El Spiderman de Tom DeFalco y Ron Frenz
«¡Conozco tu secreto desde hace años! ¡No puedo soportar el hecho de que Peter Parker es, en secreto, Spiderman!»
La cabecera del Asombroso Spiderman ha disfrutado de grandes etapas desde la publicación de su primer número en 1963. Podemos mencionar, sin ánimo de exhaustividad, los ciclos desarrollados por Stan Lee y Steve Ditko, la evolución del personaje dirigida en solitario de nuevo por Lee junto con John Romita Sr., la larga fase orquestada por David Michelinie acompañado por Todd MacFarlane o Erik Larsen entre otros, o la reciente (y para algunos interminable) estancia de Dan Slott con todos sus altibajos. En un debate acerca de cuál de estas etapas sería la mejor o más importante nunca puede faltar la mención al Spiderman de Roger Stern y John Romita Jr., un momento definitorio para el personaje repleto de secuencias míticas como la lucha contra el Juggernaut, la creación del Duende o el relato El niño que coleccionaba Spiderman. Desgraciadamente, la etapa de Stern llegó a su fin debido a las diferencias y roces que surgieron entre él y el nuevo editor del título, Danny Fingeroth. Fingeroth, que sustituía a Tom DeFalco, nunca acabó de entenderse con Stern y finalmente el guionista abandonaría la serie para buscar nuevos retos escribiendo Los Vengadores, mientras que Romita Jr. pasaría a convertirse en el dibujante titular de La Patrulla X.
Sin duda, reemplazar a Stern y Romita sería una tarea ciertamente ingrata para cualquier equipo creativo que tuviera que seguir sus pasos. La transición, al menos, fue suave y a cargo de una, por aquel entonces, inédita pareja: Tom DeFalco y Ron Frenz. DeFalco había ido poco a poco consolidando su posición dentro de Marvel en diferentes labores editoriales pero apenas se había destacado como escritor. Frenz sí que tenía un mayor bagaje como autor, habiendo ejercido como dibujante titular en series como Star Wars y Ka-Zar. Inicialmente, los sus dos primeros números juntos en Spiderman tendrían que haber sido únicamente una manera de cerrar cabos sueltos (como las consecuencias del épico combate entre el Duende y Spiderman en el #250) preparando la llegada de un nuevo equipo creativo. Sin embargo, como les pasaría un lustro después en El Poderoso Thor, DeFalco y Frenz, reunidos como solución de emergencia, acabarían haciéndose cargo de la serie de forma regular.
La labor de DeFalco como guionista se presentaba titánica. ¿Cómo mantener el nivel de una de las etapas más celebradas del personaje? Yo considero, como muchos otros, que la labor de DeFalco y Frenz fue francamente buena en el título. No al nivel de las “grandes” etapas de Spiderman pero sin duda, con todos sus fallos, a un gran nivel. La percepción de la buena labor del guionista se acrecenta cuando tenemos en cuenta las difíciles circunstancias con las que tuvo que lidiar. Al recuerdo del buen hacer de Stern y Romita se le unían dos problemas. El primero de ellos es que DeFalco tendría que lidiar con tres colecciones del personaje que buscaban un enfoque más completo del personaje. Marvel Team-Up no era una colección donde fueran a ocurrir, a priori, historias que fueran a definir a Spiderman. Con la creación de Web of Spiderman eso cambiaba. DeFalco ya no solo tenía que tener en cuenta la relación que Bill Mantlo estaba construyendo entre Spiderman y la Gata Negra en The Spectacular Spiderman, sino también la resolución del enfrentamiento entre el simbionte y Peter Parker en Web of Spiderman. Además, el guionista se enfrentaría a las primeras interferencias editoriales de la Marvel ochentena dirigida entonces por Jim Shooter, en particular todo lo relacionado con las dos primeras Secret Wars.
