Star Trek es la historia de un fracaso. Dicho así puede sonar extraño cunado estamos frente a una de las franquicias de ciencia ficción más longevas. No en vano hace ya 57 años que vio la luz, en el lejano 1966, en la pequeña pantalla, el primer episodio de una serie diferente a todo lo que se había hecho antes, forjando la leyenda a través de una serie que no logró el favor del público y que acabó siendo cancelada tras tres temporadas de errático recorrido.
Pero hoy todo es muy distinto. Star Trek está presente a través diversos proyectos, como son Discovery, Mundos Extraños, Picard, Cubiertas Inferiores y la que nos atañe, Prodigy.
La animación no es algo que sea ajena a Star Trek, sin embargo, no es precisamente donde más se ha prodigado la franquicia. Si nos remontamos en el tiempo y regresamos a ese fracaso germinal, tras las tres primeras temporadas iniciales, la cadena NBC dio por concluido el peregrinaje de la tripulación del Enterprise debido a la baja audiencia que estaba cosechando la serie. El fenómeno trekkie era algo que es estaba cociendo a fuego lento en las calles, en las primeras convenciones, de manera lenta pero segura. Ese fenómeno llegó a golpear las puertas de la NBC en forma de cartas demandando que Star Trek continuara en emisión. La presión no dejó de subir y este inesperado interés por una serie que ya no estaba en antena empujó a la NBC a resucitarla, pero de la manera menos esperada, como serie de animación. Fue de esta forma que, en septiembre de 1973, en horario matinal, destinada a un público juvenil, se emitió el primer episodio de la serie de animación de las nuevas aventuras del Enterprise.
Una serie fiel al concepto de la serie de acción real, que nunca llegó a calar entre el público joven, precisamente por esa fidelidad al original, que permitió que sus seguidores se reencontraran con su querida tripulación de nuevo. Una serie de animación con enormes carencias técnicas, con excesivos planos largos con las figuras estáticas para ahorrar costes, pero que si brillaban por las historias y argumentos planteados que estaban muy por encima de la media de este tipo de producciones animadas.
Y apenas un año después de su estreno le llegó de nuevo la temida cancelación. Eso dejó a la franquicia sin un producto animado desde 1974 hasta el año 2020, un largo periodo de 46 años que acabó con la llegada de la serie de animación titulada Cubiertas Inferiores, centrada en narrar las venturas de los tripulantes de la nave Cerritos que no son los habituales en el puente de mando. La serie, en clave de humor, afín al espíritu de Star Trek, supuso todo un hito en la franquicia al lograr un producto adulto, directo y capaz de reírse de sí mismo, abriendo la puerta a otro tipo de trabajos dentro de la animación, como la mencionada, Prodigy.
Si algo le faltaba a la franquicia era disponer de una serie capaz de acercarse a un público más joven, con el objetivo de plantar la semilla que germinara en un nuevo seguidor de las aventuras de la Flota Estelar. Con esa intención se gestó este nuevo proyecto animado en el que en enfoque iba a ser muy distinto a lo visto anteriormente, pero sin traicionar el ADN básico de la franquicia. La tercera serie de animación de Star Trek y la primera en 3D, llegó con ganas de demostrar que, en animación, la franquicia aún tenía mucho que decir.
Prodigy es esa serie, esa aventura de animación destinada a mirar de tu a tu a esa inmensa cantidad de espectadores en potencia que se ven impelidos a entrar en una franquicia exigente en muchos aspectos a la hora de acceder a ella. Creada por Kevin y Dan Hageman para Nickelodeon y producida por Alex Kurtzman, que había firmado, por cinco años con la CBS, un contrato con el que expandir la franquicia más allá de la serie Discovery, cuyos frutos son las series anteriormente comentadas. En 2019 se anunció la creación de una nueva serie de animación, alejada en tono y enfoque de Cubiertas inferiores, pero con las intenciones muy claras de lo que se pretendía con ella. La semilla de Prodigy ya estaba plantada y se materializó en 10 episodios (su primera parte de los 20 planificados) que fueron emitidos a finales de 2021 en USA y que llegaron a España con el desembarco de la plataforma de video bajo demanda SkyShowtime.
La serie se ancla cinco años después de la llegada a la Tierra de la USS Voyager. Sus protagonistas son varios prisioneros del cuadrante Delta, sometidos por la déspota figura de Advino, obligados a trabajar en una eterna vida de excavación, hasta que el destino los coloca frente a un impresionante descubrimiento, una nave de la Flota Estelas, la USS Protostar, cambiando por completo sus vidas, más allá de ser una nave para escapar de su cautiverio, es el vehículo que les permitirá encontrase a sí mismos en medio de una vida carente de sentido y objetivos.
