La figura de Peter David es hoy en día conocida y respetada por muchos aficionados que claman sus virtudes como guionista, escritor y articulista, pero los orígenes de este autor de pluma afilada hay que ir a buscarlos en Marvel, pero alejado de los focos creativos, siendo su trabajo parte del engranaje empresarial menos visible de la compañía, el departamento de ventas.
En Zona Negativa, a raíz del anuncio de sus problemas de salud (insuficiencia renal, derrame cerebral y un infarto cardiaco leve) y sus dificultades para poder hacer frente a los costes derivados del tratamiento, queremos rendirle homenaje a David dedicándole una semana en la que hablaremos de algunos de sus principales trabajos, siendo esta primera entrada un repaso breve de su vida.
Peter Allen David vino al mundo un 23 de septiembre de 1956 (66 años). Nieto de inmigrantes llegados a Estados Unidos en 1930 motivados por el antisemitismo que no dejaba de progresar de forma peligrosa en la Alemania nazi, hasta convertir en foco de vandalismo la zapatería de su abuelo. David mostró muy pronto interés por el noveno arte y desde los cinco años ya leía los cómics de Casper, pero forjándose su pasión por los superhéroes gracias a la serie de animación, Las Aventuras de Superman. Aquella afición no acababa de gustar en casa, los cómics de Disney y de Harvey se toleraban, pero eso de los superhéroes… eso no acababa de valorarse como algo positivo para el pequeño David por estar plagados de monstruos y gente ocultado su identidad. David logró proseguir con su afición en secreto hasta que la fiebre por los cómics pareció desaparecer por considerar aquella etapa como superada.
David pasó una adolescencia acosada por el ostracismo y viviendo actitudes homófobas a su alrededor, pues su mejor amigo, era gay, lo que forjó a David como alguien con un posicionamiento sociopolítico liberal, patente a lo largo de toda su carrera como guionista y visible en todos sus trabajos en mayor o menor medida.
David regresó a los cómics en 1978, motivado por a publicación del cruce entre Ali y Superman, pero unos años antes, en 1975, también se acercó a Gigant Size X-Men #01, haciendo que se reavivara de nuevo el viejo fuego que nunca se había extinguido del todo.
Sus primeros trabajos tras un teclado fueron trabajos periodísticos que no acabaron de dar frutos, lo que le hizo gravitar hacia la ciencia ficción, publicando en 1980 en Asimov´s Science Fiction. Sin embargo, la vida le tenía preparado otro camino alejado de revistas y periódicos.
David trabajó como asistente del editor jefe de la editorial EP Dutton, para dar el salto a ventas y distribución en Playboy Paperbacks, hasta que fichó por Marvel para trabajar en el departamento de venta directa.
El aspirante a guionista no dejó de mandar propuestas a varios editores Marvel con la intención de escribir alguna de las series de la editorial, pero hasta ese momento todo quedaba archivado en un cajón bajo llave. Fue, en 1985, cuando el editor Jim Owsley (más conocido hoy en día por Christopher Priest), apreció el potencial de David y le permitió escribir su primer trabajo en Spectacular Spiderman #103 (donde aparecía de secundaria cierta capitana de policía de apellido DeWolff), un número auto conclusivo que fue el preámbulo a uno de sus trabajos más recordados, La Muerte de Jean DeWolff, publicada en Spectacular Spiderman #107-110.
Sin embargo, no todo fue así de fácil porque Jim Shooter no vio con buenos ojos que alguien salido del departamento de ventas se dedicara también a escribir. Y tras su trabajo en Spiderman, dejando una huella imborrable en los lectores de aquellos días, su trabajo como escritor fue interrumpido de manera abrupta por orden del editor jefe de Marvel.
David había logrado un imposible y como todos los imposibles que acaban siendo posibles, llamó la atención de otros editores de Marvel del momento. Uno de ellos, Bob Harras, que no sabía que hacer con la colección de Hulk, agonizante y estacada, sin ideas frescas, funcionando en piloto automático desde hacía meses… pensó que no había nada que perder en poner al novato de David al frente a ver que ocurría. Habían pasado dos años desde la orden de Shooter, pero como Hulk no parecía importarle a nadie, nadie se percató de su fichaje por la colección del gigante esmeralda, por lo que en 1987 David se encargó de escribir de forma regular las aventuras de Bruce Banner en la que iba a ser una larga (12 años) y fructífera etapa del personaje, cuyos primeros pasos fueron titubeantes debido a su situación laboral, en la que acabó explorando temas tan intensos como el trastorno de identidad, profundizó en lo ya dicho por el guionista Bill Mantlo sobre los abusos infantiles sufridos por Banner, el sida… desarrollando toda una nueva mitología para el personaje y asentando conceptos que siguen vigentes hoy en día, con reflejos de sus propias experiencias personales, como cuando su matrimonio se disolvió, dejando a Hulk perdido en su propia serie.