Y llegamos al traje negro. ¿Cómo surge la posibilidad de cambiar el icónico traje de Spiderman? A principios de los 80, Marvel convocó uno de sus bastante habituales concursos para jóvenes guionistas y dibujantes. Esta clase de certámenes era una forma común que tenían las grandes editoriales para tratar de encontrar nuevos talentos. Uno de los participantes, un joven llamado Randy Schueller, envío una propuesta para Spiderman que incluía un nuevo traje para el héroe, un traje negro y rojo compuesto por moléculas inestables y diseñado por Reed Richards. En Marvel gustó tanto la idea que el propio Editor en Jefe de la editorial, Jim Shooter, envió una carta al joven ofreciéndole 220$ por su idea y la posibilidad de desarrollar su idea a través de un guion escrito por él mismo. Schueller estuvo trabajando en dicho guion un tiempo pero finalmente no acabó fructificando (como curiosidad, el trabajo de Schueller acabaría viendo la luz en 2019 adaptado por Peter David en Sensational Spider-man Self-Improvement #1, un cómic que contaba con dos historias en su interior. La primera, guionizada por David y dibujada por Rick Leonardi. La segunda era obra, no por casualidad, de DeFalco y Frenz). Tiempo después, en 1984, Shooter presentaba al mundo su, por aquel entonces, Magnus opus, Secret Wars. Por su trascendencia histórica, esta obra merece un post entero para ella. Aquí, nos limitaremos a recordar que se trataba de una maxiserie de 12 números en los que los principales héroes y villanos del Universo Marvel quedaban atrapados en un planeta extraño, obligados a enfrentarse entre sí por culpa de un ser llamado el Todopoderoso. En ese planeta, Mundo Batalla, Spiderman entraba en una estructura alienígena y acababa cubierto por una especie de tejido vivo que adquiría la forma de un nuevo traje. El traje negro, diseñado por el dibujante de Secret Wars, Mike Zeck, aparecería por primera vez en The Amazing Spider-man en el que sería también el primero número en solitario para DeFalco y Frenz en la colección y es, por tanto, el primer número que abre este tomo de Panini.
La idea que creo que mejor resume lo que nos presentan estas historias es la de continuidad. DeFalco construye sobre los cimientos de Stern, es cierto que no con tanta soltura pero con un indudable oficio y profesionalidad. Los cómics de DeFalco están repletos de acción y drama. Hay momentos en los que abusa de los diálogos pero es capaz de construir momentos de gran emotividad apoyándose únicamente en los gestos que Frenz dibuja en los personajes (como en la reconciliación entre Peter y May). Es cierto que se pierde la frescura y la grandiosidad de la etapa anterior pero eso no debería hacernos minusvalorar estas historias. DeFalco enfrenta a Spiderman con enemigos fuera de su zona de confort como el Fantasma Rojo, Titania, el Hombre Absorbente o el Señor del Fuego y continúa desarrollando la dinámica entre el héroe y el Duende. Guionista y dibujante fueron, además, capaces de crear varios personajes carismáticos que perduraron en mayor o menor medida dentro del gigantesco panteón arácnido: Puma, la Rosa, el Zorro Negro, Marta Plateada, el Sindicato Siniestro… Hay, como no podía ser de otra manera en una etapa tan larga, cosas no tan pulidas como los métodos de Puma que le hacen parecer una modernización de lo que ya se había hecho o intentado en múltiples ocasiones con Kraven. Otro problema recurrente con DeFalco es cómo parece desconocer el nivel de poder de los personajes con los que trabaja (lo que se repetiría en sus números de Thor). Pretender convencernos de que Spiderman puede derrotar a puñetazos a un ex-heraldo de Galactus es, por decirlo suavemente, bastante creativo. Otro aspecto que hace resentirse la obra en su conjunto son los números centrados en la llegada del Todopoderoso a la tierra como consecuencia del mega crossover Secret Wars II. La oficina arácnida hizo auténticos equilibrismos para incluir al Todopoderoso en las tramas ya iniciadas pero, salvo la parte centrada en el Puma, estas historias rompen por completo la tónica del resto del tomo.
