INTRODUCCIÓN
Los meses van pasando y sin darnos cuentas ya estamos en el mes de las flores. Mayo llega con la energía que le da la celebración de nuevo del Salón de Barcelona (Comic Barcelona), cita importante del noveno arte en nuestro país y que este mismo fin de semana abrirá sus puertas a todos cuantos deseen darse un baño de viñetas.
Y como todos los meses, fieles a nuestra cita, lanzamos una nueva entrega del Magazine DC, con lo más granado del mes en lo que a las novedades de la editorial de Burbank se refiere.
Llegan jugosas novedades de la línea editorial Black Label, con Jeff Lemire y Jock al frente, en dos proyectos muy alejados el uno del otro, pues el primero nos trae a la Cosa del Pantano y el segundo a Batman.
Pero también hay obras de marcado interés, como el Superman Red and Blue, donde un nutrido plantel de guionistas y dibujantes conforman un tomo cargado de pequeñas grandes historias alrededor de la figura del Hombre de Acero.
Y como con la ración de Lemire no es suficiente, se recopila el trabajo de Brian K. Vaughan en la colección de la Cosa del Pantano, en un solo tomo, de una etapa que merece la pena descubrir.
Y como siempre tenemos las habituales secciones de ventas y la encuesta donde poder darlo todo a la hora de opinar, que versa sobre la columna de opinión con la que abrimos el Magazine de mayo. Y el versus, no nos olvidemos de ese enfrentamiento entre redactores y obras, en las que solo puede quedar uno.
Os dejamos ya con el Magazine de mayo y esperamos que os guste. Y si os pasáis por Barcelona esperamos que lo disfrutéis a lo grande.
TITULARES
• Opinión
• Juicio a…
• Novedades destacadas
• Curiosidad del mes
• Lanzamiento del mes
• No te puedes perder
• Hablamos de Clásicos
• Ración de ventas
• Es la hora de la encuesta…
FORMATOS DC
¿En cuántos formatos se edita los cómics USA de DC en España? ¿Son suficientes? ¿Son variados? ¿Son para todos?
Veamos que se ofrece y como se ofrece.
La grapa sería el formato más básico para los cómics de DC y más fiel al formato original USA. Su precio es asequible y permite diversificar varias series de forma que el presupuesto no se resienta.
En el siguiente escalón, por precio, es el denominado DC pocket, con arcos cerrados u obras auto conclusivas, pilares imperantes de la editorial, que se editan en formato reducido y rústica, a un precio muy competitivo.
Luego tenemos los tomos recopilatorios que agrupan arcos argumentales de las grapas. Aquí tienen espacio los denominados grandes autores, encontrando tomos en rústica y en cartoné. También hay series regulares que se editan directamente en rústica como Wonder Woman, Academia Titanes o Detective Comics por citar algunas.
Existe también, un formato denominado Omnibus, tapa dura y reducido de tamaño, que en uno o varios tomos recopilan etapas de autores o arcos argumentales largos de alguna serie. El m´s reciente, el de Superman de la saga Exilio.
Por encima de estos existen los tomos en tapa dura que encierran en su interior etapa completas de un autor en una serie o eventos que encierran en su interior cruces con otras series, lo que se conoce como la línea XP, donde hay portadas lenticulares, fluorescentes, etc, además de la experiencia de lectura completa de dichos eventos. Se han editado obras como Crisis y Flaspoint entre otras.
Le siguen los tomos denominados deluxe. Ediciones de lujo, con extras añadidos a la obra y a la propia edición. Unas ediciones que no solo permiten tener la obra completa, sin que además lo hacen n un formato especialmente relevante. Aquí esta Watchmen, Ronin, Batman…
Y en un punto más elevado, están las obras que se editan de forma completa, en un solo tomo de más de 1000 páginas, con el objetivo de poder poner en la mano del lector todo el trabajo de un autor o autores en una determinada serie, sin recurrir a varios tomos.
Ocho formatos muy dispares. Ocho formatos con distintos precios, a los que hay que añadir, por filosofía de precios y material, a los coleccionables, que publican material de DC a precios muy competitivos en formato cartoné.
Digamos que la oferta es amplia y que permite que el material de DC se pueda adquirir en distintos formatos y, por tanto, precios, adecuándose a los bolsillos de los múltiples lectores. Esto es algo fundamental, porque el problema que abre una brecha es el que no haya posibilidad de disponer de cierto material en un formato u otro, obligando pasar por caja de manera indiscriminada.
Ahora bien, hemos visto que las múltiples posibilidades se traducen en múltiples precios. Sin embargo, de un tiempo a esta parte los precios de ciertas ediciones son cada vez más elevados. La actual coyuntura geopolítica, la pandemia y la inherente crisis geológica que cada día que pasa parece ser algo más real y palpable, elevan los costes de producción y las materias primas, lo que se traduce en unos precios elevados. Pero no vamos a entrar en temas empresariales porque son mil y un factores los que determinan estos parámetros y sería prepotente por nuestra parte intentar ser capaces de teorizar al respecto con la información de la que disponemos.
Sin embargo, si podemos abrir un interesante debate sobre este tipo de ediciones y su penetración en el mercado.
Está claro que no son ediciones destinadas a captar nuevos lectores, sino arrancar ventas convirtiéndose en una opción de regalo para alguien aficionado al noveno arte y satisfacer, no tanto al lector, sino más a otro tipo de posible comprador: el coleccionista.
