Los Vengadores / La Liga de la Justicia: el encuentro definitivo, por Kurt Busiek y George Pérez

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Prólogo: veinte años antes

Cuando se planteó la iniciativa de hacer un homenaje a la figura de George Pérez, fueron muchos los tebeos que pasaron por mi cabeza. Desde que descubriera su trabajo -a través de los lápices en El Guantelete del Infinito, hace casi treinta años- quedé fascinado por su talento y, sobre todo, por su capacidad para dibujar multitud y multitudes de personajes, consiguiendo que cada uno tuviera y mantuviera su propia imagen. Por obra y gracia de rastrillos, librerías de segunda mano y préstamos, fui descubriendo su trabajo en colecciones como Los Vengadores y, por supuesto, Los Nuevos Titanes y Crisis en Tierras Infinitas. Para entonces ya tenía a don George en el catálogo de ilustradores preferidos, hasta el punto de que fuera su presencia la que me enganchara en un proyecto tan circunstancial y vinculado a su tiempo como el ultraverso de Malibú Comics, a través de la serie Ultraforce. Tardaría un poco más en asomarme a su faceta literaria, relanzando a la Mujer Maravilla o, guardando mucho las distancias, contando algunas historias protagonizadas por Estela Plateada (entre ellas, un divertidísimo encuentro con Superman, pero de eso hablaremos un poco más adelante). Mi conclusión es que, amén de un ilustrador sobresaliente, era un guionista más que notable y, sin ningún género de dudas, uno de los autores completos más relevantes de su generación, destacando sobremanera la cualidad a la que hacía referencia al principio de este párrafo: su talento para dibujar masas de personajes que mantenían sus características identificadoras. George Pérez es, probablemente, el mejor ilustrador grupal de la industria estadounidense y es por ello por lo que solicité poder hablar sobre el que, para mí, es uno de sus mejores trabajos en este siglo: el encuentro entre los Vengadores y la Liga de la Justicia de América.

El encuentro entre los equipos supremos de Marvel y de DC, relatado en una serie limitada de cuatro números supone, desde mi punto de vista, uno de los mejores tebeos del género superheroico que se han publicado en lo que va de un siglo que, pronto, alcanzará su primer cuarto de existencia. Los motivos de esta opinión vienen dados por la combinación de un equipo creativo imbatible, en el que se combinan oficio profesional, amor por el medio y conocimiento de los personajes protagonistas y donde George Pérez culmina con notorio éxito el desafío de que Vengadores y Liga de la Justicia brillen, una vez más, con luz propia, dejando patentes sus semejanzas y diferencias.

Por otra parte, este tebeo supone el broche final -hasta el momento en el que escribo estas líneas, al menos- de una historia de colaboraciones, rupturas, acercamientos y alejamientos donde el proyecto de un encuentro entre estos supergrupos ocupa un papel, si no protagónico, sí destacado. Los proyectos editoriales conjuntos han sido siempre una buena manera de analizar retrospectivamente el estado de las relaciones entre Marvel y DC o entre éstas y cualquier otra empresa editorial del ramo. La competencia está siempre presente, pero ha habido épocas de mayor cortesía, otras de mayor beligerancia y, habitualmente, un olivo para cada mochuelo. Al mismo tiempo, estos cruces, unos más celebrados que otros, han sido una curiosa vara de medir la situación del negocio de publicar aventuras en pijama. Veámoslo.

Si dejamos de lado el sorprendente prólogo que supuso la adaptación a la viñeta de la película El Mago de Oz, la primera aventura editorial conjunta marveliano-deceera fue el primer encuentro entre Superman y Spider-Man. El hombre de acero y el trepamuros azulgrana cumplían todos los tópicos del encuentro entre héroes, atizándose por confusión, aliándose posteriormente e interactuando con sus respectivos entornos, hasta la gran traca final en la que hacen piña contra dos de sus oponentes más renombrados -en esta ocasión, Lex Luthor y el Doctor Octopus-. El tebeo fue, ciertamente, un gran hito y no solamente por sus grandes dimensiones, aunque también hay que decir que, desde cierto sector de la crítica especializada -sub-sección sesuda- se considero esto como un signo de la decadencia de un género que, precisamente a principios de los años setenta, había pasado por una pequeña crisis. El encuentro tendría su secuela, en la forma de otra aventura en la que aparecían, a modo de invitados estelares, las estrellas televisivas de cada casa, que por aquellos días era la Mujer Maravilla (con su serie protagonizada por Linda Carter) y la Masa (con su serie co-protagonizada por Bill Bixby y Lou Ferringo). Más no fue sinónimo de mejor y mucho me temo que, esa ocasión, el deseo de barrer para casa de Jim Shooter no benefició precisamente el resultado.

