¿Cómo de lejos se puede llegar por una causa noble?
Dawn of DC es uno de esos pequeños saltos editoriales que suelen ocurrir tras un macroevento y, como es costumbre, viene acompañado con nuevos equipos creativos y cabeceras. Kelly Thompson, escritora que estaba en exclusividad con Marvel hasta ahora, llega a DC para revivir Birds of prey tras 5 años sin una cabecera continua. Este número sigue a Black Canary, nuestra líder, formando a su nuevo equipo compuesto por Batgirl (Cassandra Cain), Big Barda, Zealot y Harley Quinn en una misión de búsqueda que nos llevará a explorar el pasado de Canario Negro.
Tras los eventos de Dark Crisis, la editorial está intentando dar prioridad a otras encarnaciones de superhéroes distintas a la liga de la justicia y está potenciando aquellas cabeceras más alejadas de la trinidad deceita, desde una serie de 12 números escrita por Williamson con Green Arrow, hasta superhéroes que llevaban aún más años sin tener su propio espacio tales como Cyborg o Power Girl. Los equipos creativos que los componen también son variopintos, puede que Williamson sea ya uno de los arquitectos de este universo, pero se le suman autoras con menos recorrido como Jadzia Axelrod en Hawkgirl o Joanne Starer en Fire & Ice. El primer número de Aves de presa marca el inicio de una nueva era emocional e impredecible para el equipo, en un momento editorial donde los titanes son el equipo titular y donde los Robins y las Batgirls no tienen cabeceras en solitario.
El ritmo de este cómic es pausado, pero muy cuidado en los detalles. Obviamente todo se centra en Canario Negro (los eventos de esta serie comienzan tras la serie limitada de Green Arrow, lo cual es un poco extraño al quedar tantos números de esta), que sin contarnos en un inicio para que necesita reunir a unas nuevas Aves de presa, nos va introduciendo a los personajes y sus relaciones personales. Destaca mucho que la fundadora original del equipo, Barbara Gordon, por su cercanía con las ligas mayores y estar ocupada en Bludhaven, no esté en el plantel. Como miembro de confianza en sustitución tendremos a otra Batgirl, a la más letal, Cassandra Cain. Todo se siente nuevo y muy distinto a cualquiera de las anteriores encarnaciones. Como gran colofón final nos dirán el motivo detrás de todo, anunciando un muy emocionante enfrentamiento y el retorno de un personaje olvidado en los páramos de la continuidad editorial.
Kelly Thompson se enriquece de su trayectoria en obras como Capitana Marvel, a la hora de escribir a Dinah, o de Masacre para hacer lo mismo con Harley Quinn, experiencias que le ayudan a dotar a cada una de las superheroínas de una presencia única. Es una autora versátil y que no suele dejar indiferente con sus etapas. La comedia es algo que marca mucho sus diálogos, tiene un estilo muy particular de llevar los momentos cómicos, ya sea con los gags metanarrativos de Masacre-Gwen en sus maravillosos Vengadores Costa Oeste o algo más ácida como en Sabrina la bruja adolescente. Con pocas pinceladas nos habla mucho de ellas y de sus futuras dinámicas. Parece haber elegido a sus juguetes muy bien y haberlos comprendido a la perfección, Cassandra Cain es un personaje complejo de escribir y ha demostrado en pocas viñetas que ha cogido su tono a la primera, quizás su Big Barda nos pueda desentonar un poquito más. El arte y el color proceden de Leonardo Romero y Jordie Bellaire, quienes ya fueron, junto a los guiones de Kelly Thompson, dibujante y colorista de Ojo de Halcón respectivamente. DC ha hecho una apuesta segura reuniéndolos varios años después, donde nos van a poder demostrar cómo han evolucionado. Una idea magnífica, desde la primera página hemos visto que este tándem artístico se entiende a la perfección.
El dibujo de Romero es dinámico y se adapta muy bien a muchos perfiles distintos, pero, con una personalidad propia en contraposición a los pocos grandes proyectos que le han dado en la dos grandes empresas americanas de cómic. Mantiene una iconicidad de elementos al estilo Aja, potenciando el lenguaje no verbal. Su acción y composición, aunque muy moderna, tiene algunos toques kyrbianos que sirven para narrar movimientos y acciones con muchas perspectivas y facilitando la lectura.
Jordie Bellaire debería estar en cualquier cómic y ha decidido volver a romper esquemas preestablecidos en este género metiendo un color y una paleta distinta a cada miembro del equipo en una serie tan coral. Los registros de Jordie son muy distintos, puede pasar de un color con reminiscencia a la acuarela con Mystik U, más luminoso como en Wonder Woman o con muchos cambios de oscuridad e intensidad como en este cómic. No hay dibujo que no se realce y adquiera nuevas perspectivas bajo sus manos.
En resumen, estamos ante un comienzo prometedor, poco continuista con etapas anteriores, con el que podrás entrar sin saber nada de su universo y en el que encontrarás mucho humor y sentimiento. Un arte espectacular con mucha personalidad, que te hará perderte en sus páginas y desear que esta etapa sea duradera.
Lo mejor
• El dibujo y el color sientan un estilo que te atrapa desde el primer minuto.
• Los personajes están muy bien escritos y tienes ganas de que empiecen a interactuar más entre sí.
Lo peor
• La presentación se siente larga y que no ha ocurrido mucho.
El momento de Canario
Guion - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 7
7.8
Las aves alzan el vuelo
Es que, con este equipo creativo, compro lo que sea; ojalá las ventas acompañen.
A ver si ECC no mete la pata también con esta y la trae, aunque sea en tpb.
Un saludo.
Bienvenido Carlos, gran reseña… y ganas de birds of prey!