Spiderman y sus superamigos
«Como dice un amigo mío, ¡es la hora de las tortas!»
En el mundo del cómic se conoce como team-up a la historia en la que dos o más héroes o grupos de héroes unen sus fuerzas para derrotar al villano o villanos de turno. Los cómics de superhéroes están repletos de team-ups. De hecho, parte de la gracias a la hora de leer aventuras en estos universos de ficción es disfrutar de estos cruces y equipos improvisados. Si nos retrotraemos a la Silver Age del comic-book en Estados Unidos, DC convirtió la cabecera The Brave and the Bold precisamente en un contenedor para team-ups, mezclando a varios superhéroes de la editorial en historias que casi siempre se situaban fuera de la continuidad de las series principales. Posteriormente, la serie tendría un personaje “titular”, Batman, al que se irían uniendo en cada número un héroe diferente. En 1970, DC repetiría fórmula con su otro gran icono, Superman, haciéndole el protagonista de World’s Finest Comics, de nuevo creando team-ups en cada entrega.
Aunque existe esta idea muy repetida centrada en cómo Marvel llevaba la delantera creativa a DC en los años 60, lo cierto es que en lo que respecta a esta estrategia de crear colecciones centradas en team-ups, la Distinguida Competencia se mostró más rápida y decidida. ¿No son estas colecciones una maniobra de marketing tan obvia como deseable desde el punto de vista de las ventas? Sí, claro. Coges a tus personajes populares y buscas sacarles el mayor rendimiento posible. La contrapartida es que puedas llevar al mercado (lectores) a un punto de saturación en el que digan “basta”.
En Marvel a principios de los 70, el personaje insignia era sin duda Spiderman. Y aún así, el lanzarredes solo contaba con una colección regular en el mercado por entonces, la clásica cabecera El Asombroso Spiderman. Era cuestión de tiempo que Marvel buscara nuevas formas de aprovechar al máximo a su gallina de los huevos de oro. Probablemente mirando hacia lo que estaba haciendo DC, surge Marvel Team-Up, una colección pensada para ser protagonizada por Spiderman, a quien acompañarían otros héroes de la editorial, supuestamente uno diferente por cada número que se publicase. Este esquema tenía una serie de ventajas: dar visibilidad a personajes secundarios a los que su presencia en Marvel Team-Up podría servir como trampolín para una serie propia, promocionar nuevas series sacando a sus protagonistas, contar historias al margen de la serie principal de Spiderman y por lo tanto descaradamente orientadas al entretenimiento sin apenas desarrollo de personajes. ¿Problemas? El principal es también una de las ventajas, precisamente esa separación de El Asombroso Spiderman, donde, se le transmitía al lector, era donde pasaban las “cosas importantes”.
La decisión de hacer protagonista del título a Spiderman tenía, como decíamos, unas claras connotaciones comerciales. A nivel creativo es cierto que permitía al lector ponerse en la piel de Peter Parker, uno de los héroes con los que más fácil era empatizar. Sin embargo, Spiderman es también el ejemplo de héroe solitario que, hasta la llegada de Brian Michael Bendis a los Vengadores, había mostrado cierta alergia a formar parte de grupos, al menos de manera más o menos permanente. En los años 70 Spiderman era un lobo solitario y sus encuentros con otros héroes podían acabar en los mencionados team-ups o en peleas. Quizás por eso los tres primeros números de la serie juntan a Spidey con un personaje junto con el que siempre muestra una gran química, la Antorcha Humana. Estos tres números consecutivos con el mismo team-up, hicieron surgir la leyenda urbana de que Marvel Team-Up era originalmente una serie en la que siempre harían equipo Spiderman y la Antorcha pero Roy Thomas (editor en jefe de Marvel por aquel entonces y escritor del primer número) y Gerry Conway (escritor de varios números posteriores incluidos en este tomo) niegan la mayor.
Panini nos trae el primer Omnigold dedicado a esta la por muchos años considerada segunda cabecera regular de Spiderman, tomo que incluye los #1-22 y que se inician con las mencionadas aventuras de Spiderman y la Antorcha. Por lo tanto, tenemos unos #1-3 en los que Peter y Johnny Storm se enfrentan al Hombre de Arena, los 4 Terribles y Morbius. El Vampiro Viviente se mantiene como villano en el #4 en el que los X-Men con sus trajes originales ayudan al trepamuros. Para el #5, el lector tiene bastante claro que esto no es The Brave and the Bold y las historias que aquí se cuentan, aunque fuera del foco principal, no son ajenas a la continuidad Marvel ni mucho menos. En los #5-6 la Visión y la Cosa son los invitados, mientras que el Amo de las Marionetas (de quien conoceremos su origen) y el Pensador Loco ejercen como antagonistas. Menos enjundia como villano tiene en el #7 Kryllk el troll, aunque la dinámica entre Thor y Spiderman hacen de este uno de los números más interesantes del tomo.
