Hacia un Iron Man más Pulp
Recuperando algunas deudas que como redactor de esta casa tengo con la web y con sus lectores, me dispongo a analizar algunos de los tomos Marvel Now! Deluxe que quedan pendientes de ser reseñados.
En esta ocasión, le toca el turno al Volumen 5 USA de Iron Man, el cual comenzó en el año 2014 y estaba guionizado nada más y nada menos que por Kieron Gillen, un autor que hoy día podemos considerar de lo mejor que puede ofrecer el mercado independiente como series como demuestran la actual Once and Future o la recientemente conclusa The Wicked + The Divine.
Sin embargo, en Marvel, este autor ya ha dejado su sello en no pocas ocasiones, siendo muy destacables el Viaje al Misterio previo a su etapa en Iron Man, y en especial sus Jóvenes Vengadores, muestras todos ellos del buen hacer del guionista, un escritor que entiende particularmente a la adolescencia pero que además es capaz de ahondar como pocos en la psique de los personajes que trabaja.
Para muestra, simplemente el botón que supone la actual etapa de Los Eternos, con guión de Kieron Gillen en el que ni los dioses más poderoso del Universo Marvel se escapan de ser analizados como los seres humanos atribulados y caprichosos que en el fondo son.
Pero no venimos hoy a hablar de Loki, de Los Eternos o de otros personajes Marvel con un perfil más teológico o poderoso. Venimos a hablar de Iron Man, Tony Stark, un genio hecho a sí mismo que si bien, se encuentra entre algunos de los personajes de la Casa de las Ideas con mayor popularidad y poder, no deja de recordarnos cada día lo imperfecto que es y que bajo su armadura hay un genio sí, pero uno sin superpoderes y que además comete no pocos errores cuando actúa como héroe, empresario, amante o amigo.
Y precisamente de la humanidad tras el Vengador viene a hablarnos Kieron Gillen quien en 2014 recogió la serie de manos de Matt Fraction, en un momento en el que el personaje, pese a encontrarse en un momento muy dulce de su popularidad gracias a su película de 2008 y en general a que el Universo Cinematográfico Marvel girara en torno a él, no gozaba de una salud en ventas especialmente significativa.
Fraction, siguiendo a Warren Ellis y a Salvador Larroca que revolucionaran al Vengador Dorado para una nueva era, no destacó por nada en su etapa pero realizó una buena labor en la que continuando y dando por supuesto lo establecido por sus predecesores escribía a un Iron Man más cercano a la realidad que se movía en el terreno de las conspiraciones empresariales y de la desconfianza de sus pares.
Algo que evidentemente se alimentaba con el uso del Virus Extremis y por supuesto, con el papel que el personaje tenía como “villano” tras las bambalinas de Civil War y como Director de S.H.I.E.L.D.
Habida cuenta de que el personaje como decimos, gozaba de no poca popularidad fuera de las viñetas, Marvel necesitaba que Stark dejara de ser el malo de su propia historia para volver a ser un héroe, pero sin que ello supusiera dejar de lado todo lo anterior, obviando los pecados que el bueno de Tony había cometido pensando en que hacía lo mejor para todos (aunque jamás nos preguntara al respecto).
Y precisamente de este punto de vista más humano parte Gillen. En su primer arco argumenta, titulado Believe en el inglés original, Kieron Gillen de forma muy inteligente une el final de la etapa de Matt Fraction con lo que realmente quiere contar como autor, evitando una sensación muy grande de ruptura.
De este modo, todo comienza con una conspiración más, en este caso la que opera alrededor de la muerte de Maya, personaje creado por Ellis en Extremis, al comienzo de su respectiva etapa, y que además aparecía junto con dicho Virus en Iron Man 3, tercera cinta de la película que en ese momento estaba en cines.
Por momentos, este primer arco argumental parece una versión alternativa de la película de Shane Black, tanto en la estética que Greg Land da al diseño de armadura del personaje, como en el tono de las historias que se cuentan.
Sin embargo, pronto el personaje salta a lo que realmente Gillen quería hacer con él, una aventura en el espacio exterior.
Tony es llevado más allá de las estrellas con el fin de encontrarse a sí mismo, tener líos de faldas con todo tipo de alienígena que se encuentre, hacer de héroe en lugares donde todavía no es odiado por sus pecados del pasado, y en resumen, para convertirse en una suerte de mezcla de James Bond con Flash Gordon que hace las delicias de los amantes del Pulp.
El trato de personajes secundarios es otro de los puntos fuertes de la etapa de Gillen. A Pepper y al marido de ésta se unen la pléyade de personajes espaciales que irán apareciendo a lo largo de la etapa y que aquí ya tienen cierta presencia.
El dibujo com decíamos está principalmente llevado a cabo por Greg Land, pero también por Dale Eaglesham, autores que sin ser grandes pesos pesados de la Casa de las Ideas o del cómic USA en general, demuestran ser cumplidores y tener un buen conocimiento anatómico y gráfico del personaje. Esto es, la serie no destaca precisamente por su dibujo, pero tampoco se ve condenada o afectada negativamente por el mismo, por lo que la labor de escritura de Gillen compensa las carencias que pudieran existir a este respecto.
Un buen comienzo de etapa que habría pasado más desapercibida de no ser por lo que se contaba en el siguiente tomo…
Lo mejor
• El enfoque más pulp del personaje.
• El tratamiento de los secundarios.
Lo peor
• El excesivo paralelismo con la versión cinematográfica de Iron Man en los primeros números.
Guión - 7
Dibujo - 6.5
Interés - 6.5
6.7
Entretenido
Kieron Gillen comienza su etapa al frente del Vengador Dorado devolviéndolo a sus raíces más Pulp.