“Zona Negativa es un weblog colectivo basado en WordPress, sin ánimo de lucro, y dedicado a tratar el mundo del cómic y sus confluencias con otras formas artísticas”. Así nos describimos y así es. En Zona Negativa hablamos de cómics, a diario, pero es imposible desligarlos de otras formas de arte, de su entorno y de su historia. Justo acabamos de leer el final de Clase Letal, una serie íntimamente unida a la escena musical estadounidense, ahí queda esa joya del cómic español actual llamada Goya Saturnalia, con evidentes referencias pictóricas, y qué decir de las adaptaciones del cómic al cine o a la inversa; pero si tenemos una unión en nuestra mente es la del cómic y la literatura. Es lógico, no solo porque ambos usen la palabra escrita, aunque seguro que se os ocurre más de un cómic sin una sola letra en su interior, sino principalmente porque a nivel industrial ambos pertenecen al sector editorial. Desde la imprenta hasta el producto físico final guarda muchas similitudes con el maravilloso mundo de los libros, pero es uno de esos casos en los que los árboles no nos dejan ver el bosque y en realidad su gestión y su expresión son diferentes. No es extraño, son formas de comunicación distintas, con lenguajes propios y, en definitiva, dos artes diferentes.
En Zona Negativa desde hace años hemos aprovechado esta fecha para reivindicar “En el día del libro regala tebeos” pero los tiempos cambian y ahora tenemos un “Día del cómic”, oficial de nuestro país, un estado que lo reconoce como un arte propio. Eso es un paso muy importante en la lucha por la visibilidad de nuestro amado medio.
Hace apenas unos días la Sectorial del Cómic de España se reunía con el presidente Pedro Sánchez, donde le expusieron algunos de los problemas a los que se enfrenta el medio y sus diferentes profesionales, en un país con un gran reconocimiento internacional por la calidad de sus artistas. Teresa Valero, autora de Contrapaso, se hacía eco en su cuenta de Twitter de los temas que se habían tratado en dicha reunión y, ahora, nos podemos quedar con dos puntos importantes: “De que hacer un cómic y un libro no es lo mismo” y “De que el cómic tiene valor en sí mismo, no es un hermano menor de la literatura ni un medio de llegar a ella”. Es cierto, por mucho que compartan ciertos puntos, si se quiere crear un entorno cultural propio para el cómic no se puede hacer en base a una dependencia de la literatura. Por eso hoy hemos decidido aparcar esa idea de “comprar tebeos” para centrarnos en los libros, pero… ¡Sorpresa! ¡Hay libros sobre cómics! Así es, como decía al principio es imposible desligar completamente un arte de otro, y nuestros redactores están dispuestos a presentar algunos. Vamos a ello. Y recordad que queda abierto este espacio para que podáis recomendar todos aquellos libros que os vengan a la cabeza y así descubramos joyas ocultas.
Nacho Teso presenta…
Words for Pictures: The Art and Business of Writing Comics and Graphic Novels, de Brian Michael Bendis.
Words for Pictures sigue siendo uno de mis libros teóricos favoritos sobre cómic que jamás haya leído. Quien me conozca bien podría pensar que se debe, básicamente, a que es un libro de Brian Michael Bendis. Y si bien eso influyó en la decisión de comprarlo, no es ni mucho menos su único valor. Desde luego encontraréis aquí un repaso a la vida y carrera del guionista que alcanza hasta casi el año 2014, que fue cuando se publicó originalmente este libro. Podréis conocer su punto de vista sobre sus inicios en la escena independiente hasta el resto de su obra Marvel (aún faltaban 4 años para su marcha a DC Comics). Pero, ante todo, el guion es el rey de este tomo, y todo pasa por ese prisma inamovible.
