crisis de conciencia de Estela Plateada es expuesta maravillosamente, basándose en su rica historia.
Finalmente es la hora de continuar con nuestro viaje por la inmensidad del espacio. El miedo nos hace temer por lo que vendrá. Así nos lo va contando el Capitán Galen-Rel en su diario personal; íntimo y desgarrador. Una terrible ola de destrucción se cierne por el cosmos y lo que antes considerábamos inquebrantable se torna endeble. Si bien, es en horas de terribles padecimientos, de angustia y con el sabor de la sangre en nuestros labios, oliendo la muerte que nos rodea, cuando una fuerte convicción y coraje nos hará ser fuertes para lo que se avecina.
LA GUÍA
• Mundomente. El ordenador de Xandar
• Quasar. El Protector del Universo
• Norrin Radd y sus tribulaciones
• Una mirada al Imperio Kree. Ronan el Acusador
• Es la hora del Super-Skrull
• Bonus: Memorias de un superviviente de la Aniquilación
Mundomente. El ordenador de Xandar
Los Xandarianos son una cultura muy avanzada, por lo que transferir y almacenar información y conocimiento acumulado durante milenios en una especie de Inteligencia Avanzada (IA) era inevitable. La idea es muy similar a la de la Inteligencia Suprema Kree. La intención de los Xandarianos es clara: pensando en el futuro la intención era almacenar las conciencias de sus mejores y más brillantes pensadores, científicos y personas de relevancia, así como de todos sus fallecidos, mientras intentaban encontrar una manera de construir algo en la línea de la Inteligencia Suprema utilizada por su enemigo, los Kree.
Con el trascurso de los años no solo los Xandarianos fallecidos son acogidos en la Mundomente tras su muerte, sino también los miembros fallecidos del Cuerpo Nova. La Mundomente Xandariana es, según ella misma se define, una inteligencia artificial colectiva creada para gobernar y mantener toda la cultura Xandariana. Es por tanto la fuente primaria de energía, conocimiento y poder tanto del planeta Xandar como del Cuerpo Nova.
En este escenario los cascos del Cuerpo Nova son la clave. Funcionan como conducto al interactuar realmente con el sistema nervioso de los propios miembros del cuerpo. Esta especie de interfaz permite a cada miembro del cuerpo tener acceso inmediato al conocimiento que tiene la Mundomente Xandariana.
Además y no menos importante, sirve de conexión con la Fuerza Nova (al modo y manera de los anillos de poder de los Green Lantern). La clave de esto es la transmisión a través de un entrelazamiento con cada mente del Cuerpo Nova, lo que significa que la totalidad de sus miembros, mientras usan sus cascos, se transnmuta en un sistema único.
Como portadora de toda la Fuerza Nova, la Mundomente puede otorgar porciones de esta Fuerza a uno o varios individuos e incluso privarlos. En caso de vestir el uniforme del Cuerpo Nova controla las funciones vitales llegando incluso a activar sistemas de curación.
Tal y como ya mencionamos en la anterior entrega, en Avengers vol. 1 #260, Mundomente se desactivó con la destrucción de Xandar y la muerte de la mayoría de sus habitantes. Posteriormente se reactivó gracias en gran medida a que la Fuerza Nova estaba, digamos que latente y esperando, en Richard Rider. Tras clonar a la reina Adora de Xandar (esta resurrección ya estaba planeada de antemano) Mundomente se reinició reparando Xandar y clonando a su pueblo.
El comienzo de la Aniquilación fue uno de esos momentos definitorios para el macro ordenador xandariano. La destrucción al completo del Cuerpo Nova hizo que la Mundomente se hiciera fuerte en el único superviviente de la catástrofe, Richard Rider. Esto comportó un proceso de ensamblaje entre ambos contendientes. Hay que tener en cuenta la potencia de una ingeniería de este estilo, alojada en el casco de un simple humano. La entente no va a ser tan fácil como todo apunta a simple vista.
En apariencia, la Mundomente es un apoyo para el joven Nova, pero un ordenador sintiente de tal calibre tenía su propia hoja de ruta. Lo pudimos ver tras el regreso de Richard Rider a la Tierra, donde observamos atónitos como, por momentos, el casco dominaba a la persona. También será evidente cuando su portador sea infectado por un peligroso virus, y la propia Mundomente escapó de su influjo, cediendo los poderes novas a la oficial Ko-Rel. Y es que el gran objetivo del ordenador era volver a ensamblar a un nuevo Cuerpo Nova, permitiendo a Rider ser el Centurión Prime, al menos, hasta que la Mundomente cambie de intenciones.
La convivencia entre Richard Rider y la computadora de Xandar es algo compleja y no siempre bien avenida. Lo cierto es que durante una época muy oscura, llena de invasiones y peligros sin igual para la galaxia, se necesitaron mutuamente y, por tanto, llegaron a estar muy unidos. Pero con la relajación de la hostilidades, los conflictos de intereses hizieron que la cohabitación fuera bastante más traumática. Aun así, la importancia de la sabiduría de todo un planeta es fundamental para cualquier integrante del cuerpo Nova, por lo que la Mundomente va a ser un secundario permanente en las aventuras, individuales o colectivas, de Richard Rider como paladín defensor del cosmos Marvel. Así lo instauraron Marv Wolfman y Sal Buscema cuando la crearon en 1977, y así lo mantuvieron Dan Abnett y Andy Lanning en los momentos claves de la Aniquilación.
Quasar. El Protector del Universo
Quasar es un personaje que terminó por implantarse en una época pero venía de tiempos antiguos. Por tanto, la historia de Quasar no comienza con Wendell Vaughn, sino con las Bandas Cuánticas. Las Bandas Cuánticas son un par de brazaletes alienígenas que otorgan al usuario una variedad de increíbles poderes. También son conocidas como las Bandas de Poder de Rinn o las Bandas de Poder de Urano. Su primera aparición en tiempo Marvel fue en Fantastic Four vol. 1 #164 (1975), de la mano de Roy Thomas y George Pérez. El caso es que los dos autores tiraron de referentes de la Golden Age para confeccionar las esencias de las bandas.
Marvel Boy fue una creación original en Timely Comics de Joe Simon y Jack Kirby, emparentado al género de los superhéroes. No funcionó como concepto. Ya en la Era Atlas fue reconvertido en un personaje de ciencia ficción, a cargo de Stan Lee y Russ Heath, una temática más del gusto de aquellos días. El equipo creativo determinó que había una colonia de humanos que había migrado al lejano planeta Urano. Un científico decide enviar a su único hijo, Robert Grayson, de vuelta a la Tierra, donde sus habilidades aumentadas le permitirán disfrutar de variadas aventuras. Esta versión sí disfrutó de algo más de tirón, contando con serie propia homónima y varios seriales episódicos.
Obviamente, a Thomas, como lector voraz de ese tipo de cómic, le pareció interesante recuperarlo para la continuidad, tampoco pensado como algo que fuera a durar, ya que su aportación al número de los 4 Fantásticos es el típico villano del día. Estableció que llevaba en animación suspendida desde el cierre de sus aventuras en Atlas y que esa era la razón por la que su imagen quedaba alterada, distorsionada, totalmente enloquecida. Roy abre así un melón interesante ya que Bob Grayson ha quedado instaurado en el entorno compartido como el Uraniano y sus bandas han dado lugar a un buen puñado de posibilidades. Vamos a centrarnos un poco en ellas.
Ambos brazaletes no solo son instrumentos de gran poder, sino símbolos de que su portador es el Protector del Universo. Se desconoce el origen de las Bandas, pero la finalidad de su existencia es clara: un campeón elegido cada vez que surja el mal, será el que luche contra la amenaza contra la vida en cualquier rincón del universo.
Las Bandas Cuánticas están hechas de un metal desconocido, cada una de ellas está rodeada por siete gemas doradas y pueden cambiar de forma, adaptándose a su portador. Permiten el acceso al reino de partículas subatómicas llamado Zona Cuántica, desde donde drenan su energía.
Solo aquellos que son dignos pueden usar las bandas cuánticas, y no se pueden quitar hasta la muerte del usuario. Aquellos que no son dignos de manejar las Bandas pierden gradualmente el control del poder y son consumidos por su energía.
Han sido varios los portadores de las Bandas Cuánticas. Por citar algunos, de manera rápida, tenemos a Glakandra; Ree; Trantra the Trill, el primer protector no humanoide; Robert Grayson, nuestro Marvel Boy; William Wesley, un agente de S.H.I.E.L.D.; y, por supuesto, el último protector designado de Eon, Wendell Vaughn, más conocido como Quasar (aunque comenzó manteniendo el apodo de Marvel Boy, durante un tiempo).