La línea entre el lector y el coleccionista cada vez es más tenue y difusa. Estamos ante un formato pesado por volumen y de lectura incomoda. Son tomos que difícilmente se pueden disfrutar en la cama o en el sofá. Su lectura casi demanda una mesa en la que poder apoyarlos. Por tanto, su proliferación busca poner al alcance de ciertos lectores estas obras (algunas publicadas en otras ocasiones en formatos más livianos y económicos, o a la espera de ello), cuyo factor no es tanto leerlas, como atesorarlas en la estantería.
Sea como sea, la cuestión ahí queda. Y poco importa en realidad mientras haya posibilidades de adquirir la obra en otro formato y se haga una adecuada presión en las bases de forma que se trabaje a fondo la regeneración de lectores. Ojo, lectores, no clientes ni coleccionistas, lectores, porque al final es lo que se necesita para poder mirar al futuro con ciertas garantías.
JUICIO A… Crisis de Identidad
En contra…Iris West
En el cómic americano las portadas tienen una importancia capital. Son lo primero que ve el comprador. Por ello son tan exageradas, intensas, dramáticas, icónicas y/o conceptuales. O al menos lo pretenden. La lucha para destacar en la estantería es un de un darwinismo feroz. No en vano, en muchas ocasiones las editoriales han fichados a artistas destacadísimos para realizar solo las portadas, como Bolland en Animal Man, McKean en Sandman o Hughes en Wonder Woman, solo por poner tres ejemplos de colecciones con portadas estratosféricas.
Fichar a un gran portadista tiene un coste que se pretende amortizar con un pico en las ventas. Demuestra además la apuesta y el respeto de la editorial por la colección, el personaje, lo autores o la efeméride que se celebre.
Nada mejor podía haber hecho DC para destrempar a los lectores que poner a Michael Turner como portadista de Crisis de Identidad. Es incomprensible que la editorial pensara que las desproporciones nada artísticas de Turner pudieran atraer lectores. He visto dibujos hechos en guarderías conceptualmente más elaborados que las covers de Identity Crisis.
No es solo que sean malas es que lanzan un mensaje contradictorio. “Aquí tendrás un cómic tipo Image (la primera Image), dibujo estrambótico, posturitas guays, proporciones absurdas que no se sustentan en ninguna referencia anatómica y nada de guion”.
Lo que se encuentra el lector es todo lo contrario.
Si algo destaca de Crisis de Identidad es la fuerte personalidad del guion. Tan fuerte que se le perdonan el machismo implícito de la historia, los trucos narrativos de escuela de escritores de provincias y el giro final que más bien parece sacado de un bombo de ideas que de la mente de un escritor especializado en thriller y novelas de misterio.
No solo eso. ¿Qué es eso que Batman y Superman permiten que los villanos sean lobotomizados? ¿Qué es eso de que los héroes le borran la memoria al Doctor Luz para que no recuerde sus identidades? Ya puestos ¿porqué no le borran el trauma de la mente de Sue Dibny? ¿Nadie lo pensó? ¿o dos violaciones son demasiadas? El guion es un esperpento de ideas cada cual más loca y disparatada. Da la sensación de Meltzer hacía un brainstorming consigo mismo y una botella. Un día era de tequila, otro de vodka, otro de ginebra…
Si pensáis que ya es suficiente, que me he despachado a gusto… error. Aún quedan cosas por decir.
Nada mejor para una historia trágica, introspectiva, dura, con muerte, drama… que un dibujante que parece un caricaturista de MAD. Rags Morales es como un urólogo perforando lo más sagrado de la intimidad de los personajes, buscando la exageración, el plano corto y la lágrima fácil. Cuando se busca el efectismo emocional se suele a conseguir el efecto contrario. Alguna de las viñetas más dramáticas provocan risa cuando no vergüenza.
¿Ya está? No, no, que va… que queda lo mejor.
Los siete números de Crisis de Identidad generaron tal desaguisado, “violaron” (y dale) de tal manera el espíritu de DC y de los personajes que la editorial pulsó el botón del pánico y sacó su recurso de emergencia para estas situaciones. Otra crisis y volver a empezar.
A favor…Linda Park
A finales del 2004 el Universo DC se puso patas arriba.
El golpe de efecto para poder aseverar tal cosa se materializó a través de la publicación de la miniserie Crisis de Identidad, un trabajo que podría se catalogado como el primer movimiento de Didio desde que se pusiera al frente de la editorial en octubre de ese mismo año.
La obra, escrita por el escritor Brad Meltzer y dibujada por Rag Morales, alcanzó un éxito que no estuvo exento de controversia. Una controversia que nacía en el efecto que tenía la obra en la continuidad, al introducir un evento en el pasado que golpeaba en el presente a los héroes de la Liga de la Justicia.
Se trató de un trabajo en el que se buscaba analizar varios aspectos muy arraigados en la tradición superheroica de los héroes de DC, arquetipos marmóleos que siempre parecían estar en posesión de la decisión correcta, la frase adecuada y en posesión de la verdadera moralidad. Una aparente divinidad que Meltzer se propuso desmoronar a través de la desconstrucción del eterno tema de las identidades secretas, las acciones que se toman a raíz de un acontecimiento extremadamente dramático y las consecuencias que tiene asumir que el fin justifica los medios.
