Los primeros días del Protector Letal
Decía en mi reseña sobre el origen de Thanos publicada esta misma semana que el origen de héroes y villanos es una de las tramas más recurrentes utilizadas en el cómic superheroico, y ello porque actualiza a los personajes de forma muy sencilla para lo que se haga con ellos a posteriori, para que recuperen en las viñetas la popularidad necesitada de cara a sus apariciones cinematográficas o para que, a rebufo de éstas, los nuevos lectores sepan por dónde empezar a la hora de leer sus aventuras.
En el caso de Veneno, tal y como el personaje fue diseñado por Mike Zeck, Bob Layton, David Michelinie y Todd McFarlane, todos sabíamos que Eddie Brock, no era si no un periodista sin escrúpulos del Daily Globe (competencia directa del Daily Bugle) que cuando tuvo la ocasión de inventarse la identidad del misterioso asesino conocido como el Come-Pecados lo hizo sin dudar, para ganar una inmerecida fama dentro de su profesión.
Gracias a Spiderman se descubriría la verdad, lo que dejaría a Eddie en la calle y con un profundo odio hacia Spiderman, el cual sería detectado en la iglesia por el simbionte del que se había deshecho Peter Parker unos días antes (y que trajó de su viaje especial por las Guerras Secretas) que se uniría con Brock formando a Veneno, el letal villano que desde etonces y durante mucho tiempo atormentaría a Spiderman como solo Norman Osborn sabía hacerlo, convirtiendo la vida del arácnido en un auténtico infierno.
Pues bien, como ocurre con muchos origenes de personajes buenos o malos, todo aquello se contaba en unos cuantos números aquí y allá, en los que se ofrecían los detalles justos para que el villano se gestara, contruyendo la historia del mismo hacia adelante desde ese momento y no hacia atrás.
Por ello, interesaba saber cómo había sido Eddie Brock en el pasado, si realmente era tan malvado desde siempre, qué viviecias había tenido en su casa, en su instituto, qué lo había convertido en el ser tan vil que ya era justo antes de unirse al simbionte.
2008, el año en el que esta obra vio la luz, con Zeb Wells a los guiones, era el momento perfecto para lograrlo, pues en el año 2007, Spider-Man 3 (película que hoy nos apresuramos en olvidar y en criticar negativamente pero que en su momento todos esperábamos con ansia viva) presentó a Veneno al gran público, lo que hizo que muchos quisieran saber de él.
De esta forma, Wells utiliza un recurso muy útil y que no por ser recurrente en las viñetas deja de ser interesante: Contar lo que ya conocemos pero poniendo el foco de atención no en Spiderman, protagonista de las colecciones en las que el personaje aparecía por primera vez, si no en el propio Veneno, y haciéndolo de una forma pausada y contenida, durante cinco números, para que al lector no se le escapara nada y entendiera mejor cómo había ocurrido todo, rellenándose los huecos que la historia principal, por la forma de narrar cómics del momento, había omitido.
De este modo, tenemos un primer número en el que conocemos la infancia de Eddie Brock, con un padre que lo menosprecia por haber “asesinado” a su madre al darle a luz, y una hermana que conoce la oscuridad que anida en su interior y que intenta enderezarlo a través de la iglesia.
El joven Eddie Brock ya entonces resulta ser un niño que hace lo que sea necesario para conseguir sus fines, como robar un gato doméstico para satisfacer su curiosidad acerca de la anatomía felina, devolviendolo a sus dueños cuando estos denuncian su desaparición, quedando como el héroe de la historia.
Años más tarde, repite la jugada con una animadora de la que se siente atraído en el instituto, sin intentar en ningún momento llamar su atención por medios legítimos que no icluyan la mentira o el comportamiento de machismo tóxico.
En los siguientes números vemos los inicios de Brock en el periodismo, profesión de la que siente atraído desde pequeño por ser aquella que le permite contar la verdad sobre todo (lo que resulta curioso respecto de alguien que utiliza la mentira como medio para prácticamente todos sus fines), vemos su maniobra con el caso del Come Pecados, el comienzo de su odio por Spiderman y eventualmente, su unión con el simibionte, y el brutal ataque a Mary Jane.
Hay que decir que esta obra sorprende muchísimo porque lejos de lo que otros origenes villanescos plantean, no pretende que empaticemos con Brock en ningún momento, ni en su niñez o juventud, ni cuando ya es un adulto unido al simbionte, si no que simplemente nos muestra lo que ya conocemos con un mayor desarrollo argumental, sin poner excusas al vil comportamiento de Eddie, y ello a pesar de que en el año 2008 Veneno ya se había redimidido y era un antihéroe que contaba en ocasiones con el favor del público.
Ángel Medina por su lado, realiza un dibujo espectacular, funcional, y cercano al cartoon que sienta como un guante a esta obra, que resulta ideal para aquellos fans del personaje que no quieran leer cómics más antiguos, narrados de otra forma, a los que no estén acostumbrados como lectores.
Lo mejor
• No se trata de justificar a Eddie Brock en ningún momento.
• El dinámico dibujo de Ángel Medina.
Lo peor
• Pese a su correcto desarrollo, la historia no aporta nada nuevo, o que no supiéramos de antemano.
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 6.5
7.2
Recomendable
Zeb Wells y Ángel Medina se sumergen en los primeros días del protector letal.