The Witcher en versión «manga indie»
«Vosotros mismos habéis elegido vuestro camino,
vuestro destino»
Entre 1986 y 1999 el escritor polaco Andrzej Sapkowski desarrolló una de las series de fantasía heroica más aplaudidas de las últimas décadas. La Saga de Geralt de Rivia fascinó desde un principo a muchos aficionados por sus cínicos personajes, la deconstrucción que proponía de las historias clásicas del género y una atractiva mitología que tomaba como referencia los cuentos y relatos tradicionales europeos -en especial los relacionados con la cultura eslava- para integrarlos dentro de una armazón mucho mayor.
Pronto Geralt y compañía traspasaron la barrera de sus novelas. En 2001, se estrenaron una película y una serie de televisión basadas en esta saga, pero nunca verían la luz más allá de la frontera polonesa por la pobreza del resultado final y su mala recepción por parte de sus aficionados y su propio creador. Puede que esta nefasta experiencia fuese el motivo por el cual Sapkowski tomó la decisión de (mal)vender unos años después los derechos de Geralt de Rivia a la compañía polaca de videojuegos CD Projekt por la modesta cantidad de 9.500 dólares.
Pero si las novelas ya se habían ganado un nombre entre los aficionados a la fantasía heroica, su posterior saga de videojuegos, que ampliaba el mundo que nos había dado a conocer Sapkowski, convertiría a Geralt de Rivia en un fenómeno multimillonario. Los videojuegos de The Witcher se convirtieron en un filón para CD Projekt que inauguró con su primera entrega la división CD Projekt Red. La franquicia fue un éxito desde un principio, aunque fue su tercera y última entrega hasta el momento la que reventó todos los números: CD Projekt Red ha comercializado más de 6.000.000 de unidades en todo el mundo de este videojuego.
Es al amparo de los videojuegos que llegarían los juegos de mesa, los de cartas, los libros ilustrados y un intento de explotación audiovisual de la franquicia con la actual propuesta de series y películas para Netflix. Teniendo esto es cuenta, es normal que en 2018 Sapkowski acabase demandando al estudio polaco a cuenta de las regalías que supuestamente le debían y que según él ascendían a 14 millones de euros. CD Projekt negó la mayor en un primer momento, pero más recientemente -y con cierta visión de futuro- la compañía ha llegado finalmente a un acuerdo con el autor y ha asentado las bases para «futuras cooperaciones» con él.
Un breve repaso a los cómics de Geralt de Rivia
Todo esto nos ayuda brevemente a situarnos y entender cómo esta franquicia ha ido creciendo a lo largo de los años. Pero todavía no hemos hablado de otra repercusión que ha tenido el éxito de Geralt de Rivia: sus adaptaciones al cómic. En ese sentido, El Brujo realizó en 1993 un primer asalto a las viñetas mediante una colección que adaptaba algunos relatos cortos de Sapkowski. Este primer intento lo llevó a cabo la editorial polaca Prószyński i S-ka, contando para la ocasión con el guionista Maciej Parowski y el dibujante Bogusław Polch. Por desgracia, su impacto, así como su calidad, acabaron por dejar este primer intento en una simple anécdota.
En 2011, la editorial Egmont y CD Projekt Red lo intentaron de nuevo con una serie ambientada en el universo de los videojuegos. Solo se publicarían dos historias en esta etapa y, al igual que las publicaciones de Prószyński i S-ka, duermen a día de hoy el sueño de los justos permaneciendo inéditas en nuestro país hasta la fecha. No obstante, estas historias editadas por Egmont y CD Projekt Red serían un precedente al acuerdo de la compañía polaca con la estadounidense Dark Horse Comics. La empresa fundada por Mike Richardson empezaría a lanzar al mercado a partir de 2014 varias miniseries que ampliaban y/o adaptaban historias de los videojuegos y los libros originales de Sapkowski.
Las primeras entregas de esta iniciativa, La casa de las vidrieras, Las hijas del zorro y La maldición de los cuervos, tenían como reclamo portadas originales y alternativas de Mike Mignola y contaban con guiones de Paul Tobin y dibujo de Joe Querio. En las siguientes miniseries, De sangre y fuego, Recuerdos evanescentes y El lamento de la bruja, los equipos creativos fueron variando introduciendo en los guiones a Aleksandra Motyka y Bartosz Sztybor y dando pie en su apartado artístico a nombres de la talla de Piotr Kowalski, Marianna Strychowska, Vanesa Del Rey y Ahmad Mir, entre otros muchos.
En 2022, una segunda colección de miniseries dedicada a The Witcher se empezó a publicar en Dark Horse Comics aprovechado el tirón de la serie de Netflix. La diferencia con la primera colección publicada por la editorial estadounidense es que esta se centra en adaptaciones de la obra original de Sapkowski, al contrario que la anterior serie que planteaba nuevas historias en gran medida pensadas como una expansión del universo de los videojuegos de CD Projekt Red. De esta manera, la primera entrega de esta nueva hornada de historias se titula La semilla de la verdad, corre a cargo del guionista Jacek Rembis y el dibujante Jonas Scharf y cuenta con coloreado del español José Villarrubia.
