29 Manga Barcelona – Entrevista a Arnaud Dollen

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Entrevista Arnaud DollenHace un tiempo, la editorial Moztros anunció la publicación de un cómic que recuperaba una de las grandes franquicias del manga y el anime para trasladarla al lenguaje del cómic francobelga y ampliar su universo: Saint Seiya. Los caballeros del zodíaco. La odisea del tiempo. Esta obra es un proyecto de dos autores, dos amigos que habían disfrutado de las aventuras de Seiya y sus compañeros cuando eran pequeños y de pronto tuvieron la oportunidad de aportar su granito de arena para continuar la historia y dar vida de nuevo a los personajes que tanto habían significado para ellos: Arnaud Dollen, a cargo del guion, y Jérôme Alquié, cuyos trazos nos devuelven al mundo de los caballeros del zodíaco. Ambos, que ya habían colaborado previamente en el cómic Surnaturels, se embarcaron en una nueva aventura que los ha llevado a cumplir un sueño. Durante el 29 Manga Barcelona, gracias a la editorial Moztros, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Arnaud Dollen y preguntarle acerca de su experiencia, su proceso creativo y su pasión por la obra de KURUMADA Masami.

Entrevista a Arnaud Dollen

Sabemos que la franquicia de Saint Seiya significa mucho para ti: has visto el anime muchas veces, has leído la serie… ¿Cuáles dirías que son los puntos fuertes de la creación de Kurumada? ¿Por qué crees que ha sobrevivido al paso del tiempo?

El manga, de alguna forma, forma parte de lo que se llama nekketsu en Japón. Eso significa que lo protagoniza un grupo de jóvenes que se enfrentan a grandes desafíos. En mi caso, era la primera vez que veía esos valores, tan nuevos para mí, en una serie animada: la amistad es importante; si te caes, te levantas y te haces más fuerte; si tienes una misión, a la hora de cumplirla, no eres tan importante como el grupo… Por supuesto, esta es una tendencia en el manga japonés: hay muchos títulos de este estilo. Sin embargo, para mí KURUMADA Masami es el que mejor enfatiza estos aspectos con su manera de contar historias, tan épica, con tanta fuerza, suspense y acción. Además, sus ideas sobre las armaduras, el cosmos…, me parecieron brillantes. El cosmos es tan potente como la fuerza de Star Wars. Obviamente, nada de eso existe en la vida real, pero lo que Kurumada quiere contar puede llegarle a todo el mundo, y esa es la razón por la que creo que ha afianzado un nuevo estilo. Para mí, es el mejor y Saint Seiya es mi serie favorita dentro del nekketsu.

Ahora estás haciendo un cómic de Saint Seiya. ¿Cómo surgió la colaboración con Jérôme Alquié? ¿Cómo fue el proceso de creación del cómic?

Al principio, Jérôme, mi amigo, y el editor de Kana, nuestra editorial en Francia, tuvieron una reunión en la que comentaron la idea de trabajar sobre licencias que Kana tenía. Empezaron con Capitán Harlock y propusieron a Japón, a Akita Shoten —la editorial japonesa—, hacer un cómic francés. Jérôme les envió unas muestras y páginas de la historia, y se las presentaron a MATSUMOTO Leiji. Es un tipo genial y, cuando vio los dibujos, le dijo a Jérôme: «Veo que eres un gran fan de mi obra, muchas gracias por continuar la historia de mi personaje. Por favor, llevad adelante este proyecto y ayudad a que Harlock siga vivo». Jérôme se sintió muy raro —en el buen sentido— porque era el propio autor de la obra original quien le pedía que la continuara y le agradecía su trabajo. Esta versión de Capitán Harlock tuvo bastante éxito y MATSUMOTO Leiji la disfrutó mucho. Además, supuso el inicio de la colección de clásicos de la editorial Kana. Tenían una oportunidad y la aprovecharon. También se hizo un proyecto sobre Mazinger Z.

Cuando Jérôme estaba dibujando Capitán Harlock, desde Kana le dijeron: «Tenemos una gran licencia, Saint Seiya, y vamos a hablar con KURUMADA Masami para ver si podemos empezar un proyecto». Al principio el autor no estaba muy de acuerdo con la idea: no le gustó la serie de Netflix. Desde Akita Shoten le dijeron que lo entendían, pero también le pidieron que echara un vistazo al trabajo previo que Jérôme había hecho sobre la obra de MATSUMOTO Leiji. Le llevó unas semanas, pero al final nos dio su autorización.