Desde que Crisis en Tierras Infinitas se publicó en USA en 1985, los personajes de DC se relanzaron con los pies más en el suelo. Wonder Woman, Superman, Batman, Flash, Aquaman, Green Lantern, se vieron relanzados con un nuevo enfoque más humano, con pies de barro, en un universo DC en el que la nueva JLI rompía moldes y en los callejones oscuros se movía el Escuadrón Suicida. Sin embargo, continuaban siendo adalides de la perfección.
Con Crisis de Identidad todo eso cambiaba pues Meltzer los lanzaba de lleno a un pozo de oscuridad que los mostraba no solo humanos, sino también diabólicos en las decisiones que asumían a raíz de lo que ocurrió en el satélite de la Liga.
El impacto estaba garantizado.
La obra juega con el dramatismo, exagerado, porque así debe ser en la ficción, para maximizar el impacto en el lector. Su lectura, de ritmo frenético, no se limitaba a golpear al lector en lo ya comentado, sino que, siguiendo la vieja tradición de los eventos de DC, había muchas más consecuencias que las meramente esperadas por la muerte de Sue. Un misterio que mueve la trama en todo momento, mientras el lector va desgranando consecuencias para Tim Drake. Se abría la puerta a la esperanza con la vuelta de Hal Jordan a los Green Lanterns. Atom lidia con lo ocurrido de la peor de las formas y posteriormente Batman pondría en marcha la iniciativa OMAC que llevaría al Universo DC a Crisis Infinita. Todo un terremoto argumental que sacudió a la editorial en la ficción y en lo editorial logrando volver a alcanzar relevancia en un mercado cambiante lleno de incertidumbres.
Crisis de Identidad se mueve entre el efectivísimo y el trabajo de orfebrería propio de un escritor de misterio, especializado en tramas políticas, que con la ayuda de un Rag Morales especialmente inspirado, logró sorprender a los lectores del momento que veían como sus personajes favoritos se caían del pedestal en el que siempre habían estado. Esa caída al barro los dotaba de una humanidad preocupante y despertaba dudas sobre todo cuanto se había podía leer hasta entonces. Aquello, dolía y mucho.
El trabajo de Meltzer tiene lagunas argumentales, pero funciona a la perfección como elemento disrruptor de un Universo DC que estaba anquilosado. El árbol necesitaba ser sacudido y nada mejor que un evento que no significara llevar a los héroes a enfrentarse a una enésima amenaza, sino ponerlos frente a un espejo y mostrarles que ellos podían ser su peor enemigo. Una vuelta de tuerca refrescante.
La miniserie se sostiene por si misma y no deja indiferente. No lo hizo en 2004 y hoy en 2022 continúa siendo fuente de debates a su alrededor. Y eso es algo que solo logran aquellos trabajos que por imperfectos que sean, esconden en su interior todos los elementos básicos de esas historias que nos hacen soñar con historias más grandes que nosotros mismos.
Han pasado 18 años y nadie puede olvidar el día en el que la muerte de Sue Dibny acabó con nuestra inocncia.
BATMAN / CATWOMAN ESPECIAL
Tom King tiene una querencia especial por Selina. Lo demostró con su etapa en Batman y en su miniserie Batman & Catwoman. En este especial parece que quiera vaciar todo el cargador y no dejar una sombra de duda sobre su amor al personaje y sobre su capacidad por dotar de emoción, sentimiento y humanidad a sus cómics.
Este último aspecto es una crítica habitual al guionista. Lo hemos comentado muchas veces porque parece que Tom «The» King aplique fórmulas o algoritmos en sus guiones. El sabe donde te va a llevar y nadie se va a interponer, ni la continuidad ni el carácter de los personajes. Al final emerge el que pueda ser su mayor defecto, la frialdad y la mecanicidad de las emociones.
King suele buscar técnicas innovadoras en la narrativa y en la estructura por lo que esa «falta de sentimiento» se agudiza y da la sensación de que estamos en un espacio muy bonito, muy bien hecho, muy inteligente pero vacío y impersonal.
No en vano, King fue militar y puede que esa falta de humanización sea algo imposible de extirpar de su estilo.
Lo dicho, aquí lo da todo. Una estructura de saltos en el tiempo en cada cambio de escena (de día de navidad a día de navidad). Esos cambios se dan casi, en todos los casos, de página a página. En cada escena adapta la estructura, la técnica y «los trucos» en función del contenido.
Y aún así, falla, resulta frío. De hecho, King ni siquiera cae en el sentimentalismo y en lo cursi. Da que pensar.
La trama no nos acelera las pulsaciones pero sí lo hace el cómic desde un punto de vista meta. Este es el último trabajo de John Paul Leon. Apenas unas páginas. Mitch Gerads, Bernard Chang y Shawn Crystal acaban el trabajo intentando parecerse al del autor recientemente desaparecido. El resultado es desigual, algo más flojo y deja una sensación rara. Pero sí consigue dar una sensación de homenaje, de luto y duelo. Es imposible leer el cómic sin tener presente la ausencia que lo subyace.
La rareza se multiplica al ver que este especial navideño se publica a las puertas de verano, ya en EEUU salió tarde (finales de enero) pero en este caso el gap nos devuelve a esa sensación de cuando vemos especiales de navidad o halloween de las telecomedias en pleno verano.
El tomo se complementa cons dos excelentes trabajos de JPL, uno sobre Mr Frío y otro sobre Question.
