Una fábula atemporal sobre los peligros del poder.
«Señores, es incalculable el perjuicio que se saca de tener un gobierno podrido. De un lado, por el mal que hace. Del otro, por el bien que podría hacer y no hace.»
Aunque ya tiene una carrera muy larga como autor Pep Brocal (1967, Terrassa) no se prodiga tanto el cómic para adultos como nos gustaría, puesto que también dedica parte de su tiempo al álbum infantil, la ilustración o la serigrafía. Pero, por suerte, desde que en 2013 publico esa joya que es Alter y Walter o la verdad invisible (Entrecomics Comics) se prodiga algo más y durante esta última década nos ha ido regalando obras de tanta calidad como Cosmonauta (Astiberri, 2017) o Inframundo (Astiberri, 2019) en las que confirmaba que estamos ante un autor en perenne estado de gracia capaz de saltar por diferentes géneros en los que nos ha ofrecido un maravilloso cruce de referencias de todo tipo creando unas obras que nos consigue sorprender y emocionarnos como muy pocas veces sucede. Algo que también encontramos con Libro de las bestias, un trabajo que supone un cambio de tercio en su carrera ya que se trata de la adaptación al cómic de una parte de Libro de maravillas, la obra escrita por Ramon Llull hace más de setecientos años. Un cómic que acaba de publicar Bang Ediciones hace unos pocos días con una cuidadísima edición siguiendo la estela de las obras que la editorial ha publicado en su colección Clasicomix en la que algunos de los autores nacionales más destacados adaptaban diferentes novelas y en la que hemos podido leer las versiones de Frankenstein y El hombre que plantaba árboles de Sandra Hernández y el Jekyll & Hyde de Tyto Alba.
Libro de maravillas es una novela de carácter didáctico que el filósofo, escritor y teólogo mallorquín Ramon Llull (1232 – 1316) escribió durante su primera estancia en Paris entre 1288 y 1289. En sus páginas trataba de compilar en diez apartados las diferentes ramas del saber del siglo XIII a las que el mallorquín había dedicado su vida. Esas ramas del saber eran: Dios, los ángeles, el cielo, los elementos, las plantas, los metales, las bestias, el hombre, el paraíso y el infierno. Libro de las Bestia era la séptima parte, pero en lugar de encontrarnos ante un tratado sobre zoología similar a los bestiarios que abundaban en la época estamos ante una sagaz fabula política en la que el autor mallorquín nos mostraba los peligros del abuso de poder por parte de quienes lo ejercen. Un capítulo que se cree que escribió para advertir contra los malos consejeros al rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, con el que había tenido contacto mientras lo redactaba. Esta parte, que funciona como una unidad narrativa cerrada también servía de alguna forma como un prólogo a muchos de los temas que trataba en el capítulo siguiente que estaba dedicado al hombre y en el que abordaba todo lo relacionado con la moral de la época.
Libro de las bestias nos traslada a un reino habitado por animales antropomórficos en que se están decidiendo quien debe ser su rey, lo que nos permiten ver un fiel reflejo de lo peor de los que es capaz el ser humano para conseguir sus propósitos. La votación finaliza con el león elegido como rey, con Renard, la zorra, fuera de cualquier cargo de poder. Una situación que la lleva a urdir un plan para tratar de escalar posiciones y hacerse con la mayor influencia y cuota de poder posible. Un recorrido en el que vemos su capacidad para manipular, traicionar y amedrentar a cualquiera que le suponga un obstáculo en su ascenso. Aunque estemos ante una fábula, no se parece en nada a las de Disney, ya que está pensada para lectores adultos con una trama compleja y con una visión de la humanidad bastante pesimista en la que abunda la violencia.