Si te interesa el guion, cómo nace, cómo se escribe, sus distintos tipos, sus propósitos, la conversación que se genera entre guionista, dibujante, editor y todas las personas involucradas en la cadena de producción… Si te interesa lo más mínimo cómo se pasa de la idea al tebeo que acabas teniendo entre manos, este libro es un repaso moderno esencial al arte de poner «palabras a dibujos». No se trata solo de la experiencia de Bendis, uno de los mayores autores modernos, sino que además se acompaña de una serie de entrevistas a otros creadores, tanto guionistas como dibujantes, que aportan su punto de vista y permiten completar este ensayo/manual. Si te animas, incluso se incluyen una serie de ejercicios prácticos al final del tomo, para practicar tú mismo la creación de un guion de cómic. Es casi imposible acabar la lectura sin tener el impulso de hacer algo creativo y enseñarle al mundo algo de lo que tienes dentro.
Bajo el subtítulo de «El arte y el negocio de escribir cómics y novelas gráficas» tenemos un conjunto de lecciones esenciales sobre la realidad bajo la que se crean los cómics, lo que concebimos como guion y lo que realmente nos llega como lectores. El negocio, como cuando aprendemos que varios creadores se han ido reuniendo con Alisa Bendis a lo largo de su vida para conseguir consejo legal sobre los contratos que firman y poder blindarse de cara al futuro. El arte, por supuesto, fruto del genio de una de las principales figuras del mainstream estadounidense sin la que no se entendería el tebeo moderno que se produce al otro lado del charco. Y, sobre todo, cómic. Mucho cómic.
Editoriales de España, os hago desde aquí un llamamiento. Este libro solo se encuentra disponible, al momento de escribir estas líneas, en inglés. En su Substack, Bendis ya está trabajando en su segunda parte, llamada Creation. Tenéis una oportunidad de oro de traducirlo y publicar en nuestro mercado un manual esencial. Si alguna vez mi criterio ha servido para algo, por favor, escuchadme. Traducidlo. Publicadlo. Haced que llegue a más gente y que cualquier persona de nuestro país pueda acceder al conocimiento que ofrece. Y, cuando salga la secuela, haced lo mismo. Os garantizo que merecerá la pena.
Raúl Gutiérrez presenta…
Spiderman: La Historia Jamás Contada, de Julián M. Clemente.
Hablar de Spider-Man, o de Spiderman como le conocemos por estas tierras, es hablar de historia del cómic superheroico. Sí, en 1962 los superhéroes (que en aquel momento estaban experimentando una nueva ola de popularidad) no eran en absoluto algo nuevo, pero un héroe como Peter Parker, sin duda constituía una innovación. Y es que, por primer vez un adolescente llevaba la voz cantante en su colección, sin depender de un adulto más experimentado que lo guiara por el camino de la verdad y la justicia. Al mismo tiempo, el poder de Spiderman le causaba más desgracias que beneficios, convirtiéndose en el origen de una gran responsabilidad que hoy, sesenta años después de la creación del personaje, continúa siendo la razón de ser del personaje.
Spiderman pasó de debutar en el número quince de una publicación destinada a la cancelación como era Amazing Fantasy, a convertirse en el héroes más popular de la Casa de las Ideas, un auténtico referente de la misma que incluso lo ha utilizado mas a menudo que ningún otro en sus populares corner box.
Julian M. Clemente, amante de Spiderman desde que puede recordar, editor Marvel de Panini Cómics, y responsable de decenas de publicaciones sobre la editorial, acomete en este libro una labor titánica, que no es otra que diseccionar al personaje desde su primera aparición hasta la última a fecha de publicación de este libro, que data de Octubre de 2015.
Entrevistas, testimonios, detalles que jamás conocimos sobre la creación original de Stan Lee y Steve Ditko, aspectos importantes sobre sus películas e incluso sobre algunos de los videojuegos del personaje se dan cita aquí para ofrecernos la radiografía más completa que ha existido jamás del Hombre Araña. Y por supuesto, manteniendo como eje central de la narración el de los cómics del personaje, analizando todas y cada una de las colecciones que éste ha protagonizado tanto en su aspecto argumental y artístico, como en el editorial, más importante para quien se acerque a esta obra.
Y es que, leer a Julián M. Clemente, es leer a alguien que parece haber estado como un topo infiltrado en las reuniones del bullpen arácnido, tomando nota de todo lo que se decía en las mismas para después regalárnoslo a los lectores.
