Ed Brubaker escribe en el primer capítulo de Criminal:
«No, prefiero no volver a verle la cara a Seymour. No quiero saber nada de golpes fáciles. Ya tengo bastantes problemas por mi cuenta».
El tipo que evoca estos malos presagios – el carterista Leo Patterson – acabará por claudicar y evidentemente participará en este nuevo “golpe fácil” que le ofrece el tal Seymour. Porque en la serie Criminal casi todos los personajes tienen muy pocas opciones, la inmensa mayoría son desastrosas e irremediablemente escogen la peor.
Si en lo que llevamos de siglo XXI, la gran serie norteamericana de cómic de género negro es, a mi parecer, Scalped de Jason Aaron y R. M. Guéra, se puede asegurar que Criminal, escrita por Ed Brubaker y dibujada por Sean Philips, no le va en absoluto a la zaga.
Esta epopeya familiar, esta crónica de tres clanes con dos generaciones de maleantes en su seno lleva más de quince años atrayendo las miradas de todos los amantes de la serie negra y también la de los lectores curiosos que, sin ser especialistas en el género, se han visto atrapados por la sutil pero irrompible tela de araña diseñada diabólicamente por Brubaker y que Phillips ha ido tejiendo gráficamente con mano maestra, siempre bien apoyado por sus secuaces.
Lo que al principio podía parecer una evocación nostálgica de los temas clásicos de la ficción criminal norteamericana, se ha convertido en una monumental epopeya coral que acaba retratando la cara oculta y delictiva de las urbes occidentales de la segunda mitad del siglo XX. Los autores han sabido actualizar el género negro, centrándose en unos personajes tan atormentados como conflictivos y regalándonos unas historias llenas de violencia, crueldad, codicia, sexo, dolor y decepción.
Entre las más de 1000 páginas de la serie publicadas hasta el día de hoy encontramos varios aspectos recurrentes y bastantes personajes que van apareciendo de una manera habitual. La constante de toda la saga es la prevalencia de la ley del más fuerte, del más cruel, del más poderoso. La otra idea motora es la inevitable lucha contra una tendencia autodestructora que todos llevamos dentro, con la que tenemos que batallar cada uno de los días de nuestra existencia.
En el primer arco, el mencionado atraco acaba fracasando, la traición lo empeora todo y la fatalidad acaba rematando la faena. Pero no es solo en esta historia, en las demás podemos asistir como la hija de un chófer de color no puede enamorarse del señorito blanco, por muy mafioso que sea, y acaba anulada en el intento o que el triángulo imprevisto formado por un padre violento, una amante ambiciosa con un hijo adolescente y rebelde solo puede acabar en la más terrible de las tragedias.
En Criminal, todo lo que puede ir mal acaba inexorablemente peor.
FICHA EDITORIAL
Criminal es una serie abierta que comenzó su andadura en los Estados Unidos el año 2006 gracias al sello Icon y que en la actualidad se publica en Image Comics. Está compuesta por diversos arcos argumentales que conforman el retrato preciso de los bajos fondos de una ciudad ficticia llamada Center City que bien podría ser Nueva York, Baltimore, Chicago o incluso San Francisco.
LOS CICLOS TEMÁTICOS
Hasta la fecha, y en Estados Unidos, se han publicado los siguientes arcos argumentales:
Coward – Cobarde (2006-2007)
Lawless – Sin ley (2007)
The Dead and The Dying – Los muertos y los moribundos (2008)
Bad Night – Mala noche (2009)
The Sinners – Los pecadores (2009-2010)
The Last of the Innocent – El último de los inocentes (2011)
Wrong Time, Wrong Place – Mal momento, mal lugar (2015-2016)
My Heroes Have Always Been Junkies – Mis héroes siempre han sido yonquis (2017)
Bad weekend (2019)
Cruel Summer (2021)
En castellano, la serie Criminal ha salido en diez álbumes, divididos según las historias consignadas arriba o, también, en dos tomos integrales que agrupan las seis primeras tramas. Su publicación corre a cargo de Panini Comics.
NUESTROS CRIMINALES HABITUALES
La serie se vuelca en la trayectoria cruzada de tres familias muy distintas de maleantes; son los Patterson, los Lawless y los Hyde.
Leo Patterson participa del primer arco argumental de la serie titulado Cobarde, también en Cruel Summer – mucho más joven – y tiene un papel algo más secundario tanto en Mis héroes siempre han sido yonquis como en Lawless.
