“Adiós, adiós, me voy, me voy”
Gracias a directores como Adolfo Aristarain, Juan José Campanella o el malogrado Fabian Bielinsky, el cine argentino tuvo una gran mejoría a finales de los noventa. Cintas como Un lugar en el mundo, El mismo amor, la misma lluvia o Nueve reinas fueron la inmejorable carta de presentación para que el resto del planeta fuese consciente del inmenso talento que se cocía en el tercer país americano de habla hispana. En el presente siglo, un puñado de filmes como El hijo de la novia, Lugares comunes, Kamchatka, Historias extraordinarias, El secreto de sus ojos, Relatos salvajes o, la reciente, Argentina 1985 traspasaron fronteras, habitualmente, con Ricardo Darín en papel protagonista. Sin embargo, en esa explosión primigenia tan solo el nombre de Lucrecia Martel, quien ganó premios en Berlín o Sundance gracias a La ciénaga en 2001, destacaba por su mirada femenina. Este hecho ha ido mutando en los últimos años a buena velocidad y otros nombres como los de Natalia Garagiola, Anahí Berneri o Valeria Bertuccelli han demostrado que las mujeres del país albiceleste tienen mucho que decir detrás de las cámaras.
Otra de las voces emergentes del nuevo cine argentino es Laura Citarella, quien estudió en la Universidad del Cine de Argentina para, posteriormente, formar parte de la productora de cine independiente El Pampero Cine. Citarella, que ha visto como sus filmes eran recibidos muy positiviamente en festivales como Venecia o San Sebastián, recientemente visitó España para presentar su último trabajo, Trenque Lauquen. El título del filme que hace referencia a la población situada en la provincia de Buenos Aires y de la que es originaria la familia de la directora, verá luz este viernes, 9 de junio, en un selecto número de cines situados en la piel de toro. Ganadora del Premio al mejor Largometraje Latinoamericano en el Festival de Cine de Mar de Plata y el Premio del Público en el Festival D’A de Barcelona se proyectará en Madrid, San Sebastián y la Ciudad Condal para, posteriormente, establecerse en FILMIN.
Aplaudida por la crítica, Citarella nos presenta una cinta que se aleja completamente de lo convencional. La historia está dividida en dos partes y, cada una de ellas, supera las dos horas. Como si de una novela se tratara, Trenque Lauquen está fragmentada en once capítulos desordenados cronológicamente en los cuales conoceremos a Laura, interpretada por Laura Paredes (coguionista de la película junto a Citarella) y a los distintos personajes que revolotean alrededor de su protagonista.
Pero ¿de qué trata Trenque Lauquen y cómo ha acabado siendo reseñada en Zona Negativa? Aunque la idea inicial fue otra (la película comenzó a rodarse en 2017), la trama arranca con la búsqueda de la desaparecida Laura por parte de dos hombres. Uno de ellos, Rafael, es la pareja de Laura que ha llegado a la población bonaerense con el firme propósito de encontrar a su amada. Le acompaña Chicho, mucho más reservado, a quien la protagonista tomó prestado el coche antes de desaparecer. Los primeros misterios empiezan a plantearse. ¿Qué ha pasado con Laura? ¿Qué relación tenía con su novio? ¿Surgió algo más que amistad con Chicho? A pesar de sus más de 200 minutos de metraje, Trenque Lauquen ofrece pocas respuestas porque, precisamente, el misterio se adueña de la película para uno mismo sacar sus propias conclusiones o, directamente, no hacerlo.
Como si de una serpiente se tratase, Trenque Lauquen va mudando de piel a lo largo de la película para transformarse en otra cosa. Lo que comienza siendo un drama costumbrista con toques de road movie acaba convirtiéndose en una cinta que abraza el fantástico sin rubor. En la mencionada primera parte, viajaremos al pasado para comprobar que Laura está instalada en Trenque con un proyecto de clasificación de flores que le sirva para conseguir la cátedra en la universidad. De manera totalmente casual, Laura encuentra en un libro de la biblioteca una carta de amor escondida que se convierte, ipso facto, en una obsesión. Con la ayuda de Chicho, el personaje interpretado por Paredes comenzará una gincana para reconstruir la historia entre los dos amantes. A todo esto hay que sumar que Laura participa activamente en un programa de radio local con una columna dedicada a mujeres que hicieron historia. De esta forma, la Autografía de una mujer sexualmente emancipada (de Aleksandra Kolontai) o la leyenda de Lady Godiva funcionan a modo de espejo con lo que podremos ir viendo en pantalla.
Pero todo lo corriente que, temáticamente hablando, puede resultar la primera parte de Trenque Lauquen, sufre una ruptura en la segunda. Con momentos casi oníricos, Trenque Lauquen parece mutar en Twin Peaks. Una vez más, la casualidad llama a la puerta de Laura con un extraño ser encontrado en la laguna del pueblo. La verdad está ahí fuera, repetía, como si de un mantra se tratara, el agente Mulder de Expediente X. Haciendo propia esa afirmación, Laura busca la verdad ahí fuera para encontrarse consigo misma. Como una pista de vinilo que se repite una y otra vez, las obsesiones marcan el camino de Laura quien acaba recordando al personaje de Carmen Zuma (a quien había estado investigando por recibir aquellas tórridas cartas de amor).
Laura Paredes, quien repite colaboración con Citarella tras Ostende (2011), retoma aquel personaje para convertir a Trenque Lauquen en secuela de aquella. Paredes carga con el peso narrativo en sus espaldas encarnando a un personaje tan enigmático como los misterios que persigue. Ezequiel Pierri y Rafael Spregelburd dan vida a la improbable pareja de enamorados que se alían en busca de su amor perdido. Elisa Carricajo y Verónica Llinás se meten en la piel de otra extraña pareja con gusto por las flores amarillas que toman el testigo de los hombres en la segunda parte. Juliana Muras interpretando a una locutora de radio será la llave para saber qué ha sido de Laura… sin saber qué ha pasado con ella.
Los caminos, de Miro y su fabulosa orquesta de juguete, así como Words de F.R. David son temas musicales que se repiten varias veces a lo largo de la película. Lugares comunes en un trayecto que cambia constantemente según va avanzando. Trenque Lauquen es una película poliédrica que no satisfará a aquell@s que gusten de platos muy cocinados.
Lo mejor
• La experimentación llevada a cabo por Laura Citarella.
• El magnetismo que transmite en todo momento.
• La sensación de que vas montando el puzle según avanzan los episodios.
Lo peor
• Algunas escenas alargadas en exceso pondrán a prueba al espectador más impaciente.
• Tratar de comprender lo incomprensible.
• Las distintas tramas que, de manera consciente, quedan sin cerrar.
Dirección - 8.5
Guión - 8
Reparto - 7
Apartado visual - 8
Banda sonora - 8
7.9
Curiosa
Cuando la curiosidad se transforma en obsesión y la investigadora acaba siendo el misterio... Laura Citarella convierte lo cotidiano en fantasía con ecos a David Lynch. Trenque Lauquen es un película que se toma su tiempo para no dejar a nadie indiferente.