David estaba escribiendo y había conseguido mucho en poco tiempo, pero no se consagraba a tiempo completo a escribir. La idea de dedicarse por completo a escribir era algo que le tentaba, pero también le generaba inquietud porque la apuesta era considerable. Dar ese paso implicaba tomar una serie de decisiones y una de esas decisiones pasaba por diversificar y no poner todo su esfuerzo en una sola editorial. Pero hacer algo así colocaba a David en una situación compleja y pisando terreno especialmente resbaladizo, porque dada su posición dentro de Marvel, solicitar trabajo en DC implicaba desencadenar un conflicto de intereses considerable y éticamente cuestionable. La única forma de salvar este dilema implicaba abandonar su trabajo asalariado fijo por uno lleno de incertidumbres, dependiente de sí mismo al cien por cien, sin saber si las editoriales perimetrales tendrían interés en un escritor con su perfil.
Para salir de dudas no quedó otra que tantear al editor de DC, Robert Greenberg, al que le dejó entender la posibilidad de que, si dejaba su trabajo en Marvel, DC estaría interesada en darle trabajo. Greenberg habló con Mike Gold que le comunicó a David que se habían hecho con los derechos de The Phantom, el Hombre Enmascarado, pero que el proyecto para empezar a trabajar con el personaje no tenía guionista todavía. Gold no podía ofrecerle a David de manera directa la serie, porque era muy consciente del problema ético y profesional que había sobre la mesa, pero lo que si quedó claro es que, de solventarse dichas trabas, si la quería, la posibilidad de escribir la serie era real.
Esto animó a David a dejar su trabajo administrativo en Marvel, hacerse autónomo, continuar escribiendo Hulk y hacerse cargo de la serie de The Phantom de DC. Era el año 1988 y David se convertía, de esta forma en guionista profesional.
En 1989 llegó a las manos de David un nuevo encargo, esta vez desde la editorial First Comics, para encargarse de Dreadstar, tras la marcha de Jim Starlin en el número 41. Se mantuvo al frente de la serie hasta su cierre en el número 68.
Su trabajo en Marvel también colisionó con Lobezno a finales de los años 80, cuando se hizo cargo de los números #11-16 (dejando paso a su salida a Archie Goodwin y John Byrne), con un arco titulado La Joya Gehenna, siendo una de las etapas más recordadas del mutante, con una historia que se puede ver como la película de Indiana Jones que nunca se llegó a rodar. Mientras también compaginaba sus labores con la serie de Justice, perteneciente al Nuevo Universo promovido por Jim Shooter, entre los números #15-32.
Llegados a este punto entramos en una fase de la producción de David que se solapa entre las dos grandes, con saltos a editoriales independientes, donde poder dar rienda suelta a proyectos más personales, así como su salto a novelista y articulista (faceta por la que ganó notoriedad por no tener, como se dice coloquialmente, pelos en la lengua) por lo que hablaremos indistintamente de unas y otras, manteniendo la cronología como herramienta organizativa de lo que ha dado de si su carrera.
Con el cambio de década el trabajo de David proliferó y su producción se diversificó, con un nivel de producción alto sin que por ello la calidad se resintiera. Y es que fue entre 1990 y 1993 en al que los aficionados podían encontrase a David en series tan relevantes como Hulk, Hulk Futuro Imperfecto, Factor X (en la que se mantuvo al frente durante 19 entregas siendo su debut en el número 72), Spiderman 2099 (firmando 44 entregas en total antes de dejar le título como protesta por el despido de Joey Cavalieri), la miniserie Crónicas de Atlantis (con el gran Esteban Maroto en los lápices), la miniserie de Aquaman Tiempo y Marea (que llegó algo más tarde, ya en 1994, y que lo llevaría a hacerse cargo del personaje hasta 1998).
De esa época hay que señalar que el propio David ha manifestado abiertamente en numerosas entrevistas que uno de los trabajos de los que más orgulloso está es de haber podido redefinir la mitología de Aquaman en las Crónicas de Atlantis y poder adentrase en una reconversión absoluta de Arthur Curry.
