Los no poderes de Shazam
Hace menos de 14 días, en el Magazine, hablamos de Mary Marvel, impulsados por la publicación de este tomo que recopila la miniserie escrita por Josie Campbell, con dibujo de “Doc” Shaner. Allí hablamos del origen editorial del personaje y de sus primeros pasos dentro del microcosmos de la Familia Marvel, hasta dar el salto al Universo DC. Ahora, en cambio, toca centrarse en lo que ofrece esta miniserie, para ver y valorar que se puede esperar de esta nueva incursión en el ecosistema que mantiene Shazam desde que fuera redefinido por Geoff Johns en los Nuevos 52.
El personaje de Shazam parece estar condenado a arrastrar tras de sí un lastre del que nunca parece poder desprenderse. Su imagen de inocencia lo persigue desde que se integró en el Universo DC, no en vano Roy Thomas así lo definió en su lavado de cara tras Crisis y así se mantuvo mientras fue miembro de la JLI. Jerry Ordway intentó arrancar todo eso y en su serie regular de los años noventa el personaje gozó de nuevo matices que lo asentaron más y mejor en el Universo DC. Sin embargo, desde que Geoff Johns se encargó de redefinir su origen de nuevo, construir un nuevo entorno familiar y marcar las pautas del nuevo Capitán Marvel para el siglo XXI en los Nuevos 52, la realidad es que lo que parecía una buena idea ha acabado siendo un obstáculo que ha inmovilizado al personaje por completo.
Esta historia quiere explorar las consecuencias de los que se pudo leer en Academia Jóvenes Titanes, donde Billy quedó atrapado en la Roca de la Eternidad y por tanto inhabilitado para poder compartir sus poderes con el resto de sus hermanos adoptivos. Algo que aquí se revierte con el envío de una pequeña porción de poder, el suficiente para que Mary asuma el manto de Shazam, mientras lidia con su propio camino de búsqueda de su yo interior en su mudanza a la universidad.
Josie Campbell es guionista de televisión y cine, así como de cómics, cuyo nombre se puede encontrar en diversas producciones de Warner, Sony, Disney, Mattel y Dreamworks. Ha sido la guionista principal en la serie de animación de She-ra, Princesa del poder y de la reciente serie de Superman en HBO, Mis Aventuras con Superman, de la que también es productora. Su relación con la animación es grande y profunda, pues también ha escrito la película de animación de La Legión de Superhéroes estrenada este año, habiendo dado sus primeros pasos en el noveno arte dentro de la iniciativa Estado Futuro y firmado historias cortas en Wonder Woman Gold y en la serie regular de la amazona. La miniserie que nos ocupa es uno de sus últimos trabajos en llegar a España, a la espera que se publique su trabajo más reciente en USA, relacionado con el evento Knight Terrors.
Ahora que conocemos un poco más el recorrido de la guionista de esta obra, podemos ver más claro el enfoque por el que apuesta, dadas las circunstancias en las que se encuentra el personaje y la necesidad que hay de hacerlo avanzar en su propio estatus. Un estatus que se promete interesante porque rompe con lo establecido, con esa inmovilidad comentada, pues cambia el paradigma y deja atrás ideas que no han funcionado, para buscar nuevos caminos a explorar.
Y, sin embargo, la propuesta no pasa de ser un cómic con más intención que realización, que se convierte en números procedimentales sin apenas trasfondo. Y es que el fondo que se persigue, el de caracterizar a Mary dotándola de personalidad propia, se va desvaneciendo ante la idea machacona sobre la que la guionista se empeña que pivote toda la trama. Una idea que no es otra que la de Mary asumiendo su condición personal a múltiples niveles. Algo que es muy interesante, pero para que así sea hay que construir muchos más puentes para poder cruzar con garantía los afilados desfiladeros que existen en este tipo de historias.
Lo que al final se tiene entre las manos es una aventura suave, carente de carisma, donde no se explotan los poderes de Mary como Shazam en ningún momento, que juega a repetir esquemas de nuevo, sin encontrar la forma de dar un paso hacia delante de forma clara y constructiva, haciendo que de nuevo todo se fosilice. El personaje necesita avanzar y hacerlo de verdad. Desprenderse el halo de clásico, de mirar al pasado para inspirarse, de construir nuevos villanos, nuevas situaciones y que se explore la dualidad de sus dos personalidades, así como adentrarse en el rico fondo argumental que da el tener la posibilidad de jugar con la magia a su alrededor.
El valor de este trabajo esta centrado en la labor que desarrolla Evan Shaner, que gracias a su trabajo esta miniserie luce espectacular y aparenta ser algo que una vez se adentra uno en su texto, descubre con severa decepción, que solo es fachada visual. Shaner aporta un tono jovial, limpio, clásico, pero moderno, que agiliza la narración, pero que no puede levantar la pobre historia que hay detrás de sus dibujos.
Una nueva oportunidad perdida. Una miniserie que desaprovecha al personaje de Mary como Shazam, que no sabe que camino seguir y que se ahoga en sus propias ideas que, al carecer de carisma, acaban por caer en las obviedades de este tipo de trabajos. Una decepción porque merece mucho más este personaje y merece poder evolucionar a nuevas cotas donde crecer hasta alcanzar un nuevo estatus dentro del Universo DC.
Lo mejor
• Shaner que se disfruta a pesar de todo.
Lo peor
• El inmovilismo que muestra el concepto de Shazam desde hace años.
• Lo superficial que resulta todo.
Guion - 5
Dibujo - 8
Interés - 5
6
Oportunidad perdida.
Nueva decepción en lo que se refiere leer una historia alrededor dela figura de Shazam. Aquí había mucho que hacer, mucho a desarrollar, una oportunidad tremenda para dar el paso que el personaje necesita. Es más, incluso el propio concepto como tal, pero el resulto es pobre y anticlimático.