El Hulk más temible
«Pocas cosas respeto en este mundo, y la valentía es una de ellas. La estupidez, sin embargo, la aborrezco.»
A estas alturas de la vida, en los tiempos que corren, resulta extraño pensar que alguien se acerque a esta reseña sin haber leído una obra tan influyente para el Coloso Esmeralda, y para el cómic superheroico en general, como Futuro Imperfecto. Pero, por otro lado, siempre hay quien llega de nuevas a un clásico por antonomasia, y que tiene derecho a que le hablen de él para plantearse su compra o, simplemente, conocer más detalles de la obra.
Como lectores de cómics de superhéroes mainstream, ya sabemos que las dos grandes, Marvel y DC, estructuran sus series en etapas editoriales llevadas a cabo tradicionalmente, por un solo guionista y por uno o varios dibujantes.
Tal es la importancia de este modelo de publicación (perfeccionado en el caso de Marvel a partir de la era Marvel Now! En 2012 con su modelo de temporadas) que los autores en cuestión llegan a aportar cada uno su granito de arena a la gran historia río de cada personaje, llegando en ocasiones a reescribirlos por completo, e incluso mejorarlos.
Para muestra, el Daredevil de Frank Miller. Un superhéroe anodino y del montón, a pesar de la originalidad de su premisa y concepto que, en manos del autor de El Regreso del Caballero Oscuro, se convirtió en el vigilante taciturno y redentor que todos amamos hoy en día, carácter que desde aquellos lejanos ochenta, ha mantenido el personaje hasta nuestros días, con notables excepciones como la procedente del trabajo de Mark Waid.
Pues bien, en el caso de El Increíble Hulk, aquel Jekyll y Hyde moderno que fuera el Doctor Bruce Banner en origen, gracias al trabajo de Stan Lee y Jack Kirby, no alcanzó su pleno potencial hasta la llegada a la serie, en los años ochenta y durante prácticamente una década de Peter David (con permiso de Bill Mantlo que , hasta cierto punto, sentó las bases sobre las que luego oscilaría el gran viaje personal y mental que PAD preparó para el personaje).
PAD, decidió dar coherencia y unión a la existencia de Hulks de varios colores, y lo hizo sacándose de la chistera la genial idea de que Bruce Banner, mucho antes de convertirse en Hulk, y movido por el trauma que le causó ser maltratado por su padre, tenía personalidad múltiple, y que cada aspecto de su personalidad, cuando ya se vio afectado por la radiación gamma, desencadenaba a un tipo de Hulk distinto.
Puede que este elemento lo tengamos muy claro hoy en día, hasta el punto de que autores como Greg Pak o Al Ewing, hayan partido de él para crear a sus propios aspectos modernos de Hulk, pero en aquella época, supuso toda una revolución.
Sin embargo, y dicho sea con todo el respeto, si hoy día nos embarcamos a la lectura completa del Hulk de Peter David, publicada por Panini en formato Omnigold a lo largo de varios tomos, es muy posible que a pesar de su calidad, caigamos en el tedio o en la sobreinformación de una etapa que es muy larga y que, en cuanto a estilo narrativo, pertenece a otra época.
Es por ello que, en ocasiones, conviene acudir a los grandes hitos de cada etapa, a esas pequeñas historias que realmente se recuerdan como los picos de calidad absoluta dentro de un valle de genialidad bastante solvente.
Volviendo al Daredevil de Miller, si solo leemos Born Again, leeremos un grupo de números de la serie regular que supuso la vuelta del autor al personaje tras unos años en DC Comics escribiendo a Batman, y que hacen quizás el mejor cómic jamás escrito para el cuernecitos.
Pues bien, en el caso del Hulk de Peter David y con permiso del gran arco argumental de El Panteón, sin duda Futuro Imperfecto es la gran obra que debemos leer.
En este caso, no estamos ante un arco argumental perteneciente a la serie regular, sino ante una novela gráfica estructurada en dos grapas de gran formato que se vendió de esta forma para ser accesible a todo público, y vaya si lo es.
En esta historia, protagonizada por el Hulk de PAD, ese Hulk que aúna la fuerza de la Masa clásica, con el cerebro del Doctor Banner, PAD nos lleva a una era en la que una versión oscura, maligna y dictatorial de Hulk gobierna La Tierra. Su nombre es Maestro (también en el inglés original) y como el Hulk de PAD, también es una versión inteligente del monstruo y, por tanto, el futuro más probable (y así mismo imperfecto) para el Banner protagonista.
Historias de futuros alternativos o de universos paralelos hay muchas, pero solo perviven aquellas que están dotadas de ese “algo” especial que las hace grandes, y en esta ocasión no hablamos solo del guión de PAD que quizás sea superior a lo acostumbrado, sino del dibujo de una de las leyendas más grandes del cómic USA: George Pérez.
En efecto, el autor de El Guantelete del Infinito (o de parte de él) y de Crisis en Tierras Infinitas, diseña aquí un futuro post apocalíptico en el que tiene plena libertad para crear, para hacer lo que siente desde una nada que el guión le da como borrador.