Otro elemento que rara vez se tiene en cuenta para apreciar el valor de esta etapa es todo el desarrollo que protagoniza Mary Jane. Trabajando de nuevo sobre lo dispuesto por Stern, quien trajo de nuevo a la pelirroja a la vida de Peter, DeFalco es el que se encargará de sentar las bases que desembocarán en el matrimonio de la pareja pocos años después. El guionista, además, altera el estatus quo entre Peter y Mary Jane con un arriesgado pero brillante ejercicio de retrocontinuidad en el que ella confiesa que conoce desde hace años la identidad secreta de él. Esta revelación será utilizada para ir acercando emocionalmente cada vez más a ambos personajes, primero recuperando la confianza mutua, después desarrollando el pasado de ella y la tormentosa relación con su padre que servirá para dar indicios de que su amistad está evolucionando hacia otro tipo de relación.
Sin haber conseguido nunca el reconocimiento de otros compañeros de generación, no podemos sino disfrutar del trabajo del dibujante, Ron Frenz. Él mismo ha comentado en varias ocasiones cómo buscó, para su estancia en la serie, un estilo que homenajeara al Spiderman de Ditko y lo cierto es que las similitudes están ahí, desde la composición de página hasta las poses del héroe especialmente en mitad de las peleas. Frenz es un dibujante con un innegable aroma retro, más deudor de John Buscema que de John Byrne, capaz de plasmar secuencias espectaculares (el asalto del Puma al apartamento de Peter y la persecución posterior) dentro siempre de unos patrones de narración clásicos. Para ayudar a Frenz a cumplir con las fechas de entrega, tenemos a un sustituto tan solvente como Rick Leonardi. Sin embargo, el estilo de Leonardi, por bien que se adecuara al tono de la subtrama relacionada con la guerra de bandas, difiere tanto del de Frenz que el conjunto acaba resistiéndose en lo estético.
El Asombroso Spiderman: La era del traje negro consta de 23 números de la serie regular The Amazing Spider-man (#252-274), 2 anuales, un número de What If? también a cargo de DeFalco y Frenz, y finalmente los cruces con Secret Wars II aparecidos en The Spectacular Spider-man y Web of Spider-man. Este tomo no es un integral de la etapa de DeFalco y Frenz pero sí incluye la parte más sólida de dicha etapa, la más coherente estilísticamente y en la que Frenz necesitó menos ayuda de otros dibujantes. En los fill-ins, nos encontramos con aportaciones de nombres conocidos de la editorial como Bob Layton o Peter David, junto a otros que han quedado más olvidados en la mente de los fans como Craig Anderson o Paty Cockrum.
La era del traje negro comenzó aquí pero se extendió imparable en el espacio y en el tiempo del universo arácnido primero y de Marvel después. Como hemos mencionado, la resolución al conflicto entre Peter y el simbionte tendrá lugar en otra colección. Peter vistiendo el traje negro “viviente” no llegará a un año aunque el héroe mantendrá sus mallas negras, salvo contadas excepciones, hasta la aparición de Veneno a finales de la década. DeFalco y Frenz muestran, en estos cómics, su amor a Spiderman y a su historia, a su rico tapiz de personajes y relaciones, a su naturaleza socarrona a la par que heroica. No olvidan los autores el humor en estas historias, con momentos inolvidables como Peter disfrazado con un traje de los 4 Fantásticos y una bolsa de papel en la cabeza para ocultar su identidad civil.
Los años 80 fueron convulsos para nuestro querido lanzarredes pero no se puede negar la cantidad de cómics excelentes que nos dejaron. El Spiderman de DeFalco y Frenz es una lectura maravillosamente entretenida, con unas historias que han envejecido muy bien y con unos creadores que, sin pretender reinventar la rueda, nos dejaron grandes recuerdos que podemos revivir con un simple vistazo a nuestra estantería (o librería).