Wendell Elvis Vaughn había servido en el ejército con distinción, y finalmente fue ascendido a teniente. Wendell se había postulado en S.H.I.E.L.D. con la intención de ser un agente de campo, si bien aún graduándose con todos los honores no fue elegido para dicha labor, ya que estábamos ante una persona sin «instinto asesino». Su labor paso a meras actuaciones de vigilancia y apostado en la puerta principal del laboratorio, fue testigo de cómo William Wesley probaba en el campo un par de brazaletes aparentemente hechos de un metal muy duradero llamado Bandas Cuánticas. Ese episodio supuso que ante los ojos del padre de Wendell, el Dr. Gilbert Vaughn, Wesley, usando las bandas para crear una emisión de energía coherente, murió debido a la potencia de la emisión . I.M.A. aprovechó la ocasión, atacando a los científicos, y Wendell, queriendo proteger a los inocentes, entre los que se encontraba su padre, se colocó las bandas en sus propias muñecas para protegerlas; había nacido Quasar.
Wendell Vaughn hizo su aparición en Capitán América vol.1 #217 en 1978. Fue creado por Roy Thomas, Don Glut y John Buscema. Esencialmente, todo lo relacionado con el personaje, además de su primera aparición (como su origen, personalidad, su pacifismo, su segundo nombre y su nombramiento como Protector del Universo) fue creado por Mark Grunewald, quien no casualmente escribió la gran mayoría de apariciones de Wendell Vaughn. Con Quasar, Mark fue citado diciendo que «finalmente pudo escribir su propia clase de héroe».
Hablar de Quasar y de las Bandas Cuánticas es hablar de legado y de su papel como Protector del Universo. Será a raíz de la propuesta de su padre cuando ese legado es conocido por Wendell y aceptado. El Dr. Vaughn propuso a su hijo emprender una misión científica a Urano para conocer el origen de las Bandas Cuánticas. Atraído por la perspectiva, Wendell acepta. Será en Urano cuando Eon explique a nuestro héroe los motivos de su unión con las Bandas Cuánticas: inteligencia, coraje e ingenio. La entidad también dijo que las bandas en las muñecas de Wendell se conocen como las Bandas Cuánticas y que no solo son herramientas de inmenso poder, sino símbolos de ser el Protector elegido por Eon.
Eon le anuncia que se convertiría en el nuevo Protector del Universo, una posición ocupada recientemente por el difunto Capitán Marvel. La verdad es que el cargo lleva un peso en responsabilidad que no cualquiera puede acarrear fácilmente. Sin embargo, Wendell acepta su destino y Eon lo nombrará sucesor del Capitán Marvel con la misión de salvaguardar el universo de la mayor amenaza que jamás había percibido. Se anuncia una Amenaza Cósmica que no será revelada.
El origen de Quasar es de las más espectaculares que se pueden recordar del Universo Marvel. Ese halo de poder, majestuosidad, y de cierto temor ante una Amenaza Cósmica ante la cual deberá hacer frente, hacen que los tres primeros números de la serie de Quasar sean épicos.
Los primeros números de la serie de Quasar exploran su origen y sobre todo cómo se convierte en Protector, tanto del Universo como de Eon. En su página veremos pasar enemigo como el Hombre Absorbente, el Láser Viviente, Términus, entre otros, y como nota curiosa la versión femenina de Modok.
La narrativa que encontramos es acorde con la época en la que se publicaron estos números, en concreto 1989. La parte gráfica no es espectacular, pero tenemos un trabajo muy correcto de la mano de autores como Paul Ryan y Mike Manley, incluso un primerizo Mark Bagley.
Los tres primeros números de esta serie son fantásticos a pesar de ser una historia de origen de superhéroes estándar. Desafortunadamente, la historia se estanca en los siguientes números (del #4 al #9) presentando ya una dinámica rutinaria. Wendell tiene la tarea de Eon de estar listo para enfrentarse a una gran amenaza alienígena desconocida, por lo que en cada entrega busca a uno de estos extraterrestres, combatiendo contra él, en última instancia. Es decir, tenemos el típico esquema donde hay un malentendido y una pelea. Gruenwald disfruta con Vaughn y se percibe en cada parte en la que se incide en sus relaciones personales. Estos números mencionados, suponen un choque conceptual puesto que para un héroe cósmico como lo es Quasar estar ligado a la Tierra descoloca y mucho al lector. Será la entrega 10 la que nos ofrece ya una aventura cósmica, a pesar de volver a las andadas con los números 11 y 12.
Los poderes de Quasar fueron de gran utilidad a los Vengadores, combatiendo contra amenazas como los Hombres Lava o Blastaar, siendo miembro de los mismos durante Actos de Venganza, en Avengers vol. 1 #302 y #303. A partir del número 18 se añade al título “The Cosmic Avenger”.
Ya en los números siguientes de su serie, la llegada del Escuadrón Supremo desencadenará el resurgimiento de la Supermente, el único sobreviviente de una antigua raza de conquistadores dotados de todo el poder psíquico de esa raza. La evolución de Wendell se empieza a notar en cuanto al desarrollo de sus habilidades, y en este caso comprobamos cómo aprende a programar las Bandas Cuánticas para mantener su mente a salvo de la adquisición mental.
Recién salido de su victoria, donde salvó al Escuadrón Supremo de la Supermente, su secretaria, Kayla Ballantine, le declara a Wendell su amor por él. Justo en medio de la conversación, las Bandas Cuánticas de Wendell le informan que una nave acababa de penetrar en la red de sensores que había erigido alrededor del planeta. En ese momento nuestro héroe revela su identidad secreta en una recíproca revelación de secretos y sentimientos.
A partir de los números que vienen a continuación, Mark Gruenwald hizo mucho para desarrollar a Quasar, y sobre todo su papel en el Universo Marvel. Encontramos un gran elenco de personajes en los que la trama se apoya, como Makkari de los Eternos y Dragón Lunar.
Es ya el momento de las revelaciones y tras enfrentarse a Sota de Corazones, Presencia, y Luz Estelar, refugiados del Mundo del Extraño, Quasar se verá inmerso en un episodio traumático. Descubre que Eon, su mentor, ha ocultado la muerte de su padre y conocemos a la Amenaza Cósmica que entre las sombras actuaba sin que hasta la fecha supiésemos quién era. Maelstrom, bajo la personalidad del magnate Malcolm Stromberg, un híbrido desviante/inhumano que controlaba la energía cinética, se había convertido en la encarnación cósmica de las Anomalías y había sido enviado por el Olvido y la Muerte a destruir el Universo.
Entre los números 19 y 25 de Quasar se produce una saga que supone cambios radicales para el Protector del Universo. Tras morir a manos de Maelstrom, comprobamos que la esencia de Quasar sobrevive gracias a Infinito, la entidad opuesta a Olvido. Revivido, Quasar trató de impedir que Maelstrom, ahora con las Bandas, obtuviera la consciencia cósmica de Eón. Con un poder inconmensurable, puesto que Maelstrom tenía las Bandas Cuánticas y la consciencia de Eon, que debe morir para tener alguna opción, la Amenaza Cósmica empieza a colapsar el Universo.
Quasar se ve en la necesidad de generar un agujero negro y es lo que supone su muerte (de nuevo), junto con Maelstrom. Ambos se manifestaron como avatares de Infinito y Olvido, respectivamente. Será Quasar el vencedor, y lucharan por sus benefactores por el destino del Universo. Quasar gana el combate, volviendo a la vida y a su cuerpo, con un nuevo traje que no es del todo el definitivo. Se trata de una mezcla de enmascarado y ser cósmico que tampoco le sienta bien al personaje.
En esta saga se produce un episodio ciertamente conmovedor. Por un lado una manifestación energética de Mar-Vell se aparece a Quasar en su peor momento. Mar-Vell habla en nombre de Eon, diciendo que a pesar de que se está enfrentando a la muerte, Wendell es un digno sucesor suyo, superando a todas luces las expectativas de Eon. Más tarde, una manifestación energética de Gilbert Vaughn, su padre, aparece diciéndole lo orgulloso que se siente de él. Todo padre en esta vida quiere que su hijos aprendan de sus errores y que sean mejores que ellos. Gilbert le confiesa que lo que su hijo ha conseguido es mucho mejor que lo que deseaba.
Quasar no pudo descansar mucho, ya que tuvo que celebrar el funeral de Eon y el nacimiento de su sucesora, Época, a quien tendría que tutelar a partir de entonces. En su identidad civil, entablo por fin consolida su relación con Kayla, mientras que como Quasar comparte aventura con una superhumana llamada Kismet.