Si solo fuera por eso, este sería un cómic muy recomendable, pero también lo es por el catálogo de recursos que nos muestra King. Casi se trata de una guia sobre diferentes maneras de narrar escenas (relatos)-
Hará las delicias de aquellas personas que quieran dedicarse a hacer cómics.
SUPERMAN: RED AND BLUE
Las antologías han venido a cubrir un espacio importante del mercado en tiempos recientes, habiendo conseguido una fiel base de lectores, sin las limitaciones básicas de un arco largo de seis números que cubrir dos veces al año, habitualmente teniendo que lidiar con la continuidad y actualidad del Universo DC.
Si como hemos podido comprobar en la revista de ECC Ediciones, Batman Blanco y Negro vive una segunda juventud, con aproximaciones al personaje tan interesantes como la de David Aja o la historia del pastor de Tom King y Mitch Gerads, no lo es menos para Superman, en esta Red and Blue.
El único elemento de conexión entre las aventuras, aparte de la evidente, su protagonista, está en estos dos colores que siempre han definido la trayectoria del Hombre de Acero, el primer gran símbolo de la editorial y uno de los dos grandes superhéroes de la misma por derecho propio.
ECC ha decidido recopilar los primeros seis números, cada uno con varias historias a cargo de distintos equipos creativos. Como todo tomo de estas características, dispone de acercamientos más interesantes que otros.
Contamos con grandes profesionales del medio que, a través de su estilo, canalizan un catálogo de impresiones, pensamientos y reflexiones acerca de la auténtica personalidad de Superman, los elementos que le hacen ser tan especial. Es enriquecedor comprobar la falta de uniformidad y la variedad en las inquietudes.
Y no solo sobre él, sino también acerca del papel que tienen en su vida la amplia galería de secundarios o el propio modo que tiene el modo de interactuar con el kriptoniano. Como la gente ve a Smallville, en definitiva.
Una muy agradable sorpresa, hecha con interés y que guarda además varias polémicas que resultan estimulantes a la hora de debatir sobre el personaje.
UNIVERSO SANDMAN: EL SUEÑO
ECC publicó en tres tomos la serie de El Sueño, que continuaba con el final de Neil Gaiman para la gran obra maestra de cómic norteamericano de los años 90, Sandman. Un poderoso relato en el que los límites de toda historia se traspasaban al hacerlo con los propios de los sueños, consiguiendo remover los confines de lo real e irreal.
Un acercamiento interesante, más si cabe por hacerlo a un cómic venerado por autores y lectores, que dio pie a la constitución y posterior consolidación del llamado Universo Sandman. A pesar del interés inicial por parte de la editorial, las ventas no acompañaron, cancelándose series tan buenas como Hellblazer.
Un pequeño fracaso comercial para DC Comicsque no empaña la calidad y presentación del producto, principalmente en El Sueño, la que nos ocupa.
Guionizada por Simon Spurrier, uno de esos escritores que triunfa en las colecciones marginales y que termina por sellar su impronta en todo trabajo, y con Bilquis Evely como principal dibujante.
El trabajo de la segunda es espectacular. Si en la actual Supergirl Mujer del mañana maravilla por su uso del espacio y la creación de mundos, aquí lo llevó en práctica a las últimas consecuencias. Se puede respirar y oler los universos eternos del Sueño, el ambiente único que Evely construye para la historia.
El primero, por su parte, se desliga de la sombra elevada de su maestro, y culmina con acierto uno de los mejores encargos de su carrera, capaz de darnos aventuras y también toques de terror.
En definitiva, un cómic infravalorado, que merece una segunda oportunidad.
BATMAN: UN CABALLERO OSCURO #01
Jock es un dibujante muy capaz de impactar con sus viñetas de carácter terrorífico y despuntar en la representación de las escenas de acción. Con estas cualidades es uno de esos artistas que se sienten muy apropiados para reproducir al hombre murciélago de Gotham, con el que Jock ya ha trabajado, junto a Snyder al guion, en El Batman que Ríe o en el arco Espejo Oscuro del Detective Comics del guionista de Metal. En esta ocasión, se atreve con el guion, siendo su primer acercamiento a Batman como autor completo.
Batman escolta a la policía que traslada a un peligroso y metahumano recluso, EMP, a Blackgate. Gordon ya atisbaba la peligrosidad de este transporte. El villano, de poderes eléctricos, escapa y se produce un apagón en toda la ciudad, escenario bajo el que distintas bandas aprovechan para cometer sus fechorías. Una trama sencilla en la que Batman puede sacar a relucir todas sus habilidades y que permite al dibujante demostrar toda su habilidad con el lápiz o el color.
Jock no exprime el monólogo interno y propone un texto apropiado en diálogos, pero que parece querer instalarse en un segundo plano y dar el protagonismo de contar la historia a su dibujo. Un arte que otorga, sin abusar de ellas, notorias splah pages, dinámicas escenas de acción, variada composición de página, buenas expresiones faciales y por supuesto, un gran diseño de personajes. Una perspectiva arriesgada y el deseo de inclinar su trazo a la espectacularidad son otras de las cualidades del británico. El color que emplea es vibrante, sólido e impactante y es usado como una herramienta narrativa más.
