¿Y si Spiderman se hubiera quedado con el simbionte?
«¿Haces lo que puedes? ¿De verdad? Si eso es cierto… ¿Por qué tantas personas que quieres… mueren?»
El concepto de What If…? Está hoy más de moda que nunca, y es que, como suele ocurrir con las adaptaciones audiovisuales que provienen del mundo del cómic, nada mejor que una serie o película sobre un producto marvelita en concreto para que éste vuelva a tener el lugar que le corresponde dentro de su medio de origen: Las viñetas.
En el caso que nos ocupa, pudimos disfrutar durante los meses de Agosto y Septiembre de What If…? Una serie de televisión de nueve episodios ofrecida en la plataforma Disney+ que, partiendo del Universo Marvel construido en sus películas y series desde el año 2008, arrojaba en forma animada, la famosa pregunta al aire planteándonos distintas posibilidades que cambiaban lo visto hasta ahora en el MCU.
Como es lógico, y ya hemos apuntado al comienzo de este texto, ello iba a traer cola en las viñetas, y es que Marvel Comics no iba a prescindir de un producto que le pertenecía justo ahora que existían más potenciales lectores para el mismo.
En lo relativo al cómic objeto de nuestra reseña, estamos ante el primero que trata de revitalizar la línea what if…? Que, supuestamente, y a partir de ahora, se compondrá de series cerradas en las que se trate una cuestión que cambia la historia conocida de los cómics, despidiéndonos ya de grapas unitarias que en tan solo veintiún páginas analicen escasamente la idea de que se trate.
Sin embargo, esto mismo ya no es del todo cierto, puesto que los siguientes cómics dentro de esta línea, protagonizados por Miles Morales, ya parece que vuelven a la estructura anterior.
Sea como fuere, tenemos ante nosotros La Sombra de la Araña, un what if de cinco números que analiza que habría pasado si Peter Parker jamás hubiera renunciado al simbionte en aquella iglesia que terminó por crear a Veneno.
El elegido para contar esta historia es Chip Zdarsky, lo cual ya es sinónimo de calidad y, desde luego, motivo de celebración. Estando Zdarsky a los mandos del argumento, ya sabemos que el cómic en cuestión no se limitará a decirnos que Veneno y Matanza no existen en este universo y que Spiderman es malo, si no que dotará de mucho más complejidad a un concepto en principio bastante simple.
De este modo, y gracias al suave y personalista dibujo de Pasqual Ferry, Zdarsky tira de bitácora arácnida, como ya hiciera en Toda una Vida, y nos cuenta qué pasa cuando Peter decide que la única forma de afrontar sus responsabilidades es aceptar el enorme poder que se le da, aunque el mismo tenga un origen oscuro.
Solo si acepta el traje negro y lo que éste le ofrece podrá evitar que vuelva a suceder algo parecido a la muerte del Tío Ben o de Gwen Stacy. Solo así, podrá ser el amigo y vecino que todos necesitan.
Lógicamente, esto nos trae a un Spiderman más extremo, pero no por ello malvado, si no atribulado y al borde la locura. No estamos por tanto ante Veneno, ni ante una versión del musculado simbionte, si no ante Spiderman ,un Spiderman que ha tomado la decisión incorrecta y que cuando ya es demasiado tarde para cambiar las cosas, comienza a darse cuenta de ello.
De este modo, ante nosotros se abre un abanico de posibilidades que lo que nos ofrece es aquello en lo que Spiderman mejor se desenvuelve: Un drama arácnido en que sus personajes secundarios sufren a causa de sus decisiones, aunque las intenciones a priori, fueran buenas.
Así, se combinan perfectamente las dosis de acción más extrema, con los monólogos internos del personaje que no sabe qué más hacer para de algún modo compensar con su presente y su futuro, los errores del pasado.
Quien consigue que todo esto sea creíble es, claramente, Pasqual Ferry. El dibujante patrio, que no ajeno al arácnido, consigue con su estilo tan personal y propio, que realmente suframos por Peter, que oscuramente deseemos que él gane, aunque eso suponga permitirle al simbionte una parte de ese triunfo.
Maravillosas escenas de auténtico dinamismo en los que la viñeta salta de la propia página hasta la retina del lector, se combinan con un diseño del simbionte que lo hace más viscoso y maligno que en mucho tiempo, sobre todo ahora que ya no podemos contar a Veneno dentro de los malos.
Un cómic que como Toda Una Vida se convierte en un must have imperativo y en un clásico moderno desde el momento de su salida. Una compra obligada e inaplazable.
Lo mejor
• Chip Zdarsky al guión, calidad asegurada.
• El tomo va más allá y no se queda en la superficie de la realidad paralela planteada.
Lo peor
• Que sean solo cinco números. He echado de menos un poco más de desarrollo en algunos momentos.
Guión - 9
Dibujo - 8
Interés - 9
8.7
Imprescindible
Chip Zdarsky y Pasqual Ferry renuevan la línea What If, con una muy interesante historia sobre nuestro trepamuros favorito.