En una de sus aventuras Quasar se encontró en un Nuevo Universo, descubriendo que ya no tenía una conexión directa con la Zona Cuántica o con Época. En este Nuevo Universo, la energía más poderosa es la llamada Starbrand, que podría tener el poder de devolverlo a casa. Starbrand se encuentra en un piloto retirado de la Fuerza Aérea llamado Jim Hanrahan que había prometido no usarlo nunca. Jim le ofrece a Wendell la energía que posee y de esta forma regresa a su universo quedándose con una pequeña fracción del poder.
Quasar finalmente tiene un uniforme decente, sin despreciar el diseño original, está claro que no habían dado con la tecla, prueba de ello es que la portada del número 26 incluso dice «¡con su traje final completamente nuevo!». En los números que van a continuación y entre ellos los de la saga de Maelstrom, suponen que Quasar ya no es esencialmente un héroe de Nueva York, ya que sus aventuras suponen relación directa con personajes como Thanos, Maelstrom y los Vigilantes. Vamos viendo cómo los poderes de Quasar se van definiendo paulatinamente, distinguiéndose ya de ser una simple y pobre imitación de Green Lantern.
Mike Manley entregará la antorcha a un joven Greg Capullo. Dicho traspaso de poderes será en Quasar vol. 1 #18. Los lápices de esta joven promesa se dejarán contemplar en los números #18-25, 27-29, 31-32, 35-39.
El elenco de secundarios presenta a dos personajes femeninos recurrentes en este conjunto de temas, Kayla (la secretaria de Wendell) y Dragón Lunar. Básicamente, percibimos que Wendell es deseado por todas las mujeres. Si leemos estos números tenemos que ser conscientes de la época en la que se circunscriben, y simplemente pasar página. Dragón Lunar, por una lado, está obsesionada con aparearse con Quasar para tener una descendencia perfecta. Por otro, lado seremos testigos de una de las vestimentas más sugerentes que se ha visto en el Universo Marvel y que llevará con orgullo Dragón Lunar. Seguimos en ciernes con Kayla, pero su desarrollo se estanca y sigue enamorada de Wendell, sin dar ningún paso en la relación puesto que el sentimiento es recíproco pero no llevado a buen puerto.
Sigue el curso de la serie y estalla la guerra Kree / Shi’ar. Quasar tomó parte junto con los Vengadores para acabar con dicha guerra, además de impedir que la actividad solar provocada por el Portal Estelar junto al Sol destruyera la Tierra. Al acabar la Guerra, Quasar decidió que debía dedicar más tiempo a su labor como Protector del Universo, y se retiró del servicio activo como Vengador.
Enredado una vez más en las diversas batallas que han rodeado al Guantelete del Infinito, Quasar aparentemente fue asesinado por el Nulificador Supremo en Quasar vol.1 39-40, si bien debemos recordar que una fracción de la Marca Estelar aún le quedaba de su viaje al Nuevo Universo, por lo que evita su destrucción. Quasar descubrió había perdido las Bandas y gastando la fracción de Starbrand que le quedaba, encontró las Bandas Cuánticas custodiadas por Origen. Como nota curiosa, el cambio de Quasar en su serie regular no se trasladó a la serie del Guantelete del Infinito. Imaginamos el grito en el cielo del bueno de Gruenwald, teniendo que darle una solución muy pillada en el número 28 de la serie del superhéroe cósmico, haciendo que Wendell Vaughn se equivocara de uniforme.
Más tarde, Quasar sintiéndose responsable del destino de Kayla Ballantine, que había quedado atrapada en el Nuevo Universo donde residía la fuerza Starbrand, se exilia al espacio. En su peregrinaje espacial descubre que fue elegido para usar las Bandas Cuánticas porque tenía una voluntad muy fuerte, más fuerte incluso que Estela Plateada o Bill Rayos Beta. Quasar regresó brevemente a la Tierra tomando parte en la victoria de los Vengadores frente a las maquinaciones de Morgana Le Fay, prestando su considerable fuerza de voluntad a la Bruja Escarlata y por consiguiente facilitando la derrota de la bruja.
Junto a Thor, Photon, Starfox y otros formaron Avengers Infinity; juntos convencieron a los Infinitos de no poner fin a toda la vida en la galaxia de la Vía Láctea, en su búsqueda de hacer un universo más perfecto.
Durante la crisis denominada Maximum Security, Quasar salvó la Tierra al absorber a Ego, el planeta viviente, en sus bandas cuánticas. Poco después, ayudó a los Cuatro Fantásticos junto con Genis-Vell, Dragón Lunar y estela Plateada contra los esbirros de Abraxas. Más tarde, Reed Richards necesito de su poder para ayudar a la Cuatro Fantásticos a recuperar a Johnny Storm que había intercambiado poderes con su hermana y estaba actuando como Heraldo de Galactus.
En plena alerta por la oleada aniquiladora, Wendell se unió a Richard Rider pana frenar a las fuerzas de Annihilus. Su participación será del todo necesaria, puesto que estamos ante el Protector Cósmico designado. Y como tal, debemos honrar su papel en la contienda.
Norrin Radd y sus tribulaciones
Estela Plateada puede navegar a través del espacio, las barreras dimensionales y el hiperespacio no son un límite para él. Si bien su naturaleza es cambiante, y constantemente supone una ida y venida respecto a sus creencias y deseos. En esa dicotomía, es capaz de ayudar y destruir a partes iguales; a la vez que se le ve como un salvador, también es un heraldo de la destrucción. A pesar de su poder casi ilimitado, Estela Plateada es muy parecido a los seres humanos. Esa naturaleza es lo que hace a Silver Surfer un personaje lleno de tribulaciones.
Aunque se introdujo por primera vez en un número de Los Cuatro Fantásticos, Estela Plateada se ha convertido en uno de los grandes iconos de los cómics por propios méritos. A principios de 1966, Fantastic Four Vol. 1 #48 estaba destinado originalmente a contar cómo los Cuatro Fantásticos lucharían en una batalla de proporciones épicas contra una entidad de poder inconmensurable, Galactus.
Pero cuando Jack Kirby presentó su página a lápiz, el escritor y editor Stan Lee se quedó sorprendido con lo que Kirby le estaba enseñando. Un nuevo personaje calvo y plateado que volaba por el cielo en una tabla de surf con poderes cósmicos y encima heraldo del mismísimo Galactus. Lo que no sabían ambos es que ese número haría historia marcando el destino del Universo Marvel.
La historia terminó con Estela Plateada afectado por la humanidad, por los seres que poblaban la Tierra, persuadiendo a su señor para que dejase el planeta en paz. Galactus estuvo de acuerdo, pero castigó a su sirviente, levantando una barrera alrededor de la Tierra que lo mantendría atrapado en ella.
En la década de 1960, el Surfer era un reflejo de las propias inseguridades y enfrentamientos de la sociedad. El antiguo heraldo de Galactus tenía mucho que decir sobre temas candentes de dicha década y el propio Stan Lee admitió que escribió al personaje dotándole de una moral cercana a lo que consideraba adecuado.
En 1968, el clamor por el héroe trajo como resultado que Stan Lee dotase a Estela Plateada de su propia serie, con una historia de origen largamente retrasada y para sorpresa de Kirby, un nuevo artista, el elegante John Buscema. Stan Lee es un humanista agnóstico. Con la serie de Silver Surfer logró transmitir su concepción moral y religiosa. No olvidemos que “The Man” escribió la Patrulla-X como una alegoría de la igualdad y Amazing Spider-Man de la responsabilidad. Con Estela Plateada los mensajes que transmitió podemos llegar a decir que fueron su mayor homilía: conciencia ecológica, tolerancia, respeto por la dignidad humana. Norrin Radd se convirtió en el portavoz de los pensamientos y creencias de Stan Lee.
El origen del Surfer, fue detallado en el primer número de su serie regular (1968). Dicho número cuenta cómo Norrin Radd, del planeta Zenn-La, se convierte en Heraldo de Galactus con el fin de salvar a su gente de su terrible apetito. Realmente su labor es mucho más que anunciar la muerte y la destrucción; se trata de buscar esos mundos necesarios para alimentar a la entidad cósmica antaño conocido como Galán.
Norrin Radd se convierte en una figura trágica e insatisfecha puesto que debe sacrificar su vida en el paraíso de Zenn-La aceptando una oferta envenenada. Cuanto menos intentará desde ese momento encontrar planetas deshabitados para que su amo los devore, salvando innumerables civilizaciones en el proceso.
Sin embargo, al aceptar un futuro al lado de Galactus, tiene que dejar atrás el amor de su vida, la hermosa Shalla Bal, induciendo siglos de melancólicas fijaciones, ya que la gente de su planeta natal es inmortal.