Acercándose casi a grandes obras del cómic europeo como El Incal (con la que nada tiene que ver pero con la que este redactor no puede evitar compararla en cuanto a determinadas decisiones de diseño ejecutadas por Pérez) el futuro que muestra el bueno de George es todo un precioso cuadro al óleo, un collage repleto de una miríada de ideas que deja todavía hoy, veintiún décadas después de su publicación (la obra original es de 1992, si bien la etapa de PAD al frente del personaje comenzó en la década pasada) con la boca abierta a cualquiera que lo lea.
Y ello sin olvidar el color de un Tom Smith en estado de gracia, ni las tintas del propio Pérez, que rematan su trabajo hasta el punto de hacerlo incomparable a otras obras Marvel de su misma época.
Pero ¿Cómo llega el Hulk de PAD a este futuro tan poco esperanzador? Pues por obra y gracia de su primer y podríamos decir único sidekick: Rick Jones. El otrora adolescente atolondrado es en este futuro un anciano aquejado de alzheimer y propietario de una colección que recoge lo poco que queda en dicha época de los superhéroes que una vez protegieron el mundo y que El Maestro mató, que en sus pequeños momentos de lucidez, decide tener la idea de evitar su horrible presente, que es nuestro futuro, trayendo al mejor Hulk que él recuerda desde su pasado.
Toda una epopeya narrativa que no podemos dejar pasar y que envejece como el mejor vino, mejorando con los años.
Pero no se vayan, que todavía hay más. Y es que dos grapas eran muy poco contenido para este tomo Must-Have que podemos adquirir por veinte euros.
De este modo, se nos regala la otra gran historia independiente del Hulk de PAD no perteneciente a su etapa y escrita por éste en el año 2002, cuando su etapa hacía tiempo que había terminado. Me refiero, como habréis podido intuir a Hulk: El Fin.
En esta obra, dibujado por el gran Dale Keown, comparsa habitual de PAD en su etapa de Hulk, se nos presenta otro futuro post apocalíptico, como ya haría diez años antes Futuro Imperfecto, pero en esta ocasión, aunque Hulk es casi el único ser ¿humano? que sobrevive al mismo, no encarna a un temible dictador, sino a un viejo y cansado Goliath de Jade que no puede morir dada su poderosa condición y que tiene que ver como todo perece a su alrededor.
Esta obra se enmarca dentro de otras de la época, que trataban de contar el final de varios personajes de la Casa de las Ideas, y que fueron encomendadas a autores de obras u etapas muy significativas para cada personaje en cuestón. De este modo, Paul Jenkins se encargó del fin de Lobezno, y Garth Ennis hizo lo propio con el Castigador.
Por supuesto, ambas obras no dejan de reflejar el miedo que en los primeros noventa y hasta cierto punto, todavía hoy, existe hacia la Guerra Nuclear.
Un one shot con mucho corazón que, si bien no llega a las altas cotas de calidad de la otra obra contenida en este tomo, resulta un cierre perfecto para el mismo, que nos da a conocer los dos Omegas posibles del Increíble Hulk.
Un tomo que no debéis dejar pasar si es que todavía no está en vuestra atiborrada biblioteca
Lo mejor
• La creación de un personaje tan influyente para Marvel Comics como El Maestro.
• El dibujo de George Pérez.
Lo peor
• Que El Fin palidezca al lado de Futuro Imperfecto.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
Obra Maestra
Desgranamos los que quizás sean los puntos más álgidos de la etapa de PAD al frente de de la serie de Hulk (o de sus especiales).
Yo soy uno de los que ha leído Futuro Imperfecto por primera vez gracias a este Must-Have. Me ha encantado. La historia es interesantísima y el dibujo de George Pérez es una gozada, una preciosidad llena de detalles y con algunas páginas repletas de personajes que han tenido que llevarle un buen rato.
Eso sí, estoy muy enfadado con Panini, que reedita una obra que ya tiene muchos años (aunque no tantos como las «veintiún décadas» que se le atribuyen en el artículo) pero no parece haber tenido tiempo de corregir los errores de traducción. (Si no me creéis, echadles un ojo a los artículos del final). Panini, ¡contrata correctores de textos!
P.d. Y nada de «se nos regala [otra historia de Hulk]», porque se nos vende y muy cara.
(Que no se enfade el autor del artículo, que su frase está perfecta pero la aprovecho para quejarme por el precio altísimo de los cómics, que aún así nos llegan sistemáticamente con errores y con historias de relleno).
«…si hoy día nos embarcamos a la lectura completa del Hulk de Peter David, publicada por Panini en formato Omnigold a lo largo de varios tomos, es muy posible que a pesar de su calidad, caigamos en el tedio o en la sobreinformación de una etapa que es muy larga y que, en cuanto a estilo narrativo, pertenece a otra época»
Bueno, que son comic de los noventa y parece que hablamos de los sesenta. No creo que su estilo narrativo sea inaccesible a nuevos lectores. Por larga, pues sí. Pero lo veo más como un incentivo que lo contrario.
Por cierto el formato que recopila el Hulk de PAD es Marvel Heroes, no Omnigold. Que aunque de volumen similar no es el mismo papel (para quien no lo supiera)