Además de las obras comentadas, entre 1988 y 1991, David también se hizo cargo de escribir para DC la serie de Star Trek adaptando la famosa franquicia a los cómics. David siempre ha manifestado que las historias de Star Trek son poco visuales siendo las novelas su ecosistema más natural para expandir el universo cinematográfico y televisivo a otros medios.
Esto nos da la excusa para hablar un poco de su faceta de novelista dentro de la franquicia, como fiel seguidor de esta, involucrado en la creación de la serie de novelas Star Trek La Nueva Frontera y firmando varias novelas dedicadas a la Nueva Generación de la saga estelar.
Empezaremos hablando de Nueva Frontera, pues se trata de la primera saga de novelas de Star Trek que no se basa en ninguna de las series de televisión, naciendo como una saga de cuatro novelas cortas interconectadas que evolucionaron a novelas completas y transmutaron a algo mucho más grande. Llegaron al mercado en 1997 y se han publicado un total de 21 entregas donde los lectores pudieron conocer a otra tripulación de la Flota Estelar a los mandos de al USS- Excalibur.
Pero David no redujo su participación en Star Trek a la Nueva Frontera, como hemos podido ver, sino que además dedico tiempo y esfuerzo a escribir otras novelas que si estaban relacionadas con la franquicia televisiva, haciendo foco en la Nueva Generación, elevando su producción de más de 40 novelas dedicadas a profundizar en este rico universo de ficción.
En 1991 dejó de escribir la serie de comic de Star Trek para DC por las desavenencias que tuvo con el Richard Arnold, del departamento de licencias de Paramount, al descubrir que cada vez le costaba más que le aprobaran un guion, con excusas cada vez más absurdas, llegando incluso a enviar un guion firmado con otro nombre, mucho más explicito de los que habían rechazado, siendo aceptado sin problemas. Por lo que estaba claro que el problema era él.
Pero la labor de David como escritor no queda cercada en el universo de Star Trek, con trabajos adaptando películas como Hulk, Spiderman, Batman Forever, Rocketeer, Iron Man, Los 4 Fantásticos y sin dejar las adaptaciones, llegó a novelizar el guion de un capítulo de la serie de TV Alien Nation que nunca llegó a rodarse. Incluso se pueden encontrar cinco novelas firmadas por David, tres de ellas totalmente nuevas y otras dos adaptaciones, de la serie de televisión Babylon 5.
Su primera novela fuera del universo de Star Trek fue, Knight Life, publicada en 1987, cuando ya estaba trabajando escribiendo cómics, aunque la novela fue entregada a la editorial Ace Books, 18 meses antes de la fecha en la que vio la luz. La misma editorial encargó a David escribir las novelas de Photon y Psi-Man, todas ellas escritas bajo seudónimo, David Peters.
Su faceta de novelista nunca ha quedado relegada por su trabajo en los cómics, publicando libros de manera regular como Tigerheart, en 2009, y la peculiar Year of the Black Rainbow de 2010, escrita con el músico Claudio Sánchez. En 2011 publicó una novela ambientada dentro del universo Fable, el famoso videojuego de la consola Xbox.
Y antes de continuar con sus trabajos dentro del noveno arte, queda una faceta más de la que hablar, la de articulista en su columna de opinión But I Digress… publicada desde mediados de 1990, en Comic Buyer´s Guide, hasta el cierre de la revista en 2013. Estas columnas se pueden leer mensualmente en la revista Dolmen y se puede conseguir un libro que recopilaba una interesante selección en las que se puede percibir el afilado sentido de humor de David y su incontinencia verbal a la hora de tratar muchos de los temas más candentes del noveno arte, cine, televisión y el arte en general en los Estados Unidos, unido a muchas de sus experiencias en convenciones, salones y contacto con los aficionados.
Habíamos dejado a David a mediados de los años noventa, viviendo un momento creativo de alto rendimiento al que se iban a unir nuevas series en 1996. La primera de esas series fue Supergirl, en una etapa que duró hasta 2003, en la que David llegó al personaje tras varios intentos de reinsertar al personaje en Universo DC tras su muerte en Crisis. Para David la solución vino por empezar de cero con el personaje, sin menospreciar lo anterior, fusionando a Matrix (la Supergirl creada por Luthor vista en las páginas de Superman durante los últimos años) y fusionarla con Linda Danvers, una muchacha desaparecida y en cuya búsqueda se ve involucrada Supergirl.