Con a premisa planteada solo quedaba poner en marcha una historia que pretendía desarrollar más y mejor a los distintos miembros de una peculiar y variopinta tripulación. No hay que olvidar que estamos ante hasta 12 personajes de nuevo cuño, con un décimo tercero que mira a la USS Voyager, al ser la representación holográfica de la capitana Katherine Janeway. Esta es la forma de poner sobre la mesa un nuevo elenco de protagonistas para todo aquel que no haya tenido contacto previo con la franquicia, dejando espacio para el que llegue hasta ella con la rigurosidad de un trekkie. Hay espacio para los neófitos y los curtidos seguidores de Star Trek. ¿Pero hay espacio para un público más juvenil respecto al que la franquicia se dirige normalmente? Si y no.
Por un lado, la serie funciona a la perfección en todo su planteamiento. Hay una trama general, un mal endémico del que no parece desprenderse y lejos quedan los episodios auto conclusivos de su serie original, apostando todo a ese hilo conductor y a capítulos enfocados en mostrar facetas de cada uno de los miembros de la tripulación. Los tiempos exigen cambios y el peaje a pagar es la necesidad de tener esa trama que haga que se deban ver los capítulos en un orden muy concreto.
Por otro lado, si el público objetivo de la serie es el juvenil, las tramas no dan concesión en ese aspecto, siendo exigentes, lo que se agradece, pero que puede generar cierta desafección en función de recorrido del espectador en temas de ciencia ficción. Lo exigente de algunos capítulos choca con otros más centrados en lo emocional, en las relaciones, en ese espíritu Star Trek, que logran equilibrar la balanza, pero sin que por ello se sienta como una serie capaz de acercarse a un espectador más infantil. Hay entregas perfectas en ese sentido, pero otras, la mayoría, son verdaderas montañas con conceptos tan potentes y atractivos, así como complejos, como el desplazamiento temporal, la física de partículas, la astrofísica…
Prodigy disfruta de una animación loable, sencilla en su diseño general, funcional y práctica, sin alardes extraordinarios, centrada en mostrar y contar, más que en alardear. En definitiva, el producto exhibe un acabado que a ojos exigentes puede resultar casi pobre, pero que esa primera capa no asuste a nadie, Prodigy sabe explotar a la perfección sus fortalezas visuales para acabar convenciendo de pleno.
Sin embargo, no cuesta mucho alzar la voz contra, no solo el enfoque de la serie, sino por el diseño de personajes, que se alejan de los ya conocidos en la franquicia, para construir un elenco de alienígenas diversos, con cierto cariz más cercano a Star Wars, que a la propia Star Trek. Un mal menor, en todo caso, porque su construcción si responde a los estándares de la saga y no importa como son y de dónde vienen, porque lo que prevalece es lo que marca los designios de la franquicia. Un viaje del héroe para todos sus protagonistas, que recorren sendas muy distintas, pero paraleles en todo momento.
La serie no solo se ha quedado anclada al video bajo demanda, porque ha dado también el salto a videojuego, donde apuesta por la sencillez para continuar lanzando sus tentáculos y seguir captando a nuevos seguidores. Y es que sin la regeneración generacional no puede haber futuro.
Si las intenciones eran las de tener un producto destinado a espectadores más jóvenes, el objetivo no se ha logrado plenamente, porque en realidad la serie persigue mirar a un espectador más joven que infantil. Cumple con creces en su trama, en su propuesta y en su animación, con sus peros, poniendo de manifiesto que Star Trek busca abrirse camino por nuevas sendas narrativas y deshacerse de ciertos estigmas del pasado, pero que continúa lastrada por su propia idiosincrasia. Una serie que al final, lejos de sus intenciones, amplia su espectro y logra convencer a una franja de edad más amplia que la que puede parecer en un primer momento y que, gracias a un trabajo depurado en la historia, es todo aquello que se puede esperar de la nueva Star Trek de la tercera década del siglo XXI.
Dirección - 7.5
Guion - 8
Reparto - 7
Apartado Visual - 6
Banda Sonora - 6
6.9
Interesante propuesta.
Producto de loable factura que cumple con las expectativas generadas, pero que se queda lejos de cumplir su objetivo primordial. Un trabajo interesante que abre nuevo caminos en la franquicia y que resulta refrescante en ese aspecto.
¡Gracias por la reseña!
Desconocía que esta serie existía, pero una vez más Gustavamante ha conseguido que me entren ganas de verla 🙂
Pues ya nos dirás y nos cuentas que tal la experiencia. 🙂