Estábamos muy estresados. Cuando termináramos el primer volumen, KURUMADA Masami tenía que leerlo para aprobar cada paso, y quería hacerlo cuando estuviera acabado. Podría haber sido un proceso complicado para nosotros si hubiera querido cambiar algo de la historia porque estaba todo dibujado. En ese momento, era el treinta y cinco aniversario de la licencia y Akita Shoten le había pedido a KURUMADA Masami que dibujara un nuevo one-shot de Saint Seiya. No le gustó demasiado la idea, pero, después de leer el primer volumen de nuestra obra, llamó a sus editores y les dijo: «Si queréis que dibuje una nueva historia, os pongo una condición. Tengo en mis manos un proyecto que han hecho dos autores franceses. Es maravilloso, así que tenéis que publicar estos cómics en Japón». La odisea del tiempo se ha incluido en la revista Champion Red y ha sido el primer cómic en publicarse en color, con un papel de buena calidad y una lectura en sentido occidental. Creo que está contento con nuestro trabajo. Nosotros estamos muy orgullosos. Que nuestro cómic haya llegado a Japón significa que tendremos feedback del público japonés. Es extraño que los fans japoneses vayan a juzgar nuestro trabajo, ¡menuda locura! Lo estoy disfrutando mucho.

Cuando empezamos el trabajo, teníamos dos preocupaciones. En primer lugar, Saint Seiya tiene una comunidad enorme, muy activa en redes sociales, y puede que a algunos fans no les guste nuestra adaptación. Nos daban miedo las reacciones negativas en redes sociales, pero todo ha ido muy bien en Francia. Nuestra segunda preocupación era que KURUMADA Masami no estuviera contento con nuestro trabajo. Tuvimos mucho cuidado y nos importaba mucho contar con su aprobación. Que nuestro cómic se haya publicado en Japón es una prueba de que ha salido bien.

Entrevista Arnaud Dollen

¿Cuál ha sido vuestro método de trabajo?

El primer paso fue escribir el guion de la historia para un total de cinco volúmenes. Jérôme ya había trabajado en Capitán Harlock y había demostrado la calidad de su trabajo. Por tanto, lo primero que hice fue escribir la historia completa. Después KURUMADA Masami la revisó y dio su aprobación. Luego Jérôme hizo un gran trabajo con las armaduras. Teníamos autorización para basarnos en el manga, no en la serie animada, y hay diferencias entre ambas versiones. Tuvo que rehacer las armaduras de todos los personajes principales. A continuación, creó a los nuevos caballeros, los caballeros de Cronos, además de sus armaduras. Tenía que presentar tanto su diseño como su forma de tótem, cuando los caballeros no las llevan. KURUMADA Masami las aprobó de nuevo y después se hizo el storyboard, el diseño con los diálogos definitivos —sobre los que podíamos hacer cambios si era necesario—. Jérôme dibujó entonces las páginas finales y todo eso fue aprobado otra vez.

Hubo mucho intercambio con Japón. Además, todo tenía que traducirse al japonés y debíamos ser cuidadosos al respecto. Aprendimos mucho sobre la manera de comunicarse de los japoneses: son siempre muy respetuosos y, cuando te hacen un comentario, nunca es negativo, pero tienes que interpretar el verdadero mensaje detrás de sus palabras. Fue una diferencia cultural con la que tuvimos que lidiar, pero todo nos resultó muy fácil. Kana tenía un traductor que nos ayudó durante todo el proceso. Le estamos muy agradecidos.

¿Habéis tenido algún problema durante el proceso de creación del cómic?

Intentamos evitarlos. En primer lugar, fuimos totalmente respetuosos con el manga: es la obra de KURUMADA Masami, así que debíamos ser fieles. Cuando queríamos incluir nuevos elementos en el universo de Saint Seiya, le consultábamos y le preguntábamos por otras ideas que hubiera tenido y que no hubiera plasmado en el manga, sobre nuestras propias ideas y lo que nos gustaría añadir… Queríamos que tuviera la versión completa de lo que íbamos a hacer para que pudiera decir si le parecía bien o no. No nos prohibió nada, pero, como he dicho antes, nos inspiramos en su trabajo y lo respetamos, por lo que no le propusimos nada que rompiera radicalmente con el universo de Saint Seiya. Eso lo hizo todo mucho más fácil.

Cuando fui a firmar a una librería francesa, el dueño me dijo que no habíamos añadido nada demasiado revolucionario, pero es que esa no era nuestra intención. No queríamos plasmar ese tipo de cosas.

Saint Seiya es una franquicia muy popular no solo en Japón, sino también a nivel mundial. Cuando el proyecto iba a comenzar, ¿cómo te sentiste al respecto? ¿Cómo te enfrentaste al reto de contar una historia a partir de una obra tan venerada?

Jérôme me llamó y me preguntó si estaba sentado porque tenía algo importante que decirme. No habíamos hablado antes, aunque yo sabía que en Kana habían trabajado con Capitán Harlock. Me contó que iba a firmar un contrato para comenzar un proyecto sobre otra franquicia: Saint Seiya. Le dije: «¿Estás de broma? ¡Qué bien, cuánto me alegro!». Él me respondió que necesitaba un guionista y se lo había comentado a los editores. Cuando le pregunté si había pensado en alguien, me contestó: «¡Pues claro, bobo! ¡En ti! No puedes decir que no: si no participas, no hay proyecto».