Lo mejor
• La compenetración entre DeFalco y Frenz
• Cómics clásicos sin ser viejunos
Lo peor
• Los cruces con Secret Wars II. La sensación de tener que comprarte muchos cómics más para saber realmente lo que estaba pasando
Guion - 8
Dibujo - 7.8
Interés - 8
7.9
Reivindicable
Una parte sólida, entretenida y divertida de la historia del lanzarredes que merece la pena recordar
No son quizá los mejores (pero si de muy buen nivel) comics de Spiderman pero en estos años el personaje estaba en su punto perfecto de maduración.
Se cita en el artículo la mítica lucha contra Juggernaut. El numero contra Firelord (270 de Amazing,aquí en España el 139 de Forum) es una repetición de ese argumento de Spiderman contra un villano en teoría muy superior a el. El como Parker al final del número se autoimpone la tarea de pelear con él «porque no hay otro para hacerlo» creo que es una tan simple como perfecta forma de entender al personaje, de saber quien y como es.
A mi sí me convence que finalmente lo derrote. Me convence que su enemigo subestime a Spiderman. Me convence que Spiderman se subestime a si mismo. Me convence que cuando llegan los Vengadores y se sorprenden de que Spiderman haya ganado este les diga “supongo que fue suerte…pura suerte”. Me convence un Peter Parker asi escrito, no siendo consciente de su propio poder y de que probablemente, más por su forma de ser que por su poder, es el mayor héroe de su universo ficticio y no lo sabe. Bueno, creo que se me nota que adoro ese número y lo considero una pequeña joya.
También el citado número de Mary Jane paseando con Peter por Central Park en el que le confiesa que sabe su secreto y le habla sin tapujos de su pasado (73 de Forum) es otra joyita y debería ser obligada lectura para nuevos guionistas del personaje para saber como escribir a la pelirroja. Otro personaje aquí en su punto optimo de maduración y nuca estuvo tan bien definida como en estos años prematrimonio.
En este mismo 73 de Forum, lo de de la antorcha dándole a Spiderman el traje de los 4F con bolsa de papel en la cabeza un puntazo de 10 sobre 10.
Y Ron Frenz dibujando a Spiderman siempre en mi equipo.Buen punto para el articulo por revindicarle.Como seguro que lee cada fin de semana ZN tomando café por la mañana que sepa que algunos le tenemos ahí entre los grandes.
Gran reseña de unos números que si bien no los mejores siempre serán imprescindibles (ya me estoy repitiendo como el ajo).
Muchas gracias por tus comentarios, Justiciero. Confieso tener deferencia por estos números. Y, sí, como dices, Peter está francamente bien escrito
Un 7,8 para Ron Frenz me parece muy, muy excesivo.
Por lo demás, una etapa que en su momento no fue justamente valorada porque venía después de la de Stern-Romita JR, pero que el tiempo ha servido para reivindicarla y colocarla en un digno segundo escalón de las mejores etapas del personaje. DeFalco no es Lee, ni Conway ni Stern…pero aquí desarrolló probablemente su mejor trabajo.
Una de mis etapas favoritas de Spider-Man que se termina completando en el siguiente tomo con la boda con MJ y la revelación de la identidad del Duende (aunque no esté muy bien cerrada esa trama). De cualquier modo, quizás sin llegar al podio, en el top five/ten de etapas del arácnido tiene que estar.
Debo reconocer que conecto más con estas historias porque sirvieron de fuente de inspiración para la serie animada de los ’90 que quizás con aquellas más clásicas a cargo de Lee y Romita Jr.
Muy interesante además ese dato acerca de que Frenz buscó aproximarse al estilo de Ditko (y a decir verdad, repasando las viñetas del artículo, sin lugar a dudas que lo logró).
Así que vayan mí reconocimientos para el bueno de Ron y a Pablo por tan agradable reseña!!
