El camino de la espada
Cuando Mike Mignola lanzó la primera serie de Hellboy, hace casi tres décadas, pocos podían prever la grandeza que alcanzaría, aunque la calidad estaba en cada página, pero mucho menos podríamos haber imaginado la cantidad de mitos que iba a generar a su alrededor. Poco a poco lo que era un conjunto de miniseries protagonizadas por nuestro demonio favorito acabó con spin-offs de todos los colores, estilos y tamaños, interconectados por detalles pero siempre imbuidos de esa esencia oscura y paranormal, ya sea una historia bélica o de un misterioso asesinato en una mansión. Pero he de admitir que La espada de Hiperbórea trata sobre un objeto cuya historia me captó todo mi interés desde el primer momento que apareció en las páginas de AIDP.
Encontrada por el agente Ted Howards, esta espada otorgaba poderes de un auténtico guerrero imparable al más puro estilo Conan. En los tomos de AIDP conocíamos lo más básico de su historia y de la de su portador original, Gall Dennar, mientras que en Cazador de brujas veíamos cómo pasaba por las manos de su protagonista, Sir Edward Grey, pero aún quedaban muchas incógnitas por resolver. Aquí tengo que admitir que esta miniserie me decepcionó en mi primer choque con ella, pues esperaba una historia de bárbaros que indagase en el origen de tan magno artefacto, pero me he encontrado un trabajo que habla de cómo la espada pasaba de mano en mano a lo largo del siglo XX hasta la actualidad (y un poquito más allá). No me esperaba lo que me he encontrado aquí, pero una vez superado el trauma me he topado con cuatro cómics que cuentan cuatro historias autoconclusivas y que se disfrutan desde el principio hasta el final. Eso sí, hay que advertir que este no es un cómic para lectores nuevos, La espada de Hiperbórea está destinada a quienes hayan leído en profundidad Hellboy y especialmente AIDP.
Ese puede ser su punto débil, que hay que conocer el mundo en el que se desarrolla, pues comienza con la historia de Ted Howards y Gall Dennar ya al final de la serie AIDP y acaba por llevarnos más allá de donde nos dejó dicha colección. Quien no esté al día puede que no la disfrute. Pero quien guste de las historias del Universo Hellboy no se va a decepcionar con su interior.
La serie nos rompe un poco los esquemas con el segundo número. El primero estaba dedicado a Hogwarts y Dennar, con el segundo sabiendo lo que pasa en la batalla del primero, lo cual es sumamente interesante (quien haya leído AIDP ya sabe lo que pasa, aquí huiremos de esos spoilers) pero no consigue profundizar del todo en el tema. Es el dibujo y su color crepuscular los que logran reflejar mejor esa mezcla de decepción y desconsuelo, con un guion que si bien es efectivo resulta algo simple. Por suerte esto cambia en el segundo número.
El dibujo de Laurence Campbell, que ya había participado en el universo de Hellboy, consigue un tono realista que no cae en lo estático, siendo el punto fuerte de este tomo. La compañía del colorista Quinton Winter ayuda mucho a la hora de ambientar los diferentes escenarios en los que se desarrolla la obra. Desde las verdes praderas hasta el fondo marino, pasando por el Chicago de los años cincuenta, los tres números restantes tienen un dibujo digno del universo de Hellboy, lo que ya es decir mucho.
Una vez pasamos ese primer número, que solo añade algo de información a lo que los lectores de AIDP ya conocíamos, nos adentramos en la historia de las manos por las que pasó la espada en el último siglo. Tres pequeñas historias variadas que si bien se pueden disfrutar por sí mismas, se harán mucho más interesantes si se conocen los detalles mediante otras colecciones, más que nada porque los principales villanos a lo largo de los años son La Hermandad Heliópica de Ra.
El guion mejora mucho con el paso de las páginas. La primera historia tiene mucho de Mignola, pero se nota que de la segunda en adelante Rob Williams tiene más espacio, dándonos un segundo capítulo emocionante y llegando al punto álgido con el tercero, donde unas pocas páginas de acción nos dan como resultado una historia muy redonda. Campbell y Williams ya habían trabajado antes juntos en una serie de creación propia para la editorial AWA, Old Haunts, y es cuando Mignola suelta la mano el momento en que se ve que pueden brillar. Es curioso porque por una parte me hubiese gustado ver más sobre Dennar, sin embargo esa parte es la peor.
El último relato es más simple que los dos anteriores, tira más de tópicos del género, pero gana por sus guiños a la época, aunque el protagonista no consigue la fuerza del anterior ni de lejos. Eso sí, las últimas páginas del tomo son gloriosas si se busca reflexionar sobre el final de AIDP.
Puede que La espada de Hiperbórea no sea el mejor spin-off de Hellboy, tampoco el peor, ni siquiera es lo que esperaba de ella, pero como seguidor de este universo he de admitir que el resultado final me ha convencido.
Lo mejor
• Es la historia de uno de los mitos más interesantes del universo Hellboy.
• El dibujo de corte realista, con el añadido de los tonos oscuros del color, generan una atmósfera perfecta para la historia.
• El tercer capítulo es redondo y el final del tomo le da un plus.
Lo peor
• Es café para cafeteros, no sirve para introducirse en ninguna historia ni es pie de entrada a nada, solo rellena huecos.
Guión - 7
Dibujo - 8.3
Interés - 8.5
7.9
Otro spin-off resultón del universo Hellboy.
Opino un poco igual. La verdad es que después del final de AIDP no hay nada que me haya llamado demasiado la atención. El tema de la espada… Te cuentan como va pasando de mano en mano pero no cuentan el origen en si o no lo entendí.
Me pasa como al compañero que ha posteado antes, creo que me gustó tanto como cerraron AIDP que no me llama la atención el resto de cosas que han salido, aunque me pondré algún día con los Hellboy y la AIDP y estos spin-off.
Gracias por esta reseña y el resto, son muy útiles a la hora de comprar, que todo no se puede y mejor ir con algo de información