Una semana después quedamos y hablamos el respecto. Al principio me sentía muy raro, pero tranquilo a la vez: conozco muy bien Saint Seiya, soy un gran fan y no iba a escribir la historia por dinero —aunque me pagan, claro—. Por eso tenía claro que iba a poner mi alma en el cómic, aunque no sabía si sería suficiente. Jérôme fue muy claro: KURUMADA Masami iba a estar involucrado en el proyecto e iba a revisarlo todo. Por supuesto, puede que algunas cosas no gusten a todo el mundo, pero he dado lo mejor de mí. Jérôme estaba un poco más nervioso porque, si te encargas del guion, puedes cometer algún error, pero cuando dibujas hay más presión.

Por otro lado, no tengo perfiles en redes sociales, así que, si hubiera malos comentarios, no me daría cuenta. Sin embargo, Jérôme está muy implicado y tiene una gran comunidad, por lo que resultaba más difícil para él. El hecho de que yo estuviera tranquilo era una de las razones por las que quería trabajar conmigo: podía ayudarlo a rebajar esa presión y apoyarlo como amigo.

Manga Barcelona 29

¿Es difícil trasladar las sensaciones que genera un manga a un formato álbum? ¿Qué cambios habéis tenido que hacer?

Soy ingeniero espacial, por lo que soy muy organizado. Al principio, cuando escribí el guion, tuve mucho cuidado con la duración de las escenas para estar seguro de que todo pudiera incluirse en cinco volúmenes. Trabajé mucho en el ritmo de la historia. A partir de ahí, podíamos hacer cambios y reescribir para que los álbumes tuvieran una extensión adecuada. También Jérôme me hacía comentarios para modificar ciertas partes. Trasladándolo al mundo del cine, éramos como un guionista y un director: al final el segundo es el que toma ciertas decisiones.

Soy escritor, escribo novelas, y los cómics no son lo mismo, aunque la base sea parecida. Por ejemplo, una de mis preocupaciones eran las luchas. Por supuesto, en Saint Seiya tiene que haberlas. Se pueden describir brevemente, pero necesitas varias páginas para dibujarlas, así que le daba a Jérôme ideas que podía utilizar. Él me sugería cambios y después se hacía el storyboard. Nuestro trabajo era como una coreografía.

Por otro lado, Jérôme tiene una forma de trabajar muy cinematográfica. ¡Espero que no lea esto! En su casa siempre hace gestos para imitar las luchas de los personajes y esas cosas. Es muy teatral, muy divertido. También en eso nos diferenciamos: como novelista, yo lo tengo todo en mi cabeza, nunca me levanto para hacer gestos ni interpreto mis diálogos. Jérôme lo necesita para dibujar. Eso sí, no tiene armadura [risas].

¿Cómo ves hoy en día la influencia del manga en el cómic europeo?

Solo puedo hablar de Francia. Allí la influencia es obvia. Hoy en día hay muchos artistas que utilizan códigos propios del manga en sus cómics. Durante mucho tiempo, en el Festival de Angoulême, no se consideraba que el manga fuera algo serio, no se veía con respeto. Prevalecía el modo tradicional de hacer cómics propio de títulos francobelgas como Astérix, Tintín… Sin embargo, hace cinco o seis años los autores franceses dijeron que ya era suficiente, que había que dejar de menospreciar el manga, y el premio de Angoulême se le otorgó a un mangaka muy famoso —creo que era Urasawa—.

Hoy en día, sobre todo en colecciones para lectores más jóvenes, se utilizan códigos y dibujos de estilo manga. Es obvio. El cómic japonés tiene mucha influencia. Por ejemplo, en las librerías especializadas, la parte del manga es la más amplia, seguida de la del cómic francobelga clásico y el americano. Estoy muy orgulloso de este cambio porque, cuando era joven, el manga se consideraba violento, estúpido y poco relevante. Se decía que sus lectores eran inmaduros y agresivos. Una generación más tarde, se celebran festivales importantes con una gran afluencia de público, hay personas que hacen cosplay cruzando la calle. Cuando era joven, habrían sido arrestadas por la policía o algo así, la gente se habría reído de ellas y les habría gritado. Ahora es algo normal.

Mi generación ha contribuido a este cambio. Me siento muy orgulloso de que mis hijos sean fans del manga y del anime. Al principio, les enseñaba yo las series que conocía y ahora son ellos los que me descubren otras nuevas, como Ataque a los titanes, My hero academia, Jujutsu kaisen… La sociedad está evolucionando.

¿Te gustaría trabajar sobre otros personajes y franquicias del manga y el anime?