¡Mil gracias por tus palabras, Clint!
Más que buscar aproximarse al estilo de Ditko (que también), lo que hizo Frenz fue llegar al punto de jubilar viñetas y escenas enteras de aquél.
Sí pero al revés. Frenz uso las técnicas de Ditko para acostumbrase al personaje (cosa dicha por el innumerables veces). Como se aprecia en la primera página que ilustra el articulo en ocasiones (remarcando lo de ocasional) casi calcaba directamente a Ditko, pero no dejaba de ser un homenaje para el que era su dibujante de referencia del personaje. No le hagamos de menos al bueno de Ron. Que es un dibujante con una habilidad para la acción tremenda y en estos números se aprecia.
Fusilar, quería decir fusilar, no jubilar. Maldito corrector.
Un caso similar al de Keith Pollard con Gil Kane, al cual fusilaba figuras de Spider-Man cada dos por tres.
A mí que Frenz imitara el estilo de Ditko no me molestó. Que calcara literalmente figuras e incluso escenas enteras, sí. Y eso es decir la realidad, no hacerlo de menos.
Un tomo que disfruté bastante (aunque ya voy en el tomo de transición entre McFarlane y Erik Larsen y lo he pasado mucho mejor).
Falta destacar el excelente formato que es Marvel Heroes. Tomos de encuadernación perfecta, que no cruje, con lomo curvo que permite una fácil y amplia abertura del tomo. Una buena reproducción, un papel de buena calidad (que es satinado, pero de terminación mate, por lo que no brilla y hace destacar los negros y colores).
Sin duda mi formato favorito para recopilar gran cantidad de comics (muchísimo mejor que Omnigold)
Sí brilla, pero los negros quedan así perfectamente reproducidos.
Totalmente de acuerdo contigo. Añadiría que además ocupan bastante menos espacio de que los OG, lo cual siempre es de agradecer.
Los OG son inmanejables. Dado que la mayoría hubiéramos comprado igual, no entiendo porqué no han optado por un formato tipo MH, con menos páginas pero que pudiera leerse con mayor facilidad.
Los MH no llevan necesariamente menos páginas. Lo que sí son es más finos, gracias al tipo de papel. Y mucho más manejables. Y además los negros se reproducen mucho mejor.
Si ademas hasta nos ahorramos a Raimon Fonseca. Joder, todo son ventajas con respecto a los OG.
No son grandes comics, pero si son comics hechos con mucho oficio. A mi personalmente ron frenz me encanta, tanto aquí como en Thor. Y deben ser los mejores comics escritos por defalco.
Como apunte, tenía entendido que el traje negro lo diseño Rick Leonardi
Leonardi diseñó el traje en negro y rojo ideado por el lector que mandó la idea original. Zeck es considerado el creador del traje negro que, claramente, bebe mucho de ese diseño de Leonardi (cambia el color rojo por el blanco y el diseño de la forma de la «araña» en el torso)
Esta etapa estuvo bastante bien al principio, pero al final pierde el norte con la enésima guerra de bandas, estirada y mal contada. Y su Duende ya no impacta como el de Stern y Romita.
El Duende que gran villano fue y que coitus interruptus fue su final (retrocontinuidad incluida)
Sí, aunque Peter David hizo una gran labor en esa historia final y salvó los muebles de alguna manera. La limited serie de los noventa en la que Stern retomaba la historia estaba bastante bien, pero claro, quien resultó ser el Duende ya no aparecía por la serie hacía años y su impacto no podía ser el mismo que el que hubiese tenido en aquel entonces, un personaje que además le iba como anillo al dedo ser el Duende. El tipo caía mal, mal de verdad.
Yo como en los noventa deje de leer comics hasta que lo retome años después pues como que siempre fue Ned Leeds. Y después vi lo de Stern y es que, ya ni me importaba y pense “a estas alturas páque”. O sea que para mi lo de Stern es algo de eso que aún siendo oficial ya lo ignoras.