Una obra que resulta absolutamente imprescindible para cualquier fan del trepamuros que aquí tendrá a la vez un libro que disfrutar, y un manual de consulta arácnido al que acudir siempre que tenga dudas sobre algunos aspectos del personaje.
Jordi T. Pardo presenta…
W de Watchmen, de Rafael Marín.
En 1986, Alan Moore y Dave Gibbons comenzaron a publicar la que casi de inmediato se convirtió en una de las historias más referenciadas, influyentes y analizadas del género de superhéroes: Watchmen. A finales de los ochenta, los relatos superheroicos buscaban nuevos enfoques e ideas, reinterpretando una mitología que nos había dado en sus casi cincuenta años de historia grandes momentos, personajes y cabeceras. Los arquetipos y temas comunes estaban más que establecidos, parecía que el género había llegado a un punto muerto, pero Moore y Gibbons desmintieron la mayor con una propuesta que a nivel narrativo pretendía poner a prueba las mismas viñetas y cuya historia era un interesante juego entre realidad y ficción.
No es una exageración, lo sabemos todos: Watchmen cambió la industria del cómic estadounidense. También nos hizo ver a los superhéroes desde otro punto de vista. La obra de Moore y Gibbons fue una de las primeras en romper las barreras de su propio género. Esto ha provocado que siga hoy tan vigente como en el momento de su publicación y que siga estando en boca a día de hoy de autores, editores, aficionados y divulgadores que han intentado por todos los medios desentrañar todos sus secretos. Esto nos lleva a W de Watchmen, del escritor, traductor, profesor, guionista de cómics y divulgador Rafael Marín. Uno de los estudios más lúcidos y precisos en torno a la obra de Moore y Gibbons.
Marín disecciona de arriba abajo Watchmen. Lo hace ahondando en sus diferentes niveles de lectura, desde los más obvios y básicos hasta los que colindan con los recursos metaliterarios que sus autores ponen sobre la mesa. W de Watchmen también tiene espacio para analizar los sorprendentes aspectos narrativos utilizados por Moore y Gibbons a lo largo de los doce números que componen la serie y para detallar las influencias y referentes originales con los que se construye la historia y sus personajes.
Para cualquier lector que conozca y haya disfrutado de la lectura de Watchmen, este ensayo publicado por Dolmen Editorial en nuestro país -hace ya una década larga- es una lectura casi obligatoria por toda la información que pone sobre la mesa y que como aficionados nos arrastra irremediablemente a la relectura de la obra maestra de Moore y Gibbons. W de Watchmen ganó en 2010 el Premio Ignotus en la categoría de Mejor Obra de Ensayo y a día de hoy todavía sigue disponible en librerías, porque es el complemento perfecto para una de las obras más destacadas de la historia del cómic.
Miguel Ángel Crespo presenta…
La plaga de los cómics, de David Hajdu.
Siempre que aparece una nueva forma de cultura popular es mirada con recelo o incluso con temor. Sucedió con la popularización de la música rock, con la popularización del anime (¿recuerdas cuando se protestó sobre la violencia de series televisivas como Bola de Dragón o Caballeros del Zodíaco?), con la popularización de los juegos de rol (¿recuerdas cuando jugar una partida de Dragones y Mazmorras o de Vampiro: La Mascarada era poco menos que declarar tus intenciones homicidas?) y, por supuesto, con la popularización de los videojuegos. Incluso la llegada de la inocente serie animada de Pokémon puso sobre aviso a una parte de la sociedad que esperaba que Pikachu le provocase terribles convulsiones epilépticas a sus hijos. Es una historia que siempre se repite, pero pocas veces ha dado lugar a una persecución tan insidiosa como ocurrió con los cómics en los Estados Unidos de la década de los cincuenta. Fue la época de las quemas públicas de cómics en las calles y de la creación de un organismo censor cuyo sello de aprobación se vería en las portadas durante décadas.