Tanto la primera colección de historias como la presente han sido editadas en nuestro país por Norma Editorial. En la actualidad, se está publicando en Estados Unidos una segunda miniserie de esta segunda colección titulada La balada de los dos lobos, a cargo de Bartosz Sztybor y Miki Montlló y de la que aún no tenemos fecha para su llegada a España.
Un what if de The Witcher en el período Edo
Este sería un repaso por encima de lo que ha dado la Saga de Geralt de Rivia en el mundo del cómic, pero aún nos falta por comentar el título más particular y original que nos ha dado la franquicia, The Witcher: Ronin. Esta propuesta es una apuesta personal de Rafal Jaki, productor, guionista y showrunner ligado a CD Projekt Red que ha trabajado en el desarrollo de Witcher 3: Wild Hunt y Cyberpunk 2077 y que ha sido el principal responsable de la serie animada Cyberpunk: Edgerunners de Netflix. En su mente The Witcher: Ronin funciona como un universo alternativo en el que las aventuras de Geralt de Rivia se trasladan al Japón del período Edo, sustituyendo en el camino las referencias e influencias occidentales por las nos menos ricas tradiciones del folclore japonés ligadas a la mitología de los yōkai y los oni.
Pero pese a lo llamativo del concepto The Witcher: Ronin tuvo que seguir un camino distinto al de la otras series basadas en la franquicia publicadas con anterioridad por Dark Horse Comics. La idea fue puesta a prueba mediante un crowdfunding en la plataforma Kickstarter. La campaña tuvo buena acogida y en ella colaboraron 15.469 patrocinadores que contribuyeron con un total de 678.036 €, sobrepasando de largo los 90.000 € que requería el proyecto para poder materializarse.
En Kickstarter se avanzaron las dos ediciones que finalmente tendría la obra: las dos en sentido de lectura japonés, una en cartoné y a color y otra en tapa blanda, con sobrecubierta en blanco y negro y concebida como un extra para los patrocinadores. Estas mismas ediciones son la sque han llegado a nuestro mercado de manos de Norma Editorial aunque sin las tarjetas, ilustraciones y otras recompensas del crowdfunding original.
El proyecto de The Witcher: Ronin también ha sido posible por la colaboración de varias personalidades ligadas a CD Projekt Red. La primera de ellas el editor Bartosz Sztybor que también ha escrito -como comentábamos más arriba- algunas historias del personaje. Y en segundo lugar, el productor de la división japonesa de la compañía Satoru Homma. Ellos han acabado de convertir esta iniciativa en toda una experiencia para los aficionados y los lectores de Geralt de Rivia, con una propuesta que imita las formas y maneras de un manga (de hecho, la obra ha sido publicada en Estados Unidos a través del sello Dark Horse Manga).
En ese sentido, además de la historia concebida por Rafal Jaki, la cual recoge las sensibilidades y recovecos propios de las tradiciones y cultura japonesa, también ha sido decisivo un apartado gráfico en el que colaboran el dibujante, entintador y colorista de origen japonés Hataya y el rotulista indio ganador del Premio Eisner, Aditya Bidikar. Finalmente, la portada de la, por ahora, primera entrega de la serie, corre a cargo de la siempre acertada Jen Bartel. Un equipo de lujo que nos propone algo diferente con este personaje y universo.
Una nueva manera de acercarse a The Witcher
La simbiosis del equipo creativo de The Witcher: Ronin resulta evidente nada más echar un primer vistazo a la obra. Es un híbrido perfecto entre la fluidez del cómic japonés y la narrativa de las publicaciones estadounidenses. Estas dos perspectivas confluyen aquí al servicio de una reinterpretación nipona de Geralt de Rivia que lejos de ser gratuita puede resultar muy estimulante para sus seguidores por el cambio de contexto y dinámica que supone respecto a lo ya conocido. El bueno de Geralt encaja como un guante en este nuevo universo con apariencia de fábula y en la relación que sus autores establecen con la figura del ronin, las directrices del bushidō y los caminos habituales del jidaimono.
En la historia que nos presenta The Witcher: Ronin vemos a Geralt deambular por el Japón del período Edo, viajando a lo largo y ancho del territorio a la búsqueda de una entidad conocida como la Dama de las Nieves. Ella parece ser la única que puede ayudar al brujo a encontrar a una persona muy importante para él y cuyo nombre solo conoceremos al final de esta primera entrega. Para los conocedores de la mitología manejada por la obra original no será una sorpresa esa revelación, pero lo interesante es el camino que realiza Geralt hasta llegar a este punto. Ese divagar por distintos poblados, páramos aislados y localizaciones varias en las Geralt se encuentrará con no pocos retos y dilemas éticos en su lidiar continuo con todo tipo de criaturas fantásticas y humanos que muchas veces son más peligrosos que los propios monstruos que atormentan a estos. Las mismas contradicciones que encontrábamos en las novelas originales de Sapkowski y en el universo expandido de los videojuegos de The Witcher.