Sí, me encantaría trabajar sobre Ulises 31. Me gustaría escribir una historia de esta serie. Jérôme era muy fan antes de conocer Saint Seiya. De hecho, cuando vio el primer episodio, creyó que era un capítulo nuevo de Ulises 31. Luego se dio cuenta de que no, ¡pero le pareció muy buen anime! También me gustaría trabajar sobre Cobra, de TERASAWA Buichi, que falleció hace unos meses. Hay negociaciones al respecto. En algunos casos es muy difícil porque todo es confidencial, pero hay muchos proyectos.

Manga Barcelona 29

¿Volverás a Saint Seiya? ¿Podemos esperar una continuación de La odisea del tiempo en el futuro?

Es seguro que la obra terminará en cinco volúmenes. No me gusta que las historias empiecen bien y luego se alarguen innecesariamente hasta volverse aburridas. Al margen de eso, si se me presenta una nueva ocasión para escribir otra historia… Cuando terminó Lost Canvas, apareció Chronicles, que añadía nuevos personajes y elementos al universo de Saint Seiya. No sé si podremos hacer algo así, pero se puede considerar emprender algún otro proyecto. Eso sí, puede que haya una serie de animación. Todavía estamos muy al principio de las negociaciones, pero en Japón no han dicho que no. Aún quedan muchos obstáculos, pero Kana tiene la idea de hacerla. Yo firmaría con los ojos cerrados. Sin embargo, es muy pronto para decir nada.

De todas formas, por ahora tenemos que terminar los tres volúmenes que faltan y seguir complaciendo a KURUMADA Masami, a nuestros lectores. Ese es nuestro trabajo principal. Ya veremos cuál es el siguiente paso.

Cuando eras niño, ¿cuál era tu caballero favorito?

Shiryû. Primero, por su pelo largo. Ahora estoy calvo… [risas]. Ahora en serio. En su primera batalla contra Seiya, arriesga su vida para honrar a su maestro y al final pierde, pero lo hace con honor. No se enfada por su derrota, todo lo contrario: se hace amigo de Seiya y pone en riesgo su vida para reparar la armadura de Pegaso. A lo largo de la serie, Shiryû es quien se sacrifica por el grupo. Por ejemplo, cuando lucha contra Medusa. Para mí, es el mejor personaje por este rasgo de su carácter: es honorable y lo arriesga todo porque tiene unas creencias firmes. Su vida importa menos que esas creencias, lo que es muy inspirador. Además, tiene un montón de cosas que a un niño le encantan, como el tatuaje de su espalda, de un dragón.

Ahora tenemos una pregunta personal. Nos has dicho que eres ingeniero espacial. ¿Tuvo Saint Seiya algo que ver?

Tal vez. De hecho, en las firmas hay muchos lectores que me dicen que se hicieron arqueólogos porque les gustaba la civilización griega o que trabajan en astronomía por las constelaciones. No puedo decir que sí con total seguridad, pero todo está interconectado en nuestra vida. Cuando tenía doce o trece años, uno de mis profesores de física de la escuela nos dio una clase especial sobre astronomía, los planetas, las leyes de Newton, las estrellas, el nacimiento del universo… Me fascinó. Recuerdo perfectamente que, en cuanto terminó la clase, me acerqué a él para decirle que había sido fantástico y que quería ser ingeniero espacial. Él me dijo: «Será duro, hay bastante competencia y tendrás que trabajar mucho. Hay muy poca gente que tenga éxito». Pero yo estaba seguro de aquello, así que me aconsejó: «No dejes que nadie te diga que es imposible, persigue tus sueños, trabaja duro». Tenía razón, tuve que trabajar mucho, pero lo conseguí.

Algo similar ha sucedido con Saint Seiya. A Jérôme y a mí nos encantaba la serie y escribíamos e imaginábamos historias de modo amateur, ¡pero mira dónde estamos! Si hace años me hubieran dicho que habría terminado escribiendo una continuación, no me lo habría creído. Gracias a los editores, a los lectores, a los periodistas…, nuestra obra puede conocerse. No hay nada imposible: uno tiene que esforzarse y perseguir sus sueños. Si no lo intenta, nunca tendrá éxito. Eso sí, a veces nos domina el miedo al fracaso. Muchos de mis guiones fueron rechazados por los editores. Pero el fracaso es un paso hacia el éxito: gracias a él, aprendes. Y, de nuevo, esta idea se relaciona con la historia de Saint Seiya: los protagonistas no se rinden cuando luchan contra los caballeros de plata y de oro, y al final derrotan a Hades.

Muchas gracias por atendernos.

Gracias a vosotros por la entrevista. Ha sido un placer

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Enrique Doblas
Autor
21 febrero, 2024 18:20

Gracias! Me ha encantado la entrevista, súper positiva y anima a hacer comics