La plaga de los cómics, el excelente ensayo de David Hajdu publicado por Es Pop Ediciones, es algo más que la historia sobre la alarma social provocada por la popularización de los cómics de terror y los cómics sobre crímenes en Estados Unidos; también es la historia sobre la constante lucha de la cultura popular para abrirse paso hasta las nuevas generaciones atravesando las barreras creadas por los temores de los adultos. De una forma u otra, la cultura popular siempre ha estado en el punto de mira porque abre la mente de los jóvenes hacia el cambio, el auténtico enemigo de los sectores más rancios y conservadores. Los cómics de aquella época eran ofensivos y chabacanos, irreverentes y creativos, descarados y ridículos. Estaban repletos de sexo y crímenes, sí, pero no eran peligrosos por eso. Su cualidad más peligrosa era que enseñaban a niños y adolescentes a cuestionar el statu quo.
La plaga de los cómics narra el desigual conflicto entre la industria del cómic, formada por unos cuantos editores sinvergüenzas, un montón de humildes currantes y unos pocos genios creativos, y los “guardianes de la moral y las buenas costumbres”: políticos sin escrúpulos deseando sacar tajada, sacerdotes hipócritas dispuestos a encender hogueras en las puertas de sus iglesias y profesionales farsantes como el infame Dr. Fredric Wertham. En sus páginas se narra de forma detallada pero amena el auge y caída de la editorial EC, los juicios contra figuras del mundo de las viñetas y la creación del Comics Code Authority. Meticulosamente documentado, el libro demuestra un sentido del humor muy afilado y dibuja una imagen muy acertada de la sociedad de la época… que no es tan distinta de nuestra sociedad actual como nos gustaría creer. Se trata de una lectura tan instructiva como deliciosa que quizá cambie tu forma de ver los cómics.
Gustavo Higuero presenta…
Wonder Woman: El feminismo como superpoder, de Elisa McCausland.
Han pasado seis años desde que se publicara el libro de Elisa McCausland, Wonder Woman – El feminismo como superpoder (errata naturae), un ensayo sobre los, entonces, 75 años del personaje, donde nos sumergía en el relato de la construcción de uno de los arquetipos más relevantes de la cultura superheroica popular
Para conformar este libro sobre Wonder Woman, la escritora de Supernovas (otro de sus ensayos sobre la ciencia ficción y el feminismo junto a Diego Salgado), se une al talento de Carla Berrocal y Natacha Bustos, que se hacen cargo de las ilustraciones del libro a la hora de legitimar el estudio de la figura de Woner Woman a través de una perspectiva feminista y ejemplo todo ello como artefacto simbólico.
El libro recorre las distintas etapas editoriales del personaje, al tiempo que muestra las distintas sinergias que surgen a su alrededor y que se filtran en la sociedad de las mujeres activistas del siglo pasado y el actual.
Pero el texto no solo recoge en su seno el trabajo de McCausland, sino que también hace de vehículo transmisor de los testimonios de grandes figuras ligadas a Wonder Woman como Jill Lepore, Trina Robbins, Greg Rucka y Phiil Jimenez, Renae De Liz y la propia nieta de Marston, Christie Marston. Un compendio significativo y directo que habla no solo de la figura de la Amazona, sino de sus principales valores para cambiar a la sociedad rompiendo los patrones establecidos.
El libro hace hincapié en la necesidad de iconos feministas, del valor de ese aspecto, cuando incluso el personaje sufrió en sus carnes el peso de un trato desigual por su género. Y es en ese punto en el que el libro trasciende su estructura de ensayo histórico de una figura ficticia para increpar a les lectores a mirar al espejo para conectar con esos aspectos transformadores que hay en nuestro interior. Este libro es una manual, una herramienta para ello, para adentrarse en el camino que debemos recorrer para activar este superpoder.
Un libro que convence a los que busquen un libro que detalle los devenires de Wonder Woman dentro de la industria y que descubrirán que entre sus páginas existe un extra adicional como ente insertado en la cultura popular, vertebrador de un ADN feminista de potencial ilimitado.
Román de Muelas presenta…
R. Crumb: Recuerdos y opiniones, de Robert Crumb y Peter Poplaski.
El Underground americano es uno de los grandes géneros del cómic mundial. No por su volumen ni por sus niveles de facturación, si no por su influencia. Este género marcó un antes y un después y abrió el medio a nuevas formas de contar las historias, a nuevos temas y enfoques.