Tracy Lawless protagoniza el segundo arco de la serie titulado con su apellido familiar y que en castellano se ha traducido de manera discutible como Sin ley. También desempeña el papel principal en la trama titulada Los pecadores. El clan al completo participa en Los muertos y los moribundos y en Mal sitio, mal lugar. Teeg y Ricky, padre e hijo menor, son los protagonistas absolutos de Cruel Summer.
Sebastian Hyde participa de manera esporádica en casi todos los arcos argumentales de la serie pero protagoniza, Lawless, Los muertos y los moribundos y Los pecadores.
LOS SECUACES
Alrededor de estas tres familias pivotan toda una serie de personajes que llegarán, incluso, a desempeñar papeles esenciales en alguna de las historias.
Jake ‘Gnarly’ Brown – el hijo de Clevon – es exboxeador y amigo desde la infancia de Sebastian Hyde. En el pasado pagó muy caro poner en ridículo públicamente al propio Sebastian. En la actualidad, Jake regenta el bar llamado Undertow [sic] donde se acaban encontrando todos los criminales de Center City.
Aparece de forma relevante en Los muertos y los moribundos y en Cobarde, aunque participa de casi todos los arcos de la serie.
Jacob Kurtz es un dibujante de tiras diarias. Su serie se llama Frank Kafka P.I. y el protagonista es muy parecido a Dick Tracy. Kurtz fue sospechoso de matar a su esposa, sobrina de Sebastian Hyde. A causa de esta acusación, promovida por la policía, los matones de Hyde le proporcionan una terrible paliza que lo lleva al hospital en estado catatónico y acaba quedando cojo de por vida. Cuando se recupera conoce que ha sido exculpado de la muerte de su mujer. Lisiado e insomne, se dedica a publicar su strip recluido del mundo. Sin embargo, aún le espera otra Mala noche y en Bad weekend, un terrible fin de semana.
Greta Watson ha conseguido dejar la heroína. Ahora tiene una hija, pero su marido murió en un antiguo robo que fracasó estrepitosamente en el que también participó Leo Patterson. Greta necesita dinero y por eso quiere obligar a Leo a involucrarse en el atraco planeado por Seymour. Al final lo consigue. Evidentemente, todo vuelve a salir mal y su hija Angie acaba sufriendo las terribles consecuencias… A Greta la vemos en Cobarde y está muy presente en Mis héroes siempre han sido yonquis.
Danica Briggs quería salir de la pobreza y ser la mujer de Sebastian Hyde, pero su sueño se convirtió en una terrible pesadilla que casi le cuesta la vida y la cordura. Sin embargo sobrevive y ahora sabe que su belleza es una trampa mortal para la mayoría de los hombres que se cruzan en su camino y no piensa desaprovechar esta ventaja. Hace su aparición en el arco titulado Los muertos y los vagabundos.
Mallory, pertenece a una banda de atracadores que está a punto de perpetrar un ambicioso atraco. Se le conoce una antigua relación con Ricky Lawless, pero una vez muerto conoce a un tal Simon West que no parece ser quien dice que es. Sin embargo, cuando aparece Tracy se siente inmediatamente atraída por él, aunque le recuerda a alguien… ¿Estamos todos de acuerdo que esto va a acabar de la peor manera posible?
A Mallory la podemos encontrar en Lawless.
A Iris le encanta que los hombres la admiren y la deseen mientras baila, es cuando se siente viva. Por esto actúa como stripper, aunque trabaja como enfermera. Además, es una lianta que está con Danny, se acuesta con Jacob y con alguno más que no quiere confesar. Su plan proporcionarle una terrible experiencia nocturna a nuestro dibujante de tiras y podéis apostar una fortuna a que lo acaba consiguiendo. La vemos moverse en Mala noche.
Frank Kafka es un detective de la vieja escuela que no entiende de sutilezas y su método es ir siempre hacia adelante, sin remilgos, ni puñetas. Casi todo lo resuelve a golpes. Además, tiene que proteger a Jacob Kurtz porque es un blando y porque suele estar muy confuso. El detalle, casi sin importancia, es que Frank Kafka es un personaje de cómics, el personaje de cómics creado por Kurtz. Los encontramos en Mala noche.