La historia es directa, se lee muy ágil, tiene buen ritmo y entretiene en gran medida. Un buen comienzo para este Batman: Un Caballero Oscuro con su principal valor residiendo en el aspecto visual (como no podía ser de otra forma) que hará las delicias de los seguidores de Jock, que cumple con el guion y pone toda la carne en el asador en el dibujo, resultando definitivamente solvente en su trabajo como autor completo.
COSA DEL PANTANO: COSECHA ROJA
Mary Conway es la protagonista de esta historia. Mejor dicho, Tefé Holland es la protagonista de esta historia, hija de La Cosa del Pantano y Abby, es un ser muy especial, al tener lazos tanto con el verde como con el rojo. Nueva protagonista para un cómic del avatar del verde, y nuevo enfoque. Una road movie por todo el mundo se adueña de la trama, con la joven dispuesta a encontrar respuestas a sus existenciales dudas, con compañeros de viaje que resultan más o menos interesantes. ECC ya había publicado esta etapa en 4 tomos en rústica, allá por el ya lejano 2014, ahora recupera la colección en un tomo unitario de más de 500 páginas.
Brian K. Vaughan es un autor superdotado, guionista de grandes obras como Saga, Ex-Machina o Y, el último hombre es uno de los creadores top del presente siglo. El aura que envuelve a Vaughan y al personaje llevan a pensar que este es uno de esos cómics que agranda la leyenda de Swampy, un matrimonio que a priori solo puede entregar alegrías. Sin embargo, su etapa con La Cosa del Pantano no se encuentra entre las más valoradas del personaje, de hecho es defenestrada y considerada fallida por el grueso de los aficionados. Un comienzo muy irregular y el tono propio que requiere una serie del engendro verde, nunca conseguido por el guionista, condenan este acercamiento. El autor de Runaways busca centrarse más en el misterio que en el terror, pero define mal sus intenciones, cae en la sobreexplicación y no consigue dotar de interés los sucesos referentes a su protagonista. Por otro lado, Tefé está bien definida, siendo su caracterización lo más acertado del libro, logrando que el personaje resulte atractivo. Superados los primeros capítulos, la serie no hace más que mejorar hacia sus números finales, resarciéndose un poco en la conclusión del desigual principio.
Roger Petersen no tiene el estilo más adecuado a una historia de este tipo y su arte no resulta un reclamo para el aficionado. Giuseppe Camuncoli colabora al final de la serie, siendo una elección apropiada y que mejora lo anterior. Ambos trabajan con entintadores, Marc Hempel, Cameron Stewart o Joe Rubinstein y Mark Lipka. El color es cumplidor, no especialmente destacado, pero no supone un error añadido con Alex Sinclair encargándose de la paleta.
Se pueden atisbar buenas intenciones, el interés por entregar algo distinto, algún que otro acierto o la gratificante aparición de Constantine. Los aficionados al autor verán destellos de Vaughan y los seguidores del personaje podrán completar su biblioteca con este tomo unitario, en la línea del publicado recientemente con la etapa completa del genio de Northampton, considerado por muchos, creador espiritual de La Cosa del Pantano.
LIGA DE LA JUSTICIA: ÚLTIMO VIAJE
La Liga de la Justicia no es uno de los cómics más esperados por el aficionado, cierta insipidez en las tramas y un elenco al que no se le termina de sacar todo el jugo, lastran los tebeos del más grande y poderoso de los equipos superheroicos. El lector espera un buen cómic de la conjunción de héroes y este, sin ser excelso ni imprescindible, supone un buen entretenimiento, con un comienzo que augura mucho, quizás diluido con el pasar de páginas, pero divertido bajo la pluma de Chip Zdarsky y el lápiz de Miguel Mendonça.
Una terrible tragedia conduce a la Trinidad a abandonar la Liga de la Justicia. El agotamiento de los principales héroes de DC está bien explorado y la dinámica en torno a ellos es acertada, con especial atención a su psicología, distinta dada la desgracia sufrida, y amparándose en su carácter de Elseworld. Alguna caracterización puede decepcionar si se espera encontrar versiones apegadas al canon DCíta. Ante la desaparición de la JL los Green Lantern se postulan como la fuerza del bien y la justicia en la Tierra, con las reticencias de Batman. El protector de Gotham no solo discrepa con los verdes, también con el último kriptoniano. El eterno conflicto entre el hombre murciélago y Superman está bien tratado, puede resultar manido pero cuenta con matices y ejemplifica el tono del que se quiere dotar a la historia. Wonder Woman abraza su lado más guerrero y feroz, ensalzado en los últimos tiempos pero no muy del gusto del aficionado, especialmente de aquel que ya peina canas. Lobo debe ser escoltado por los héroes tras cometer uno de sus peores asesinatos, lo que permite jugar al guionista con otro elemento perturbador, como es el último czarniano. Una trama no demasiado original que Zdarsky sabe conducir bien, comenzando interesante al prestar atención a los miedos y trastornos de los héroes y virando hacia un entretenimiento ligero de acción superheroica con el trascurrir de los números.
Miguel Mendonça entrega personajes visualmente poderosos y es capaz de integrar los dramas del guion en las expresiones de los héroes. Autor habitual de DC, resulta un buen añadido a un libro que expone una Liga de la Justicia no icónica, pero atractiva y disfrutable, cuya condición de cómic autoconclusivo lo hace más recomendable.