Convirtió en popular un arte ya popular, lo hizo madurar, lo evolucionó. Fue otra manera de entender “lo popular”. No es que fuera la intención de los autores revolucionar el mundo con sus tebeos, simplemente pensaron que era una buena manera, barata, rápida y creativa de explicar los temas nadie estaba explicando en cómic.
El cómic Underground americano se ha visto influido por otros géneros, por la literatura, la música y el cine pero también ha influido en estos medios.
Robert Crumb es el patriarca de este pequeño rincón del cómic. Pusilánime, tímido, acomplejado, víctima de los abusones y moderadamente perturbado, el autor nació fuera de su época. en su infancia vio morir a la vieja América y sintió nostalgia de una época que no vivió, pero sí revivió. Una época que, como él mismo explica, no existió ya que esa américa idílica era racista, machista, homófoba y profundamente xenófoba.
Crumb se sintió solo en el mundo, fuera de lugar, y para no acabar majareta perdido volcó todo su mundo interior (y todo es todo) en los cómics, toda la rabia y odio hacia el mundo que no le gustaba y el que le tocó vivir, la explosión hippy.
Influyó en multitud de autores que a su vez han influido en otros artistas y medios. En la lista pondríamos a los hermanos Hernandez, Bagge, Clowes, Matt, Seth, Burns, Brown, Shelton… por hablar solo de los del underground americano. Pero su onda expansiva llegó mucho más allá y ha sido referenciado por su importancia incluso por Alan Moore, entre otros.
De Crumb se ha publicado poco en España, la verdad (casi todo por parte de La Cúpula). Apenas unos veinte tomos delgaditos, mucho menos que Bendis, por ejemplo. Sin embargo, tenemos la suerte de poder disfrutar de su autobiografía. Se trata de un libro caótico, desordenado, directo, honesto, molesto… en el que Crumb nos explica su vida, sus opiniones sobre diferentes temas, su versión de los acontecimientos… con decenas de páginas de cómics insertadas, que hacen referencia a los temas que se tratan en el libro. No es difícil o sí, porque Crumb es casi un pionero del Slice of Life, ya había reflejado su vida de forma más o menos indirecta. También hay multitud de fotografías, fotocopias de anuncios, de revistas, citas de otros autores… todo para contextualizar la vida de uno de los nombres más importantes del cómic.
Además, viene con un CD de regalo con los mejores temas de su grupo de música. Música bastante añeja, ya aviso.
Si os gusta Crumb, el undergound o tenéis curiosidad por el autor o el género, este libro es una buena oportunidad porque lo acaban de reeditar.
Y si queréis ampliar hay un libro de entrevistas publicado por Gallographics.
Luis Javier Capote Pérez presenta…
La física de los superhéroes, de James Kakalios.
Aunque ya tuve ocasión de reseñar esta obra, hace cosa de trece años, siempre es bueno traer a colación un libro que, a través de los tebeos del género superheroico, hace divulgación de la ciencia y, más específicamente, de la Física.
Sobre la premisa básica de la posibilidad real de ciertos poderes clásicos como el vuelo, la fuerza descomunal, la súper-velocidad o el control de las fuerzas de la naturaleza, el autor aprovecha para explicar una serie de conceptos físicos, sin recurrir al uso de las temidas fórmulas matemáticas.
Con un estilo ameno y distendido, Kakalios lleva de la mano al lector a través de la descripción de las habilidades de personajes bien conocidos y de las distintas ramas de la ciencia física que van siendo desarrolladas, tomando como excusa la referencia a héroes como Superman, Tormenta, Flash o el Hombre Hormiga.
El autor expone cómo ciertos poderes podrían ser plausibles en nuestro mundo, al tiempo que advierte que la suspensión de la realidad propia de la ficción evita los efectos secundarios y secuelas que el ejercicio de tales habilidades podría tener. Además, llama la atención sobre el mayor o menor conocimiento de los conceptos científicos del autor de turno y el consecuente esfuerzo por dotar de verosimilitud lo que se ve en las viñetas.