Riley Richards está casado con Felicity, la hija del propietario de las Industrias Doolite y cacique absoluto de una pequeña ciudad llamada Brookview. Richards trabaja para su suegro que lo humilla, es un jugador empedernido, tiene abundantes deudas con los Hyde y además su mujer le engaña con un antiguo compañero del instituto. Para Riley la época del colegio fue su mejor momento por lo que ahora la recuerda, falsamente idealizada. Mientras tanto está planeando un crimen.
A Riley Richards lo podemos encontrar en el arco argumental titulado El último de los inocentes.
Angie Watson perdió a su madre, Greta, cuando era muy joven y cualquier detalle que conoce de ella adquiere una importancia capital. Idealiza a los artistas que le gustaban que “casualmente” todos son yonquis. En la clínica de rehabilitación donde está ingresada tiene que cumplir un plan que no pasa en ningún caso por curarse…
Angie aparece en Mis héroes siempre han sido yonquis y, en menor medida, en Cobarde.
Hal Crane es una figura emblemática de una época gloriosa – y terrible – de la historia de los comics books. La explotación laboral, el robo de los derechos legítimos de los autores y las condiciones de trabajo draconianas que imperaban en aquellas editoriales pioneras lo han convertido en un ser torturado, amargado y violento. La principal convención de comics del país quiere premiarlo por su larga carrera, pero Crane tiene otros planes e involucra a Jacob Kurtz en ellos.
Lo podemos leer en Bad weekend.
Jane Hanson lo tiene todo perfectamente planeado y vivir a loco con Teeg Lawless forma parte de este esquema, pero no el cargar con su hijo adolescente Ricky. No es nada personal. Sin embargo, la fatalidad no suele entender de planes preconcebidos, por muy bien elaborados que estén, por lo que Hanson puede pasar de cazadora a presa. Inevitablemente todo acaba saltando por los aires.
Jane Hanson aparece en la historia titulada Cruel Summer.
A estos personajes se les unen otros tan interesantes y diferentes como Jeff y Seymour; Simon Gray; el detective Max Starr; Elaine Hyde; la detective Jenny Waters; los chicos de la calle, especialmente Evan; Lizzie Gordon; Vladimir Frykovski, más conocido como friqui; la niña Gabby Wilkers; el ingenuo de Skip… Todos forman parte del terrible microcosmos de Center City que acaba corrompiendo o destruyendo al más inocente de los mortales.
PECADOS CRIMINALES
Con Criminal, Ed Brubaker ha conseguido crear un escenario cerrado y opresivo donde puede reflejar cada uno de los pecados de una sociedad eminentemente corrupta y absolutamente despiadada. Poco importa la condición económica o el grado de respetabilidad adquirido, en Center City todo el mundo esconde uno o varios secretos, todo el mundo sucumbe a la corrupción o a la violencia y todo el mundo baila al son de los auténticos dueños de la ciudad; los criminales.
Los Hyde están en lo más alto del escalafón, más abajo están los lugartenientes que son los sicarios de los capos. En la base sobreviven los ladrones, los camellos, los chorizos de poca monta y las prostitutas. Las tres familias protagonistas representan cada uno de los diferentes estratos que componen cualquier organización delictiva; los Hyde son los generales, los Lawless son los oficiales y los Patterson los soldados o los manufactureros. Todos ellos son la cruz de una moneda que en el otro lado nos muestra la supuesta cara decente de la sociedad. Una faz legal que está estructurada de una manera similar a la criminal; con sus familias poderosas, sus policías obedientes y sus trabajadores explotados. Son dos facetas opuestas, pero con los mismos pecados.
PINTAR EL CRIMEN
La parte gráfica de la serie es otra de las principales virtudes de esta serie. Sean Phillips realiza un trabajo sobrio, eficaz elegante y discreto que arropa perfectamente la prosa pesimista de Brubaker. Su esquema de página más habitual es el de tres tiras con dos o tres viñetas desiguales en cada una, a veces incluye solo una. Es una plantilla que rompe en contadas ocasiones y que le sirve para imprimirle un ritmo constante a sus escenas.
Los personajes están perfectamente definidos y sus rostros, especialmente sus ojos, reflejan el turbio mundo interior que están padeciendo. La ambientación sórdida de las calles y edificios de Center City está perfectamente diseñada y tanto las mansiones de los poderosos como los cuchitriles de los bajos fondos presentan un aspecto ajado, están cubiertos por una leve pátina de descomposición que proviene de los peores vicios.