Tras ese pequeño bajón, llegaron los encuentros entre el increíble Hulk y Batman y entre la Patrulla-X y los Nuevos Titanes. Cada uno de ellos es una pequeña gran joya del tebeo súper-heroico, trascendiendo con mucho la premisa crematística de sumar dos pesos pesados. Todo presagiaba el punto culminante que, como comentaba un poco más arriba, iba a llegar de la mano de un encuentro entre la Liga de la Justicia de América y los Vengadores. El dibujante iba a ser un George Pérez sobradamente fogueado con ambos grupos, el cual se afanó en la tarea, llegando a terminar los lápices de una veintena de páginas. En ese momento, las relaciones se torcieron de mala manera y el proyecto se canceló, pasando a habitar en el limbo de los tebeos que pudieron haber sido, pero que no pudieron llegar a ser.

Los años pasaron y George Pérez, junto a Marv Wolfman y un puñado de cooperadores necesarios, hizo historia del noveno arte en general y del género superheroico en particular con Crisis en Tierras Infinitas. Solamente por eso, ya merece su bien ganado lugar de honor en la profesión, pero ésta es otra historia y tiene su propia entrada en este día tan especial. Los ochenta dejaron paso a los noventa y, tras los días de gloria de las ventas millonarias, llegó una fuerte crisis en la que nuevas y pujantes editoriales empezaron a disputar el mercado a las veteranas. La fuga de talentos hacia Image Comics generó una sangría que Marvel y DC intentaron solventar de mil maneras distintas. Una de las mismas fue el regreso a unas cooperaciones que llevaban en barbecho casi una década y los primeros protagonistas dejaron patente que era lo que se podía esperar del género en esos años. Un Batman -que no era exactamente tal- y el Castigador, hacían equipo en una historia que tendría su continuación, ya con Bruce Wayne de vuelta como detective. Los encuentros -dobles, para que cada editorial tuviera el suyo- se extendieron urbi et orbi convirtiendo casi en cotidianos unos productos que venían definidos por su excepcionalidad, con los consecuentes altibajos de calidad. En esta segunda etapa de colaboración, el epítome y paradigma de estos productos lo constituye la floja Marvel vs. DC -o DC vs. Marvel, que tanto monta, monta tanto- que, no obstante, nos dejó el interesante experimento de un universo amalgamado, pero ya estoy volviendo a divagar. El caso es que, para lo que aquí interesa, las relaciones ya estaban lo bastante normalizadas como para rescatar aquel proyecto que había quedado colgado veinte años atrás.

Sería el cambio de milenio el que traería consigo el anuncio de que, esta vez sí, los Vengadores y la Liga de la Justicia se encontrarían. Kurt Busiek y Mark Waid -dos de los nombres más relevantes del sector en los años noventa- serían los encargados de la parte literaria, en tanto que George Pérez volvería a ser el responsable de la parte gráfica. Durante las dos décadas precedentes, el artista había consolidado su prestigio en el sector y se había cuidado muy mucho de garantizar su presencia en una iniciativa que, de hipótesis más bien quimérica, había pasado a ser un futurible. Waid acabó descolgándose del proyecto, mas Busiek se mantuvo y, esta vez, el sueño pudo hacerse realidad.