La obra es, para terminar, una buena forma de repasar la Física aprendida en los años colegiales y para acercarse al conocimiento de esta disciplina del saber.
Tristan Cardona presenta…
Franquin et les fanzines, de Dupuis.
Déjenme hacer un poco de trampa. Podría haberles recomendado algunos libros tan extraordinarios como Espíritu de los cómics o Cuando la inocencia murió de Javier Coma o el Eisner/Miller, una apasionante conversación moderada por Charles Brownstein o incluso el imprescindible Shop Talk donde el mismo Eisner conversa con figuras del calibre de Harvey Kurtzman, Neal Adams, Milton Caniff, Joe Kubert, Gil Kane, Jack Kirby… Son unos libros esenciales que están editados aquí – aunque algunos sean realmente difíciles de encontrar – pero todos los tenemos disponibles en lengua castellana.
Sin embargo, a mí me gustaría recomendar una obra que solo se puede leer en francés, de ahí la trampa que les comentaba antes, pero que es una auténtica maravilla. Se trata de Franquin et les fanzines. Es un repaso por todas las entrevistas – y son muchas – que este genio de la bande dessinée llamado André Franquin concedió a los redactores de estas publicaciones tan curiosas, pero tan fundamentales en el pasado siglo y que respondían al apelativo de fanzines. Las revistas incluidas en este librito de 480 páginas tienen nombres como Krukuk, Falatoff, Specimen, Sapristi, Ratatouille u otras cabeceras algo más convencionales. En todas los entrevistadores están rendidos a los pies del creador de Gaston La Gaffe y en todas estas entrevistas – entretiens lo llaman ellos – el maestro belga se explaya con una asombrosa lucidez, con un entrañable cariño y una enorme simpatía. Este recopilatorio esta adornado, además, por una gran cantidad de portadas, ilustraciones, bocetos y ejemplos del arte inigualable del creador de Las ideas negras. La coordinación editorial de esta obra publicada por Dupuis corre a cargo de Élisa Renouil y colaboran Serge Honorez, José-Louis Bocquet y Philippe Ghielmetti. La edición que tengo en mis manos es del 2013 y tiene el hermoso subtítulo de Entretiens avec la presse souterraine (1971-1993). Es un libro de estudio auténticamente imprescindible para quien disfrute con el cómic producido en Francia y Bélgica… Y para quien conozca lo suficiente la lengua de Charles Baudelaire y de Bertrand Tavernier. Esperemos que alguien tome nota y se pueda disfrutar pronto en castellano.
Y ya que hablamos de André Franquin, déjenme que abuse un poquito más de su enorme paciencia y les recomiende otro libro imprescindible titulado Et Franquin créa La Gaffe donde el prestigioso crítico francés Numa Sadoul recoge varias entrevistas realizadas en 1985 y durante varias sesiones al mejor dibujante de Spirou. Lo publica Glenat, está recién salido del horno y aún no lo hemos leído por entero, pero de momento está resultando absolutamente apasionante. También sería de agradecer que se tradujera en la lengua de Antonio Segura y Felipe Hernández Cava. Por pedir…
Salut!
Pablo Sánchez López presenta…
Supergods: Héroes, mitos e historias del cómic, de Grant Morrison.
Como fan absoluto de la literatura relacionada con los cómics, no puedo sino celebrar una iniciativa como esta, en nuestra casa común, Zona Negativa. Y a pesar de barruntar la posibilidad de recomendar un libro más académico, me he decidido por este Supergods escrito por el enfant terrible Grant Morrison. Te podrá gustar más o menos pero es innegable que es difícil que Morrison te vaya a dejar indiferente. Desde hace más de tres décadas, el escocés ha creado cómics polémicos, excesivos, muy personales e incluso algunas obras verdaderamente excelentes. Pero siempre, siempre, imponiendo el sello de su ¿caótica? ¿genial? ¿cargante? personalidad.
