Los coleccionistas de cómics antiguos, los que quieren completar una colección que se ha quedado anticuada o los que quieren leer aquella serie que nunca se volvió a reeditar lo tienen cada vez más crudo. O se dedican a la arqueología recorriendo tiendas de viejo desperdigadas y mercados de segunda mano, o pagan precios astronómicos por internet. Sin embargo, aún existen auténticos templos del placer para estos atrevidos buscadores de tesoros. Hablamos con el dueño de uno de ellos, una gigantesca tienda localizada en Montreal (Canadá) llamada Comic Hunter. Es lo más cercano a la cueva de las maravillas de Alí Babá que he encontrado en mi vida de coleccionista y pensé que a ciertos seguidores de Zona Negativa podría interesarles saber sobre ella. Marc “the comic hunter” nos cuenta sobre el negocio de los cómics en Norteamérica, su experiencia y otras curiosidades.
Un auténtico placer, Marc, gracias por tu tiempo. Dime, por favor, ¿cómo surge una tienda así? ¿cómo funciona?
Yo era coleccionista de cómics, antes que nada. Podía tener fácilmente unos 100.000 cómics en mi casa antes de comenzar. De hecho, me dedicaba a buscar cómics para las tiendas. Conocía todas las tiendas de Montreal, cuando alguien decía “¿dónde puedo encontrar esto?”, sabía exactamente dónde lo tenían y lo traía. Así que comprando aquí y allá para hacer crecer mi gran colección me dije; “eso es lo que voy a hacer”. Antes que trabajar todo el día en algo, ¿por qué no dedicarme a eso a lo que ya de por si dedico todo el día? Es más, así no sólo me dedicaré a lo que amo, sino que compartiré mi afición con los demás. Así hemos llegado a lo de ahora, una quincena de trabajadores, más de 9.000 metros cuadrados… pero, sobre todo, a intentar dar a todo el mundo ese placer aquí dentro.
Por ejemplo, alguien que tiene algo en su casa de lo cual no conoce el valor… si tú me lo traes, yo te lo voy a comprar. Yo lo compro todo, además voy a hacer el trabajo de encontrar el cliente, de atraerlo, pero así voy a ganarme el dinero que compensa el que te doy, que está bien, pero seguro que no será el mismo que si te curras tú la venta. Esa es la diferencia que la gente debe entender entre venderlo aquí o en un mercado. Y para los que quieren hacerlo bien descubren que es mucho teléfono, mucho email, “es calidad mint”, “no lo es”, “esto vale 10”, “te doy 8”, “pero habíamos llegado a un acuerdo” … Así que te quito esos problemas y me ocupo yo.
Y así hago dinero, bueno, pago a mis empleados, pero también obtengo placer. Eso es lo que permite que entre a las 6 (am), me quede hasta las 11 (pm), ordenemos cajas… Hay 3.600 cajas de cartón aún, continuamente, por clasificar. Todos los días entran y entran, compramos de tiendas, almacenes, colecciones… mira, esta mañana le he comprado a un chaval 4 cómics de Robin. De ése tengo por lo menos 25 copias, eso no vale nada, le digo, “voy a darte un dólar”. Si nadie los quiere ¡es sólo papel! Por eso nosotros, el sobrante como ese lo guardamos para las escuelas. Tenemos la política de guardar todo ese sobrante para las escuelas. O hacemos cajas a 25 dólares con unos 200 cómics por si alguien lo quiere o las damos a las escuelas, hay algunas que reciben siempre una caja por año.
Y así haces futuros clientes, ¡a lo mejor!
¡Puede ser! futuros clientes, gente interesada… Yo continuo la pasión, soy un antiguo educador, he trabajado en escuelas durante mucho tiempo. Intentamos compartir la pasión. Vale, hago dinero, tengo que pagar todo esto. Pero se trata de hacer un mínimo para que esto siga siendo interesante, aunque si miras mis precios te darás cuenta de que no es exagerado. Algo que vale 1.000 nuevo, y que en muchos sitios de segunda mano encontrarás a 300, yo lo vendo a 250 y estaré contento de hacer mis 250. Así la gente volverá, ese es mi sistema de fidelización. Al mismo tiempo, tengo artículos que vendo más caros que otros. Por ejemplo, tengo BD de 1896, del siglo XIX. ¿eh? ¡Es lejano eso! Pues eso he decidido que vale 100 dólares. En la guía especializada dicen que su valor es 40, ¿vale? ¡Pues encuentra uno! ¡Nadie lo tiene! A veces hace falta conocer tu material.
