Es hora de redescubrir América
En todas las industrias existen autores que, pese a recibir críticas constantes porque sus obras son demasiado vagas, superfluas o monótonas, tienen la capacidad de generar grandes éxitos comerciales, uno tras otro, en una cadena de producción de máxima rentabilidad que parece no tener fin y que muchos se niegan a aceptar de buen grado. Scott Snyder y Charles Soule son dos artistas que llevan una parte importante de su carrera ajustándose a este perfil en la industria del cómic. No son pocas las voces discordantes que aparecen con cada nuevo trabajo de estos guionistas; especialmente en el caso de Snyder, quien ya tiene por costumbre copar los puestos más altos de los ranking de ventas. Mientras una gran muchedumbre lo abuchea, otra aún mayor compra todo lo que escribe.
No es de extrañar, por tanto, que más de uno y más de dos se llevaran al instante las manos a la cabeza cuando se anunció Undiscovered Country, un nuevo cómic guionizado por ambos autores que comenzó a publicarse originalmente en 2019 de la mano de Image Comics y cuyo primer tomo recopilatorio nos ha traído Planeta Cómic a España en este mes de marzo.
La historia de cómo surgió este proyecto representa con bastante fidelidad lo que nos vamos a encontrar al leer el cómic. Según Snyder, su colaboración con Soule comenzó al igual que la expedición que emprenden los protagonistas de Undiscovered Country: con una invitación inesperada. Este acontecimiento se remonta al año 2012, cuando Snyder estaba terminando su etapa en La Cosa del Pantano. Soule había sido el guionista elegido para tomar el relevo de la serie y, aprovechando que los dos iban a asistir a una convención en Chicago, Soule le escribió un repentino correo a Snyder en el que le proponía quedar para salir a correr.
Al principio, a Snyder no le convenció mucho la idea. Si por algo le gustaba a él salir a correr era, precisamente, porque al hacerlo podía disfrutar de un rato de paz y tranquilidad a solas. Hacerlo acompañado le parecía, por tanto, una actividad poco apetecible; más todavía si tenía que ser con alguien a quien apenas conocía; un abogado, encima. Snyder no quiso rechazar la invitación para no quedar mal, pero planeó una rebuscada ruta a seguir que les permitiría dar vueltas alrededor de la zona en la que se iba a celebrar la convención. De esta forma, si en algún momento se cansaba o la situación se ponía un poco rara, podría utilizar la convención como excusa para irse. Debido a todo lo anterior, la sorpresa de Snyder fue mayúscula cuando por fin quedó con Soule y, desde el momento en el que empezaron a correr, establecieron una fuerte conexión. Entre animadas conversaciones sobre cómics, a Snyder se le olvidó su rebuscada ruta de emergencia.
A partir de entonces, ambos siguieron quedando, cada vez más a menudo, para charlar, intercambiar ideas y ayudarse con sus guiones. Pronto se convirtieron en amigos y, después, en familia. Y entre familia y con mucha ilusión por enfrentarse a un proyecto diferente, los dos empezaron a concretar una historia, a realizar emocionantes visitas guiadas a las sedes de la CIA y de la DARPA para documentarse, a contemplar grandes monumentos con la esperanza de que la chispa de su historia se convirtiera en una llama. Hasta que un día lo tuvieron claro: querían hablar sobre los Estados Unidos.
Así nace el primer trabajo en conjunto de estos dos controversiales guionistas: así nace Undiscovered Country, un cómic cuya premisa nos plantea una realidad en la que los Estados Unidos de América decidieron aislarse hace años del resto del mundo, construyendo para ello un gran muro que rodea todo el país y silenciando las comunicaciones con el exterior. Por si fuera poco, una letal pandemia con potencial para acabar con la humanidad en cuestión de meses azota ahora a los demás países del planeta, que se encuentran envueltos en constantes tensiones entre ellos. En medio de un caos así, aparece una misteriosa llamada desde el interior de Estados Unidos tras años sin enviar ninguna señal y una pequeña expedición es enviada allí para llevar a cabo una investigación tan arriesgada como desesperada. Es sobre estas bases que se construye el guion de Snyder y Soule.
Estamos ante un guion que, lejos de sorprender a quienes ya conozcan a estos dos autores, se centra en ofrecer una historia entretenida y fácil de leer. A lo largo de sus páginas puede percibirse la intención de tocar temas de cierta profundidad, pero, también como es costumbre, por ahora esos temas se quedan en la superficie sin saber si en un futuro se usarán para desarrollar un argumento de peso o serán una excusa más para sacarse conceptos gamberros de la manga. Ejemplo de ello es un personaje que trasunta al Tío Sam, cuyo punto de partida es interesante pero que no va un paso más allá en ningún momento y se queda en la anécdota divertida.
En general, nos encontramos ante una trama que funciona pese a enfrentarse a la difícil tarea de presentar tantos personajes y conceptos en sus primeros números. Una vez más, no se profundiza lo suficiente en nada ni las escenas albergan la chispa necesaria como para que la lectura se convierta en una experiencia trepidante, pero se trata de un trabajo muy correcto y con mucho potencial que habrá que ver cómo se aprovecha en futuros tomos, ya que la narrativa tan descomprimida a la que suelen recurrir estos autores no permite hacerse una idea clara de cómo evolucionará la serie en tan solo 6 números.
En cuanto al dibujo, Giuseppe Comuncoli y Daniele Orlandini son los encargados de ofrecer un apartado visual que se corresponde a lo ya comentado sobre el guion. Estamos ante un trabajo muy correcto a nivel técnico, aunque no llega a entusiasmar. Sobresale a la hora de presentar ciertos conceptos más excéntricos que no voy a comentar aquí para evitar entrar en spoilers y también logra ambientar el tono de cada escena con eficacia. La composición de las páginas es bastante estándar, la variedad de planos adecuada y la expresividad de los personajes suficiente.
Lo mejor
• Una lectura muy entretenida y ligera.
• Algunas de las ideas originales que presenta.
• Una historia con mucho potencial…
Lo peor
• … Que no se aprovecha.
• Le falta profundidad.
• No llega a ser una lectura entusiasmante.
Guion - 7
Dibujo - 7
Interés - 8
7.3
Potencial
Scott Snyder y Charles Soule colaboran en una obra que, al menos por ahora, apenas raya la superficie de su potencial.
A mí me gustaron mucho los primeros números, pero poco a poco me ha ido pareciendo menos interesante. Para mí, un proyecto fallido. Eso sí, me sigue encantando Comuncoli.
No me extrañaría que la serie se diluyese con el tiempo. Según sus autores, lo que empezó como una historia muy planificada se fue convirtiendo en una aventura en la que el contenido de cada número lo decidían conforme les pedía el corazón. Eso, tratándose de estos dos guionistas, es muy peligroso, sobre todo como no consigan que se le coja cariño a los personajes pronto.
En Animosity, por ejemplo, yo entro en la historia desde el principio porque el primer tomo va principalmente de hacer que el lector le pille cariño a los dos protagonistas. No se puede vivir solo de misterios: para que los misterios importen, primero tienes que presentar a algún personaje al que puedan afectar esos misterios y con el que los lectores empaticen.
¡Ah, y gracias por tu comentario, Japacore!
No sabía eso que comentabas… los primeros números parecen planificados, como tú dices, pero luego cada vez parece tener menos sentido.
Animosity, una serie que también dejé en el tintero pero que, de lejos, me enganchó mucho más que esta UC. Quizás le vuelva a dar una oportunidad. Gracias Alfonso!