Bajo los lápices clásicos y solemnes de John Buscema, Estela Plateada se convirtió en una serie a tener en cuenta. Frente a la versión de Kirby, encontramos a un surfista emocionante, dinámico y potente en cada una de sus páginas, convirtiendo los escasos 18 números de la colección en una obra de arte.
El número #3 introdujo la némesis de Estela Plateada, Mefisto, la versión Marvel del mismísimo diablo, con orejas puntiagudas, dientes afilados, piel roja y guarida estigia llena de llamas.
A través de Mefisto, Stan Lee tentará a su mesías como si estuviésemos en el Nuevos Testamento, cuando Jesús de Nazareth fue incitado a conseguir riquezas, poder y mujeres, ofreciéndole finalmente una vida con Shalla Bal, si se uniera a él. Lógicamente, Norrin rechazó estas tentaciones, siendo pieza en el tablero de ajedrez en el que el malvado Mefisto quiere el alma de un ser de tal poder.
Stan Lee, que había visto el título como una salida para sus reflexiones sobre la conciencia estadounidense, y se había deleitado con la oportunidad de satisfacer su gusto por los discursos de Shakespeare, consiguió que los fans se cansaran puesto que antepuso dichos gustos frente al anhelo de acción. La serie estaba dirigida a una audiencia emocionalmente más madura y a veces eso no es manera de vender ciertos cómics. Silver Surfer vol. 1 finalmente fue cancelado después del número 18 por muchas razones. Algunos dicen que Lee no estaba seguro de dónde llevar al personaje, aunque parece ser que los clavos de su ataúd fue que cada número era de tamaño doble con «Tales of the Watcher» como respaldo.
A lo largo de la década de 1970, Silver Surfer fue una estrella invitada habitual en numerosos números del cómic de los Cuatro Fantásticos y fue un miembro popular de los Defensores. Con la ayuda de los Cuatro Fantásticos, pudo escapar de la barrera que Galactus erigió en castigo por su “traición”.
Un largo período de barbecho en la década de 1980, inesperadamente llegó a su fin en 1987, con una nueva serie de Silver Surfer, siendo un éxito rotundo. El escritor Steve Englehart liberó inmediatamente al Surfer de su exilio renuente en la Tierra, dando a los fans lo que querían: explorar el universo. Estela Plateada quedó libre para vagar por el espacio, una vez más, algo que había anhelado durante mucho tiempo desde su confinamiento (se ha dicho la palabra de moda). Deseaba no volver nunca más a la Tierra, el hogar de su encarcelamiento (usemos esta palabra más acorde con lo que aconteció). Durante sus primeros años, esta segunda serie contó con todo tipo de alienígenas, los imperios Kree y Skrull en guerra, Galactus, e, inevitablemente, Shalla Bal.
Una vez que se levantó la barrera, Norrin inmediatamente pensó en Zenn-La y su amor Shalla Bal. Regresó y descubrió que después de romper su relación con Galactus, éste regresó a Zenn-La consumiendo su energía. Con la ayuda de Shalla Bal y el Poder Cósmico que le había otorgado Mefisto, al intentar tentar a Estela Plateada, sus habitantes sobrevivieron. Norrin le propuso matrimonio pero ella se negó. Sin un lugar al que realmente llamar hogar, Estela Plateada regresó al espacio.
La década de 1990 vinculó a Estela Plateada en la colección de estrellas cósmicas del nuevo escritor Jim Starlin, incluyendo al Capitán Marvel, Warlock, Pip the Troll y el villano Thanos.
Aunque ya no era el favorito de los críticos que había estado en sus primeros días, el período que comenzó con la serie Englehart fue el punto culminante comercial del Surfer, resultando en una corriente de especiales, novelas gráficas, juguetes y mercancía. Stan Lee regresó posteriormente al personaje, acompañado al dibujo de Jack Kirby, en una novela gráfica en 1978 y nuevamente en 1988 con Parábola, una sorprendente colaboración con Moebius que ganó el Premio Eisner a la mejor serie limitada. En dicha obra, “The Man” volvió a las andadas con su personaje fetiche tratando valores fundamentales que pesan hoy en día en un mundo confuso, contradictorio y violento. En definitiva, el hombre no necesita que la religión sea buena, solo necesita ser bueno con otros hombres. Un idea simple pero compleja de llevar a la práctica.
Durante el Guantelete del Infinito, Estela Plateada se enfrentó a muchas pruebas que iban más allá de lo que es una lucha digamos que física. Fue capaz de destruir los demonios de la culpa, la negación y la duda que albergó a lo largo de su vida. Pudo obtener el perdón y pudo perdonarse a sí mismo. La única excepción fueron los millones de seres vivos a los que trajo la muerte como el heraldo de Galactus. El Devorador de Mundos volvió a encender esa llama de dolor y Estela Plateada casi no pudo soportarlo.
Los últimos años del cómic tal vez no fueron los mejores, e incluyeron a Shalla Bal enamorándose del medio hermano de Norrin y una revelación poco convincente sobre Zenn-La. Después de diez años, el personaje finalmente se había quedado sin vapor y la cancelación del cómic se produjo en 1998, con el número #146.
Hay redención en cada página de Estela Plateada. Sus remordimientos, nacidos de su entrega de mundos a Galactus han condicionado muchas de sus decisiones y actuaciones. Será el propio Galán el que le dé la llave para encontrar la paz en su interior. Norrin Radd se ha lamentado siempre lamenta de sus fracasos y actos del pasado, intentando conseguir la paz interior. La interminable culpa de Norrin es una parte central de su personaje. No puede ser absuelto de sus pecados, o al menos , eso es lo que Estela Plateada piensa.
La oleada aniquiladora supondrá un nuevo reto para el surfista plateado. No en vano, su labor, como ente libre, ha sido la de proteger a los inocentes. La cosa se complica cuando el buen Norrin necesite la ayuda de Galactus para mantenerse a flote. Las consecuencias serán inesperadas.
Una mirada al imperio Kree. Ronan el Acusador
Una figura imponente se acerca. Un paso firme tras otro. El insensato que se postra de rodillas ante los soldados Kree comienza a sentir pánico. El Acusador fija su fría mirada a los pies donde se arrodila el pecador, el traidor, el miserable autor de las escrituras prohibidas.
Los soldados que custodian al autor de semejante blasfemia incluso sienten temor ante Ronan.
Mientras las lágrimas caen por el semblante de K´Nyll, el Acusador, con una voz fuerte y vigorosa, se dirige al incauto.
– Tus pecados no pueden ser perdonados, tus tropelías no han pasado inadvertidas.
K´Nyll, temeroso y balbuceante, se dirige a la amenazante figura implorando misericordia:
– Mi señor, mi vida es suya, mi lealtad lo es hacia mi pueblo, los Kree. Nunca fue mi intención ……
La frase no es acabada cuando K´Nyll se ve golpeado por uno de los soldados que lo custodian. Las palabras de Ronan salen de su boca con la fuerza de una supernova. La ira, así como la inquebrantable fe del Acusador en su lógica y creencias, hace que sus ojos inyectados en sangre se fijen sin pestañear en su enjuiciado. El Acusador continúa con la lectura de los cargos por los que K´Nyll se encuentra postrado ante él.
– Las sagradas escrituras establecen que los Cotati eran indignos, su mera existencia es un insulto para un Imperio ancestral que luchó por su supervivencia, siendo inmensamente superiores. Los Skrull fueron directamente los causantes de su estrepitoso final, y con tus enseñanzas, esta invariable, imperecedera e inalterable historia, está siendo tergiversada, incitando a la rebelión.
– Por todo ello, y siendo que se ha tenido conocimiento de tus contactos con la aborrecible raza Skrull, es por lo que tu condena no puede ser más que la muerte.
En un desesperado intento de salvar su vida, K´Nyll alza la vista hacia el Acusador dirigiendo sus mirada a las de un ser lleno de furia, poder e inquebrantable fe en sus creencias.
– Mi señor, mis hijos quedarán desamparado con mi muerte. Mi castigo es su eterna condena, y serán por ello apartados y discriminados. Por Hala pongo mi vida en sus manos pero suplico que mi nombre sea eliminado de los registros y se otorgue una oportunidad a mi legado sirviendo a su causa.
Un extraño ruido comienza a salir de la boca del Acusador. Se trata de una risa. Un gorjeo pavoroso, frío, terrible y despectivo.
– “Hala”, dices “Hala”, en tu sucia boca esa palabra suenan como la jerga Skrull. Juro por la Inteligencia Suprema que tu nombre, el de tus hijos, y de todos sus descendientes, figurarán como innobles y traidores a nuestro pueblo, por siempre.