Eso está relacionado con una cuestión que hacemos siempre pero también me da mucha curiosidad ¿Cuál es el primer comic que recuerdas con pasión?
El primer cómic que recuerdo… mira, mi hermano era coleccionista, pero no de cómics, de maquetas de aviones, de otras cosas, y eso me inspiró para coleccionar cómics. Y el primero que yo recuerdo es Thor número 1, pero en francés, editado por Heritage. Lo recuerdo todo, que era el primer número que salió, Hela… me acuerdo de esa sensación. Puede ser que tuviera 5 años, no estoy seguro, pero si rebusco en la memoria es verdaderamente el primero del que tengo ese tipo de recuerdo, de tenerlo en las manos, con pasión. Todos tenemos ese tipo de recuerdo, pero para mí es Thor número 1.
Así que tu primera pasión fueron los cómics americanos.
Los cómics americanos francófonos. Aquí en (el estado de) Quebec los editaba Heritage. Con el tiempo, empecé a comprarlos en inglés porque no encontraba todas las historias que quería. Y llegado a un punto, compraba más y más en inglés porque no había más en francés. Entonces decidí donar mi colección en francés a mi primo para coleccionar sólo en inglés. Sin embargo, mi primo no tenía ni idea, no se acuerda ni haberlos recibido. Pero no pasa nada, años más tarde me di cuenta de que eso tenía un gran valor, pero era demasiado tarde.
En todo caso, en aquel momento yo coleccionaba TODO. Aunque el dinero tiene un límite, el espacio tiene un límite, y decidí dejar de coleccionar europeo y me concentré solamente en americano. Y a fuerza de comprar, comprar y comprar, en las convenciones, la gente se dio cuenta que ayudaba a todas las tiendas y me llamaron el “Comic Hunter” (cazador de cómics). Efectivamente, viene de las convenciones. Viene de un cliente en concreto, de una de las tiendas a las que servía. Por la época debían ser entre 10 y 20, ¡en autobús! Con largas cajas, todavía no existían las cajas de cómics de ahora, al hombro, y atravesaba Montreal. En fin, ése que me bautizó ¡es la única tienda que nunca me ha pagado lo que me debe!
Esa es justamente otra de mis preguntas, ¿cómo funcionan las convenciones? ¿Va usted normalmente, por ejemplo, a la Comiccon de Montreal? (era justo ese momento) ¿Tiene un puesto perpetuo?
Te cuento: Antes, durante años, hacía todas las convenciones posibles. Había tres en Montreal, una en (la ciudad de) Quebec… y yo era uno de los más grandes o el segundo tratante más grande, así que ocupaba mucho espacio. Tenía muebles que instalaba, ponía todos los libros como en una biblioteca, bien ordenados. Y tres meses antes de la COVID, sin saber aun lo que iba a pasar, decidimos no ir a ningún evento más. Porque la tienda ha llegado a ser autosuficiente, la cosa va bien, y la energía… yo estoy viejo también, me canso, pero esa energía… cuando eres joven te pones a gatear por cualquier cómic, pero cuando eres viejo no puedes ni levantarte.
Pero aparte de eso, al menos en España, los festivales están cambiando mucho. Antes encontrábamos muchos puestos de tiendas con material antiguo y ahora no. Ahora hay más cine, juguetes…
Mira, yo he estado en la Comic-con de San Diego, que es la más grande del mundo. Pero está invadida. Yo ponía mi caseta, estaba feliz, pero incluso en esa época, el porcentaje de comic relacionado con otros temas era de entre 20 y 25% máximo. El cine ha cogido mucho espacio, pero la cultura pop en general, los disfraces, los juegos, todo lo que gira en torno, ha cogido una parte enorme. Lo que hace que el coleccionista de base ha disminuido mucho. Al menos no tanto que no pueda tener mi tienda, mis clientes… va bien, pero ha disminuido mucho.