Breve pausa para detenernos en el número que peor ha envejecido de los que aquí reseñamos. El #8 tiene como invitada a la Gata (Greer Nelson, posteriormente Tigra) y como enemiga a la Asesina de Hombres (rebautizada años después como Amazona). La Asesina se carga primero a un político anti-feminista y después lanza una especie de guerra contra el hombre en una historia por momentos reaccionaria y misógina así como condescendiente en muchos diálogos del propio Spiderman (“Perdón…¡a veces no controlo mi fuerza! Supongo que esperaba el peso de un malo normal… ¡pero el malo normal suele ser un tío!”). No sé qué da más vergüenza ajena, si el traje de la Asesina en el que sus pechos se confunden con abdominales o el final de la historia, en el que los héroes la derrotan haciéndole ver que ese mismo traje es obra de los HOMBRES de IMA por lo que provoca en la villana una especie de pantallazo azul a lo Windows 7. Un despropósito.
Las cosas vuelven a un cauce más normal en la saga en tres episodios que abarca los #9-11, una anunciada batalla temporal entre Kang el Conquistador y Zarrko el Hombre del Mañana que acaba siendo muy descafeinada. Los aliados de Spidey serán aquí Iron Man, la Antorcha Humana y los Inhumanos. En el #12, Peter viaja a San Francisco para intentar superar la muerte de Gwen Stacy ocurrida en El Asombroso Spiderman. Allí se encontrará con el Hombre Lobo (Jack Russell) pero además visitará a Daredevil y la Vida Negra (Daredevil #103). De vuelta a Nueva York, el Capitán América y SHIELD solicitan la ayuda de Spiderman para detener un plan de la Gárgola Gris e IMA (#13) y, posteriormente, el lanzarredes y Namor detienen a Tiburón Tigre (#14).
En el #15 nuestro amistoso vecino une fuerzas con el Motorista Fantasma frente a la primera encarnación del Orbe, quien se haría mucho más famoso tras su participación en el cross-over Pecado Original. Para derrotar al siguiente villano, el Basilisco, el héroe necesitará la colaboración del Capitán Marvel (#16) y Mr. Fantástico (#17). Sorprendentemente, el #18 no cuenta con Spiderman sino con un team-up entre la Antorcha Humana (que a estas alturas podría reclamar ser el co-protagonista del título) y Hulk enfrentados a Blastaar.
Otro par de números (#19-20) necesitarán Spiderman, Ka-Zar y Pantera Negra para desbaratar el plan de Stegron para gobernar el mundo con sus dinosaurios. El #21 es una secuela del clásico de Stan Lee y Steve Ditko El Asombroso Spiderman Anual #2, con el lanzarredes y el Doctor Extraño luchando contra Xandu y la vara de Watoomb; mientras que el número que cierra el tomo (#22) es una historia mucho más mundana en la que los invitados son Ojo de Halcón y Quasimodo.
Este primer Omnigold de Marvel Team-Up presenta cómics sin pretensiones, de puro divertimento, con mucha acción y que se apoyan sobre todo en la química y las interacciones entre el héroe protagonista y sus invitados. Sorprende el intento de no separar el título completamente de la continuidad arácnida y poder ver, aunque sea un tanto superficialmente, cómo afectan al héroe eventos ocurridos en la serie “madre” como la muerte de Gwen. Aunque en esta tanda de números participa Roy Thomas (#1), el grueso del trabajo de escritura recae en dos clásicos escritores como Gerry Conway y Len Wein, cuyos estilos para esta serie no se diferenciaban demasiado. Creo que los números de Conway están, en general, un poco mejor y, como he mencionado antes, me gusta mucho cómo maneja los intercambios entre Peter Parker/Spiderman y Thor pero también tiene como demérito el esperpento que es el número de la Asesina de Hombres.
