Se veía venir desde hacía mucho tiempo. El gigante de la industria tenía los pies de barro y no terminaba de adaptarse a los nuevos tiempos. Wizard Magazine, que fue durante lustros la referencia informativa del cómic estadounidense, hacía tiempo que había perdido el ritmo del baile; su cadencia mensual no era capaz de competir con portales como Newsarama o Comic Book Resources, que aportan diariamente un caudal de noticias, reseñas, columnas y entrevistas envidiable. Po lo que, tras un tiempo de trastabillar por los rincones, Wizard y su revista hermana Toyfare cierran sus puertas y pasarán al formato digital en febrero bajo el nombre Wizard World.
Así lo ha anunciado Gareb Shamus, el tipo que empezó con la aventura fanzinera en el garaje de casa de sus padres en 1991 y llegó a convertir sus páginas en la Rolling Stone del cómic mainstream. Quizás demasiado, porque se dejó convencer por los intereses comerciales y le siguió el juego al hype de las dos grandes, Marvel y DC, para promocionar crossovers y otros churros innominables diversos. El fanboy que se pasó al lado oscuro cuando se hizo mayor, al que le creció una inquietante sonrisa de Joker en las fotos de su editorial. Casi un sueño distópico, como un Hulk que acumula poder hasta convertirse en el Maestro. Tanto, que un titán de la viñeta como Frank Miller llegó a romper uno de sus números en la entrega de los Premios Harvey, en 2001, como Sinead O’Connor con la foto del Papa. Para algunos -como Miller- Wizard no era sino el Gran Satán del cómic que mantenía a la industria infantilizada, una locomotora desbocada que iba quemando carbón con locura y desvarío. En los últimos tiempos, Wizard se había convertido en una corporación con varios negocios, centrada en la organización de convenciones de aficionados y la venta de figuras, dejando a la revista como mero convidado de piedra.
Tras la consolidación de Internet, Wizard intentó por un tiempo congeniar ambos formatos, el papel y el online. En uno ofrecía contenidos ampliados, más «profundos», y en el otro algo de actualidad. Incluso tuvo una ilusoria etapa de ampliación en 2006, pasando a gran formato para situarse mejor en las tiendas no especializadas, nombrándose como una revista de «cultura pop», con más páginas y un leve giro al contenido. Pero el modelo se demostró insuficiente y pronto desapareció. La revista hubo de ajustar su plantilla y adelgazar su grosor, convirtiéndose en una mera sombra de sí misma, en un mutante atrapado en un campo de concentración vigilado por Centinelas.
La noticia ha pillado a los empleados –al menos, a la mayoría- por sorpresa y a última hora, cuando un correo o una llamada les ha comunicado que no hacía falta que fueran a trabajar, que el castillo había caído. De hecho, según el testimonio anónimo de uno de ellos en iFanboy, ni siquiera han podido llevarse sus cosas ni saben nada sobre indemnizaciones de despido. El panorama que pinta, además, sobre la vida interna de la revista es, cuanto menos, desolador. De total desorganización y alejamiento de Marvel a raíz de la publicación no remunerada de sus comics en formato Obras Maestras.
Los creadores que alguna vez pasaron por sus páginas lamentaban en Twitter la desaparición de la publicación y, sobre todo, la pérdida de empleos. Warren Ellis, Phil Jimenez y Skottie Young entre otros. El comunicado optimista de Gareb Shamus, avanzando nuevos tiempos y la excitante oportunidad que supone el cambio –con esa habilidad tan estadounidense para no dar nunca malas noticias- ha sido criticado, por ejemplo, por uno de sus antiguos colaboradores, Alejandro Arbona (@alejandrobot) , hoy editor en Marvel. “Nadie se lo traga, Wizard. Nadie va a hacer fila para invertir en tu inepto e inevitablemente condenado plan de negocios”, decía en la red social. Aunque recordaba con cariño aquella vez que, trabajando en la revista, pasó dos horas al teléfono con Alan Moore.
Era inevitable. ¿Quién leía Wizard ya? Incluso los que antes la veíamos como una puerta a la actualidad yanqui, en el cuasiyermo panorama español, dejamos de hacerlo con la llegada de los portales de Internet. Su estilo, además, estaba rizado de un peculiar humor que no siempre encajaba con el lector, ni su manera de considerar todo “hot”, “awesome” o “fantastic”, para atraer al joven lector flipado y allanar el camino a Marvel y DC. Sus tops de historias, villanos y muertes; el quién es más fuerte que quién, la infame sección de correo “Magic Words”, sus portadas de Wolverine o heroínas pechugonas para vender más (así lo reconocían, era un hecho), sus números #0, #0.5 y ashcans, los chismes de la industria, el filón de las películas de superhéroes, el Muertómetro, las infumables historietas pretendidamente graciosas con fotos de los redactores sobre muñecos…
Aun con todo tenía sus piezas interesantes: me vienen a la memoria así a bote pronto un análisis de Watchmen a cargo de Ed Brubaker, Damon Lindelof y otros creadores, o un artículo sobre cómo se gestó y vivió editorialmente la muerte de Superman en los 90. O aquel tiempo en que se dedicaba una buena cantidad de páginas a reseñar los cómics del mes, con una sorprendente cantidad de crítica para lo que se estilaba. Quizás, a los fans no estadounidenses lo que nos chirriaba era la extensa guía de precios, en la que, sin embargo, uno podía descubrir detalles interesantes, como el debut de tal o cual personaje o su desaparición. Y lo que podía pagarse por algunos cómics. Excelente material para el momento de expulsar desechos cuando uno se había leído de cabo a rabo todos los artículos, noticias y paridas.