El dominio del arte de la narrativa es una de las principales cualidades de Phillips. Sus secuencias están perfectamente planificadas y acaban funcionando siempre, tanto si se trata de escenas de acción como de diálogo. La tensión está siempre presente y se sustenta en un acertadísimo manejo de los diferentes tamaños de plano y por un dominio del encuadre absolutamente magistral. El lector siempre está situado en el mejor ángulo posible para presenciar los acontecimientos.
El entintado de las figuras es robusto, rotundo y contribuye a sumergir a los personajes en unas sombras profundas que se espesan aún más cuando cae la noche. Criminal está compuesto por innumerables escenas nocturnas que confieren a la serie un aspecto onírico, de pesadilla perpetua que no nos abandona ni a plena luz del día.
El tratamiento del color que le proporcionan tanto Val Staples como Elizabeth Breitweiser o, en menor medida, Jacob Phillips, contribuye a esta atmósfera opresiva del conjunto; los coloristas suelen otorgarle a cada secuencia un color de base – verde, violeta, naranja, cian… – y juegan con sus diferentes tonos para conseguir un aspecto visual similar a las películas de acción de los setenta. En ocasiones incluyen un color complementario que contrasta de manera agresiva con el principal, es un recurso que reservan para las escenas más violentas.
El arte de Criminal está perfectamente adaptado a los argumentos de la serie y acaba potenciando todas sus virtudes; desde la discreción, desde el rigor y desde la humildad. Phillips firma uno de sus mejores trabajos siendo el más generoso de los colaboradores, aportando todo su talento al conjunto y sin buscar protagonismos innecesarios que casi siempre resultan contraproducentes.
Como valor añadido, en algunos arcos argumentales Phillips adapta su estilo para imitar el de algunos géneros del cómic norteamericano como las tiras de prensa, la fantasía heroica, el terror o los comics de adolescentes tipo los publicaba la editorial Archie Comics. Sirven para introducir unas escenas complementarias que se entrecruzan con la ficción principal y suponen una forma de comentarios metalingüísticos que enriquecen la trama.
Estos relatos imaginarios tienen su cabida en el arco argumental titulado Mala noche; también en El último de los inocentes y en las dos historias que se agrupan en el álbum titulado Mal momento, mal lugar.
Para demostrar más claramente la perfecta simbiosis entre Ed Brubaker y Sean Phillips, entre el guionista y el artista, hemos escogido una escena que refleja este entendimiento. Pertenece al segundo arco de la serie, titulado Lawless.
El protagonista, Tracy Lawless, ha vuelto a Central City para averiguar las circunstancias de la muerte de su hermano menor Ricky y, tras varios episodios violentos, consigue unirse a la banda con la que el joven realizaba diversos atracos. En las reuniones de la banda conoce a la antigua novia de Ricky – Mallory – que no conoce su parentesco.
La escena es de cinco páginas y está ubicada en el nevado cementerio de Central City donde yacen los Lawless; la madre Angela, el padre Teggar y el hijo Broderick (Ricky). Tracy esta plantado ante sus tumbas y recuerda. Recuerda primero como su padre le obligó a participar como conductor en una gira de atracos por la Medio Oeste, mientras Ricky intentaba cuidar de su madre enferma. Y luego recuerda cuando en el funeral de Angela, el menor, lleno de odio, le agrede y le acusa de haberle abandonado para irse a vivir aventuras junto a su padre. Ricky quería estar en el lugar de Tracy conduciendo el coche y Tracy, que odiaba participar en los atracos, quería cuidar a su madre. Papeles cambiados solo porque Ricky, al ser menor, no llegaba a los pedales del coche… La escena se remata con la posterior aparición de Mallory, la ex de Ricky que solo con echar un vistazo a las tumbas comprende asustada quien es Tracy.
Se trata de un perfecto ejemplo de introducción del flash-back en un esquema narrativo, acentuado con un sutil cambio del color predominante, donde, además, se alterna la voz en off con un monólogo en voz alta. Phillips demuestra un extraordinario dominio de la tensión narrativa y un soberbio uso de las inclemencias climáticas – la nieve – para acentuar la oculta pero demoledora desesperación de los protagonistas.
ED BRUBAKER. EL AMO DE LAS PALABRAS
El guionista de Sleeper nació en una base naval de Maryland en 1966.
Tras varios trabajos en la escena independiente, entre los que destaca la serie autobiográfica Lowlife (1995) dibujada por él mismo y An Accidental Death (1992) dibujada por Eric Shanower y que obtuvo una nominación para los Premios Eisner para ambos autores, a partir de entonces Ed Brubaker se convirtió en un guionista cotizado del cómic norteamericano más comercial.