Y personalidad es lo que define este libro en el que Morrison nos lleva en un viaje por sus recuerdos de infancia y posteriormente su carrera en el mundo del cómic, intercalando reflexiones personales con su particular forma de resumir la historia del género en el mundo anglosajón. Como escritor de ensayo, el escocés puede atraer tanto como provocar rechazo. Su análisis de Watchmen es magnífico y podemos atisbar el respeto que el hombre sentía hacia Alan Moore (transformado luego en otras emociones menos positivas). Sorprende los momentos de autocrítica a su propia obra. Resulta tedioso leer una cantidad absurda de páginas en las que relata al lector sus experiencias psicodélicas con drogas y sin ellas.
Me parece un acierto, aunque siempre discutible que Morrison renombre la Bronze Age de los cómics como la Dark Age (finales de los 70, mediados-finales de los 80) a pesar de que es la época en la que el cómic como medio consiguió una legitimidad cultural impensable apenas una década antes. El guionista no continúa el hilo lógico de su argumentación -mencionar los años 90 como un periodo neoclásico- ya que obviamente su trabajo, exceptuando obras contadas, como su JLA, casi nunca se ha metido en el mismo grupo de aquella época comandado por Mark Waid y Kurt Busiek.
Publicado en España por Turner en una edición tan manejable como un tanto cara (casi 30 Euros), Supergods es una lectura diferente de la historia del cómic USA. Excesiva pero siempre estimulante. Como su autor
Enrique Doblas presenta…
La novela gráfica, de Santiago García.
Tengo un especial cariño por La Novela Gráfica, el magnífico trabajo teórico de Santiago García. Aunque como muchos aficionados había disfrutado de los clásicos del medio El Comic y el Arte Secuencial de Will Eisner y Entender el Cómic, de Scott McCloud, éste fue el primer trabajo que verdaderamente me abrió los ojos. No al potencial, mecanismos y grandeza del cómic, como pretendían aquellas instructivas obras seminales, si no a la crítica como profesión.
Yo era entonces un entusiasta que se estaba haciendo (demasiado) mayor y aquel libro me cayó en las manos como agua de mayo. Para mí, aún desconocedor de hasta las revistas más básicas e históricas de teoría del cómic de nuestro país e incluso de esa otra maravilla que es La Historia de los Cómics de Toutain, fue una revelación. Se podía hacer un estudio riguroso de ese medio que tanto amaba. Se podía explorar su historia, sus métodos, sus autores, con el fin de hacer pura investigación.
Dicho esto, me perdone José Torralba (en todo caso no os perdáis su interesante artículo y todo el debate que provocó), pero a mi sí que me parece un libro bien estructurado, profusa y acertadamente fundado y, en eso estamos todos de acuerdo, increíblemente ameno. García nos lleva de la mano como uno de esos maestros molones del instituto, a los que siempre recordaremos por habernos hecho aprender sin darnos cuenta.
Nos despierta el interés con un primer capítulo en el que nos entregamos a la “excusa” del libro sobre el término Novela Gráfica (yo creo personalmente que el debate es tan necesario como estéril, porque las palabras las crean, mantienen y olvidan los propios usuarios). Pero a partir de ahí, con la excusa de buscar los orígenes, aprovecha para hacer todo un exhaustivo y placentero (¡no es un oxímoron!) repaso de la historia del cómic del que, en su momento, saqué información y referencias que aún hoy sigo buscando y disfrutando.
Y como decía al principio, descubrí que un crítico de cómics podía ser tan necesario como un autor. Educar, hacer conocer, descubrir, investigar… son funciones también clave para aupar al noveno arte que todos amamos. Y Santiago García es uno de los mejores. Si lo veis en una librería, tienda de cómics o puesto de segunda mano, no lo dudéis un segundo y dejaros llevar por el conocimiento.
Mònica Rex presenta…
Manga: del cuadro flotante a la viñeta japonesa, de José Andrés Santiago
¿Qué es el manga? Desde que me hice esta pregunta por primera vez, he escuchado miles de respuestas, pero sigo sin tener una que me deje satisfecha. El manga es un concepto volátil. Cuando crees que lo tienes delimitado, se te escapa de las manos. Manga es cómic, pero cómic no es manga. Y en esta fórmula lógica hay algo magnético. Algo que me tiene atrapada, leyendo uno tras otro todos los libros teóricos que caen en mis manos. De todos ellos, uno de mis favoritos es Manga: del cuadro flotante a la viñeta japonesa.