Cuando un único número es insuficiente para contarlo todo

El primer detalle que debe mencionarse es el hecho de que el proyecto se transformaba de número único en serie limitada de cuatro entregas. No era la primera vez que los encuentros marveliano-deceeros tomaban esta forma, pues ya estaban las experiencias de Mavel vs. DC o las aventuras intermultiversales de Acceso, mas, en esta ocasión, íbamos a tener al frente a dos artistas con un conocimiento enciclopédico de los grupos protagonistas y la intención de emplearlo. Las expectativas eran elevadas, pero el equipo de guionista y dibujante estaba dotado de prestigio.

Buenos conocedores de los ricos bagajes de los universos -¿o habría que decir multiversos?- implicados, Busiek y Pérez se afanan en la tarea de contar una historia que, al fin y a la postre, habría de ser canónica para unos y para otros. En sus respectivas trayectorias, la Liga y los Vengadores se habían enfrentado a trasuntos de los unos y la otra, merced a la socorrida técnica de las Tierras paralelas. Ambos grupos han tenido amenazas de orden multidimensional, así que la premisa está clara. Tomando como punto de partida la co-existencia entre uno y otro universos, se jugará con la idea de que elementos de uno empiecen a aparecer en el otro y que, detrás de estas circunstancias, se encuentren personajes de nivel cósmico. En el caso de DC, estará Krona, el científico de insaciable curiosidad y nula ética; en el caso de Marvel, estará el Gran Maestro, el Kenny Rogers estelar. Como en Crisis en Tierras Infinitas, todo lo que es puede reducirse a nada; como en Lucha de Campeones, el destino se juega en una trepidante partida. El resultado es una historia arquetípica del género en el que tenemos la clásica pelea por confusión, seguida de la alianza contra un mal mayor, al que no pueden hacer frente por separado, pero contada con un primor y nivel de detalle que la convierten en uno los mejores exponentes del cómic superheroico.

Conocimiento y cariño hacia los personajes y su mundo

¿Cómo afrontas la tarea de narrar una aventura en la que metes en danza a dos grupos con decenas de miembros, centenares de oponentes y multitud de aventuras memorables? La mejor respuesta a esta pregunta viene dada por esta historia, en la que Busiek y Pérez se las arreglan para que, a partir de las alineaciones más clásicas de cada equipo, haya espacio para que todos los personajes tengan su momento, siendo en todo momento fieles a su trayectoria y a su bagaje. La historia es, además, un estudio de las semejanzas y diferencias entre DC y Marvel, convirtiendo las cualidades de una y otra en virtudes y defectos. En este punto, Superman y el Capitán América se convierten en los referentes de sus respectivas «casas» por su profunda vinculación -dicen los autores- con sus respectivas realidades. Para el kriptoniano, los Vengadores no están a la altura de las circunstancias y deberían emplearse más; para el abanderado, la Liga de la Justicia está al borde de ser la dirigencia de una dictadura totalitaria. Ambas críticas se encontrarán, antes o después, en las respectivas colecciones. Por otra parte y, pese a ser un tebeo de superhéroes, no se elude el lado oscuro del asunto, al hacer repaso de las derrotas amargas, los sonoros fracasos, los fallos humanos, las pérdidas irreparables… el hecho de que las alineaciones principales sean las clásicas supone, en cierto sentido, una suerte de fin de la inocencia, en la que las versiones «luminosas» habrán de afrontar un futuro ominoso que, para autores y audiencia, se traduce en los tiempos en los que una influencia mal digerida de clásicos como Watchmen, Born again o El regreso del caballero nocturno, trajo consigo los tebeos imperantes durante la primera parte de los noventa del siglo pasado.

Más allá del gran escenario en el que se desarrolla el épico encuentro entre los grupos más importantes del cómic superheroico, hay que destacar que cada página, cada viñeta, es un canto de afecto hacia el género y un regalo a la vista. Cada relectura aporta un nuevo detalle, otro guiño descubierto, otro homenaje al legado recibido por las generaciones anteriores. Un presente de los autores a la audiencia, sí, pero, también, a los tiempos en los que guionista y dibujante eran parte de la misma como ilusionados lectores.