En ese momento el Arma Universal de Ronan comienza a emitir una intensa energía, una luz cegadora llena de blanco resplandor la estancia. El Acusador alza la misma dirigiendo un rayo mortal hacia K´Nyll. En cuestión de segundos, lo que antes era un ser vivo es una mancha en el suelo de ceniza y polvo.
Ronan ha dictado el veredicto y lo ha llevado a término. Se vuelve sobre sus pasos mientras su capa ondea el viento. Sin girar la cabeza dirige unas palabras a sus subalternos.
– Limpiad los restos de ese perro infiel.
El silencio impregna el habitáculo.
Relato anónimo
Si bien pueden haber existido durante seis millones de años, los Kree tuvieron que esperar hasta 1967 para obtener su primera aparición en un panel en Marvel Comics. El primer cómic en el que aparecieron fue Fantastic Four vol.1 #65, ya que en el nos presentan a Ronan, el primer integrante de un plantel que se iría extendiendo. Y, por supuesto, su creación se debe a nada menos que a los increíbles Stan Lee y Jack Kirby. En principio su aparición viene representada como enemigos del Planeta Tierra. Con el paso de los años, esta percepción ha cambiado ostensiblemente, aunque nunca han sido una raza que pueda ser claramente definida como benévola o aliada de los terrestres.
Los Kree comenzaron como una especie primitiva que compartía el planeta Hala con los Cotati, una raza de humanoides parecidos a plantas. Su mundo de origen fue visitado por los Skrulls, quienes en ese momento eran una raza pacífica. Y se puede decir que a partir de aquí empezaron los problemas.
En este momento, el destino del universo quedó marcado con la decisión de los Skrull de que, entre los Kree y los Cotati, se debía elegir qué especie sería la que predominase en Hala. Inevitablemente, esto creó recelos que a los largo de los siglos mantendrán enemistades.
Para dicha elección, enviaron tanto a los Kree como a los Cotati a nuestra luna, donde crearon un hábitat concreto para el experimento. El objetivo era construir allí una ciudad que representase al planeta. Cuando los Skrulls regresaron a la luna, en aras de premiar a un ganador, descubrieron que los Cotati habían cultivado un gran jardín mientras dormían. La especie vegetal fue la ganadora. Los Kree, llenos de ira, mataron a todos los Cotati, lo que supuso miles de años de enfrentamientos y odio entre los viejos vecinos.
Fue una historia de los Vengadores, «La Guerra Kree-Skrull«, en 1971, la que esencialmente puso en el mapa la profundidad de su naturaleza y la ambición de esta belicosa raza. El planeta Tierra pasó a ser escenario para una guerra intergaláctica. Los Vengadores, como es su costumbre, se involucraron en el conflicto, poniéndole fin. Posteriormente ha sido el evento Imperio el que ha cambiado radicalmente este panorama, con la fusión de ambos Imperios, el Kree y el Skrull, bajo el poder de Hulking .
Los 4 Fantásticos, en el comienzo de su andadura, se habían topado alguna que otra vez con los Skrull. Cómo era de esperar acabarían encontrándose con la civilización Kree. En concreto, en Fantastic Four vol. 1 #64 se toparían con un Centinela Kree, abandonado por el Imperio millones de años antes. Siendo destruido por los héroes terráqueos, la Inteligencia Suprema decide mandar a Ronan el Acusador para impartir justicia. Este número marca un punto de inflexión muy importante, toda vez que a partir de entonces ya no son solo los Skrulls los que campan por nuestro planeta, sino también los Kree.
En su cómic debut, interpretan el papel de una raza fría, militarizada y carente de sentimientos, lo que establece su reputación de ser la especie hambrienta de guerra e impulsada por ideas imperialistas. La Tierra también se colocó en el radar de este fuerza galáctica, ya que recordamos que en Marvel Super-Heroes #12 (fecha de portada, 1967) fuimos testigos de la llegada de una avanzadilla kree, en misión de espionaje. Hablamos, claro, del debut del Capitán Marvel en la editorial homónima, ya que el nombre había sido profusamente utilizado durante la Golden Age. Martin Goodman y Stan Lee se conjuraron para obtener los derechos de la nomenclatura, por la vía legal, y así lo consiguieron. Stan Lee y Gene Colan imaginaron a ese personaje como miembro de la orgullosa raza kree, aunque le dieron el típico giro, al quedarse prendado de la grandeza de los humanos, pasando a ser un héroe reconocido, por derecho propio.
Bajo la Inteligencia Suprema, el Imperio Kree se representa como una dictadura militar, lo que en los tiempos de la Guerra fría dejaba poco lugar para al duda la inspiración para sus características básicas. Llegaron a ser temporalmente una monarquía, y bajo el liderazgo de Ael-Dan y Dar-Benn, se configuran como una dictadura militar.
Aunque Hala es el planeta oficial del origen de los Kree, durante un tiempo, el planeta Kree-Lar en el sistema Turunal sirvió como capital del Imperio Kree y como sede del gobierno.
El Imperio Kree está gobernado como una dictadura de alto componente militar. Este gran imperio es conocido por ser liderado, en la gran mayoría de las apariciones en los cómics, por la Inteligencia Suprema. Ayudando a la Inteligencia Suprema se encontraban varios administradores imperiales, que también son gobernadores de cada uno de los mundos miembros, y una vasta milicia espacial permanente.
También emplean poderosos autómatas llamados Centinelas, cuyo trabajo es mantener los mundos miembros bajo la atenta mirada del Imperio. Es de recibo comentar que fue gracias a uno de estos Centinelas robóticos por lo que conocimos a la raza kree, ya que en Fantastic Four #64, tuvimos la legendaria lucha con uno de esos ejemplares, por parte del grupo fantástico. Se han establecido como una serie de agentes durmientes que custodian bases de los kree, por diversos territorios galácticos. Por supuesto, en el Imperio tienen un buen surtido de ellos, y durante las Aniquilaciones veremos que serán utilizados como última línea de defensa, en situaciones desesperadas.
El Cuerpo de Acusadores son la policía planetaria y la justicia del Imperio Kree, llevando ante el estrado a los acusados de crímenes contra el imperio. Son una suerte de juez, jurado y verdugo. De entre ellos destaca Ronan cuya historia es magníficamente detallada en un estupendo artículo de nuestro compañero Arturo Porras.
Interesante saber que hay tres tipos de Kree. Los Kree de piel azul, que a lo largo de los siglos, se han convertido en una minoría en el propio Imperio. Los de piel rosada, similares en apariencia a los humanos y que son el resultado de la reproducción con miembros de otras razas humanoides, genéticamente compatibles, que fueron conquistadas por el imperio. Con el tiempo, su población ha aumentado de modo que Kree «de pura sangre» o azules quedan pocos. Finalmente encontramos a los llamados Ruul. Esta nueva raza de Kree es más evolucionada. Su piel es de tono grisáceo, con muchos tentáculos hasta los hombros que parte de encima de la cabeza. Dicha raza puede adaptarse al medio de tal forma que tiene la capacidad de respirar bajo el agua, volar o lo que requieran las circunstancias.
Es la hora del Super-Skrull
Los skrulls nacieron con el Universo Marvel. En el segundo ejemplar de los 4 Fantásticos, teníamos de la historia de unos 4F con actitudes villanescas. Rápidamente, notamos que se trata de impostores, que se estaban haciendo pasar por ellos. La trama nos sigue sorprendiendo con la presentación de una raza alienígena, capaz de asumir cualquier representación física, lo que les hace perfectos en el campo de la infiltración. Sus intenciones eran aviesas, ya que habían venido al planeta azul a estudiar nuestras defensas y preparar una invasión, solo que nunca se esperaron encontrar al primer equipo Marvel de superhéroes. Con esta trama, Jack Kirby y Stan Lee honraban cientos de historias de la Golden Age, con la infiltración y el miedo al enemigo, que tan bien funcionaron en los 50. No tenían porqué perdurar, pero lo hicieron, dando lugar al primer imperio intergaláctico de la editorial y por ende, a abrir el espectro del nuevo entorno compartido hacia ambiciosas cotas.