Su entrada en el mercado mainstream se produjo, como tantos otros artistas de aquella época, a través del sello Vertigo de la editorial DC; concretamente con la magnífica miniserie La escena del crimen (1999) donde colaborará con dos de sus artistas más habituales; Michael Lark al dibujo y Sean Phillips a las tintas.
En el 2000 entra en el mercado de los superhéroes escribiendo series regulares como Batman; una maravillosa etapa en Catwoman o Gotham Central, esta última a dúo con el también guionista Greg Rucka. Paralelamente a partir del 2002 comienza su relación con Wildstorm, una filial de DC, donde realizará Point Blank con Colin Wilson de dibujante y, sobre todo, Sleeper (2002-2003), una miniserie que contará con el arte de Sean Phillips en lo que supone el despegue de este tándem creativo.
En 2004 empieza a colaborar en Marvel donde se encargará de series como Capitán America con Steve Epting de dibujante; Daredevil junto a Michael Lark y The Uncanny X-Men con varios artistas. En su etapa en Marvel escribió un arco argumental bastante recordado y publicitado que se tituló La muerte del Capitán America.
En 2006 crea para la editorial Icon la serie Criminal junto a Sean Phillips. Esta obra consta, hasta la fecha, de diez arcos argumentales y varios números sueltos y se ha convertido en una de las series fundamentales del cómic de género negro del siglo XXI. También para Icon, el mismo equipo creativo realiza Incognito (2008) que no acabará teniendo la misma repercusión que su trabajo precedente.
Finalmente, el guionista ha encontrado refugio en Image Comics donde ha publicado, junto a su inseparable Sean Phillips, las miniseries Fatale (2012) que es un intento fallido de cruzar la serie negra con el terror lovecraftiano; The Fade Out (2014-2014) una obra extraordinaria que lo vuelve a situar como uno de los escritores más importantes del cómic contemporáneo y Kill or be killed (2016-2018). En la actualidad acaba de publicar el último arco argumental de Criminal titulado Cruel Summer (2021), un one-shot titulado Pulp y escribe la estimulante serie regular titulada Reckless, que de momento consta de tres álbumes, con un cuarto en marcha. Todo dibujando nuestro amigo inglés, por supuesto.
También es conocido por su participación como guionista en diversas series de televisión como Westworld y sobre todo Too Old To Die Young, de la que es también cocreador.
Uno de los principales alicientes de Criminal es sumergirse en los poderosos textos de Brubaker. Su intensidad y su lirismo nos interpelan en lo más profundo de nuestros temores, de nuestros deseos, de nuestras derrotas. A menudo consigue arrebatar de una zona recóndita y obscura de nuestro ser unos sentimientos que teníamos olvidados o que, tal vez, ni sabíamos que existían.
SEAN PHILLIPS. UN NARRADOR TRANQUILO
Por su parte, el dibujante de Fatale nació en Gran Bretaña en 1965. Empezó su carrera en la editorial Fleetaway donde dibujó algunas de sus series de cabecera como Judge Dredd. En 1990 empieza a colaborar con el sello norteamericano Vertigo en las series Hellblazer y Kid Eternity. Al mismo tiempo realiza diversos trabajos en la editorial DC como Legends of the Dark Knight o Gotham Knights y se encarga del arte de una novela gráfica, con guion de Ed Brubaker, llamada Gotham Noir (2001) en lo que será su primera colaboración como tándem creativo.
A partir de este momento la carrera de Sean Phillips se resume casi exclusivamente en sus trabajos con el guionista de Maryland, el primero es Sleeper (2003-2005); luego Criminal (2006-2021); Incognito (2008-2011); Fatale (2012-2014); la maravillosa The Fade Out (2014-2105) y Kill or be killed (2016-2018). Desde la pandemia ha publicado el one-shot titulado Pulp (2020) y la apasionante serie Reckless, de la que se han editado tres álbumes y un cuarto está en preparación. Estas dos últimas obras escritas, como no, por Brubaker.
La perfecta simbiosis que existe en Criminal, entre el texto y la imagen, entre el argumento y el dibujo se debe en gran parte a la asombrosa habilidad de Sean Phillips para convertirse en un director invisible del tempo, en el dictador definitivo de la narrativa.
LOS COLORISTAS
Val Staples
Es el responsable del color de casi todos los arcos argumentales de Criminal.
