Superman padrazo
«Hijo, por favor. No digas palabrotas»
Admito que todo esto de la Crisis Oscura me tienta más bien poco (menos mal que a Román si le atrae), pero siempre caigo en lo de explorar mundos alternativos y especialmente si me los cuentan gente como Tom King y Chris Burnham.
El escritor se defiende mejor en las historias cortas y en esta ocasión lo ha vuelto a demostrar, y con creces. El relato de Superman que se nos presenta es una delicia de principio a fin. La habilidad de King de jugar con el tiempo haciendo la labor contraria a un decomprenssive storytelling ya ha sido demostrada en más de una ocasión (me viene a la memoria ese magnífico anual de Batman).
La historia, de la que prefiero contar poco para que se disfrute en todo su esplendor, es un canto a la paternidad que resulta muy emotivo sin ser meloso, te atrapa sin ser complicado, y se entiende de principio a fin pese a encasquetarse en una serie de extras de un evento falsamente ignominioso. Algo al alcance de muy pocos, como veremos al final de esta misma reseña.
Por otro lado, Burnham es siempre un disfrute alucinante. Este artista, que podría ser una estrella del cómic underground y alternativo, decidió regalarnos a los pijameros un regalo tras otro de personalidad, detalle, expresiones y, si, acción desbordante y golpes que duelen sólo de verlos.
Además, se acompaña del omnipresente colorista de la DC moderna, Adriano Lucas, que sabe combinarse a la perfección con su estilo barroco, mientras que se adapta como un guante a los tempos y cambios de escenario de la historia que propone el guionista, para darle ese intimismo o por contraposición luminosidad cuando se necesitan.
Lo único malo es que la historia de Superman es muy breve (bueno, eso no es necesariamente malo, pero…) y hay que rellenar las 40 páginas del cómic. Sin embargo, los añadidos ni se asoman a la calidad del primer relato.
Luego se quejarán de que Aquaman sea un eterno segundón, pero mientras la mayoría de los grandes van a disfrutar de un especial propio, nuestro rey de Atlantis ha de conformarse con una historia de complemento. Una muy normalita y con poco a destacar, la verdad.
Si decíamos que King era capaz de hacer una historia comprensible incluso con un especial de un evento, el pobre Brandon Thomas no goza de la misma suerte con el complemento de un especial de un evento (tampoco era precisamente fácil). Quizá los que estén más al día con el universo de Aquaman le saquen más jugo, pero personalmente me ha resultado ñoño, algo enrevesado y fuera de contexto.
El dibujo de Fico Ossio tampoco ayuda, porque, aunque no cabe duda de la capacidad del artista, sus rostros resultan muy similares entre sí y su narrativa es algo confusa. Igualmente, el color de Sebastian Cheng, pese a estar correctamente aplicado, no aporta ningún cambio en todo el monótono relato.
Para rematar tenemos un simpático e infantil cuento de David F. Walker y Gustavo Duarte. El dibujante aporta su dinámico estilo cartoon que ya disfrutamos en ¡Hola, Liga de la Justicia! y ¡Hola, Supervillanos!, pero el guionista hace un relato demasiado aleccionador sin la sutilidad que merece el lector.
En todo caso, sólo por la primera parte de Superman de este especial os aseguro que merece la compra. Como siempre últimamente, DC sigue aportando sus mejores historias fuera de continuidad, pero aprovechando el rico bagaje de la editorial.
Lo mejor
• La primera historia.
Lo peor
• El resto.
Guión (media de las 3 historias) - 7
Dibujo (media de las 3 historias) - 7
Interés - 5
6.3
Padres e hijos superpoderosos
Buff, me has sumido en un mar de dudas. Dan ganas de comprarlo sólo por ese Superman de Tom King y también dan ganas de dejarlo en la tienda sólo por el resto de historias.
Jajaja, el día q saquen un recopilatorio d historias cortas d King nos libraremos d un kg d morralla
Totalmente, ese tomo será compra segura en esta vida y en la otra,xD