Un cómic digital publicado íntegro en un tomo cartoné de 160 páginas por ECC, con llamativa (aunque redundante) premisa, interesante por momentos y entretenido en su desarrollo, siendo una buena ocasión para comprobar las aptitudes de Zdarsky con la JL y el universo DC, de cara a su próxima incorporación a la serie regular de Batman, junto al patrio Jorge Jiménez.
LA COSA DEL PANTANO: INFIERNO VERDE
Black Label recibe a Jeff Lemire , prácticamente es su casa. El guionista mezcla esta (otra) vez su habitual patio de juegos (niños, familias) con el terror. Lemire no tiene problema en definir bien el carácter de los personajes y en trasminirnos sus emociones. Pena, tristeza, miedo, soledad o desesperanza se muestra en sus cómics con facilidad. Excelente narrador, tampoco tiene reparo en, después de atraparnos sentimentalmente, hacernos empatizar y amar a los personajes, sumergirlos en situaciones terroríficas que nos obligan a tomar un respiro entre página y página.
El terror es el único género que toma el nombre de una emoción. Lemire es un maestro al tratarlo.
Por si fuera poco, cuenta con el el dibujante Dough Mahnke. De todos es conocido su estilo detallista, minucioso y en algunos aspectos cruel. Le atrae el realismo y el esperpento que subyace en la realidad. Las páginas de Infierno Verde tienen una violencia explícita, directa y algo fría, con una falta de emotividad e intensidad que la hacen mucha más terrorífica y violenta. Nos trae un miedo mucho más real y menos efectista.
El equipo que forman ambos autores se complementa y multiplica consiguiendo un efecto extremo de violencia y terror, muy agradable (para fans del género).
La historia se sitúa en un futuro post-apocalípitico (otro guiño a fans de un género lleno de esperanza) que en cierta manera homenajea al clásico absoluto de John Carpenter, La cosa. Además tiene mensaje progre (más terror para algunos) con su critica a la explotación del planeta por parte de los humanos y un subtexto (muy a las claras) ecologista.
Familia, violencia, terror, sangre, ecologismo. Hecho por autores solventes que ponen sus mejores capacidades al servicio de una historieta en formato de lujo.
Muy recomendable.
LA PATRULLA CONDENADA DE BOB HARNEY Y ARNOLD DRAKE
Otro mes sin clásicos en el que nos vemos obligados a rebuscar en el baúl de los recuerdos deceítas para hacer volar nuestra imaginación y la vuestra. Y aunque muchos esperaríais alguna de las obras maestras que nos dio el gran y llorado Adams, tranquilos que pronto tendrá su día en ZN como corresponde y referenciaremos muchas de ellas. Por el contrario, hoy os traemos algo de una década anterior, una deuda pendiente porque ya le habíamos dedicado esta sección a una versión posterior. Pero esta vez, directamente de los 60 nos llega la original, la realmente clásica, la indefinible, la Patrulla Condenada.
Corren muchas leyendas sobre su nacimiento en My Greatest Adventure #80 (June 1963) gracias a los escritores Arnold Drake (Nueva York 1925 – 2007) y Bob Haney (Filadelfia 1926 –2004) y el dibujante Bruno Premiani (Trieste 1907 – 1984). Entre ellas las comentadas por Tomas Martínez en un gran artículo sobre toooda la andadura del grupo. Como que la cabecera estaba a punto de desaparecer y un desesperado Murray Boltinoff, el editor, le pidió a Drake que creara un bote salvavidas de la noche a la mañana (algo más de un fin de semana). O la de que el mentado guionista creó prácticamente él solo al grupo y Haney sólo aportó un par de ideas por teléfono (aunque la versión oficial, y que una vez leído ese mítico número tiene más sentido, que Drake realizó la primera parte de la historia y el segundo en discordia la segunda). Y por supuesto la eterna disputa entre el huevo y la gallina, entre las Patrullas de DC y Marvel (nacida la una sólo 4 meses antes que la otra). Por mi parte, creo que buscar la semejanza por tener ambos grupos un líder en silla de ruedas es simplemente pueril. En aquellos tiempos la Patrulla X ni siquiera era un grupo de marginados y la que nos ocupa marcaría un camino de rarezas que la ha mantenido única hasta nuestros días.
Pero dejémonos de elucubraciones y centrémonos en ese legendario número de origen. Si bien se nota la precipitación de la entrega y la inevitable pesadez de texto de la época, ya vemos una serie de genialidades que calaron en un público ávido de algo diferente. Principalmente ese carácter marginal en el que ninguno de los supuestos héroes ha pedido los dones que posee, algo inimaginable dentro de esa edad de plata de arquetipos en pijama, a cuál más boy scout que el anterior. Pero que además se refleja en su aspecto, no precisamente el de la preciosa actriz Rita Farr (Elasti Gril), aunque si en el de sus dos compañeros Larry Trainor (Hombre Negativo), siniestramente vendado de la cabeza a los pies, y Cliff Steele (Robotman), con un aspecto robótico ciertamente turbador. Rematado por ese “jefe”, el Dr Niles Caulder, atado a una silla de ruedas y clamando ayuda por llegar a los lugares a los que a él se le ha negado poder alcanzar. También aparece la curiosa mansión del líder, encajada entre rascacielos. Y por supuesto aparece ya un villano bizarro, nada menos que el General Inmortius, de edad incierta y recursos a lo largo y ancho del globo.
