Las heridas del superviviente
«Solo resultas creíble si te matan.»
Cada vez que un escritor de otro medio afronta su primer cómic siempre surge la duda sobre si va a ser capaz de crear una obra que sea capaz de aprovechar las peculiaridades narrativas del nuevo medio consiguiendo hacer un cómic que aproveche la mezcla entre textos e imágenes para formar un todo, o si, por el contrario, leeremos una obra en la que el texto y las imágenes vayan por caminos separados y se puedan entender leyendo solo la parte literaria. Por suerte, en esta ocasión nos encontramos con una obra de la primera clase repleta de poderosas imágenes simbólicas y recursos narrativos propios del medio que hay que leer en su totalidad para poder recibir el potente mensaje que ambos autores nos quieren trasmitir.
Aunque Todavía estoy vivo aborda la vida del escritor, no estamos ante una obra biográfica al uso, ya que busca alejarse de los planteamientos clásicos de las mismas, puesto que la obra solo nos muestra algunos sucesos de su pasado y no de manera ordenada ni cronológica. Lo podríamos considerar más como un diario íntimo en el que autor nos desgrana algunos recuerdos de su pasado y su día a día con los sentimientos que le produce la larguísima pesadilla en la que lleva tanto tiempo atrapado. A lo largo de sus páginas vemos pasajes de su pasado; alguno muy íntimos y luminosos como sus juegos con su hermano pequeño o su padre; y otros terribles como la primera vez que presencio un crimen ejecutado por un miembro de la Camorra o el asesinato del párroco don Peppe Dian que le llevaron a escribir su libro. También nos relata su vida actual, con sus rutinas cuando cambia de domicilio, los diferentes planes para asesinarle que se han descubierto o las dificultades que tiene para iniciar cualquier relación. Todas esas historias están contadas de una manera descarnada en la que importa mucho más los sentimientos y reflexiones que le producen esos recuerdos que la exactitud de los mismos.
En el cómic Saviano se nos nuestra como alguien harto y cansado de su situación, con un sentimiento de culpa que es una losa que marca su existencia. Una vida que difícilmente se puede considerar como tal, puesto que carece por completo de libertad. Una triste paradoja ya que lo que ha tratado toda su vida ha sido de garantizarla para los demás. La recompensa por sus luchas ha sido vivir con miedo a seguir viviendo una existencia que más parece una muerte en vida, alejado de todos a los que quiere. La obra nos desvela los constantes altibajos anímicos que sufre, pero, pese a todo, se pude observar su voluntad de resistir y seguir luchando por lo que considera justo, algo que también le ha llevado a enfrentarse contra el nefasto ministro de Interior de ideología fascista Matteo Salvini, un enemigo de la libertad, la de verdad, no la inventada que consiste en tomar unas cañas mientras dejas morir a los ancianos. Pero la novela gráfica también sirve como una denuncia sobre la pasividad que tenemos como sociedad ante las injusticias que se producen a diario y no se refiera a las que suceden en países del tercer mundo, sino en Europa, el presunto corazón de la democracia. Pero lo más llamativo y lamentable es como nos nuestra la manera en la que convive a diario en las redes con un montón de haters que le echan en cara que está fingiendo y en realidad vive a todo tren y con plena libertad, los mismos que en caso de que hubiera sido asesinado serían los primeros en llorarle. Una nuestra del egoísmo y narcisismo que infecta nuestra sociedad. Pese a toda la amargura que encierra el relato la obra nos consigue trasmitir los motivos que le hacen creer que la vida sigue siendo algo maravilloso, aunque él no pueda disfrutarlos ahora mismo.
Asaf Hanuka no es un historietista desconocido en nuestro país puesto que se habían publicado en España otros cómics suyos como Pizzería Kamikaze, K.O. en Tel Aviv y The Divine. Su trabajo en esta ocasión resulta sorprendente por la sencillez y pulcritud de su trazo y su capacidad para llenar la obra de poderosas imágenes que sirven como símbolos icónicos de los diferentes estados de ánimo que atraviesa Saviano a lo largo de la novela gráfica. Un simbolismo y sencillez que mezcla a la perfección la realidad y el delirio que hay en el relato y que se ve potenciado por la claridad narrativa y por la limitada paleta de colores que usa que ayudan a transmitir las emociones del escritor. Un trabajo en el que resultaba difícil que su personalidad como dibujante aflorara, ya que la presencia constante de Saviano en la obra y al tratarse de sus experiencias parecía pronosticar que su figura quedaría en un segundo plano. Sin embargo, su aportación resulta imprescindible para dotar a la historia de una iconografía que dote a la obra de una fuerza a la que no llegan solo las palabras.
Tras un espléndido 2021 donde fueron una de las editoriales más destacadas del año, Reservoir Books comienza muy bien el 2022 con esta obra que esta editada con su buen gusto habitual, además vistas las novedades que nos tienen preparadas para los próximos meses todo augura un año igual de interesante que nos hará visitar con asiduidad nuestras librerías para adquirir sus novedades.
Con Todavía estoy vivo Roberto Saviano y Asaf Hanuka firma una novela gráfica que explora los sentimientos más profundos de un hombre que paga las consecuencias de luchar contra la Camorra a través de las palabras y la verdad, un ejemplo para todos que vive una situación injusta que no se merece. Una lectura que apunta a convertirse en una de las más destacadas de año que comienza.
«Aún estoy vivo, ¡hijos de puta!»
Lo mejor
• La crudeza y realidad a la hora de relatar sus sentimientos.
• El uso de los elementos gráficos y narrativos propios del cómic que hace Hanuka.
Lo peor
• Sí no se está interesado en la figura de Saviano la obra puede carecer de interés, aunque no es necesario conocer su trayectoria para disfrutarla.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.7
Supervivencia.
Saviano nos propone echar un vistazo a su alma torturada y herida por la rabia y el sentimiento de culpa tras la muerte en vida que sufre desde hace quince años.
Para mi este hombre es un héroe.
Y es muy triste ver el precio que está pagando por hacer lo que hizo.