Con cada nueva aparición, el corpus del imperio skrull se iba haciendo más y más extenso, por lo que vamos a situar un poco el contexto. Esta raza es de esas que podríamos llamar milenaria, puesto que lleva circulando por el cosmos desde antes de que la Tierra fuese un planeta civilizado. Su territorio de nacimiento se ubica en la lejana galaxia de Andrómeda. Conforme estos skrulls fueron asumiendo el desarrollo de la tecnología, pasaron a la expansión. Muchos planetas fueron conquistados, mientras que otros se unieron a la entente de manera voluntaria, dado que en aquellos instantes los skrull eran una fuerza temida, y su protección era muy bienvenida, Como resultado tenemos un territorio muy extenso, del que se llegaron a contar con trillones de habitantes. Han tenido varios mundos principales, que actuaban a modo de centro neurálgico, tal y como se puede citar a Tarnax II, Skrullos o Tarnax IV.
LLegado el momento, una potencia de tal calibre debería chocar con otros imperios expansionistas. Sabemos que no es la única raza con poder en el Universo Marvel, por lo que era lógico que existirían conflictos ancestrales que los humanos ni siquiera podíamos intuir. El más célebre de ellos es la Guerra Kree-Skrull, unas hostilidades que se han mantenido siglos, con periodos de treguas y relajación. Debemos cederle los créditos de esta enemistad a Roy Thomas, pese a que krees y skrulls son ideas originales de Lee y Kirby. Thomas se apercibió de la existencia de las dos razas en el entorno y decidió pensar cuál sería la dinámica entre ellas, estableciendo que el carácter expansionista de ambas no permitiría la cohabitación. Dicho y hecho; llevamos parte del conflicto a la Tierra y así involucramos a los Vengadores.
Es curioso cómo funciona nuestro peqeuño planeta en el organigrama del cosmos Marvel. Parece ser un enclave muy deseado por todas esas fuerzas extraterrestres, con continuos intentos de invasión. El hecho de que los 4 Fantásticos derrotaran a la avanzadilla skrull, como si nada, provocó un gran malestar en el Emperador Dorrek VII, el regente encargado de organizar aquella misión. Esto provocó que pusiera en marcha un plan muy específico para derrotar a los Fantásticos, utilizando para ello la capacidad maleable intrínseca de los skrull. El plan era arriesgado y se necesitó un voluntario entregado. Kl’rt, nacido en Tarnax IV, se ofrecerá para ser ese instrumento que acabe con los Cuatro Fantásticos. El Emperador Dorrek había jurado venganza a nuestra querida y ejemplar familia después del fiasco de la invasión de la Tierra. Así las cosas, Kl’rt recibió las habilidades combinadas de los Cuatro Fantásticos, naciendo el Super-Skrull.
Pensemos con lógica. Sabemos que el Sr. Spock es un defensor como Vulcano de esta filosofía de vida. Si analizamos los fundamentos básicos de esa forma de pensar, tiene todo el sentido del mundo que si quieres destruir a tu enemigo, te enfrentes a él en igualdad de condiciones, cuanto menos.
El problema no quedó en esa traslación de poderes en una sola entidad, sino que los mismos excedían a los originales. Vamos que incluso podía estirarse más que Reed Richards, con las implicaciones que pudiera tener. Además y para colmo de males, Kl’rt conservó sus habilidades skrullianas para cambiar de forma y habilidades hipnóticas. En definitiva, una verdadera némesis, con un poder inconmensurable. Un enemigo casi imbatible al que vemos aparecer, por primera vez en toda su grandeza, en Fantastic Four Vol 1 #18 (septiembre de 1963, fecha de portada).
A pesar de lo que supone tener los poderes de los Cuatro Fantásticos en uno, aumentados y sumando las capacidades Skrull, Kl’rt lamentablemente nunca pasó de ser un enemigo que era derrotado una y otra vez, desde ese magnífico Fantastic Four vol. 1 #18. Durante la Guerra Kree-Skrull, el Super-Skrull jugó un pequeño papel secuestrando al Capitán Mar-Vell. Kl’rt, siguiendo las órdenes del Emperador, trató de conseguir la Omnionda, un artefacto Kree que podía transformarse en un arma de gran poder para el control mental de civilizaciones enteras (recientemente lo hemos visto en los números de los Fantastic Four relativos a Imperio). Disfrazado como Carol Danvers, y ayudado por algunos skrulls presentes en la Tierra, el Super-Skrull capturó al Capitán Marvel (Mar-Vell), a la Bruja Escarlata y a Mercurio, pero tras fracasar en su intento de que Mar-Vell le diera la Omnionda, decidió llevarlos a todos al Mundo Trono Skrull.
Sin embargo, el Super-Skrull fue exiliado de nuevo por el emperador, que le consideraba una amenaza para su reinado, y permaneció durante un tiempo en el exilio, hasta que se alió con otro compatriota renegado de nombre Skragg, y se convirtió en un agente al servicio de Thanos. Trabajando como agente libre, el Super-Skrull se topará una vez más con el Capitán Marvel (Captain Marvel vol. 1 #25 – 33). Esta vez, su derrota lo dejó varado en la Tierra sin transporte interestelar.
Intentando recuperar su prestigio tras varias humillantes derrotas, regresa a la Tierra luchando contra diversos héroes como Spiderman (Marvel Team-Up vol 1 #62) y Thor (Thor vol. 1 #142). Con la esperanza de impulsar una nave estelar y huir del planeta, trató de robar un cristal de cavorita, pero se enfrentó a Ms. Marvel y Spiderman. El Super-Skrull derrotó a los dos, pero cuando obtuvo el cristal, sus energías interfirieron con las del rayo interestelar que aumentaba sus poderes, siendo teletransportado al Mundo Trono Skrull. En esos momentos, el Mundo Trono era víctima de Galactus, y el proceso de destrucción del planeta envió la forma desconectada del Super-Skrull de regreso a la Tierra, donde quedó atrapado en los cinturones de radiación de Van Allen. Este número en cuestión pertenece a la mítica etapa de Chris Claremont y John Byrne en Marvel Team-Up, y poco podemos decir que ya no se haya dicho.
Finalmente, un grupo de científicos, incluido el Dr. Walter Langkowski, también conocido como el héroe Sasquatch, conseguirá recuperar la forma tangible y física de Kl’rt. Malas noticias para el Super-Skrull, ya que descubrirá que como resultado de haber quedado atrapado en el cinturón de Van Allen, ha desarrollado una forma de leucemia mortal. Sasquatch luchará contra un furioso Kl’rt, pero finalmente deberá devolverlo, en su forma incorpórea, al cinturón para salvarle la vida.
El momento de gloria para Kl’rt llegaría como consecuencia del hecho de que los Skrulls perdieron sus poderes metamórficos, siendo incluso diezmados. Con la ayuda de Estela Plateada, conseguirá reavivar los poderes de S’byll una autoproclamada Emperatriz, así como del resto de los Skrull. En concreto, hablamos de Silver Surfer Vol.3 #25-31 con guiones de Steve Englehart y lápices de Ron Lim. Tras impulsar de esta forma el poder Skrull, Kl’rt adquiere la condición de héroe para su raza.
Poco después, el Super-Skrull volvió a aliarse con el Maestro Khan, el cual había anteriormente curado el cáncer que padecía, suplantando a Danny Rand, Puño de Hierro, al que todavía creían muerto, para hacerse con el control la compañía de Rand. Pero mientras seguían su plan, y se encontraban en la Tierra Salvaje, el engaño fue descubierto por Namor que derrotó al Super-skrull obligándole a regresar al imperio de procedencia. Curiosa, muy curiosa esta historia de John Byrne en el Sub-Mariner de los años noventa, pero el autor había demostrad en el pasado tener cierto gusto por este personaje.
El Super-Skrull llegó a servir a una facción Skrull liderada por Intelligentsia, una versión Skrull de la Inteligencia Suprema de los Kree. Sería el momento de cruzar su camino con Genis-Vell, aunque con la esperanza de dar un golpe de estado de manera infructuosa.
En definitiva, es una personalidad que ha pasado por la historia Marvel sin pena ni gloria y jugando finalmente, a las puertas de Aniquilación, un papel relevante en Jóvenes Vengadores. Su relación con Hulkling será incluso posteriormente tratada en Imperio, el reciente evento Marvel.Para entonces, la autoproclamada S’byll había muerto y Kl’rt se une a una facción del imperio que buscaba un heredero del emperador Dorrek, creyendo que lo encontraban en Teddy Altman, Hulkling. A pesar de la interferencia de los amigos de Teddy, los Jóvenes Vengadores, el Super-Skrull reveló la verdad del origen de Teddy y mató a su «madre», que era una Skrull enviada por la Princesa para criar a su hijo en la Tierra. Kl’rt se hizo pasar por Hulking, tomando su lugar y su papel para espiar a las dos razas.
En los complicados momentos de la llegada de la ola aniquiladora, el Super-Skrull tendrá su dosis de relevancia, de esa que le había faltado durantes los años de consolidación. Cualquier fuerza era necesaria ante el tamaño de la amenaza y Kl’rt demostraría a todos los escépticos que tenía lo necesario para convertirse en otra pica en la defensa del universo.