Significa que la mayoría de tiendas, desde luego aquí en América del Norte pero me imagino que en España también, son distribuidores de Diamond. Ha cambiado algo este año, pero en general, las tiendas te muestran el mismo catálogo, esto es lo que sale, esto es lo que pediré… y eso es todo. No compran colecciones casi que en ningún lado. Es bonito lo que tienen, pero es el catálogo Diamond. Lo puedes encontrar en cualquier tienda e incluso en internet. Pero lo que hay aquí no lo puedes encontrar en otro lugar.
Aquí los juguetes, las figuras, los cómics en inglés… no los vas a encontrar en otro lugar. También tenemos cosas locales, ediciones canadienses, tenemos sitio para todo eso. Incluso tenemos una sección española, portuguesa, italiana… intentamos tocar todo lo que la gente ama coleccionar. Intentamos alejarnos de cosas que no son nuestro terreno, así que por ejemplo tenemos muy poco relacionado con el deporte. Pero si no, todo el resto, la cultura pop, lo tenemos. Ayudamos a la gente con su placer particular.
Para mí, encontrar un artículo para alguien me da más placer que el dinero que me va a dar. El dinero no es el objetivo. Me he organizado las cosas para tener suficiente dinero para no inquietarme, porque es verdad que al principio era en plan “si me funciona con este cliente podré cenar”. Pero ahora de verdad que la cosa marcha, es verdaderamente por placer.
Ese principio ¿hablamos de los años 80, 90…?
De hecho, contando que llevamos 5 años aquí, cinco en el otro, otros… casi los años 2000, si hablamos de abrir una tienda. Pero antes que eso yo ya era el Comic Hunter.
Vale, eso sí era alrededor de 1990. ¿Cómo fue la evolución de la tienda física?
La primera fue en Henri Bourassa, de más de 50 metros cuadrados, pero rápidamente se llenó. Así que al año siguiente nos mudamos a Papineau, en la 4ª planta, al fondo de un pasillo. Sólo tenía 90 metros, pero mejor instalado. Después descendí a la primera planta, donde teníamos un montón de habitaciones que sumaban 280 metros cuadrados. Y ahora que tenemos los 9.000, sigo teniendo material por todos lados. No se para nunca y compro colecciones y colecciones de tiendas, particulares… hasta los 4 Robin que irán a las escuelas ¡y yo contento!
Mi pregunta ahora, ¿hay otros negocios parecidos? Aquí o en Canadá o incluso en toda América del Norte.
No encuentro, porque la mayoría de los negocios están orientados hacia el dinero. Para la mayoría de negocios, el motor es el dinero. Hay muy pocos negocios para los que el objetivo sea el placer, y ese es nuestro motor. Vale, tengo que hacer dinero, tengo que pagar el alquiler, la electricidad, pero no es mi objetivo. Para mí no es problema si pierdo un cliente, mi preocupación es, “¿es que la gente se va contenta?” y “¿es que yo estoy contento de estar aquí?” Y eso es lo que me hace que me pueda quedar hasta las 11 entrando datos, corrigiendo listas, contactando gente, porque amamos eso. Trabajamos 6-7 días a la semana, trabajo con mi pareja y ella lo ama tanto o más que yo. No por las mismas razones, a ella le gusta el trato al cliente, la organización… ¡no le interesan los cómics! Pero ella respira la pasión que se vive aquí y entre los dos y todo el equipo ayudamos a la gente.
Lo puedo confirmar, siempre he sentido esa pasión aquí de todos los trabajadores, pero volviendo al tipo de tienda. De comerciantes de comic antiguo y de segunda mano para coleccionista, ¿hay más locales?
Muy pocos, la mayoría como te decía sirven el catálogo Diamond, no acumulan prácticamente nada y no compran colecciones. O algunas sólo compran los cómics verdaderamente raros, los cómics a 3000 dólares y cosas así. Pero ¡eso es una parte muy pequeña de la clientela! Sin embargo, yo voy a los que buscan cualquier cosa, y de esas no he visto otra, con esta pasión, al menos en Canadá.
