Esta Liga de la Justicia te propone un viaje que ya has hecho
«Solo para que lo sepáis, puedo dormirme en siete segundos y solo necesito dos horas. Así que no dudéis en despertarme si es necesario.»
Llega a España la serie digital Justice League: Last Ride recopilada en un tomo cartoné de 168 páginas por ECC. El elseworlds de Chip Zdarsky y Miguel Mendonça con una Liga de la Justicia crepuscular acude a lugares comunes como la dualidad enfrentada de Batman y Superman o a Darkseid como enemigo a batir. Interesante en un principio (gracias al retrato de las miserias del héroe que presenta) cuenta con un desarrollo entretenido por momentos, cada vez más entregado al conflicto convencional, dejando en un segundo (o tercer plano) la disección dramática de sus protagonistas. Sin ser excelso, resulta un buen cómic de acción. El guionista de Daredevil pronto tomará las riendas de Batman, junto a Jorge Jiménez, etapa muy esperada que esperanza a los aficionados tras los cómics firmados por James Tynion IV y Joshua Williamson.
Superman, el héroe capaz de cualquier proeza, de poderes útiles y magníficos que lo convierten en prácticamente omnipotente, sufre la angustia de no ser suficiente. Salvar a todos es un peso sobre la espalda del kriptoniano, una autoimposición que ya ha incumplido. Lois trata de ayudarlo, consciente de que algo martiriza a su marido, pero Clark se refugia en su pose afable. El altruismo del de Smalville es palpable, pero no es óbice para usarlo como máscara cuando no quiere expresar sus inseguridades. Despertado de una pesadilla es convocado a la Atalaya por los Green Lantern, que han capturado a Lobo para ser juzgado en un marco distinto del que todos conocemos. El proceso por el que llegas a saber los sucesos que han conducido a la situación actual es contado a través de los distintos capítulos en analepsis. Acciones del pasado que atormentan el presente de unos héroes consumidos por la culpa.
Zdarsky caracteriza a cada héroe haciendo hincapié en su rasgo más acusado. Wonder Woman es guerrera y sensata, pero fundamentalmente guerrera, atributo que explotado como principal no motiva a la mayoría de seguidores, especialmente veteranos. Flash es la representación que más chirría, con diálogos malos y reacciones infantiles e inocentes. Verse afectado por las bravatas de Lobo o darle validez a amenazas vacías de Diana lo evidencian. Un Flash tratado con muy poco cariño. El conflicto entre Batman y Superman es protagonista y motor del cómic, a ellos se destinan los mayores esfuerzos, con Wonder Woman de secundaria de lujo y los Green Lantern como figurantes menores, tanto Hal Jordan como John Stewart, incluso Kilowog. Flash solo corre, sin apenas incidencia, y cuando habla parece tener una edad mental muy inferior a lo que se le supone. Visto su tratamiento, sustituirlo por Kid Flash hubiera sido más conveniente.
Se muestra al Batman estratega, altivo y serio, con el consecuente aire infalible que rodea al protector de Gotham. De cara a su serie regular, ¿será este el murciélago que veremos? Sin embargo, a pesar de toda su superioridad intelectual y habilidades detectivescas, se le pasa por alto un detalle tan obvio (el lector sí lo advierte y empieza a intuir por dónde van los tiros mucho antes que los protagonistas) que su representación y halo de grandiosidad no terminan de resultar creíble del todo. No es un mal Batman, pero al igual que la trama, y sabiendo lo complicado que es dotar de originalidad a este tipo de personaje, recuerda demasiado al de otras historias, con pocos matices propios.
Es interesante el concepto de la JL como autoridad del universo o al menos verla enfrentada a poderes políticos del cosmos. Ellos defienden sus ideales y tienen voluntad para hacerlos prevalecer ante cualquiera, Authority encarnado en los Green Lantern con la Liga asumiendo los mismos galones. No obstante, carece de desarrollo y está motivado por intenciones ocultas no del todo atribuibles a los héroes, dejando la percepción en un espejismo.
Alguna frase incluida en la serie parece destinada a validar Dark Crisis, a los personajes de reciente nacimiento y también a aquellos sidekicks con años a las espaldas. “No es como cuando empezamos la Liga. La generación que viene detrás de nosotros son buena gente, fuertes e inteligentes. La Tierra está en buenas manos. No somos tan necesarios”. DC prepara a sus lectores. Si había dudas (pocas) del camino marcado para la Crisis Oscura, cada vez hay menos.
Miguel Mendonça entrega personajes visualmente poderosos y es capaz de integrar los dramas del guion en las expresiones de los héroes. El dibujante, autor habitual de DC, ha colaborado en varios especiales como Aquaman 80 aniversario, Flash 750 o El Año del Villano, también se ha dejado ver en Wonder Woman o La Liga de la Justicia Oscura entre otros. De buen trazo, acertados fondos y expresiones capaces de representar el dolor de los protagonistas, resulta un buen arte para el tomo. Sin ser eminente, Mendoça, cumple sobradamente con su cometido. El color de Enrica Angiolini es apropiado y aplicado correctamente, sin resaltar en exceso, con alguna elección destacada para las páginas transcurridas en el espacio.
Un tomo de la Justice League fuera de continuidad con una trama poco original, pero bien conducida por Zdarsky que comienza interesante al prestar atención a los miedos y trastornos de los héroes, virando hacia un entretenimiento ligero de acción superheroica con el trascurrir de los números. No es malo, pero inevitablemente recuerda a algo ya contado. Como cómic autonconclusivo para regalar a los neófitos es recomendable, para los veteranos muy probablemente resulte una historia más con algún momento valioso, disfrutable como tebeo palomitero.
Lo mejor
• El dibujo.
Lo peor
• Recurre a lugares ya visitados.
Guion - 7
Dibujo - 7.5
Interés - 7
7.2
Entretenido
Una historia común y autoconclusiva de la Liga de la Justicia que recuerda a otras ya leídas. Zdarsky contrapone a sus dos héroes principales y los enfrenta contra un enemigo recurrente, Mendoça cumple sobradamente con su trabajo. Entretenida.