Entrada 44621.05
Autorización HALA0164
Mi padre entregó su vida por el Imperio. Mi hermano entregó su vida por el Imperio. Algún día yo también entregaré mi vida por el Imperio. Es el destino de cualquier soldado leal Kree, después de todo. Siempre habrá una nueva guerra en la que luchar. Ah, supongo que habrás escuchado que unos pocos tienen el privilegio de seguir sirviendo al Imperio después de muertos. Sí, algunos de nuestros mejores generales, científicos, filósofos y estrategas son elegidos para sumar sus mentes a la Inteligencia Suprema.
El Supremor es la unión de las voluntades de los mejores Kree del Imperio. ¡Infinitamente superior a la cacareada Mundomente Xandariana! Las experiencias y emociones de los habitantes de Xandar dieron lugar a un superordenador sentiente tan inútil e impotente como ellos mismos. La Mundomente no evitó que su planeta de origen fuese arrasado por la Oleada Aniquiladora, desde luego. Ni siquiera vio venir el peligro. El Supremor, en cambio, vio venir todo esto hace siglos. El Supremor sabía que los Kree nos estábamos debilitando, como ancianos agostados y reumáticos que han perdido las ganas de luchar. ¿Pero acaso escuchamos a la Inteligencia Suprema? ¿Acaso escuchamos a la auténtica voluntad del pueblo Kree? Siempre ha habido traidores que han conspirado contra la Inteligencia Suprema y por eso el Supremor se ha visto obligado a enfrentarse a sus hijos en más de una ocasión. Los hijos ya no escuchan a sus padres. Yo lo sé bien.
La sangre de toda una estirpe consagrada en cuerpo y alma al servicio militar corre por mis venas. Siendo yo apenas un cachorro, mi padre nos contaba a mi hermano y a mí que uno de nuestros ancestros, que había servido como general en tiempos remotos, fue elegido para unirse al Supremor. Tras su fallecimiento, su cerebro fue recuperado para tal fin. No existía mayor honor para un soldado que seguir sirviendo más allá de la muerte, convirtiéndose así en la encarnación misma de los valores por los que había entregado su vida.
Tras la muerte de mi padre en una escaramuza contra los Skrulls, mi madre me prohibió con vehemencia que siguiese sus pasos. Me dijo que ya era tarde para mi hermano, que entonces servía como soldado, pero que yo aún podía salvarme. Me dijo que los militares eran unos fanáticos leales a un Imperio que había dejado de existir siglos atrás. Me dijo que el único valor de un soldado era el que tenía como mártir en potencia.
Ese mismo día abandoné el hogar de mi familia y me alisté en el ejército. Quería ser como mi padre y como mi hermano. Quería ser como aquel ancestro que fue asimilado por el Supremor. Quería ser un Kree; un auténtico Kree.
Y quería matar Skrulls. Por supuesto que quería matar Skrulls.
La academia resultó ser mucho más dura de lo que mi ingenuidad adolescente podía imaginar. D’ast, la academia casi me mata. Los instructores nos machacaron sin piedad alguna, aunque la mayoría no éramos más que unos niñatos con más convicción que masa muscular. La segunda noche nos despertaron de improviso y nos obligaron a llevar a cabo un simulacro con fuego real. Tres de mis compañeros murieron esa noche. “Licenciados con deshonor”, nos dijeron luego. Un soldado debe aprender a ser despiadado. Un soldado no debe sentir pena por sus camaradas caídos. Un soldado debe mirar siempre hacia delante. Sostener el arma, apuntar y disparar. Sostener el arma, apuntar y disparar. Sostener el arma, apuntar y disparar.
Mis disparos fueron los que le volaron la cabeza a uno de aquellos tres: la primera baja de mi carrera militar no fue un Skrull, sino un Kree. Fue la primera vez que mi lealtad se puso a prueba.
Aunque los instructores castigaban con dureza la confraternización, las noches en los barracones siempre eran animadas. Todos sabíamos que cualquiera podría ser el próximo en ser “licenciado con deshonor”, así que nos aferrábamos a cualquier ápice de diversión que pudiésemos encontrar. Fue en esa época cuando conocí a En-Vokk, en quien quise ver a un alma gemela pese a lo distintos que éramos: yo, un Kree azul procedente de un vetusto linaje de guerreros; él, un Kree rosado que siempre había sido considerado un ciudadano de segunda. Ya entonces era raro encontrarse con un Kree de piel rosada, mucho menos en el ejército, pero más raro era que uno de piel azul le concediese su amistad sin reparos.
Galen-Rel y En-Vokk. En-Vokk y Galen-Rel. De día nuestros instructores alababan nuestra destreza en el combate cuerpo a cuerpo y nuestra pericia con las armas. De noche nuestros camaradas alababan nuestra habilidad para introducir vino Spartoi de contrabando y nuestro conocimiento sobre todo tipo de juegos, desde los sencillos naipes de Sol-III hasta el complejo ajedrez de Chandilar. Nos hicimos ciertamente populares y aquello nos ayudó a sobrevivir a la academia, aunque la mayor parte del mérito le corresponde a En-Vokk. Era endiabladamente despierto y astuto, capaz de improvisar en cualquier situación y de salirse con la suya antes de que te dieses cuenta. Sonreía siempre con arrogancia y me retaba constantemente para que superase su marca con el rifle de francotirador. El condenado disparaba con la soltura de un veterano aunque no parecía ser mucho mayor que yo.
Una noche le hablé sobre mi padre y sobre mi hermano. Le hablé sobre mi ancestro y sobre el Supremor. Él se burló de mí y me dijo que cualquier polluelo Shi’ar era capaz de acertar más blancos consecutivos que yo. ¡Cómo iba querer unirse el Supremor con alguien con tan mala puntería! Él nunca me habló sobre su pasado, pero sus silencios me decían todo lo que necesitaba saber. Había mucho escondido tras sus chanzas.
Galen-Rel y En-Vokk. En-Vokk y Galen-Rel. Inseparables. Los mejores reclutas que podía ofrecer el Imperio de día, unos despreocupados sinvergüenzas de noche. El orgullo del Imperio. ¡Ja! Fueron los mejores años de mi vida.
Nuestro primer destino poco después de la academia fue un mundo desértico cercano a los territorios en conflicto con los Skrulls. Unos paletos de una fuerza de seguridad llamada Núcleo Omega custodiaban aquel sistema que en verdad no le importaba a nadie: no había nada de valor allí y más allá de aquel planeta sólo estaban las Kyln y el Crujido, es decir, el mismísimo final del universo. Incapaz de tomarse nada en serio, En-Vokk se quejaba de que nos hubiesen destinado al culo del cosmos. Sin duda parecía que estábamos lo más lejos posible de cualquier suceso relevante para el Imperio, pero nos equivocábamos.
Llegó el Día de la Aniquilación y la flota de Annihilus atravesó el Crujido desde la Zona Negativa. Las Kyln fueron arrasadas y la prisión que albergaban dejó escapar a sus más antiguos residentes. Las comunicaciones hablaron de antiguos dioses del espacio liberados, pero los informes posteriores al Día de la Aniquilación eran escasos y poco fiables. No mucho después, la Oleada Aniquiladora llegó al Cúmulo Xandar y diezmó la central del Cuerpo Nova. Supimos luego que hubo un único superviviente: el último Nova, el terrestre Richard Rider, uno de los héroes de Sol-III.
Once días después del Día de la Aniquilación, Nova se unió a otro de los héroes de su mundo, Quasar, el Protector del Universo. Quasar era conocido por portar un arma fabulosa: las Bandas Cuánticas o, como las llamaban nuestros antepasados, “las Bandas de Poder de Rinn”. ¿Quizá en honor a algún antiguo portador? Se dice que el Supremor se basó en ellas para crear las Negabandas que portó el rebelde más famoso del Imperio, Mar-Vell. En cualquier caso, le sirvieron de poco al Protector del Universo. Nova y Quasar se enfrentaron al propio Annihilus sobre los cielos de Nycos Aristedes hasta que Quasar quedó reducido a cenizas y sus Bandas Cuánticas fueron reclamadas por el despótico rey de los insectos.
Doce días después del Día de la Aniquilación, la poca cordura que quedaba en el Imperio se extinguió. Los miembros de la Casa Fiyero, unos arribistas que se dedicaban al comercio en lugar de al combate, apartaron al Supremor del gobierno y condenaron a sus leales a una corte marcial. El mismísimo Ronan, el Acusador Supremo, fue detenido.