Toda esta parafernalia no sería nada sin un Premiani en estado de gracia, aportando al mainstream americano la delicadeza de su multicultural origen. Había estudiado arte en Italia, de donde fue expulsado por caricaturizar la dictadura de Mussolini, y se curtió en las principales cabeceras infantiles argentinas… para huir de nuevo del régimen de Perón. No sé si tan mala fortuna se ve reflejada en ese Inmortius mezquino y viejo, uno de los mayores aciertos del dibujante. Pero también cautivan su elegante a la par que inquietante Robotman o ese Trainor con unos realistas vendajes que le dan más aspecto de momia que de superhéroe. El Dr. Caulder también es retratado a la perfección y pocas heroínas han sido imaginadas con tan realista belleza como Elasti-Girl, la cual reflejaba maravillosamente su glamouroso origen.
A partir de ahí, el éxito, ya en el 86, tras algunas aventuras dispares y bien bizarras (con el encanto de que los poderes de cada uno son utilizados siempre en la combinación necesaria para triunfar) la cabecera se renombra como Doom Patrol. Curiosamente, las historias no acreditadas (aunque se reconocen algunos artistas de la talla de Alex Toth) que complementaban las aventuras de la Patrulla continuarían en este tramo, pero denominándose Doom Patrol Special. En ese primer número retitulado con el nombre del equipo se recuerdan los orígenes de cada miembro y se presenta nada menos que la Hermandad del Mal. Incluyendo Cerebro, Monsieur Mallah, Madame Rouge y, atención, la única aparición del Mister Morden, el cual rescataría Morrison como Mr Nadie, demostrando su pasión por rebuscar en el pasado de los personajes.
Premiani sigue demostrando su talento y, aunque sus figuras parecen algo rígidas y sus diseños “futuristas” se ven algo acartonados bajo los ojos actuales, sus dotes realistas para animales, rostros y perspectivas deslumbran. Por la parte de los guiones, mientras Inmortius y la Hermandad siguen apareciendo una y otra vez, otras estrellas de este universo extraño se van presentando a la vez que se suceden los hechos ya “históricos”. Como el hombre animal, vegetal y mineral, que se mostraría en el 89, en el 91 Mento (el millonario Steve Dayton) y Garguax, Mr 103 en el 98 y en el 99 Beast Boy, Rita y Steve se casan en el 104, y el General Zahl aparece en el 121, el del fatídico desenlace (pero vamos, que otras rarezas como el Dr Tiempo, Bugman, el Hombre Meteoro, etc. aunque no perduraron, bien merecen aparecer por aquí).
Lo dicho, por sinsabores de la vida, Drake y DC no se ponen de acuerdo y el autor, enfadado, mata a la Patrulla antes de abandonar la editorial. Aunque la causa sea externa, esto añadió un momento épico y nunca visto en los comics de superhéroes. Todos los miembros al completo, cogidos de la mano en pose heroica y sufrida donde las haya, deciden sacrificarse por un pequeño pueblo de pescadores. Es el fin de la Patrulla Condenada, que pilló por sorpresa incluso al editor. Aunque la serie siguió hasta el 124 a través de reediciones de números anteriores, se entiende en búsqueda de un guionista sustituto que salvara la situación, el grupo quedaba sepultado por ese final fatídico.
Y yo me pregunto ¿no os encantaría saborear toda esa maravillosa etapa iniciática en una digna reedición? Pues DC la ha publicado varias veces, la última en 2017 bajo el título de The Silver Age Doom Patrol Omnibus. Así que, como suelo terminar esta sección cuando no hay novedades clásicas ¡por favor, por favor, por favor, ECC, publicad la Patrulla Condenada de los 60 en español!
Hace 20 años, en mayo, DC no lograba colocar ni un solo título en el Top 10 de los cómics más vendidos del mes. El número uno era para un comic de los Transformes y había que descender hasta el puesto 12 para encontrar el primer cómic DC de la lista de los más vendidos. Os dejamos la gráfica con los 10 títulos mas vendidos de mayo de 2002. Un mes de lo más decepcionante para las ventas en lo que a DC se refiere. Haciendo click sobre la imagen podéis verla en grande.
ES LA HORA DE LA ENCUESTA…
Hemos hablado de formatos y como no puede ser de otra forma, toca preguntar sobre ellos. Obviamente entendemos que se trata de una cuestión de tipo de obra también, pero por centra la idea, se trata de ver cual es el formato que más os gusta o gustan por presentación, precio, disponibilidad y facilidad de lectura.
Me parece inaudito que, al momento de escribir esto, un poco más de la cuarta parte de los votos hayan sido para un formato tan ilógico hoy en día como la grapa.
A muchos nos puede la edad y por otro lado sigue siendo lo mejor para consumir el presente o lo nuevo. Con tanto crossover, evento y tal así puedes comprar lo que te interesa y lo demás dejarlo. Si en EEUU no han dejado la grapa cuando saben más desto que ntros y son mucho más utilitaristas será por algo. Por supuesto que hay inercias, conservadurismo y rigideces en esto de la grapa pero sigue siendo el formato más práctico para seguir un universo e historias que no se sabe si al final merecerán la pena. Lo que es ilógico y prejuicioso es decir que la grapa hoy no vale. Nadie que compre grapa vierte mierda en los otros formatos. Opciones porque, para gustos, colores.