Sorprende, para bien, el buen ritmo que tienen la mayoría de los números ya que es inevitable que, 50 años mediante, parte de los diálogos suenan bastante acartonados y pasados de moda. Se agradece también que ninguno de los guionistas abuse de la clásica pelea-por-malentendido entre los héroes. Una lectura, por tanto, ligera y divertida pero claramente orientada hoy en día a fans de Spiderman.
Los principales dibujantes en el tomo serían Gil Kane, Ross Andru y Jim Mooney. Mooney entraría y saldría muchas veces de las series arácnidas durante los siguientes diez años y es más recordado por sus números con Bill Mantlo en El Espectacular Spiderman que por su desempeño aquí, meramente funcional. Ross Andru tampoco consigue mejorar aquí su trabajo en El Asombroso Spiderman; la narrativa es correcta pero tiene serios problemas con la anatomía de Spiderman en secuencias de acción, llegando a dibujar su cabeza/máscara de formas un tanto extrañas hasta el punto de distraer en la lectura. Y hablando de distracciones, cómo no mencionar las famosas narices a lo Gil Kane. Si bien es cierto que Kane estaba en la última parte de su carrera profesional, lejos de los éxitos no solo en Marvel (inolvidable su etapa en El Asombroso Spiderman) sino también de su fundamental contribución en DC con Linterna Verde y el Átomo; el hombre continúa manteniendo unos fundamentos sólidos y una forma de narrar ágil y dinámica.
La edición es Omnigold tapa dura, bastante robusta, con el color restaurado de los cómics originales. Incluye cuatro textos, que suman 22 páginas, repletos de información acerca de la creación de la colección y repasandola casi número a número. Los autores son Gerry Conway, Roy Thomas y dos de Raimon Fonseca, tan enciclopédicos como nos tiene acostumbrados.
El experimento Marvel Team-Up salió lo suficientemente bien como para que, dos años más tarde, en 1974, se lanzará Marvel Two-in-One. La propia Marvel Team-Up llegaría a tener algunas etapas ciertamente notables realizadas por Bill Mantlo y Sal Buscema (que debuta en la serie en el #21 en este tomo), Chris Claremont y John Byrne, o J.M. DeMatteis. El valor de Marvel Team-Up no estaba ni en sus diálogos ni en sus dibujos; residía en ser uno de los cómic Marvel por antonomasia. Uno donde el lector podía viajar en cada número a un rincón de este universo. Uno en el que lo fundamental eran las interacciones entre personajes, sus bromas y fricciones. Puede parecer una tontería pero los fans del Universo Cinematográfico Marvel saben que no es así. La sensación que tiene el lector ante un universo compartido, su vastedad, sus infinitas posibilidades, puede convertirse en un picor que ni 50 años de coleccionismo puede aliviar.
Lo mejor
• Se trata de una ventana privilegiada a lo que supone Marvel como universo de ficción y sus múltiples entornos y personajes
Lo peor
• Hay varios números que son puro relleno
Muy muy flojo. Por supuesto, me lo he comprado.
No esperaba menos de ti.Un abrazo.
XDDD.
Otro.
No he tenido el gusto (o disgusto) de leerlo, pero en general las series de team up con alguna honrosa salvedad (por ejemplo The Brave and The Bold de Waid y Pérez que me gusta mucho) me suelen parecer siempre “café para muy cafeteros”.
Yo le tenía mucho cariño a la cabecera cuando era niño porque salían muchos superhéroes. Recuerdo que cuando Forum empezó a publicar Spiderman en grapa alternaba las tres series. Se tiraba unos meses publicando únicamente Amazing, después pasaba a Marvel Team UP para acabar finalmente con Peter Parker Spectacular Spiderman.
Descubrí además Marvel Team Up con Forum. No recuerdo haber leído números de la serie ni de Vértice ni de Bruguera.
Hace unos años Panini la sacó en grapa y la empecé a comprar,y bueno,mi opinión actual concuerda con lo que dices, café para los muy cafeteros.
Aunque al igual que Ignacio no descarto pasar por caja,al menos con los números de Claremont y Byrne.
De Marvel Team-Up me basta con el Viaje en el Tiempo, de los grandes Bill Mantlo y Sal Buscema. La mejor saga de la serie, para mí por encima incluso de los números de Claremont y Byrne.
Para mí los mejores números son los del final, las etapas de DeMatteis-Gammil y DeFalco-Frenz, que no es que sean una maravilla, pero son tebeos entretenidos. La de Claremont-Byrne tampoco está mal.
Me resulta imposible tener un gran concepto de un tebeo cuyo equipo artístico es Sal Buscema-Mike Esposito.