Buscando nuevas historias
«Creo que es horas de que nos replanteemos el sueño del profesor y tal vez lo sustituyamos por el nuestro»
No es nada fácil encontrar formas de publicación para las aventuras de la Patrulla X entre la salida de Chris Claremont y la llegada de Grant Morrison. Una década, los “nefandos” años 90 que acabaron por dilapidar el crédito de la franquicia mutante entre muchos aficionados aunque bien es cierto que su posición como buque insignia de Marvel en lo que a ventas se refería se mantuvo bastante sólido. En enero de 2021, Panini decidió publicar una reedición de los primeros cómics post-Lobdell en las dos series principales de la franquicia: La Patrulla X y X-Men. En nuestra reseña del primer volumen de esta recopilación, ya hablamos de cómo se eligió como guionistas sustitutos de Lobdell a dos jóvenes promesas del cómic, Joe Kelly y Steven T. Seagle.
Tras unos primeros números que sirven como toma de contacto a los recién llegados, será en los volúmenes 2 y 3 de esta colección Patrulla X: Renovación en los que Kelly y Seagle tendrán una mayor libertad para llevar a cabo su trabajo. Y esto no es poco, ya que la editorial mantenía un férreo control sobre su gallina de los huevos de oro y, si bien les había vendido el proyecto a sus jóvenes escritores como uno de gran libertad creativa, en realidad los editores no tardarían en desechar la mayoría de las ideas más imaginativas de la pareja.
Este segundo tomo (de los 5 que componen la serie editada por Panini) incluye los #355-356 de La Patrulla X y los #72-75 de X-Men. Sigo siendo muy crítico con esta etapa, especialmente en lo que se refiere a la acción. Kelly y Seagle se quejaban (con razón) que la Patrulla de Lobdell era un grupo de superhéroes que se pasaban más tiempo lamentándose por un mundo que les teme y odia… que salvando ese mismo mundo de todo tipo de amenazas. Pero ellos, desgraciadamente, no cambiaron mucho esta pauta de historias. Por orden de publicación, el #72 se centra en una sesión de entrenamiento, tanto físico como psicológico entre Lobezno y Medula. El #355 muestra una pelea entre Lobezno y Alpha Flight -aprovechando que Seagle escribía también la serie del grupo canadiense-. En el #73 tenemos un pequeño desvío argumental en el que Sabra confunde a Joseph con Magneto y es detenida por Oruga. Otro desvío en el #74, con el Ángel y Médula enfrentándose a la Abominación en los túneles del alcantarillado neoyorkino.
A continuación, el #75 es un especial con más páginas que resuelve (de forma bastante tramposa) la subtramas de los asesinatos en Salem. El principal sospechoso, Oruga, resulta ser inocente ya que los crímenes son obra de los Ru’Tai, una raza de demonios/extraterrestres que provienen de la misma dimensión que los N’Garai -uno de los cuales se las hizo pasar canutas a Kitty Pryde en el clásico La Patrulla X #143 por Chris Claremont y John Byrne-. Por último, en el #356, Bobby, Hank y Warren visitan a Jean y Scott en su retiro en Alaska, en un capítulo que sirve para reunir de nuevo al equipo original y preparar el terreno para futuras historias. En total, en los dos primeros volúmenes de esta colección tenemos 12 números americanos en los que las dos versiones de los X-Men se han enfrentado como grupo a un total de dos amenazas/supervillanos: Saurón y los Ru,Tai.
Y aún así, no dudo en calificar este tomo como mejor que el primero. Sobre todo porque tanto a Kelly como a Seagle se les nota (lee) menos enclaustrados, con más espacio para hacer lo que mejor saben hacer. Kelly borda uno de sus clásicos trabajos de construcción de personajes a través del diálogo en el combate entre Lobezno y Médula, mientras que Seagle consigue con el #356 un relato con inquietante aroma Vértigo en el que mezcla con buen tino el misterio de ese pueblo donde viven Scott y Jean con un reseñable juego de interacciones entre los X-Men originales. En cuanto al dibujo, lo mejor sin duda es el trabajo de Carlos Pacheco, tanto en los interiores como en las portadas (La del #75 me sigue pareciendo excepcional). Pacheco se convirtió en un auténtico fan-favorite tras su paso por X-Men, un paso mucho más efímero de los esperado (del #62 al 74 pero no dibujados consecutivamente). En la época, su abandono de la serie provocó estupor en muchos aficionados ya que, inicialmente, se explicó que Pacheco dejaba a los mutantes para dibujar el Anual de Los Vengadores de 1998 en el que Kurt Busiek enfrentaba a los Héroes más poderosos de la tierra contra el Escuadrón Supremo. Lo que por entonces no se sabía al 100%, aunque rumores había y muchos, era que Pacheco y Busiek estaban preparando un proyecto llamado Avengers: World in Chains que acabaría convirtiéndose en Siempre Vengadores.
Para sustituir a Pacheco en el especial #75, no puede sino considerarse toda una sorpresa que Marvel optara por el asturiano German García. García hace un trabajo notable aunque su estilo sufre en la comparación con Pacheco y, aunque estaba lejos de ser un novato, quedaban años para poder disfrutar de sus mejores cómics “pijameros” (la labor de García en el Superman de, precisamente, Joe Kelly me sigue pareciendo excelente). Por otra parte, acompañando a los guiones de Seagle tenemos a Chris Bachalo, autor que despierta tanto odios como pasiones y cuyo personalísimo estilo funciona muy bien en el número de espíritu Vértigo al que aludíamos más arriba, en el que la atmósfera opresiva está ciertamente conseguida.
Sin ser clásicas per se, estos cómics sí que mantienen un cierto aroma a los clásicos X-Men. Es cierto que son poco “aventureras” y prima en ellas el diálogo sobre la acción. Cierto también que las subtramas se acumulan a riesgo de apabullar al lector más neófito en los mutantes: el nuevo Magneto, Xavier encerrado por el Gobierno USA, Pícara buscando una cura a sus poderes, Sebastian Shaw viendo amenazado al Club Fuego Infernal… y sobre todo la fallida historia que Seagle planteaba trayendo de nuevo a Fenix. Kelly y Seagle estaban empezando a contar lo que querían contar con los X-Men. No llegarían muy lejos. Mientras tanto, podemos recuperar, con más o menos acierto, lo que se presuponía una etapa de renovación real de los mutantes y que se quedó en un quiero y no puedo.
Lo mejor
• El dibujo de Carlos Pacheco
Lo peor
• La un tanto tramposa resolución al misterio de los asesinatos en Salem
Le tengo un cariño especial a esta etapa, puesto que fue con la que comencé a coleccionar comics regularmente y a sumergirme de lleno en esta pasión, con 20 años.
Hay números muy buenos, como el enfrentamiento con Alfalfa Flight o la reunión de los 5 originales. Pero éste último sufrió de lleno la ingerencia editorial que abortó lo que tenía que haber supuesto el retorno de Fénix.
Siempre pienso que si se les hubiese dejado desarrollar sus ideas, Kelly y Seagle hubieran podido firmar una etapa histórica en los Patrullosos. Maldito seas, Harras…
Malas historias, pésimo dibujo. Pacheco ha hecho cosas mejores que esta. Por cierto, alguien sabe cómo anda?