En los EEUU encuentras a veces algún sitio, pero en general va a ser un tío… un poco desagradable, tipo el vendedor de tebeos de los Simpsons, que se gana la vida con su material viejo de siempre. Probablemente apilado, mal ordenado, como las viejas tiendas de libros. Aquí estamos orgullosos de decir que todo está organizado, podéis buscar vuestras cosas, los precios están marcados, no hay sorpresas… ¡salvo lo tiene o no! Pero no hay esa sensación de “me van a cobrar muy caro cuando salga.”
Pero, si lo que me cuentas es cierto, ¿cómo encontráis vosotros vuestros artículos?
Con los años, resulta que vienen a mí. Me puedo quedar sentado aquí esperando y alguien entrará y me traerá una colección. Tranquilamente se ha convertido en eso porque, si van a otro sitio a vender su colección, le van a decir “uf, yo no compro eso, ¡vete a Comic Hunter!” Los propios clientes dicen “ve allí, que te lo van a comprar”. Así que se dirige hacia mí de manera orgánica.
Pero es cierto que me he currado la instalación y las bases para ser así de conocido. Si escribes en internet “comic Montreal”, salgo yo, y puedes ver mis referencias, los comentarios de la gente… Eso lo hemos creado, y es lo que mata las pequeñas tiendas que no pueden ser un centro de atracción como nosotros.
Además, he aprendido que no puedes quedarte sólo con el cómic, hay que desplazarse a la BD, y también a los libros de heavy rock, los juegos de rol… comprender que los intereses de la gente alrededor de los coleccionistas de cómic también están relacionados. A uno le pueden gustar los comics de terror y a su amigo los libros de Clive Barker, y otro viene con alguien que le gustan las figuritas… Así que la complementariedad de todo eso hace que la gente me traiga cualquier cosa y yo encuentro el cliente. Antes no teníamos video y mira, todo un estante de DVD.
¿Y las ventas de garaje?
Antes hacíamos eso, pero como mucho sumaba un 1% de todo lo que tenemos. Menos, una décima parte de eso. Sin embargo, adoro las ventas de garaje, la sensación de encontrar esa joya. Pero hacían falta 100 visitas para encontrar algo medianamente valioso. Unas 500 para encontrar algo que digas “¡Wow! ¡un cómic de 25 dólares por 5 céntimos!”. Pero normalmente es “oh, eso no está mal, mira ese muñeco…” poco más.
En ese momento un cliente impaciente reclama hablar con Marc y decidimos terminar aquí. ¡Un placer!
¡Gracias a ti!
Me ha encantado esta entrevista! Enhorabuena, Enrique! Soy un fanático de las tiendas de cómic y de las librerías de viejo y creo que en la tienda del Cómic Hunter sería feliz… un paraíso del diggin, donde ensuciar los dedos buscando buena mandanga! Te animo a que sigas esta senda y nos descubras más garitos así… cuando voy a visitar una ciudad lo primero que hago es buscar este tipo de antros que, además, están desapareciendo… Un abrazo!
Oleee, un comentario y tan apañao… se va a notar que somos amigos ;P Un abrazo!
Muy interesante la entrevista, el Comic Hunter me ha recordado al protagonista de aquel cómic del canadiense Seth, ‘Wimbledon Green: El Mayor Coleccionista de Cómics del Mundo’. Salvando las distancias, claro, el de ficción es un personaje un tanto desagradable, aunque en ambos trasluce esa pasión por los cómics, esa consideración de objeto inefable.
A mí también me encanta revolver entre cómics antiguos y libros viejos, soy asiduo del rastro y de las tiendas de segunda mano. Pero, en realidad, no soy un gran coleccionista: lo que me gusta son las gangas, lo que se menciona al final de la entrevista, encontrar algo que vale 20 euros por 1. Así que supongo que esa tienda es ideal para mí, si voy a Montreal algún día, seguro que me paso por allí.
Gracias Luisru. Sin duda, no te la pierdas!