Jaki y Hataya han asimilado a la perfección las características que definen al personaje y replican ese gusto por el relato corto y la moraleja y humor negro de los de libros de Sapkowski. En cada episodio de la obra iremos viendo como Geralt debe resolver algún entuerto en el que no será tan importante su extraordinaria fuerza física y resistencia o sus habilidades místicas y mágicas, como su brújula moral, sus capacidades de deducción y su conocimiento del mundo de los yokai y los oni. Las historias tienen entidad por sí mismas, pero al mismo tiempo son parte de un relato mayor vehiculado a través de esa búsqueda personal en la que se encuentra inmerso Geralt.
Tanto los lectores que estén familiarizados con la cultura japonesa, como los que se acerquen a la obra por la curiosidad de la adaptación de las aventuras de Geralt a este contexto, encontrarán en las páginas finales de este primer volumen un interesante bestiario. Este corre a cargo de Matthew Meyer (conocido en redes sociales como The Yokai Guy) y en el que conoceremos la historia de las criaturas que pueblan The Witcher: Ronin y algunos detalles clave que nos pueden ayudar a entender algunas escenas concretas de la trama. Un complemento este que se suma a una de por sí cuidada edición que puede ser un aliciente más para acercarse a este título hecho por fans y para fans de Geralt de Rivia.
En relación al apartado gráfico de The Witcher: Ronin lo primero que nos llama la atención es la ruptura que supone con la estética y la imagen ya clásica que tenemos asociada a Geralt de Rivia. Y no solo por el nuevo contexto, también por el trabajo de Hataya que redefine la imaginería ligada a la franquicia acercándose a un estilo narrativo más propio del cómic japonés y fagocitando unos diseños que entroncan directamente con los grabados, xilografías y estampas japonesas del género ukiyo-e en el que se encuentran los mismos orígenes del manga. El resultado fluye creando escenas realmente bucólicas y pausadas incluso cuando la acción se desata y en base a un trazo imperfecto e irregular que resulta más atractivo en su conjunto que en las distancias cortas.
Tema importante es la doble edición de esta obra. En relación a la edición a color -editada en cartoné y sentido de lectura japonés- nos encontramos como una paleta muy limitada con colores terrosos y pálidos que se adaptan sin estridencias y de manera muy natural a los lápices de Hataya y al trabajo de rotulación de Aditya Bidikar que se imbuye de la atmosfera artística del conjunto. Esta es la mejor opción para disfrutar de «la experiencia completa» ideada por sus autores. En la edición en blanco y negro -en rústica con sobrecubiertas y también en sentido de lectura japonés- lo que encontramos realmente es un degradado de grises de la propuesta original que resta profundidad y matices a las páginas de Hataya ya que queda patente desde un primer momento que la obra no fue concebida así en un primer momento. En cualquier caso, la elección del lector sobre una u otra opción tendrá más que ver con el apego personal a uno u otro formato y ninguno de ellos es malo.
En definitiva, The Witcher: Ronin se presenta como una curiosidad dentro de la franquicia ligada a Geralt de Rivia; un hecho este que puede ser el que nos haga acercarnos en un primer momento a ella y que nos permitirá descubrir posteriormente una propuesta cuidada e interesante que sobresale por su propio concepto y por un apartado gráfico que nos traslada espiritualmente al período Edo a la caza de todo tipo de criaturas fantásticas. También podemos entender The Witcher: Ronin y el trabajo de sus responsables como una oportunidad, una peculiar intersección de caminos en la que tanto los lectores de cómic americano y de manga pueden salirse respectivamente de su zona de confort.
En cualquier caso, por su configuración, y aunque es un producto que pueden disfrutar especialmente los seguidores de Geralt de Rivia, estamos ante un cómic que no requiere ningún conocimiento previo sobre los libros y videojuegos para poder disfrutar de su historia. El trabajo de Jaki y Hataya es uno de esos pocos casos en los que forma y fondo alcanzan un equilibrio casi perfecto en relación a sus intenciones y el resultado final.
Lo mejor
• La adaptación del concepto original a las dinámicas del manga.
• La simbiosis que desprende todo el equipo creativo.
• Los contenidos extra que incluye la edición de Norma Editorial.
Lo peor
• No poder tener las recompensas originales de la campaña en Kickstarter.
• No hemos tenido más noticias de la continuación de la historia.
• El tener que elegir (o no) entre la edición en color y la edición en blanco y negro.
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 7
7.3
Curiosa
Una historia que traslada el universo de Geralt de Rivia al Japón del período Edo de forma fresca, accesible y preservando las características más reconocibles del personaje creado por Andrzej Sapkowski. Una lectura que destaca por su concepto y factura siendo un buena y curiosa intersección entre el manga y el cómic indie. Si buscas la experiencia completa, mejor la edición en color que añade más profundidad y matices al apartado artístico.