En este trabajo el guionista demuestra todas sus virtudes y también defectos, siendo capaz de tomar uno de los conceptos más extraños del Universo DC post Crisis y hacerlo suyo, cambiando todo y haciendo interesante a un personaje carente de carisma. Sin embargo, la serie fue perdiendo fuelle de forma progresiva hasta el punto de que llegados al número 75 las ventas apenas llegaban a los 2000 ejemplares. David, viendo el panorama preparó todo para la cancelación que llegó con la publicación del número 80.
David es un guionista que parece tener siempre muchas ideas e historias por contar. Fruto de la cancelación de Supergirl, comenzó, unos años más tarde, en 2003, a trabajar en una serie nueva dentro de DC, con otra mujer como protagonista. El escritor jugó durante bastante tiempo con la idea de que, esta nueva creación, podría tener una conexión con la extinta serie de Supergirl.
La serie, cuyo título era Fallen Angel, cambio su tono y se hizo más oscura, madura y opresiva de lo que se había podido ver en Supergirl, siendo un experimento que David propuso a DC al crear una serie a medio camino entre lo que podría ser una serie Vertigo y una serie DC estándar, en la que no se hiciera referencia directa a la posible relación entre la Supergirl que ya había acabado de escribir y la Lee (nuestro Fallen Angel) y fuera el motor que moviera a los aficionados a leer la serie.
Esta colección tuvo una peculiar clausula en al que David conservaba los derechos del personaje, algo que benefició al personaje, cuya vida editorial fue azarosa, pero larga debido a esto, en la que David hizo uso de la mitología judeocristiana y en concreto todo lo relacionado con los ángeles y los demonios para construir un relato turbio, con personajes de dudosa moralidad, donde poder disponer de un espacio donde reflexionar sobre el concepto del bien y del mal. Para esta serie contó con el dibujante español David Lopez, entintado por Fernando Blanco, que fueron claves para dotar a la serie de su característico tono y estética visual.
Sin dejar el año 96, toca hacer foco en uno de los cruces más locos entre DC y Marvel, en el que las dos editoriales conformaban una batalla cósmica entre sus dos Universos de ficción. David, con Ron Marz, dieron forma a este evento en el que se enfrentaban distintos personajes de la editorial, hasta un total de 11 combates (6 de ellos gestionados por los propios autores), en los que el resultado de los restantes fueron el resultado de las votaciones previas de los lectores. Al dibujo Dan Jurgens y Claudio Castellini. Cosas curiosas de lo años noventa.
En 1997 con Marvel en uno de sus momentos más críticos, tras los acontecimientos narrados en la saga de Onslaught, metida en serios problemas económicos, se vio obligada a hacer rocambolescas jugadas creativas y lanzó la iniciativa Héroes Reborn realizada por lo más granado de los fundadores de Image. Cuando este festival acabó, tocaba que las aguas regresaran a su cauce y David fue el encargado, junto con Salvador Larroca, de escribir una miniserie que devolviera a los héroes de Marvel a su continuidad.
Fue se mismo año en el que David publicó dos obras de creación propia, Soulsearchers and Company, publciada en Claypoool Comics y la más conocida en nuestro país, Sach & Violens, dentro del sello Epic, con el dibujante George Perez.
En 1998, sin dejar DC, el escritor se hizo cargo de una serie con la que DC recuperaba, de alguna forma, el viejo espíritu de los Titanes. Unos Jóvenes Titanes originales que habían crecido y se autodenominan Titanes a secas, por lo que quedaba hueco para juntar a todas nuevas promesas juveniles del Universo DC y montar un nuevo grupo bajo la tutela de Tornado Rojo. Ahí se dieron cita, Robin (Tim Drake) Superboy (Kon-El), Impulso, Wonder Girl… donde David supo construir una serie de corte juvenil muy divertida, donde desarrolló de forma incansable a sus protagonistas durante las 55 entregas que duró la serie.
En 1999 el talento de David se dejó ver en la editorial Dark Horse, publicando, primero una serie y más tarde varias miniseries dedicadas a un personaje denominado Spyboy que estuvo en el mercado de manera intermitente desde ese año hasta 2004.
Con la entrada del nuevo siglo, David aterrizó en una nueva cabecera dedicada a la figura del Capitán Marvel. Durante los 90 tocaba volver a publicar la cabecera, que llevaba desaparecida una buena temporada, y se preparó el regreso del personaje. En lugar de recuperar al Capitán Marvel original, que murió a principios de los 80 en la mítica novela gráfica La Muerte del Capitán Marvel de Jim Starlin, se creó un nuevo personaje que era el hijo del Capitán Marvel original. El enfoque de esta nueva serie fue una combinación realmente curiosa para un cómic de superhéroes, mezcla de sitcom y serie de corte cósmico con un reparto de lo más variopinto que propiciaba el tipo de situaciones humorísticas por las que es conocido el guionista.