Afrontar la adaptación de una obra como esta no es una tarea nada sencilla, ya que se trata de un texto muy alegórico y repleto de simbología, escrito en una época en la que se trataba de ser lo más didáctico posible empleando muchas pequeñas historias para explicar lo que iba pasando, algo que abunda en la obra de Llull y que Brocal ha sabido trasladar en su adaptación, aunque prescindiendo de buena parte de esas microhistorias, pero conservando en todo momento el espíritu y mensaje del texto original. Ese no es el único cambio que ha introducido ya que también ha adaptado los diálogos para que suenen más actuales, pero sin perder del todo ese tono que nos remite a la época en la que se escribió la obra. El otro gran cambio que ha introducido es que en esta versión Renard es una zorra en lugar de un zorro. Ella es el personaje más fascinante de toda la trama puesto que su desmedida ambición no es por enriquecerse con el poder que ostenta, sino que esta subyugada por el placer de dominarlos a todos. Junto al resto de los personajes, que tampoco salen muy bien parados, conforman una radiografía de la sociedad humana en la podemos observar los mecanismos con los que funcionan las relaciones de poder y sus luchas intestinas por lograrlo. Un retrato que sigue siendo tan certero hoy como cuando se escribió la obra, que como muchas fabulas tiene un final moralizante y apagado por completo a la realidad que nos recuerda que la inteligencia no basta siempre para conseguir nuestros propósitos y que a veces entremezclarla con la fuerza es mucho más efectivo, además de recordarle a los gobernantes que no deberían perder nunca el contacto con el pueblo.
Visualmente estamos ante una obra impecable en la que Brocal consigue dotarla de un estilo propio y moderno, pero sin perder por el camino la estética medieval de los bestiarios, aunque sus animales vistan trajes actuales con una exquisita elegancia, pero que no sirve para esconder las mezquindades de las que son capaces. Y es que ellos, al igual que algunos de los seres humanos más peligrosos y nocivos que vemos a diario, tratan de tapar sus maldades adornados con traje y corbata. Ese recuerdo a la estética medieval viene marcado en gran medida por la elección de una paleta de colores en la que predominan los ocres que nos remiten a la iconografía de la época. Como sucede con todos sus trabajos previos, el autor catalán demuestra una enorme pericia narrativa tanto en la composición de las páginas como en el ritmo que sabe imponer a la obra en la que consigue que las microhistorias que mencionábamos antes estén bien integradas en la trama y no supongan un altibajo, todo lo contrario, ya que se convierten en un agradable desvío en la historia que sirve para que coja más fuerza. Para poder diferenciarlas de la historia principal cambia el estilo gráfico haciéndolo más esquemático y también hace lo propio con la paleta de colores en la que el azul cobra una mayor importancia.
Bang ediciones hace una edición fantástica llena de un sinfín de detalles como una sobrecubierta que se convierte en poster, una reproducción perfecta, un gran tamaño y un diseño cuidadísimo, que nos dejan ver el mimo que han puesto en este trabajo. Además de la propia adaptación del texto de Ramon Llull el volumen contiene dos prólogos, uno en formato cómic en el que Brocal nos contextualiza con desparpajo tanto al autor como la obra y un magnífico texto de Joan Santanach, experto en la obra de Llull, traducido del catalán por Miguel Sánchez García que, entre otras cosas, no explica los antecedentes de la obra.
En Libro de las bestias Pep Brocal firma una brillante adaptación que nos recuerda lo tristemente vigente y moderna que es la visión de Ramon Llull de todo lo que rodea al poder y quienes lo ejercen. Una fábula política que nos permite hacer un recorrido por las facetas más tenebrosas de la condición humana dibujada con la maestría y claridad narrativa que encontramos siempre en los trabajos del autor catalán.
Lo mejor
• La manera en la que Brocal consigue modernizar la historia sin que se pierda la esencia del mensaje ni el regusto medieval de la historia.
• La capacidad narrativa de Brocal.
• La edición es soberbia.
Lo peor
• La constatación de lo poco que hemos cambiado como sociedad los últimos setecientos años.
Guión - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 9
8.8
Juegos de poder
Pep Brocal pasa con nota la difícil prueba de adaptar al cómic la fábula escrita por Ramon Llull sobre el poder y todos los tejemanejes y las manipulaciones de quienes lo ansían y ejercen. Una historia que no ha perdido ni un ápice de actualidad pese al paso del tiempo.