Epílogo: veinte años después

Han pasado casi veinte años desde que esta historia vio la luz por primera vez. Primero la tuvimos en grapa; luego, la tuvimos en un tomo de gran tamaño. Desde entonces y creo que la memoria no me engaña, no hemos tenido más encuentros entre Marvel y DC. En estos tiempos en los que los tebeos superheroicos parecen valer más como propiedades intelectuales para otros medios de masas que por méritos propios, no es osado decir que volveremos a tener este tipo de productos. Es más, no es disparatado decir que podemos tener encuentros en el cine, la televisión o los videojuegos. Sin embargo, difícilmente -porque nada es seguro, salvo la muerte y los impuestos- encontraremos una propuesta que esté a la altura de esta historia que, desde muchos puntos de vista, cierra una etapa dorada en la historia del género y marca un hito, otro más, en la brillante carrera de George Pérez.

Liga de la Justicia / Vengadores
Ilustración de George Pérez

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Ziggy
Ziggy
Lector
11 enero, 2022 20:13

Hay que admitir que la historia a grandes rasgos no es innovadora y es bastante arquetipica. Pero señor, con le trabajo de Perez resulta apoteosica e inolvidable.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
En respuesta a  Ziggy
12 enero, 2022 12:00

De hecho la estructura de la historia guarda bastantes similitudes con la del crossover Marvel vs DC de unos años antes, pero aquí tenemos, además de un dibujo portentoso, un análisis casi metalingüístico de ambos universos, resaltando sus diferencias, sus similitudes, comparando el enfoque de cada grupo, contrastando su mitología. Una obra imprescindible para cualquier fan de los cómics de superhéroes.

Jaime Sirvent
Jaime Sirvent
Lector
12 enero, 2022 23:53

Yo siempre he visto muy clara la influencia del enfrentamiento entre Vengadores y Defensores de los años 70 y de Crisis en Tierras Infinitas.Todo ello aderezado por un enciclopédico conocimiento de la continuidad de ambos universos y por un dibujo absolutamente sublime de George Pérez

Juan Iglesia Gutiérrez
13 enero, 2022 0:44

Esta obra es un festín, un bufet, una barra libre. Un regalo para cualquier aficionado. Es un cómic para atiborrarse y volver a por más.

Last edited 2 años atrás by Juan Iglesia Gutiérrez
Drury Walker
Drury Walker
Lector
14 enero, 2022 7:54

Para mi, una cima del genero, por ser una quintaesencia del mismo. Cualquier cosa que se diga de Pérez aqui es quedarse corto. La edicion de fornato ampliado en tapa dura con los extras es un tesoro, merece la pena cada euro.

Y decir que me parece muy lamentable que, hasta la fecha, las dos editoriales no se hayan puesto de acuerdo en lanzar una reimpresion como homenaje y ayuda a Perez. Es que ni por marketing se portan bien con los autores…

Enrique Doblas
Autor
14 enero, 2022 11:25

Felicidades Sr. Capote, la obra merece una entrada así!
A mi personalmente, el momento que más me gusta y atrapa, es cuando se superpone un recuerdo impostado de que ambos grupos se han cruzado periodicamente, al modo de la JLA y JSA de tierra 1 y 2. Se necesita maestría de guionista y dibujante para captar esa falsa cotidianidad en un par de páginas y que el lector la acepte de buen grado y puro placer. Perdonad el ladrillo pero es que me chifla!

Jaime Sirvent
Jaime Sirvent
Lector
En respuesta a  Enrique Doblas
14 enero, 2022 11:39

Sí,Enrique, totalmente de acuerdo, yo disfruté muchísimo esta parte la primera vez que lo leí. La obra está repleta de guiños al lector veterano,es un festín.

kursal
kursal
Lector
14 enero, 2022 11:57

Excelente momento para que DC y Marvel reeditaran esta obra maestra en homenaje a su dibujante. Los mejores honores son los que se rinden en vida.

Sith
Sith
Lector
16 enero, 2022 22:51

La historia puede que nose original ni mucho menos, toma muchas cosas de varios comics pero así y todo el dibujo es simplemente increible y solo por eso merece un 10.

Es increible que por una cuestión de egos no se pueda volver a editar este comic.