El Caballero Luna más Disociado
Brian Michael Bendis. Autor muy controvertido, amado por muchos, y odiado por otros tantos, pero indiscutiblemente el escritor más influyente de la Marvel de los años 2000-2017.
Comenzó como escritor de Alias, una serie que presentaba a Jessica Jones, detective privada de nueva creación que interactuaba con el resto del Universo Marvel, llevando a la Casa de las Ideas lo que el autor sabía hacer de la escena independiente que le había visto nacer.
Su buen hacer le consiguió Ultimate Spiderman, una de las mejores series de superhéroes del Siglo XXI, a la par que en el Universo 616 se hizo cargo de Daredevil en una etapa que muchos recordamos como la mejor actualización posible del trabajo de Frank Miller.
Las ventas y buenas críticas que cosechaban sus obras hicieron que muy pronto fuera puesto al frente de Los Nuevos Vengadores, la serie de los Héroes Más Poderosos de la Tierra que tras desunirse, habían formado un nuevo grupo formado por los favoritos del escritor de Cleveland.
Pero ahí no acababa todo. Y es que, su influencia en Marvel creció tanto que muy pronto Bendis fue responsable no solo de las series más populares de la editorial, sino de los eventos que decidían el devenir de los personajes que la formaban, tejiendo una historia río que, fácilmente puede ir desde Secret War hasta Imperio Secreto, aunque este último evento no fuera escrito por Bendis.
Si repasamos los diecisiete años de carrera editorial de Bendis en Marvel, nos viene a la mente una frase tan repetida que es casi un mantra: Bendis triunfa en las series protagonizadas por personajes en solitario, y falla en las series grupales.
Por eso, cuando en el año 2011 se le confió el nuevo volumen de Caballero Luna, nada más y nada menos que junto a Alex Maleev, gran ilustrador con el que llevó a cabo casi toda su gran etapa en Daredevil, el fandom no podía estar más contento.
Pero ay, toda regla tiene siempre una excepción.
Cualquiera pensaría que sacar por un momento a Bendis de eventos grandilocuentes y aventuras de Vengadores hipervitaminados, devolviéndole a esas raíces urbanas que le vieron nacer tanto en la escena independiente como en su irrupción en Marvel, no era son un acierto incontestable. Sin embargo, el resultado juzgado con el paso del tiempo a través de la lectura de su Caballero Luna, nos indica lo contrario.
Al comienzo de la serie vemos a un Steven Grant un poco distinto a lo habitual. Parece que Marc Spector, el lado más peligroso e incontrolable de la mente fracturada del Puño de Khonshu no está por ningún lado, y Grant produce en Hollywood una serie sobre la leyenda de Khonshu protagonizada por un tal Jake Lockley. Las cosas le van bien al atribulado vigilante, y la sobra de su renacimiento y de la traición de Bushman parece que hace tiempo que quedaron atrás.
En su lado superheroico, el Caballero Luna está siendo más respetado que nunca. Y es que tres influyentes héroes le han confiado la protección de Los Ángeles, cuya delincuencia está en escalada. Spiderman, Lobezno y Capitán América quieren a Grant en sus filas y han decidido prestarle el apoyo necesario.
Sin embargo, nada es lo que parece. Marc Spector sigue enterrado en la mente del Caballero Luna, solo que quizás no tenga tanto sitio para campar a sus anchas como antes, ni tampoco junto con los viejos conocidos con los que solía compartir la complicada psique del héroe.
Y es que Spiderman, Lobenzo y el Capitán América en realidad no han confiado a Marc ninguna misión, siendo en realidad ilusiones creadas por la mente de Spector, que se cree cada uno de esos tres héroes en función del momento concreto.
Hay quien considera que precisamente es éste el punto flaco de la serie. Que Bendis se alejara del habitual trío mental de Spector, Grant y Lockley para sustituirlo por el formado por Lobezno, Spiderman y el Capitán América. Pero en realidad ese nunca fue el problema.
Podemos ser más o menos permisivos con la falta de continuidad, pero Bendis nunca ha sido un guardián de ésta, elemento que por mucho que nos guste, muchas veces lastra las historias en lugar de mejorarlas.
El problema es que este punto de partida, que no podemos negar que es muy interesante y rompedor con respecto a la tónica habitual de las historias de Caballero Luna, ni es gracioso, ni es dramático, ni es interesante. Bendis construye doce números (de los cuales la primera mitad se incluye en este tomo) insulsos y anodinos que se encuentran entre lo peor de su escritura, máxime si hablamos de las series que escribe sobre personajes en solitario.
Cuestión distinta es Alex Maleev. El talentoso ilustrador se mueve como pez en el agua, y construye aquí trepidantes escenas de acción en las que Spector juega a ser lo que no es con poses forzadas que Maleev domina perfectamente y en las que se demuestra que es buen conocedor de los personajes que dibuja, aunque estos en realidad solo estén en la mente de Marc.
Un tomo que merece la pena leer para conocer un aspecto de Brian Michael Bendis no tan conocido como otros, pero que siempre nos ayudará a entenderle mejor como escritor, con sus muchos aciertos y… algunos de sus fallos.
Lo mejor
• Una propuesta interesante y rompedora a pesar de su pésimo desarrollo.
• El dibujo de Alex Maleev.
Lo peor
• La total y absoluta indiferencia que genera.
Guión - 3.5
Dibujo - 7.5
Interés - 4
5
Anodina
Brian Michael Bendis y Alex Maleev comienzan su controvertida etapa al frente del Caballero Luna.
Será de lo peor hecho por Bendis, pero aún así, en mi opinión, le da sopas con hondas a lo que hizo Charlie Huston.
Bendis consigue meter sus personajes fetiche sin reventar la trama, la idea de fodo, el mcguffin es potentísimo. Lo peor es que anda torpe y no sabe sacarle provecho a su propia premisa al no ser lo suficiente ambiguo sobre qué es real y qué no.
Por cierto, el tomo de Marvel Saga que reseñas incluye el número 7.