Su estilo es sobrio, naturalista pero no carente de espectacularidad. Se complementa perfectamente con el trabajo de Sean Phillips y nos regala unas atmósferas nocturnas monótonas y opresivas, rotas tan solo por el destello de los neones o las ráfagas de rojas y azules de las luces de los coches de la policía.
Elizabeth Breitweiser
El trabajo de la colorista de Outcast suele presentar más matices que el de su predecesor Staples. Sus escenas nunca se centran en un color único; juega con diversos tonos complementarios para crear atmósferas sugerentes llenas de una poesía desesperada. Los diferentes tonos del verde y del naranja son sus elecciones predilectas. Breitweiser brilla en el arco Mal momento, mal lugar.
Jacob Phillips
El hijo del dibujante de la serie juega fuerte. Su enfoque cromático en Mis héroes siempre han sido yonquis es rompedor. Prescinde de los ambientes sombríos y depresivos de sus compañeros y llena la página de luz con de colores vivos que contrastan con la sordidez del relato. En el arco titulado Cruel Summer realiza un trabajo mucho más elegante, pero infinitamente más eficaz.
Dave Stewart
Se encarga de los segmentos del pasado que encontramos en el arco argumental titulado El último de los inocentes. Son las escenas que recuerda el protagonista y que están dibujadas al estilo de los cómics para adolescentes, los high school comics. Utiliza una paleta de colores primarios, planos y llamativos que se complementan perfectamente con el estilo cartoon de las escenas.
CULPABLES Y CRIMINALES
Todos ellos son los responsables de perpetrar una de las mejores series del cómic mainstream norteamericano del siglo XXI. Criminal contiene entre sus páginas un montón de personajes inolvidables, un puñado de historias irrepetibles y algunos de los momentos más intensos que se puedan leer en un cómic actual.
La principal virtud de Brubaker, secundado de una manera impecable por Phillips, es su capacidad de dotar a sus protagonistas de una humanidad poco común. Como nos demuestra en el monologo interior del inicio de este artículo, cada acción realizada tiene sus consecuencias personales y cada crimen perpetrado cuenta con sus víctimas. Brubaker suele alinearse con estas últimas; con los hijos apaleados, con las viudas desconsoladas, con los amigos traicionados…
Phillips y Brubaker siguen componiendo este hermoso blues donde se ven reflejadas las principales obsesiones de los seres humanos, donde los sentimientos acaban siendo una trampa y no nos dejan escoger el mejor de los caminos, donde los pecados de los padres se convierten irremediablemente en los crímenes de sus hijos.
Ed Brubaker y Sean Phillips nos demuestran que el cómic de género puede ser un vehículo perfecto para explicar la enorme complejidad de nuestra breve existencia, incluso en sus facetas más vergonzosas, sutiles y recónditas. La serie negra ha servido, sirve y siempre servirá para retratar lo más oscuro, pero también lo más luminoso de cada uno de nosotros. Obras como Criminal nos revelan cada uno de nuestros secretos. Nos retratan como personas, condenadas a vivir obligatoriamente juntos en este inestable, torturado y solitario planeta.
– Podcast de Zona Negativa sobre Criminal por VV AA
– Reseña de Cobarde a cargo de David Fernández
– Reseña de Lawless a cargo de David Fernández
– Reseña de Los muertos y los moribundos a cargo de David Fernández
– Reseña de Mala noche a cargo de David Fernández
– Reseña de Los pecadores a cargo de David Fernández
– Reseña de Mis héroes siempre han sido yonquis a cargo de Tristan Cardona
– Reseña de Bad weekend a cargo de Tristan Cardona
– Reseña de Cruel summer a cargo de Tristan Cardona
– Guia de lectura de Ed Brubaker y Sean Phillips. Especial GO INDIE! por VV AA
Salut!
Gran articulo y grandisimo comic. Siempre he pensado que sise tuviera que traladar a la gran pantalla alguna historia me gustaria verla dirigida por Guy Ritchie.
No vistes esto
https://www.espinof.com/proyectos/uno-mejores-comics-actualidad-sera-serie-amazon-prepara-adaptacion-criminal-excelente-noir-ed-brubaker-sean-phillips
Viste*
Eddie Brock, iba comentarte lo mismo que Esfingo. Pero del proyecto hasta la realidad queda un largo trecho. Gracias a los dos por comentar.
Qué buen artículo, ¡muchas gracias! Todo lo que sea de Brubaker es bien, y ésta es su joya de la corona