En sus páginas se dieron a conocer dibujantes que hoy son profesionales reconocidos, y, cómo poco, es una de las hemerotecas que le toma el pulso a la acelerada década de los 90, donde todo eran garras, splash pages, portadas múltiples, golpes de efecto y oscuridad. Bueno, casi todo. Yo, personalmente, y a pesar de todos sus defectos, conservo mi colección con cariño, y aún a veces la hojeo para echar una mirada atrás y constatar que, quizás cualquier tiempo pasado no fue mejor, pero sí fue divertido y a veces hasta interesante. Al menos, una parte.
Para mi la wizard era sinónimo de viaje largo, en los aviones los Comics se acartonan así q terminaba comprando la wizard del mes en cuestión para tener lectura y posteriormente (y una vez acartonada) desecharla sin mayores remordimientos.
Un muy buen texto Juan espero que te prodigues mas con cosas así 😉
Yo guardo con cariño la Wizard especial de X-Men
Yo tb tengo la Wizard special X-men….la Wizard era como el Dolmen pero mas friki…..el Dolmen es mucho mas serio y responsable con sus lectores…..aquello era como un carnival de freaks que solo comentaban lo hot que era tal o cual cómic…..y poco más…..pero bueno, tenía sus momentos, pocos, pero los tenía….
por cierto que paso con la version spanis de wizard???
Durmiendo el sueño de los justos desde hace unos añjs, fijo….
Oye perdón por el offtopic, pero a parte de Wizard, ha muerto el WTF también?
¿Por qué nos apunta Logan con una ballesta en esa portada?
Creo que a principios del 2000 vendia mas al mes que el nº1 del Top yanki…no se,a mi me gustaba¿Queda alguna revista asi en USA?
Yo creo, diría, me parece que ni aun no allí (quitando dolmen que no es del todo así)
Yo compré 3 o 4 Wizards en español… No me gustaron mucho. Entre que la traducción era pobre y que el contenido era muy infantil… Nada que ver con Dolmen.
hombre, tan raro no es, no?
pedimos a los reyes que nos traigan los Ipad (o semejantes) y ahora nos quejamos que la versión papel cierra? nos lo hacemos mirar un poco, no?
el gran problema es que pasar al formato digital ara que las copias piratas «viajen mas deprisa».
Es que lo de la traducción del Wizard español era… inconmensurable. Y eso que pretendieron enmendarse, pero no hubo forma. En fin, QEPD.
La Superpop del comic ha muerto ¡Larga Vida a la Superpop!
Ahora en serio. Coincido con con el post. Sus articulo no solo eran los facilones y vacuos. Es que a veces parecian incluso publirreportajes.
Tengo entendido, por lo que he podido leer que ToyFare no cierra.
Publireportaje?
Tipo 21 días en…? Callejeros? O tipo teletienda?
(por eso de las formas y los estilos)
Vaya que estamos empezando la segunda decada de los 2000 y cielos que la industria se ha movido en USA: se afirma el comic digital, desaparece Wildstorm, erradican el Comic Code difinitivamente, y ahora muere wizard. Y recien empieza el año.
Me parece que Toyfare también cierra, sí. No sé, a mí los Twisted Toyfare Theatre esos sí que me gustaban, eran una chorradita muy divertida. A veces tenían unas historias para partirse de risa. Por mí estupendo si las tiras siguen saliendo aunque sea en digital.
Por cierto, Raúl, aclárame qué quieres decir con eso de que en los aviones los comics se «acartonan», que me has dejado intrigado… ^__^
a mi me gustaba ultimate reports………………….
Ciertamente, recuerdo muy bien (de la version española de Wizard) un especial de los 20 superheroes y supervillanos mejor vestidos, en donde Spiderman salia dos veces :). Es una lastima que las cosas buenas se pierdan
Aunque debo admitir que hace tiempo no la compraba (Aunque hace poco estaba pensanod comprarme algun numero), igual no se pero me da pena su cierre. Es como una etapa que se acaba en una parte de la historia del comic. Sere sentimental?
Un cierre triste, pero coincido que en los {ultimos tiempos (Desde mediados del 2066 hacia acá), la revista había perdido el norte. Para rescatar, los especailes dedicados a X Men, Spiderman, la JLA, Superman (El que guardo con cariño), los manuales de dibujo.
Coincido con lo de hemeroteca de los agitados años 90, un material de consulta invaluable para historiadores del comic. Aunque en contenidos y profundidad de entrevistas, nada como Comic Scene o Dolmen.
qué pasó con cimoc? ha seguido un destino parecido?pregunto