En 2005, recuperó a su creación Fallen Angel en la editorial IDW, donde desarrollo otros proyectos, como Spike: Old Times y Spike vs. Drácula, al tiempo que compaginaba su regreso a Hulk en una cortísima etapa que solo duró 11 números debido a la sobrecarga de trabajo, porque, no contento con todo esto también estaba al frente de la serie Nuestro Amistoso Vecino Spiderman y de la que escribió un total de 23 entregas.
¿Hemos dicho que el año 2005 David trabajaba a destajo? Pues así era porque también ese mismo año publicó la miniserie dedicada a Madrox, uno de sus personajes fetiche en su etapa en Factor-X, que fue la que llevó al relanzamiento de un tercer volumen de grupo de nuevo con David al frente, pero ahora dedicados a ser detectives mutantes. Fruto de este momento de trabajo extremo, en 2006, llegó el anuncio de la firma en exclusiva con Marvel pasando a hacerse cargo también de escribir la serie dedicada a La Torre Oscura de Stephen King, al tiempo que se hacía cargo de los guiones de Hulka a la salida de Dan Slott de la colección.
Entre los años 2013 y 2014, el guionista se encargó del nuevo relanzamiento de Factor-X y volvió a escribir Spiderman 2099, tal y como había hecho en su día a finales de los años noventa, alternando con otros encargos como el regreso a The Phantom en 2014 y firmar un comic biográfico de Stan Lee en 2015, Amazing Fantastic Incredible.
En 2017 Marvel estrenó una nueva colección con Ben Reilly como protagonista, bajo el título Ben Reilly, The Scarlet Spider, con David al frente de la misma. Posteriormente continuaría en contacto con el Trepamuros firmando una miniserie denominada Simbionte Spiderman y le llegaría el turno a Maestro, en forma de miniseries conectadas, en las que ha estado desarrollando la historia previa de como Hulk llegó a convertirse en el Hulk que todos pudimos conocer en aquella obra maestra que fue en su momento, Hulk Futuro Imperfecto.
David es un guionista y escritor que nunca ha dejado de trabajar duro, de forma incansable al teclado, al que la salud no le ha acompañado pues ya tuvo problemas graves de espalda en 2010 que lo llevaron al quirófano, para en 2012 sufrir un derrame cerebral que lo tuvo en jaque al perder la visión de un ojo y la movilidad de su brazo y pierna derecha. En 2015 se le diagnosticó diabetes de tipo II. En 2017 las deudas por su divorcio y los pagos por sus tratamientos médicos lo acosaban y se vio obligado a vender originales y emprender una campaña de financiación a través de Patreon. Y recientemente de nuevo su salud se ha resentido de forma muy severa, por lo que de alguna forma queremos que estas líneas y las de todas las entradas que van a venir posteriormente, sirvan de apoyo en unos momentos tan duros.
A continuación, os dejamos, además, una relación de reseñas de algunas de sus obras para que sirvan también de guía para todos aquellos que deseen rescatar alguno de sus múltiples trabajos editoriales.
PETER DAVID EN ZONA NEGATIVA
HULK VOL. 1
HULK VOL. 2
HULK VOL. 3
AQUAMAN VOL. 1
AQUAMAN VOL. 2
AQUAMAN VOL. 3
BEN REILLY: SCARLET SPIDER #01
Muchas gracias por este recorrido por la vida y la obra de Peter David.
Estaré muy atento a las próximas entregas.
Un saludo.
Tremendo artículo, muchas gracias por el trabajo.
Me gustaria agregar dos pequeños detalles, David es considerado una de los mayores Trekkies que existe, leí varias anécdotas sobre sus conferencias en convenciones que son increibles.
Y respecto a su paso en Hulk, sus últimos años en la serie fueron un calvario y las internas que hubo no tienen nada que envidiarle a la época de Shooter.
Ciertamente es lo que comentas. Es una pena que solo se haya publicado una novela de David en nuestro país. Y ahora mismo es un poco Santo Grial, tengo entendido. Mil gracias por vuestros comentarios y me alegro mucho que os haya gustado este breve repaso de su vida.
Gracias a ti por tu trabajo.
En cuanto a su labor núnca voy a entender como no le dieron una oportunidad de hacer un guión para una película o serie de Star Trek, más aún si se tiene en cuenta que incluso escribió un capítulo de Babylon 5 si mal no recuerdo.