En él, su autor, José Andrés Santiago realiza una extensa aproximación a los elementos históricos, sociológicos, industriales y conceptuales que hacen del manga lo que es. Porque más allá de ser la manera como los japoneses denominan al cómic, el manga tiene unas características propias que este libro es capaz de dilucidar. Desde la aproximación histórica donde rastrea los estratos del manga en las diferentes tradiciones artísticas japonesas, hasta el nacimiento del manga moderno en un contexto sociopolítico lleno de influencias internacionales; y terminando por su influencia en el resto de manifestaciones culturales pop japonesas.
Manga: del cuadro flotante a la viñeta japonesa es un libro que toda persona que quiera profundizar en el contexto del manga debería leer. Al menos una vez en la vida. José Andrés Santiago adaptó su tesis doctoral en Bellas Artes para crear este libro, por cierto, trabajo valorado con un excelente cum laude por unanimidad. Ahora bien, esto no quiere decir que sea un texto complejo e inaccesible. Santiago tiene una prosa privilegiada que permite que la lectura sea ágil y fresca. Esto contribuye a que cualquier persona que quiera saber un poco más sobre el manga pueda acercase a él. Pero, además, Manga: del cuadro flotante a la viñeta japonesa es un fantástico libro de consulta. No me imagino llevar más de siete años dedicado a esto de la crítica y la divulgación sin tener este libro (y muchos otros) para consultar cientos de datos y detalles. Y, desde hace un tiempo, cuando lo tengo entre mis manos pienso que un día escribiré mi respuesta a la pregunta, ¿qué es el manga?
Juan Luis Daza presenta…
Batman: El resto es silencio, de David Hernando.
Después de su compañero Superman, Batman es posiblemente el superhéroe que más ríos de tinta, real y digital, ha hecho correr a lo largo de sus más de 80 años de vida editorial. Su alcance a un nivel social es tal que ha llegado a tener tanta repercusión en el mundo de la viñeta como fuera de esta siendo el protagonista de una cantidad ingente de largometrajes para la gran pantalla y series de televisión en imagen real y animada para la pequeña, algunas de ellas verdaderas obras maestras que ofrecían una perspectiva del protagonista que superaba al arte secuencial. La creación de Bill Finger y Bob Kane es uno de los iconos más reconocibles de la cultura pop y su versatilidad como personaje permite a aquellos autores que han desarrollado sus historias viajar desde el tono oscuro de sus primeros años, pasando por la colorida edad de plata y llegando a la versión más detectivesca y urbana que también hemos podido ver en producciones como el Batman de Adam West o las películas de Tim Burton, Joel Schumacher, Chiristopher Nolan, Zack Snyder o Matt Reeves.
Batman: El resto es silencio es un pormenorizado ensayo a manos de David Hernando, profundo conocedor del lore en papel y celuloide del Guardián de Gotham, desde su creación en 1939 hasta principios del siglo XXI pasando por las etapas más reseñables del personaje con declaraciones en primera persona de profesionales que en mayor o menor medida están viculados al hombre murciélago como Scott Beatty, Jeph Loeb, Ed Brubaker, Max Allan Collins, Devin Grayson, Marv Wolfman, John Byrne, Scott McCullar o Chuck Dixon. Con una interminable cantidad de información e imágenes de archivo los puntos más fuertes del libro se encuentran en la reivindicación de Bill Finger como pieza indispensable para la creación del alter ego de Bruce Wayne, sin eludir mencionar las malas artes de Bob Kane para llevarse todo el mérito de la génesis del mismo; y los más cuestionables en el carácter escesivamente inflexible y severo del autor con respecto a algunas de las cintas protagonizadas por el cruzado de la capa. Una lectura indispensable que pide a gritos una revisión con los más de veinte años que abarcan la historia reciente de Batman desde que se editó el libro originalmente hasta la actualidad.
Franquin et les fanzines es muy citado en los integrales de Spirou que publica Dibbuks. Sería genial contar con ese material en castellano