Perdona, pero no, la grapa hoy en día no tiene sentido como formato. Y no es ilógico ni prejuicioso, simplemente es así. Y lo es porque no se publica con la grapa en mente, sino con el recopilatorio.
La grapa tuvo su sentido hace años, cuando en sus 20 páginas te contaban una historia entera cuya lectura aún te duraba. Hoy en día rara en una grapa te cuentas como un personaje se despierta, va al baño y se da una ducha. Con suerte hasta te cuentan que desayuna. Pero ya lo de salir de casa a hacer lo que sea queda para la siguiente grapa.
Te concedo que pueden tener su comodidad a la hora de seguir los eventos de turno de Marvel y DC con sus mil cruces, pero más allá de eso, mejor harían en sacar directamente recopilatorios.
Y eso en EE.UU., que en España aún tiene menos sentido al llegar todas las series con retraso. Así salen la mayor parte en tomo.
A ver, que tú no veas la lógica (en el primer comentario dijiste que era ilógica que parece que se te ha olvidado) a algo no quiere decir que no sea lógico. Eres la vara de medir de la humanidad? Lo que te parezca bien lo tenemos que seguir los demás simplemente por eso? Está muy bien que expongas porque no te gusta algo pero está mal que descalifiques otras cosas porque en este caso estamos hablando de gustos. Por ejemplo lo que me cuentas a mi me parece una exageración que sólo es achacable a unos guionistas con nombre y apellido. Con evitarlos basta. Eso no le pasa a todas las grapas aunque ahora en general sean 1/6. El buen guionista sabe darle valor a cada grapa. Mira Gillen o Morrison lo bien que lo hacen. El que pese a que siempre DC ha tenido poca grapa en España esta en esta encuestilla sea la 2ª opción favorita prácticamente empatada con la 1ª y lejos de la 3ª demuestra que más que un formato ilógico es un formato que a ti, por tus particularidades, no te gusta. Si bien seguramente hoy la grapa se mantiene en EEUU más por conveniencia editorial que por petición popular.
Levanta el pie del acelerador, chico, que te vas a estampar. Y con la piel tan fina que gastas no va a ser bonito.
Me encanta el tema de los formatos… y mi opinión ha ido variando con el tiempo. Hace unos años atrás, mi favorita era la grapa, principalmente porque en una se contaba una historia con más sustancia. A lo más un «arco» en pocas grapas. En cambio ahora una grapa se lee en un suspiro.
Por eso, mi formato actual favorito es el tpb, tapa blanda que recopila un arco argumental. Tiene muchas ventajas: se lee una historia completa. Ayuda a mantener un orden, si es un crossover, puede venir cada episodio en el lugar que le corresponde. Es fácil de almacenar y reconocer por su lomo la serie y saga que contiene. Ocupa poco espacio.
Si hay algo que no entiendo, es que recopilen arcos argumentales (ya sean 4-8 grapas) en tapa dura. O sea es cosa de ver los Batman Saga de Tom King o los Marvel Saga de Spider-Man de Slott, es una locura de tomos y espacio gastado. Me gusta la tapa dura cuando recopila por sobre 10 issues. O sea el paso siguiente al tpb.
Me encantaría que ECC copiara el formato Premiere de Panini.
La grapa en cuantos países sobrevive? En USA por tema de coleccionismo y por todas las portadas alternativas, en España por una cosa de tradición… y creo que en Brasil, Italia, México… pero muy muy poco. Es un formato claramente en vías de extinción.
Estoy contigo, los tomos en tapa dura de 5 grapas yankis no tienen ninguna lógica. Que sí, son muy bonitos, pero acabas teniendo media estantería llena de cartón sin sustancia ninguna… Para eso la rústica es perfecta. Deja el cartoné para cuando haga realmente falta.
Totalmente de acuerdo, la rústica es un formato prácticamente en desuso y no debería ser así, por las características de la narrativa actual americana es el formato ideal para leer superhéroes, el momento de la grapa pasó a pesar de que sigan saliendo grapas en cualquier mercado, la narrativa actual no está pensada para el formato grapa, está pensada para el tomito de rústica, la grapa ya no tiene entidad por sí misma, no estamos ya en los 80 cuando la grapa sí tenía valor y entidad aunque formara parte de algo más grande. No estoy jubilando yo la grapa que conste,de eso se encargan Marvel y DC a diario con su forma de narrar.
La tapa dura debería ser para cosas especiales y sobre todo para tomos de muchas páginas, un formato Saga para etapas largas como el Spiderman de Slott o el Batman de Tom King en mi opinión no tiene ningún sentido.
Yo creo que la grapa debería seguir existiendo como vehículo de entrada para los más peques (hasta unos 10 años). Aunque, para nosotros, la actual narrativa haga que un número nos sepa a poco, ellos se lo releerían una y otra vez, tal y como hacía yo (y sé que más gente) en los 80.
Es verdad que los Marvel Premiere son todo un acierto (yo los uso sólo para probar el comienzo de una etapa).
Estoy de acuerdo en que el cartoné de pocos números es un desperdicio, no pillo nada en ese formato. Y los Omnibus de unas 1000 páginas son una barbaridad, prefiero un Omnigold de 600/700 páginas para etapas antiguas.
Mi favorito, sin duda, es el que recopila etapas de autores en tomos de unas 500 páginas (ya sean Marvel Now Deluxe, Capitán América de Spencer, 4F de Byrne, etc.)