¿Te he hablado alguna vez de Ronan? Él fue el mayor exponente de todo lo que significa ser un Kree. Fue Acusador Público, ejecutor de la ley Kree y un leal siervo del Imperio… aunque en una ocasión incluso trató de deponer al Supremor. Nadie ha conocido a la Inteligencia Suprema como él y nadie ha sido más digno de ocupar su puesto. Él sabía bien que para proteger al Imperio a veces es necesario derramar sangre Kree. Yo luché a su lado durante los días de la Oleada Aniquiladora, ¿sabes?
Unos pocos supervivientes de los mundos fronterizos nos habíamos batido en retirada en cuanto supimos de la destrucción de las Kyln. Fueron momentos confusos y aterradores. La mayoría seguíamos a Peter Quill, antiguamente conocido como Starlord, otro de los héroes de Sol-III. Había dejado atrás su título y su pasado, implantándose mejoras cibernéticas para pasar desapercibido, pero uno no puede escapar de su propia naturaleza. Sus dotes estratégicas salvaron a muchos mientras los bichos lo destruían todo a nuestro alrededor. En-Vokk y yo sobrevivimos al primer embate de la Oleada Aniquiladora gracias a él. Aún así, perdimos a muchos en Tartus Minor y nos vimos obligados a retroceder hasta la periferia del Imperio. No éramos más que unos soldados rasos recién salidos de la academia, pero ya habíamos visto morir a la mayor parte de nuestros camaradas.
Setenta y nueve días tras el Día de la Aniquilación, las disputas con los Skrulls dejaron de tener sentido: la mayor parte del antiguo Imperio Skrull había sido destruida. No mucho después, las fuerzas restantes de los Kree aceptaron unirse al Frente Unido capitaneado por Richard Rider y asistido por Peter Quill. El planeta Daedalus 5 se convirtió en nuestro último bastión contra los bichos. Lo que quedaba de nuestra escuadra luchó allí contra las interminables tropas de Annihilus.
Allí contemplé por primera vez a Ronan y déjame decirte que era magnífico. Su Arma Universal aplastó incontables cráneos de insecto antes mis maravillados ojos. Allí también vi luchar al imprevisible Drax el Destructor y a Gamora, la mujer más letal del universo. Incluso vi luchar a uno de nuestros enemigos más temibles: nada más y nada menos que al Super-Skrull. Fue allí, en Daedalus 5, donde mi lealtad se puso a prueba por segunda vez.
Doscientos doce días después del Día de la Aniquilación, las fuerzas de Annihilus lanzaron una ofensiva total sobre el planeta. La Casa Fiyero nos había retirado su apoyo, vendiéndose a nuestros enemigos y obligando a Ronan a tomar medidas extremas: los líderes del Imperio debían morir para que lo poco que quedaba de los Kree sobreviviese. Las tropas se retiraron de nuevo, pero había bichos por todas partes. Era un caos. Los capitanes gritaban sin saber qué hacer. Sus órdenes carecían de sentido y nuestro ejército estaba descabezado. Nuestros camaradas morían a decenas, a cientos, a miles, a nuestro alrededor. El hedor de la carne quemada inundaba mis fosas nasales. Recuerdo pensar en mi padre mientras cerraba filas. Lo único que me dio ánimos para continuar fue sentir la espalda de En-Vokk apretada con fuerza contra la mía.
No hay palabras para describir el terror que sentí aquel día. La resistencia reunida en Daedalus 5 contaba con tres antiguos heraldos de Galactus entre sus tropas y aún así los bichos aplastaron nuestras defensas con inusitada facilidad. Por desgracia, ninguno de esos heraldos era Estela Plateada. Quizá si él hubiese estado con nosotros las cosas hubiesen sido distintas en Daedalus 5. La mitad del Frente Unido murió en ese mundo. Mi mejor mitad también.
Las zarpas de un insecto me derribaron y me hicieron perder mi arma. El impacto me dejó confuso e indefenso, lo que en ese campo de batalla significaba que faltaban segundos para que me convirtiese en forraje para bichos. Mis ojos atisbaron la silueta borrosa de En-Vokk vaciando su cargador sobre la cabeza de la criatura hasta quedarse sin munición, pero otra cayó sobre él. Y luego otra más. Y otra. Quise gritar su nombre, pero no pude. Luego escuché un sonido extraño y creí ver que los brazos de En-Vokk se estiraban y se llenaban de púas. Perdí el conocimiento.
Cuando lo recuperé, En-Vokk me había llevado hasta una de las plataformas de evacuación. Su rostro estaba manchado de sangre verde y tenía una herida profunda y ennegrecida en el abdomen. Me sonrió con esa mueca arrogante suya y se burló de mi puntería como siempre había hecho desde los días de la academia. “Sube a esa nave y sal de esta condenada bola de barro”, me dijo. “Sigo confiando en que algún día lograrás superar mi marca, aunque estos bichos asquerosos pueden atestiguar que sigues sin saber disparar como es debido”. Tras pronunciar estas palabras, En-Vokk se desplomó junto a la camilla en la que me había tendido. Traté de incorporarme pese a mis propias heridas y lo que vi me heló el alma. Allí, sobre el suelo metálico de aquel planeta olvidado no estaba el cuerpo de mi amigo, mi hermano de armas, mi salvador: estaba el inconfundible cuerpo de un Skrull, con sus orejas puntiagudas y su prominente barbilla. Su abdomen había sido atravesado y su sangre verdosa manaba con abundancia de la herida.
¿Acaso En-Vokk había sido un Skrull desde el principio? ¿Un espía infiltrado que pretendía ascender en el escalafón desde los rangos inferiores para no despertar sospechas? ¿Era un enemigo del Imperio conspirando desde la sombra? Entonces, ¿por qué me salvó? ¿Por qué dio su vida por mí si era una abominación Skrull?
Contemplé impotente su cuerpo maltrecho mientras alguien arrastraba mi camilla hasta una nave y me sacaba de aquel infierno. Su rostro… su rostro estaba en paz. A su manera… era algo… era… era hermoso.
Nunca sabré la verdad sobre En-Vokk. He aprendido a vivir con ello, pero la duda me ha devorado por dentro durante mucho tiempo. Ah, amigo mío, ¿qué pensarías de lo que sucede hoy de haber sobrevivido? ¿Te alegraría saber que hoy los Kree y los Skrulls comparten una alianza conjunta y sirven al mismo Emperador? ¿Te habrías mostrado ante mí tal y como eras en realidad de haber tenido la ocasión? ¿Te habría aceptado yo? ¿O habríamos estado destinados a matarnos el uno al otro como los enemigos que nos habían enseñado a ser?
Ya soy viejo y sé con certeza que algunas cosas son incapaces de cambiar. Los Kree y los Skrulls volverán a ser enemigos algún día… y a mí no me importará apretar el gatillo contra ellos. Todos somos simples peones en un conflicto eterno. No se puede luchar contra el destino, ¿sabes? La nuestra no fue más que una de las numerosas tragedias que dejó la Oleada Aniquiladora a su paso; otra víctima más de una guerra que ni siquiera hoy podemos comprender en su totalidad. Y vendrán más guerras, porque al universo no le importamos.
Daedalus 5 fue destruido. Se rumoreaba que el ejército de Annihilus había conseguido esclavizar a Galactus, el Devorador de Mundos, y que lo estaba utilizando como arma planetaria. El rumor resultó ser aterradoramente cierto, como probó aquel fantasmagórico destello azul que convirtió en polvo el mundo en el que habíamos sido derrotados. Junto a En-Vokk murió Daedalus 5 y también una parte de mí; la parte que, durante un breve periodo, deseó una vida mejor a la que siempre había conocido.
Algún día entregaré mi vida por el Imperio. Algún día será mi cadáver el que yazca en el suelo de algún planeta remoto. Y no habrá honores ni llantos. Nadie recuperará mi cerebro para llevarlo hasta el Supremor y unir así mi voluntad a la suya, como le sucedió a aquel ancestro al que tanto admiraba. Seré olvidado… como lo fue mi padre antes que yo, como lo fue mi hermano, como lo fue En-Vokk… como lo fueron los billones y billones de muertos de las guerras de la Aniquilación. Pero te prometo una cosa: estaré en paz.
Quasar.dde
EstelaPlateada.dde
RonanElAcusador.dde
Super-Skrull.dde
En-Vokk.dde
Genial la guía. Tras leerlo me dan ganas de coger y releer los 4F desde el inicio donde empiezan a aparecer estas maravillas de conceptos.
Muchas gracias. No es mala idea revisar lo que es un pilar fundamental del Universo Marvel.
Un fuerte abrazo!!!